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Germany is changing

Gary Dorning/La Trompeta

La elección que sacudió a Alemania

Los votantes le dieron una paliza al poder político establecido. La nación podría no tener un gobierno por meses. Y cuando éste llegue, estará dividido y débil. Las elecciones recientes de Alemania auguran una mayor crisis por venir.

Se suponía que las elecciones federales del 24 de septiembre en Alemania serían aburridas. El Wall Street Journal dijo el 10 de septiembre, “Una campaña tranquila y predecible debería ser admirada en medio de un continente caótico”. El 11 de septiembre, el EUobserver dijo, “Finalmente una elección en Europa que no está atormentando nuestros nervios”. Bloomberg Businessweek se preguntó, “¿Cómo en 2017, puede la más grande economía de Europa tener una elección normal, incluso aburrida, mientras que cruzadas populistas le han dado la vuelta al orden político en otros lados?”

Dos semanas después, Alemania experimentó una elección que fue todo, menos aburrida.

Ángela Merkel fue reelegida, como se esperaba. Pero en lugar de estabilizar a Alemania, la elección sólo trajo más inestabilidad e incertidumbre. La nación más poderosa de Europa ahora está al borde de una completa crisis política, una que podría tener importantes implicaciones económicas y sociales.

La Unión Demócrata Cristiana de Merkel (cdu) y su partido hermano en Baviera, la Unión Social Cristiana (csu), ganaron sólo el 33 por ciento de los votos, su peor resultado desde 1949. Los socialdemócratas (spd), liderados por Martin Schulz, alcanzaron aproximadamente el 20 por ciento de los votos, también su peor resultado desde la Segunda Guerra Mundial.

El gran ganador fue el partido Alternative für Deutschland (afd) de extrema derecha, el cual ganó un sorprendente 13 por ciento de los votos para convertirse en el tercer partido más grande de Alemania, y el Partido Democrático Libre (fdp) de extrema izquierda con aproximadamente el 11 por ciento de los votos.

Merkel ahora se encuentra atascada tratando de formar la primera coalición de cuatro partidos en la historia de Alemania. Se espera que el proceso tome meses; Alemania podría no formar un gobierno hasta bien entrado el próximo año. Si Merkel fracasa en formar una coalición, podría tener que dimitir. Incluso si ella puede navegar exitosamente en las negociaciones, el resultado final sería un gobierno débil y difícil de manejar.

Las elecciones federales de septiembre revelaron a una Alemania dividida, frustrada e inestable. Los dos partidos más grandes ignoraron los asuntos que más le preocupan a la gente.

Muchos llamaron al resultado de esta elección un terremoto político, y Alemania ciertamente ha sido sacudida. Los terremotos golpean sin previo aviso, sin embargo, este terremoto político estuvo al menos dos años en proceso.

Las elecciones revelaron que la crisis real de Alemania es mucho más profunda de lo que la mayoría de la gente sabe. Nos dio una idea de una crisis mucho más significante retumbando bajo la superficie.

El espíritu conflictivo de Alemania

Trompeta ha advertido por años que Alemania está experimentando una crisis silenciosa. Fundamentalmente, esta crisis no es política ni económica sino psicológica. Se está desarrollando en las mentes y en los corazones de la gente. Un creciente número de alemanes sienten una lucha interna entre quienes aspiran a ser, y quiénes son. Es una lucha entre cómo ellos quieren sentirse —sobre el islam, sobre los migrantes, sobre la cultura y herencia tradicional de Alemania— y como ellos se sienten realmente.

La Alemania de la posguerra se enorgullece de ser multicultural, tolerante y liberal. Alemania es ampliamente considerada como el estándar para la moral, la política, la sofisticación y la ilustración moral. La Alemania del siglo 21 aborrece la guerra, defiende el medio ambiente y los derechos humanos, y valora la colaboración y cooperación internacional. Éste es el tipo de persona (y nación) que muchos alemanes aspiran a ser.

