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La espantosa merma de los padres
Hay un nuevo libro sobre la crianza infantil en los estantes de las librerías: The Collapse of Parenting ( El colapso de la crianza ) por el Dr. Leonard Sax. “Entonces, no les estoy pidiendo, les estoy diciendo que no lean el libro de Sax”, declara Melinda Wenner Moyer, una columnista de consejos a los padres de Slate magazine. El consejo de Moyer (en verdad, es una orden autoritativa para sus lectores), me convenció de que necesitaba escribir este artículo.
Los padres necesitan ayuda. La verdad es que ellos no la están recibiendo de los cientos de columnistas de consejos para padres (y madres) que escriben hoy día. Yo esperaría que los padres de hoy tuvieran la suficiente iniciativa para investigar cuando un columnista dice: “Entonces, no les estoy pidiendo, les estoy diciendo que no lean el libro de Sax”. Créanme, ese libro no está a la par del Manifiesto Comunista, ni está lleno de veneno mental ruinoso y moralmente corrompedor. Claro que ningún libro es perfecto, pero ese es uno de los mejores libros seculares acerca de la crianza infantil que he visto en mucho tiempo. Y sí le puede ayudar, a ayudar a sus hijos.
Sax tiene una lista impresionante de logros educacionales. Él es un médico familiar ejerciendo en facultad con una licenciatura en biología del Instituto de Tecnología de Massachusetts y una maestría y doctorado en psicología de la Universidad de Pensilvania. Sin embargo, la sola adquisición de títulos no convierte a ningún médico en un experto en la familia. La experiencia con familias (especialmente de familias en problemas) sí puede hacerlo un experto. Sax ha practicado la medicina familiar por 19 años en los suburbios de Maryland alrededor de Washington D.C. “Mis fuentes principales para este libro,” él escribe, “son las más de 90.000 visitas a la oficina que he conducido en mi rol como un médico practicante entre los años 1989 y hoy”.
No es su educación de Ivy League [de “crema y nata”] o su experiencia extensa como un médico de familia que hace de su libro único y más valioso que todos los libros sobre crianza por otros autores de Ivy League. Su libro, The Collapse of Parenting (El colapso de la crianza) tiene mérito porque mira directamente al daño no reconocido que la sociedad moderna ha hecho en las familias, y ofrece soluciones factibles y con sentido común, para arreglar los problemas familiares. Más importantemente, este libro coincide con una fuente de instrucción más autoritativa y a menudo rechazada sobre la crianza infantil. Los padres que quieran ser exitosos en la crianza infantil, necesitan mantener una mente abierta y examinar lo que Leonard Sax tiene que decir.
Los niños al mando
“Aquí está mi diagnóstico. A lo largo de las últimas tres décadas, ha habido una transferencia masiva de autoridad de los padres hacia los niños. Junto con esa transferencia de autoridad ha venido un cambio en la valuación de las opiniones y preferencias de los niños. En muchas familias, lo que los niños piensan, les gusta, y quieren hacer ahora importa tanto, o más, que lo que sus padres piensan, les gusta y quieren”, escribe Sax. Aquí Sax describe el lema principal de los padres liberales: dejar que los niños decidan.
“Entonces, ¿qué hay de malo con eso?” Alguien puede pensar. Miremos varios ejemplos que Sax nos da para ayudarnos a llegar a una respuesta satisfactoria.
En su introducción, titulada “Padres a la deriva”, Sax relata una historia sobre una pareja quienes estaban preocupados por la reducción del financiamiento en la escuela pública de su hija. Los programas de música y arte estaban siendo recortados por falta de presupuesto. Entonces los padres decidieron buscar una escuela privada. Ellos llevaron con ellos su hija de 8 años cuando visitaron cuatro escuelas. Los padres encontraron lo que ellos consideraron la mejor escuela. Tenía un ambiente amigable y cálido, maestros con entusiasmo, y resultados estudiantiles bien documentados.
