La epidemia del desempleo

Los cierres por coronavirus han sido la sentencia de muerte para muchas empresas pequeñas estadounidenses. El Foro Económico Mundial informó el 5 de mayo que el 34% de las empresas pequeñas en Estados Unidos siguen cerradas debido a las restricciones de la covid-19. Cerca del 99,9% de todas las empresas de Estados Unidos son negocios pequeños que le dan empleo al 47,3% de la mano de obra privada del país.

A muchas empresas grandes se les ha permitido permanecer abiertas porque se les considera un servicio esencial, por lo cual han visto un crecimiento sin precedentes. Por ejemplo, las ganancias de Amazon aumentaron un 200% de enero de 2020 a enero de 2021. Al mismo tiempo, Amazon añadió 250.000 puestos de trabajo a sus centros logísticos. Mientras los cierres continúen, las grandes empresas como Amazon seguirán expandiéndose.

Sin embargo, Estados Unidos está empezando a abrir su economía y a suavizar las restricciones, lo que permite que muchas empresas pequeñas tengan la oportunidad de recuperar las ganancias perdidas durante los meses de verano. En la actualidad, Estados Unidos cuenta con 9 millones de puestos de trabajo disponibles y 10 millones de desempleados.

El problema es que la mayoría de los estadounidenses desempleados no tienen ninguna urgencia por encontrar empleo.

El laboratorio de contratación de Indeed encuestó a 5.000 personas en EE UU de entre 18 y 64 años; el informe del 29 de junio mostró que el 25% tiene miedo a la covid-19 y está esperando a que aumenten las tasas de vacunación antes de encontrar trabajo. El 20% dice que tiene un colchón financiero y alrededor del 12% afirma que el seguro de desempleo es la razón por la que no busca trabajo con urgencia. La encuesta dice: “Actualmente hay un desfase en cuanto a la urgencia en el mercado laboral estadounidense. Muchos empresarios quieren dotarse de personal rápidamente para aprovechar las oportunidades que ofrece la reapertura económica estadounidense. Pero muchos trabajadores no opinan lo mismo. De hecho, sólo el 10% de los encuestados expresaron tener urgencia en su búsqueda de empleo”.

El motivo principal de la reincorporación lenta al campo laboral es el coronavirus. Puede ser que la gente está esperando que más estadounidenses reciban la vacuna, o que prefiere seguir viviendo de los subsidios de desempleo hasta que se agoten. Otro factor es el tipo de empleos disponibles. Gran parte de las ofertas de empleo provienen de la industria manufacturera y de servicios, que pagan salarios bajos. Steven Fazzari, economista de la Universidad de Washington en San Luis, dijo a Axios: “Estos trabajos no son muy buenos; son duros y no pagan muy bien. Se podría pagar el alquiler o la factura de los servicios sin ese trabajo”.

Esta es otra consecuencia de los cierres: incluso cuando las empresas tienen la oportunidad de recuperar parte de las pérdidas por la pandemia, la gente prefiere quedarse en casa y recibir beneficios en lugar de encontrar empleo.

Esta tendencia es especialmente evidente en los jóvenes.

Según un estudio realizado por el Centro de Política e Investigación Económica, alrededor de 3,8 millones de estadounidenses de entre 20 y 24 años no estaban trabajando, ni estudiando ni recibiendo capacitación durante los primeros tres meses de 2021. Esto supone un aumento del 24% (740.000) con respecto al 2020. Esta métrica se conoce como la tasa nini.

El Censo de Estados Unidos de 2019 contabilizó unos 21 millones de estadounidenses de entre 20 y 24 años. Eso significa que el 18% de ellos está optando por no trabajar ni ir a la escuela. Si comparamos estos datos con las últimas cifras de desempleo, es posible que el 38% de los desempleados estén entre los 20 y los 24 años.