Pero hay un problema. La afluencia de más de un millón de migrantes musulmanes, junto con el dramático resurgimiento de Rusia y los continuos problemas financieros europeos, están despertando otros sentimientos y aspiraciones. Y estas emociones no cuadran con el deseo de ser tolerantes y multiculturales. Ser tolerante se siente bien, hasta que cientos de miles de extranjeros entran en su nación y esperan que usted pague las cuentas. Ser multicultural es maravilloso, hasta que hay musulmanes ondeando banderas del Estado Islámico viniendo a vivir en su ciudad y comienzan a mirar a su hija adolescente. Ser antiguerra se siente muy justo, hasta que los tanques rusos comienzan a rodar hacia el occidente.

Las duras realidades están forzando más y más a los alemanes a reconsiderar sus valores de la posguerra, a la luz de las necesidades más básicas. La tolerancia está siendo reemplazada por el prejuicio, el multiculturalismo por el patriotismo, el espíritu comunitario por un mayor instinto hacia la auto preservación y la autopromoción.

Quizás el aspecto más perturbador de esta historia es que los pensadores y líderes de la “élite” de Alemania, los principales políticos y periodistas de la nación (incluyendo Ángela Merkel), no reconocen públicamente el espíritu conflictivo de Alemania. Ellos no parecen estar pensando seriamente sobre sus perturbadoras ramificaciones.

Esto es realmente alarmante. ¡La transformación ocurriendo ahora en el corazón del pueblo alemán culminará en la séptima y final resurrección del Sacro Imperio Romano!

El ascenso de la extrema derecha

Incluso después de la elección, pocos están enfrentando esta crisis. Aunque muchos la etiquetaron de terremoto político, pocos han estudiado las fallas geológicas que lo causaron. Ángela Merkel de hecho dijo que ella no había hecho nada diferente, y que el éxito de la elección del afd no influenciaría su política de refugiados.

Mientras tanto, de regreso a la realidad, el éxito político del afd y el fdp de extrema izquierda prueba poderosamente que el público está cada vez más insatisfecho y temeroso.

El dramático ascenso del afd es de ponderar. El partido tan sólo fue fundado en abril de 2013. Menos de seis meses después, ganó el 4,7 por ciento de los votos en las elecciones federales. Para la primavera de 2017, tenía representación en 13 de los 16 parlamentos estatales de Alemania. Este septiembre, el afd se convirtió en el tercer partido político más grande de Alemania. Éste tendrá aproximadamente 90 asientos en el Bundestag, marcando la primera vez en 60 años que un partido más a la derecha que los cdu/csu tendrá representación parlamentaria. Eso es sorprendente considerando que el afd no bajó el tono en su retórica con el fin de ganar más votos. Se mantuvo firmemente anti-migrante, anti-islam y anti-UE.

La cdu y la csu, o simplemente “la Unión”, sufrieron una caída cerca del 9 por ciento en los votos desde 2013. En Baviera, el Estado natal de la csu, fue una caída del 10 por ciento.

El afd estuvo allí para recoger a los votantes frustrados. Sin embargo, las encuestas indican que un gran número de votantes del afd —aproximadamente el 70 por ciento según algunas encuestas— votaron simplemente para protestar contra los otros partidos, no por una gran lealtad hacia el afd. Nico Siegel, director de la agencia encuestadora Infratest dimap, describió al afd como “una máquina aspiradora de aquellos insatisfechos con los otros partidos”.

Si la Unión cdu/csu quiere a esos votantes de regreso, tendrá que moverse mucho más a la derecha, especialmente en inmigración. Las encuestas muestran que un creciente número de alemanes quiere que el flujo migratorio se detenga o sea seriamente frenado. Una encuesta de Bertelsmann Foundation encontró que el 54 por ciento cree que el país no puede manejar más migrantes; es la primera vez que una mayoría expresó esta opinión (tan sólo hace dos años, sólo el 40 por ciento se sentía de esta manera). El estudio concluyó que, “Muchos sienten que el límite máximo ha sido alcanzado” (énfasis agregado en todo).

Mientras tanto, Merkel se rehúsa a poner un tope sobre el número de migrantes entrando al país.

UN estudio publicado en agosto por R+VInfocenter reveló que el terrorismo islamista es ahora el principal temor de los alemanes. La analista Brigitte Roemstedt dijo que el temor de un ataque terrorista está ahora “en uno de los niveles más altos jamás registrados”.

