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La falsa guerra de Alemania contra Rusia
Al mismo tiempo que Alemania anunciaba su enorme transformación militar, parecía cambiar de rumbo respecto a Rusia.
Berlín ha sido muy criticado por su fuerte relación con Moscú. Mientras 200.000 soldados rusos rodeaban las fronteras de Ucrania, el nuevo gasoducto de Alemania con Rusia esperaba su certificación. Berlín impidió que los aliados de la otan enviaran armas a Ucrania. Cuando Estados Unidos y otros países trataban de desalentar una invasión prometiendo sanciones paralizantes, Alemania se oponía a ellas y las socavaba.
Uno de los dictadores más despiadados del mundo se preparaba para conquistar Ucrania. Y Alemania estaba de su lado.
A finales de febrero, esto pareció cambiar. El canciller alemán Olaf Scholz anunció que Alemania no se limitaría a enviar cascos y hospitales de campaña a Ucrania, sino que enviaría armas y dejaría de impedir que sus aliados hicieran lo mismo. Días antes, Alemania suspendió el gasoducto Nord Stream 2.
¿Pero Alemania ha roto realmente su relación con Rusia? La evidencia cuenta una historia diferente.
Existía un riesgo real de que Europa Oriental abandonara a Alemania por acercarse a Putin. Así que Alemania implementó suficientes cambios para permanecer dentro de la alianza occidental. Desde entonces, ha trabajado para socavar las sanciones desde dentro.
Gran Bretaña y EE UU han prometido dejar de comprar petróleo y gas a Rusia. Alemania y Europa no lo han hecho. El embajador ucraniano en Alemania, Andrij Melnyk, calificó la decisión de Alemania de seguir importando energía de Rusia como “un cuchillo en la espalda de Ucrania”.
En una reunión entre los líderes de la Unión Europea celebrada en Bruselas los días 10 y 11 de marzo, Alemania lideró a toda la UE para rechazar un boicot al petróleo y al gas.
Este comercio energético literalmente está financiando la invasión de Putin. Cuando Rusia lanzó su invasión, Europa enviaba a Rusia unos 200 millones de euros (220 millones de dólares) al día sólo por concepto de gas natural. La invasión disparó los precios del gas, y ahora esa cifra es de 600 millones de euros. Este aumento de los precios del gas significa que, desde que comenzó la guerra, la UE está enviando más dinero a Rusia, no menos.
Cortar por completo la energía rusa sería tremendamente doloroso para Alemania, pero Berlín tiene formas fáciles de reducir su dependencia de Rusia. Este mismo año ha cerrado tres reactores nucleares que podría reabrir fácilmente, pero no lo hará.
Lo mismo ocurre con swift, el sistema de pagos interbancarios. Los titulares de los periódicos dan la impresión de que Rusia está casi totalmente aislada del sistema financiero mundial. La verdad es que EE UU dijo que quería aislar completamente a Rusia de swift. La UE no estaba dispuesta a hacerlo. Inicialmente aceptó cortar el 70%, pero la cifra final fue del 30%.
EuroIntelligence escribió: “Lo que esto significa es que la prohibición de swift entra en la categoría de sino: sanciones sólo de nombre (por sus siglas en inglés). La UE anima al bando ucraniano desde una distancia segura, observando desde cálidas salas de estar, calentadas por el gas ruso” (3 de marzo).
Las armas que Alemania prometió a Ucrania aún no han llegado. Los aliados de la otan que quieren enviar armas se encuentran con que sus envíos están retenidos por la burocracia alemana.
Alemania, EE UU y todo Occidente fingen que se enfrentan a Putin y se jactan de lo poderosas que son estas sanciones. Pero la distancia entre la realidad y la retórica es enorme. Al hundir toda amenaza de repercusiones, Alemania prácticamente alentó a Rusia a invadir.
Cuando Rusia siguió adelante, Alemania rápidamente anunció un programa de rearme masivo y desde entonces ha trabajado para unir a Europa. Sí, al reforzar su propio ejército, Alemania y Europa son todo acción, aunque nada de eso ayuda a Ucrania. Pero al enfrentarse a Rusia, es principalmente óptica.