Sin embargo, su hija prefirió una escuela diferente. Esta escuela tenía un ambiente deteriorado, maestros regulares y administradores quienes rehusaron divulgar a qué secundaria se fueron los graduados. ¿Por qué la prefirió ella? Ella había conectado con la guía turística de la escuela quien solo tenía 9 años, quien le gustaba leer los mismos libros y jugar con las mismas muñecas que ella. Estos padres le dieron el derecho a su hija de escoger su propia escuela.
Sax escribe: “Cuando le pregunté a Tammy por qué ella y su esposo dejaron que su hija de 8 años tuviera la última palabra, Tammy respondió, 'Yo creo que una buena crianza significa dejar que los niños decidan. Así es como los niños aprenden, ¿verdad? Si yo tomo todas las decisiones por ella, ¿cómo es que ella va aprender a tomar sus propias decisiones? Y si la obligo a ir a una escuela cual no es su primera elección, ¿qué puedo decir si ella se queja después de la escuela?’” ¿Como yo, queda usted perplejo al oír esto? Para mí, este cuadro es difícil de creer.
“Incluso hace 30 años, cuando me gradué de la escuela de medicina, hubiera sido inusual que los padres dejaran que un niño de 8 años tuviera la última palabra en la elección de su escuela. Pero ahora es común”, continua Sax. Los padres de hoy sufren de una confusión de roles. Los padres deben de ser amigables y amorosos con sus hijos. Sin embargo, no deberían dejar que un niño de 8 años tome decisiones que son difíciles para mentes de 30, 40 y hasta 50 años de edad.
Los niños si necesitan ser enseñados a cómo tomar decisiones. Pero, un niño de 8 años nunca debería de ser puesto en una situación para decidir a donde ir a la escuela. Solo decidir si ponerse un suéter azul o rojo, ¡claro!
La relación padre-hijo correcta
“Ahora vivimos en una cultura en la cual los niños valoran la opinión de sus compañeros de la misma edad más que la de sus padres, una cultura en la cual la autoridad de los padres ha disminuido no solo en los ojos de los niños, pero también, en los ojos de los padres mismos”, explica el Dr. Sax. “Y en relación a los padres y niños: la autoridad de los padres, y, más significantemente, la importancia de los padres, en las vidas de sus hijos ha disminuido substancialmente”, continua él, al referirse al sociólogo alemán Norbert Elias.
El regreso a un vínculo entre padre-hijo, en el cual los niños valoran la opinión de sus padres primero y todas las demás por segundo, es esencial para reparar la plaga de familias rotas.
En un núcleo familiar sano, los padres y los niños no son iguales. Los padres deberían mantener su posición de autoridad amorosa. Esa es la responsabilidad de un padre. Los niños deben ser amorosos, obedientes y respetuosos de esa autoridad parental. Esta es la única estructura familiar que produce niños saludables, alegres y exitosos.
Aun así, nuestra sociedad ha decidido experimentar y rechazar esta verdad. Esta estructura familiar sensata, centrada en la posición principal de los padres, especialmente el rol del padre, ha sido sistemáticamente socavada durante décadas en los colegios y universidades, en la televisión, en películas, libros, periódicos psicológicos y revistas populares.
“¿Sabía usted que algunos de los males más apremiantes en Estados Unidos, entre ellos la obesidad, males psiquiátricos, y nuestro sistema de educación en erosión, tienen una sola causa que puede ser fácilmente resuelta? Yo tampoco hasta que leí el nuevo libro de Sax: The Collapse of Parenting (El colapso de la crianza). Ustedes, estimados padres, suponen correctamente: Todo es nuestra culpa”, escribió Moyer en su artículo para Slate del 22 de enero, titulado: “No ha habido un colapso de la crianza”. Yo creo que muchos expertos familiares, maestros y hasta padres honestos no estarían de acuerdo con la Srta. Moyer.