Y a pesar de esto, Ángela Merkel y Martin Schulz apenas discutieron sobre el terrorismo islamista antes de las elecciones. Un estudio de Rheingold Institute, justo antes de la votación citó al psicólogo jefe Stephan Grünewald, quien dijo que, “En un nivel fundamental, los votantes están totalmente decepcionados en esta campaña electoral”. El pueblo alemán “siente como si las cosas que son importantes para ellos no están siendo discutidas, y que muchas están siendo pasadas por alto (…). En las entrevistas en profundidad, de lo que toda la gente quería hablar era de la crisis de los refugiados, la crisis de los refugiados, la crisis de los refugiados. A pesar de ser dejado por fuera de la campaña tan elegantemente, sigue siendo un punto doloroso que no ha sido tratado por los políticos”.

Los votantes están desorientados y llenos de incertidumbre”, advirtió Grünewald. “Ellos describen a Alemania ya sea como un país enfermo y decadente o como una isla segura de abundancia en un mar de riesgo. Todo es muy frágil y conduce a arranques emocionales. Nunca antes había visto tanta ira y odio entre los sujetos de prueba”.

Merkel alcanzó a ganar con un margen apenas, pero poco ha cambiado significativamente en Alemania desde la elección. Los principales líderes de Alemania, incluyendo la canciller Merkel, aún no han abordado seriamente los asuntos que perturban a un gran número de alemanes. Hay mucho que admirar de Ángela Merkel, pero cuando se trata del tema de los refugiados, ella está peligrosamente desconectada con el público. Las consecuencias de tal pensamiento son alarmantes. Estos problemas sólo se tornarán más serios, al igual que el sentido de abandono e ira del público. Las personas ya están más ansiosas, llenas de incertidumbre y más irritadas. ¡Una importante crisis política es inminente!

Anhelando un hombre fuerte

En noviembre de 2015, Trompeta escribió que, “El tiempo lo dirá, pero la acogida de Merkel a los migrantes podría estar arruinándola”. En los dos años transcurridos desde entonces, Merkel se ha mantenido pero el espíritu alemán sólo se ha vuelto más tormentoso. Los instintos de auto preservación y el nacionalismo se han intensificado. La gente quiere un líder y un partido político dispuestos y capaces de liderar a Alemania (e incluso a Europa) a través de este periodo tumultuoso.

La región para observar de cerca es Baviera. Situada al sur oriente de Alemania, limitando con Austria y la República Checa, Baviera es el corazón de la nación. Es conservador y firmemente católico, y tiene una rica historia con algunos de los imperios más poderosos de Europa y los más peligrosos regímenes. “Baviera a menudo ha sido el centro para nuevos experimentos políticos en Alemania”, explicó la empresa de investigación Stratfor. “En tiempos de profunda convulsión social, esto implicó abrazar posiciones extremas” (18 de octubre de 2015).

Baviera, y específicamente la ciudad de Múnich, fue un caldo de cultivo del nacionalsocialismo. El joven Adolfo Hitler fue criado en Baviera, y Múnich fue dónde él hizo su primer intento de tomar el poder en el Putsch de la Cervecería de1923. Múnich “tiene un lugar especial en el panteón nazi, y en 1935 Hitler la declaró ‘capital del movimiento nazi” (ibíd.).

Es probable que el próximo líder de Alemania provenga de Baviera. El principal partido político allí es la csu, uno de los más grandes de Alemania. Junto con la cdu, éste ha conformado la alianza más influyente en la política alemana moderna.

La crisis de refugiados ha introducido la tensión e inestabilidad dentro de esta alianza. La csu se opone firmemente a los puntos de vista de Merkel sobre este asunto. Baviera está en la línea frontal de la crisis; ha observado a los refugiados colarse dentro de sus ciudades y pueblos.

La csu está más sintonizada con el pueblo alemán sobre este tema, que Merkel y la cdu. La mayoría del público, aunque en desacuerdo con Merkel, no desea unirse a Die Linke o Alternative für Deutschland. Ellos quieren a un partido principal con los mismos puntos de vista sobre temas claves, especialmente los refugiados. La csu está posicionada para ser ese partido—para capitalizar cualquier paso en falso de Merkel, o quizás un retiro forzado o colapso político.