El embajador Melnyk estuvo presente en el Bundestag durante el dramático anuncio de la remilitarización de Alemania. “Había una extraña sensación”, dijo, “como si los diputados se estuvieran liberando de una carga. Más bien se celebraban a sí mismos con ovaciones. Han pasado diez días desde entonces. Pero nosotros, como ucranianos, difícilmente sentimos algo. Ninguna ayuda que haga justicia al nivel de brutalidad y desesperación en mi patria”.
En lugar de ponerse del lado de Ucrania, Alemania da la impresión de que espera que Ucrania pierda rápidamente para que desaparezca la incomodidad de su posición.
Las acciones de Alemania muestran claramente que no está junto a la otan contra Rusia. ¿Por qué? “La historia muestra que, entre guerras, Alemania y Rusia suelen trabajar juntos”, señaló el redactor jefe de la Trompeta, Gerald Flurry, en su artículo del 31 de enero “Por qué Alemania acaba de traicionar a Estados Unidos”.
“Gran parte de la élite alemana considera que su nación ya ha obtenido todo lo que puede de Estados Unidos y está lista para seguir adelante”, escribió el Sr. Flurry. “Algunos alemanes poderosos piensan cada vez más en el Sacro Imperio Romano y quieren que la Alemania moderna asuma más poder propio con el espíritu de ese imperio. Quieren convertir a Europa en una poderosa superpotencia dirigida por Alemania”. La invasión rusa de Ucrania ha dado a Alemania la oportunidad perfecta para rearmarse rápidamente. También está demostrando la debilidad de EE UU y haciendo que Europa busque ayuda en otros lugares. Una Alemania rearmada sería el candidato perfecto para sustituir al liderazgo estadounidense.
El Sr. Flurry se refirió a Jeremías 1:13, en donde Dios dio una visión profética de “una olla que hierve; y su faz está hacia el norte”. “Este lenguaje simbólico describe la Alemania moderna”, escribió. “Bajo la superficie, esa nación está llena de un descontento que hierve lentamente en contra del orden mundial actual. Los alemanes están enfadados con EE UU. La ambición imperialista que impulsó a Alemania a iniciar dos guerras mundiales está viva y activa. Está ‘que hierve”.
La profecía advierte que una Europa dirigida por Alemania está a punto de estallar, expandiendo su poder por todo el mundo.
En mayo de 1962, La Pura Verdad, la revista predecesora de la Trompeta, dirigida por el redactor jefe Herbert W. Armstrong, escribió: “Una vez que se establezca plenamente una Europa dominada por Alemania, ésta estará dispuesta a negociar y comerciar con Rusia, a espaldas de los aliados occidentales si es necesario”.
Alemania tiene un historial no sólo de hacer tratos con Rusia, sino de hacer tratos secretos. En 1887, ambos países concluyeron un acuerdo conocido como el Tratado de Reaseguro, por el que cada uno se comprometía a ser neutral si el otro entraba en guerra. Si este acuerdo se hubiera dado a conocer, habría destruido las demás alianzas de Alemania, por lo que sólo unos pocos altos cargos lo conocían.
En 1922, Alemania y la Unión Soviética concluyeron públicamente el Tratado de Rapallo. Pero en secreto, Rusia ayudó a Alemania a rearmarse tras la Primera Guerra Mundial, mientras que Alemania ayudó a Rusia a industrializarse. Esto ocurrió 17 años antes de que Rusia y Alemania se repartieran de forma encubierta Europa Oriental en vísperas de la Segunda Guerra Mundial.
Algunos pueden pensar que las naciones modernas del siglo xxi no conspiran en secreto. Pero también se piensa que las naciones ya no invaden a sus vecinos y que Europa está libre de guerras a gran escala. La alianza que el Sr. Armstrong predijo hace décadas está aquí, y muchas otras profecías bíblicas están a punto de cumplirse.