En defensa del Dr. Sax, puedo decir que su libro no apunta con el dedo sólo para avergonzar a los padres; él también trabaja para alentar a los padres para que vuelvan al camino correcto. Esencialmente, escucho a Sax animando a todos los padres para que hagan mejor su rol. Lo puedo oír exclamando desde las gradas a la arena del desafío parental, diciendo: “¡Padres! Sean padres y usen sus derechos como padres para guiar a sus hijos con su autoridad”. No hay nada desalentador en eso.
Esta, es una verdad que Sax apoya: los padres fuertes, estrictos y amorosos edifican a hijos de carácter, quienes luego pueden conducir vidas productivas y exitosas.
Cultura de irrespeto
Sax asigna la culpa a donde ésta pertenece. Él apunta su dedo principalmente a los mensajes destructores de la familia, tan abundantes en la cultura norteamericana, los cuales han sido creados por magnates de los medios de comunicación, adultos, quienes específicamente los dirigen a los niños.
“No solo es el hip-hop y las camisetas. Está en todos lados”, declara Sax. “Hasta el Canal de Disney promueve la cultura de irrespeto activamente y socava la importancia de los padres. Considere los shows más populares en el Canal de Disney, como Jessie, una comedia en la cual los padres están casi siempre ausentes (y son irrelevantes), mientras que los tres niños son más competentes que el torpe mayordomo y la despistada niñera”. Él también menciona los shows de Disney Liv and Maddie y Dog With a Blog, en los cuales mamá y papá son siempre burlados por sus hijos. Aunque no todos los shows de familia en los 1950s y los 60s fueron los mejores, había varios que no destrozaban la familia, así como muchos shows lo hacen ahora. Father Knows Best viene a la mente como uno de los mejores. Blondie, ahora que lo pienso, fue uno de los peores. Dagwood, el padre, siempre fue representado como un idiota incompetente.
No hay duda que la cultura norteamericana del siglo XXI ha afectado a la mayoría de padres y a otros en autoridad, como los maestros. Yo he trabajado en nuestras escuelas públicas, ¡donde los niños gobiernan! Es triste ver que los padres y maestros han claudicado su autoridad tan fácilmente a la cultura moderna.
“Es difícil ser un padre en una cultura que constantemente socava la autoridad de los padres”, escribe Sax. “Hace dos generaciones, los padres y maestros tenían mucha más autoridad. En esa era, los padres y maestros en Estados Unidos enseñaban lo correcto y lo incorrecto en términos claros. Haz a otros como te gustaría que te hicieran a ti. Ama a tu prójimo como a ti mismo. Esas eran órdenes, no sugerencias”.
Se requieren adultos con pensamientos profundos, con confianza, sacrificio y altruismo para estar firmes ante las opiniones de la cultura norteamericana moderna. Sí se puede hacer. Los padres no deben temer ejercer su autoridad para ayudar a sus hijos.
“Ahora la mayoría de padres y maestros norteamericanos ya no actúan con tal autoridad. Ellos ya no ordenan. En vez ellos preguntan, ‘¿cómo te sentirías si alguien te hiciera eso?’. La orden ha sido reemplazada por una pregunta”, continua Sax.
Es importante reconocer que cuando los padres permiten que los niños tengan autoridad sobre sus propias vidas, ellos están claudicando a su propia responsabilidad. Yo sé por experiencia propia que es difícil obtener control y mantener orden en las aulas de hoy día. La falta de auto control y auto disciplina en los estudiantes socava severamente la habilidad de un maestro para instruir. Los maestros no pueden enseñar eficazmente a un grupo de estudiantes revoltosos y desobedientes. Es la responsabilidad de los padres de enseñarles a sus hijos la obediencia, el respeto por la autoridad, cómo respetar a otros, cómo llevarse bien con sus compañeros, y cómo comportarse en público. Mucha de esta formación se ha puesto sobre los hombros de los maestros escolares, quienes no tienen el tiempo para enseñar estas habilidades y también satisfacer los requerimientos del plan de estudios.