El hombre para observar dentro de la csu es Karl-Theodor zu Guttenberg. Él es nativo de Baviera y un discípulo del hombre fuerte alemán Franz Josef Strauss. Antes de mudarse a EE UU en 2011, él fue ministro de Defensa, el político más popular de la nación y el hombre que muchos esperaban que se convirtiera en el futuro canciller. Guttenberg es de ascendencia aristocrática, tiene aspecto de estrella de cine y una personalidad carismática. Él se comunica con fuerza y vigor, pero también es un pensador profundo y pragmático. Él entiende a Alemania y a Europa. Cuando uno escucha sus discursos, se puede ver que él entiende el conflicto que carcome al espíritu alemán.

Antes de la elección y por primera vez desde el escándalo de plagio, que lo forzó a dejar el cargo hace más de seis años, Guttenberg estaba en Alemania haciendo campaña para la cdu/csu. Incluso ahora hay rumores de que después de la elección, él se mudará de regreso a Berlín para ocupar un puesto en el gabinete dentro del nuevo gobierno.

Una nueva Alemania es inminente

Si usted piensa que Alemania es fuerte ahora, simplemente espere. Lenta pero firmemente, esta crisis de identidad está causando que los alemanes acepten que la mansedumbre, la tolerancia y la pasividad son malos consejeros y peligrosos en un mundo cada vez más inestable y violento. A nivel de las bases, Alemania está desarrollando una nueva identidad de la posguerra.

Desde 1944 la revista Trompeta y su predecesora la Pura Verdad han estado profetizando acerca del surgimiento de una Alemania fuerte, activa y poderosa. Hemos basado estas predicciones en muchas profecías bíblicas. En Isaías 10:5, por ejemplo, Dios dice: “Oh Asiria [el nombre en la profecía bíblica para Alemania de los días modernos], vara y báculo de mi furor, en su mano he puesto mi ira”. Ésta es una profecía sobre Dios desplegando a Alemania como una vara de corrección para infligir terrible violencia y dolor sobre las naciones de Israel de los días modernos.

Alemania también es un protagonista en la profecía del tiempo del fin de Ezequiel 23. Esta profecía dice que Gran Bretaña, EE UU y el Estado judío en Oriente Medio se alinearán con Alemania, el cual será el líder dominante mundial. Los versos 9-12 leen: “Por lo cual la entregué en mano de sus amantes, en mano de los hijos de los asirios, de quienes se había enamorado (…) Se enamoró de los hijos de los asirios sus vecinos, gobernadores y capitanes, vestidos de ropas y armas excelentes, jinetes que iban a caballo, todos ellos jóvenes codiciables”.

Nuevamente, ¡esta profecía muestra que Alemania será un impresionante poder político y militar, una nación poderosa e imperialista que subyuga grandes extensiones de civilización!

Oseas 5 tiene otra profecía similar del tiempo del fin sobre las naciones de Israel, principalmente Efraín (Gran Bretaña). Pero note, Dios dice que “Y verá Efraín su enfermedad, y Judá su llaga; irá entonces Efraín a Asiria, y enviará al rey Jareb; más él no os podrá sanar, ni os curará la llaga” (verso 13). Esto predice que Gran Bretaña buscará apoyo en Alemania. ¿Por qué? ¡Porque aparentemente Alemania en este tiempo es la nación líder del mundo!

Hay profecías similares en Habacuc 1, Daniel 7, 8 y 11, y en Apocalipsis 13 y 17, por ejemplo. Éstas hablan del resurgimiento en el tiempo del fin de un súper Estado europeo, inspirado por el catolicismo y liderado por Alemania. ¡Por difícil que sea ahora de imaginar a la UE como una superpotencia imperialista, esto es exactamente lo que la Biblia profetiza!

¡Y en el corazón de este imperio europeo está una extremadamente poderosa, extremadamente asertiva y extremadamente agresiva nación alemana!

Esta Alemania se está formando incluso ahora. La lucha interna dentro de muchos alemanes sólo se intensificará después de esta reciente elección. Más de Merkel significa más de lo mismo. Ahora que las elecciones terminaron, ¿qué puede motivarla a ella a hacer los cambios que la gente busca? Y a menos que algunos cambios dramáticos sean hechos, ¡Alemania se tornará menos estable y la gente más ansiosa, más frustrada, y mucho más enojada!

Eventualmente, la tensión y la ira explotarán, ¡iniciando un curso de eventos que provocará el surgimiento de una Alemania nueva, más poderosa, más asertiva y más aterradora! 

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