Esto apunta a una conclusión obvia: muchos jóvenes no necesitan trabajar porque tienen una red de seguridad financiera, ya sea a través de sus padres o con ayudas del gobierno. La investigación de Pew de septiembre de 2020 mostró que el 52% de las personas de entre 18 y 29 años vivían en casa de sus padres, es decir, 26,6 millones de adultos jóvenes. Los investigadores señalaron que la covid-19 “obligó” a los jóvenes a regresar a sus hogares, y la reacción a este hecho creó desempleo y detuvo la educación de muchas personas.

Pero ahora que Estados Unidos está reabriendo su economía, estamos empezando a ver la triste realidad de lo que los encierros le han hecho a nuestra juventud. Ahora que hay 9 millones de empleos en oferta, casi 4 millones de jóvenes no trabajan y muchos no tienen ninguna urgencia por independizarse económicamente de sus padres. Esto no es cierto en todos los casos, pero estas estadísticas muestran una tendencia preocupante. Augusta Victoria Saraiva comentó esta tendencia en Bloomberg: “La inactividad de los jóvenes es una señal preocupante para el futuro de la economía, ya que no adquieren las habilidades laborales fundamentales que les ayuden a realizar su potencial de ingresos futuros”.

En otras palabras, estos años son cruciales para desarrollar una vida exitosa en el futuro. Si un joven no trabaja durante estos años cruciales, es mucho más difícil construir habilidades, experiencia y un plan de carrera que permita el crecimiento del potencial de ingresos: ir más allá de los trabajos de salario mínimo y alto impacto físico a un empleo que les permita mantener a una familia y ser financieramente estables. Herbert W. Armstrong escribió sobre la importancia de estos años en su libro fundamental La dimensión desconocida de la sexualidad:

La etapa entre los 16 y los 25 años de edad es de importancia vital. Son los años cruciales de preparación para la vida laboral. Durante estos años la mente tiene la capacidad de aprender más rápidamente que en cualquier otra época aquellos conocimientos avanzados necesarios antes de iniciar la carrera adulta, trátese de negocios, carrera profesional, ocupación o matrimonio.

Este es otro golpe al tejido social de Estados Unidos que afectará a la ya frágil columna vertebral del país: el núcleo familiar. Los jóvenes que pasen estos años en la ociosidad, sin trabajar ni prepararse para el futuro, no estarán preparados para dirigir una familia.

Saraiva también advirtió que “las altas tasas de ninis pueden fomentar entornos fértiles para el malestar social”.

Estados Unidos ha estado cosechando los frutos del malestar social. La agitación en torno al derrocamiento de estatuas, las protestas de Black Lives Matter y la violencia en las ciudades estadounidenses ha sido alimentada por los jóvenes. Los jóvenes sin nada que hacer, sin ambiciones y sin objetivos en la vida, se convierten en presa fácil para la gran cantidad de organizaciones que buscan fomentar el descontento social en Estados Unidos.

En su artículo “La cura nos está matando”, el editor ejecutivo de la Trompeta, Stephen Flurry, escribió sobre cómo la respuesta a la covid-19 tendría muchas consecuencias imprevistas en Estados Unidos. Escribió:

Sin duda estas medidas salvarán vidas que habrían sido interrumpidas por este virus. Pero también tienen un costo incalculable para nuestras economías, nuestros modos de vida, nuestras libertades civiles, nuestra cohesión social e incluso nuestra salud mental y física. En muchos sentidos parece que las ramificaciones de la reacción al coronavirus apocarán su daño y vivirán más tiempo que el propio virus.

El desempleo, la falta de voluntad para trabajar y el malestar social son sólo algunas de las consecuencias que están empezando a manifestarse. Y esto sólo está contribuyendo a tendencias proféticas más amplias. Para aprender más sobre las profecías bíblicas que hablan sobre la desintegración de la familia y lo que usted puede hacer para proteger a su familia contra la marea de la sociedad, por favor pida un ejemplar gratuito del libro del Sr. Armstrong La dimensión desconocida de la sexualidad. ▪

LA DIMENSIÓN DESCONOCIDA DE LA SEXUALIDAD

La dimensión más importante del conocimiento acerca de la sexualidad y del matrimonio había permanecido oculta ... desconocida hasta la publicación de este libro.