Entonces, si los padres no están enseñando ni los maestros están enseñando, ¿entonces quién está enseñando? Esta es la gran pregunta que Leonard Sax hace en su libro.
Cultura de jóvenes
¿Quién está verdaderamente enseñando a los niños hoy día? “Hemos permitido que los niños sean guiados por sus compañeros de la misma edad en vez de insistir en la primacía de la guía adulta”, escribe el Dr. Sax. Hoy día tenemos una cultura donde los niños están criando a los niños.
¿Cómo está ocurriendo esto? “Los mecanismos principales por los cuales la cultura norteamericana contemporánea afirma su primacía en los corazones de los niños son la Internet y los teléfonos móviles”, responde Sax. Ninguno de estos existía hace 25 años. Pero ahora, es común ver a un norteamericano de 4 años jugando con un iPad, completo con acceso a la Internet. Esto es particularmente cierto en comunidades afluentes. Y se está volviendo común ver una niña de 9 años con su propio teléfono celular; reitero, especialmente en comunidades afluentes.
¿En verdad son tan dañinos los dispositivos de alta tecnología conectados a la Internet? Seguro que sí. ¿Socava la autoridad de los padres? Sí. Esta tecnología y los dispositivos conectados a ella están expandiendo la brecha que divide las generaciones tan rápido como estas nuevas tecnologías y dispositivos están siendo diseñados.
Recientemente hice un viaje a Inglaterra para visitar a mi hija, mi yerno y tres nietos. Compré un celular nuevo con una buena cámara y micrófono para hacer unas entrevistas de radio mientras estaba ahí. No tuve tiempo de repasar el manual del teléfono antes de arribar. Mi nieto de 10 años me pidió ver mi teléfono. En como 20 minutos él me pudo enseñar varias características en el teléfono que yo nunca hubiera pensado que estaban ahí. Yo le pregunté que cómo sabía de estas características. Él me dijo que hizo algunas preguntas y observó a un técnico de televisión quien estaba desempeñando operaciones en la computadora mientras editaba un programa de televisión para nuestra organización.
¿Puede usted ver el posible peligro a la relación entre usted y su hijo, debido a estos aparatos? ¿No? Pues por esta experiencia con mi nieto, yo sí puedo.
Este es el punto que escribe Sax: “Es más probable que su hija y sus amigas sepan mejor que usted cómo subir una foto de un celular a una página de Instagram, con todo y efectos especiales digitales. Por esta razón su hija llega a valorar más la opinión de sus amigas que la suya. Le parece que sus amigas saben más sobre las cosas importantes que usted. Y mientras más tiempo pase en Instagram, ella pensará más que Instagram es algo importante”. Ahora bien, no malinterprete al Dr. Sax. Él no dice que los niños no deben tener acceso a estos aparatos. Sin embargo, el sí dice que los niños deben ser supervisados cuidadosamente. Él es firme en que los niños pequeños y adolescentes no deben tener acceso a esos dispositivos mientras están solos en sus habitaciones. Esto es consejo sabio.
Moyer criticó más a fondo The Collapse of Parenting al decir que, “Otras cosas que Sax lista como señas claras que el mundo se va deteriorar rápidamente: los niños de hoy se ponen camisetas repulsivas; los shows de televisión no son tan buenos como solían ser, y Miley Cyrus. Probablemente usted está comenzando a darse cuenta que la base para la teoría de Sax es ligera en evidencia; llena de antigüedades”. Pienso que este comentario confirma el punto de Sax. Vale la pena leer su libro.
Usted puede componer su familia
El Dr. Sax da muchos ejemplos de situaciones reales de familia en las cuales los padres podrían haber hecho mejores decisiones para sus hijos. Después él ofrece soluciones llenas hasta el tope de sentido común, y con sabiduría de las edades que podría haber arreglado el problema inicialmente. Los padres necesitan tomar de nuevo su autoridad y responsabilidad, y no retraerse de ello. Él sugiere que los padres y los niños pasen juntos mucho más tiempo sin permitir el uso de aparatos electrónicos. Esto significa que ustedes (padres) tampoco los usen. Él cree que las familias deberían tomar vacaciones a solas, sin amigos, para fortalecer los lazos entre padres e hijos. Padres e hijos deben comer la cena juntos.
Sobre todo él recalca que todos los padres deben asumir el rol de “primer” maestro e inculcar virtudes morales en sus hijos. Su capítulo titulado “La Primera Cosa: Enseñe Humildad” es profundo. Sax creé que uno de los problemas más grandes en la crianza norteamericana y las escuelas es que los niños los están inflando de autoestima. “La mayoría de los padres están de acuerdos con la idea de enseñar actitud receptiva, simpatía y ese tipo de cosa. ¿Pero la humildad? Ellos no saben dónde comenzar, o cómo, o por qué. Algunos padres ya ni siquiera entienden que significa la palabra ‘humildad’”, escribe Sax. ¿Son humildes sus hijos? ¿O creen ellos que son los más grandiosos, los más increíbles, maravillosos y los mejores? Sax advierte que, “un ego hinchado a la edad de 8 o 14 años puede conducir a resentimiento a la edad de 20 o 25 años”. Yo tuve que aprender temprano en mi carrera como escritor, que había socios mucho mejores escritores que yo. Pero yo no me derrumbé por saber eso. Yo continué trabajando para ser mejor. Aun Sax enseña claramente que muchos niños norteamericanos se desploman cuando se dan cuenta que otro niño es mejor que ellos en algún deporte, clase o talento. Sax declara con un gran tono de verdad, que la humildad se ha vuelto la virtud más “anti-norteamericana”.
¿Por qué los padres ya no enseñan virtudes a sus hijos? Bueno, seamos honestos. Así como la Srta. Moyer, muchas personas creen que las morales y las virtudes son solamente “antigüedades”.
“Hay una tradición de 2.000 años al lado de las mismas líneas con respecto a la virtud. Si usted forza a los niños a que actúen más virtuosamente, ellos de verdad se vuelven más virtuosos”, escribe Sax. “En el libro bíblico de los Proverbios, el cual los eruditos nos dicen fue escrito hace más de 2.500 años atrás, leemos esto: ‘Instruye al niño en su camino, Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él’”. Esto no es una “antigüedad”. Esto es sabiduría eterna de la mente de Dios el Creador, quien diseñó a la familia humana. Esta perspectiva, más que cualquier cantidad de evidencia científica de psicología o sociología del siglo XXI, es lo que distingue The Collapse of Parenting de cualquier otro libro sobre la crianza infantil en los estantes de las librerías.
La Srta. Moyer declaró que el libro de Sax no tiene valor porque no depende en evidencia científica. Esa es una declaración muy engañosa. Sax provee extensas notas de referencia para cada capítulo. Él cita estudios científicos y se refiera a muchos artículos adicionales. La verdad es que las familias se están desmoronando porque sí hay un colapso de la crianza.
Nosotros en la Trompeta de Filadelfia podemos decir esto con certeza absoluta. No solo por lo que vemos en la sociedad, pero porque Dios nos dice claramente en Isaías 3:12 que hay un colapso en la crianza. Estudie este versículo. Es un ejemplo perfecto de lo que ha estado y está tomando lugar en las familias de este siglo XXI.
También, asegúrese de solicitar una copia de Conspiracy Against Fatherhood [La conspiración en contra de los papás, disponible solo en inglés] por nuestro jefe editor, Gerald Flurry. Este folleto le enseña cómo Dios diseñó que la familia humana funcionara. Esta publicación está repleta de instrucción vitalmente importante para las familias. Usted sí puede construir una vida familiar exitosa. ▪