MELISSA BARREIRO/LA TROMPETA
La crisis fronteriza intencional
El régimen de Biden está ignorando deliberadamente la peor crisis fronteriza de la historia de Estados Unidos. Miles de extranjeros ilegales cruzan cada día la frontera sur y un gran número de ellos son jóvenes adultos en edad militar que vienen solos. En los 32 meses transcurridos desde que Joe Biden se instaló en la Casa Blanca, se ha detenido en la frontera sur a 6 millones de personas, casi el equivalente de toda la población de El Salvador. Pero los detenidos por los agentes de la Patrulla de Aduanas y Fronteras están lejos de ser los únicos que intentan entrar ilegalmente al país.
Las imágenes térmicas de drones han revelado cientos de migrantes entrando a Texas al amparo de la oscuridad. Y el New York Post informó que Biden ha permitido a 221.456 migrantes volar desde Suramérica “directamente a las ciudades estadounidenses de su elección”. Datos obtenidos por el Centro de Estudios de Inmigración muestran que el Departamento de Seguridad Nacional está persuadiendo a decenas de miles que quieren cruzar la frontera para que utilicen una aplicación de teléfono inteligente para concertar citas con funcionarios estadounidenses en los puertos de entrada terrestres. En lugar de entrar a pie a EE UU, estos extranjeros ilegales vuelan en aviones comerciales.
¿Por qué ocurre esto? Biden está abrumando intencionalmente a los agentes fronterizos, a agentes de inmigración, a los alcaldes de grandes ciudades y a residentes de pequeños pueblos de EE UU. Él y su jefe, Barack Obama, están haciendo que el proceso de inmigración ilegal sea lo más eficiente posible. Están permitiendo que los suramericanos sobrevuelen la frontera hacia el interior del país, les proporcionan un teléfono inteligente a su llegada y los dejan libres en las ciudades estadounidenses siempre y cuando prometan volver para una audiencia de asilo, sabiendo que muchos no se presentarán.
Acogiendo a todo el mundo
Biden se jactó recientemente de haber concedido unilateralmente un estatus legal temporal a 472.000 inmigrantes ilegales venezolanos que llegaron al país este año. Esto facilita que estas personas permanezcan en EE UU indefinidamente, y se suma a los 243.000 venezolanos a los que se concedió estatus temporal el año pasado.
Obama y Biden están permitiendo que EE UU sea invadido por no ciudadanos. Ya no es un secreto. ¡El régimen de Joebama quiere dar la bienvenida a todo el mundo!
En sus declaraciones ante el Instituto del Caucus Hispano del Congreso el 22 de septiembre, Biden afirmó con orgullo: “También he dado instrucciones a mi equipo para que se realice un aumento histórico en el número de refugiados admitidos procedentes de Latinoamérica”.
Un aumento histórico.
No estoy seguro si los asesores de Biden querían que admitiera eso abiertamente. Las encuestas de opinión reflejan que una gran mayoría de estadounidenses desaprueba cómo está gestionando la inmigración. Sin embargo, sin importar lo que piensen los ciudadanos, Biden está trayendo rápidamente a tantos inmigrantes extranjeros como sea posible, un aumento histórico diseñado para traer un cambio histórico que borre lo que EE UU ha sido y lo transforme de una de las maneras más fundamentales posibles.
Reducir el estándar de vida de EE UU
Hace poco circuló por X.com [antes Twitter] un video en el que un comediante habla de la urgente necesidad de abrir la frontera de EE UU para que los estadounidenses dejen de tener un estándar de vida tan alto. Puede que estuviera bromeando, pero muchas élites liberales no lo están, principalmente Obama.
¿Recuerda cómo Obama sermoneaba a los estadounidenses sobre el uso de la energía? En 2008 dijo: “No podemos conducir nuestros vehículos todoterreno, comer todo lo que queramos y mantener la temperatura de nuestras casas a 22° Celsius todo el tiempo, ya sea que vivamos en el desierto o en la tundra, y esperar que todos los demás países digan: ‘Bien, ustedes sigan usando el 25% de la energía mundial aunque sólo representen el 3% de la población mundial”.
Olvídese de la cantidad de energía mundial que produce EE UU (superado sólo por China): Obama quiere que los estadounidenses consuman menos, y no es porque le preocupe el medioambiente. Le importa el control y utilizar ese control para desmantelar a EE UU.
Obama piensa que en estos momentos el estadounidense promedio todavía tiene demasiado control sobre su propia vida; cosa que hay que “transformar”. Y la forma de lograrlo es atrayendo a millones de personas de Latinoamérica (y a muchos otros países a través de ella) para que vivan ilegalmente en EE UU, haciendo subir los precios de la energía, aumentando la inflación y reduciendo de otro modo los recursos y la independencia del ciudadano estadounidense común.
Estamos presenciando un desmantelamiento demográfico y una redistribución masiva de la riqueza a escala histórica.
Algunos radicales piensan que esto es noble. Otros no lo han pensado en absoluto. Muchos ignoran la historia, y la mayoría ignora la ley de causa y efecto en los asuntos humanos. ¡Pero todos podrían y deberían darse cuenta de que esto es intencional y malvado! Fíjese en las acciones de Obama y Biden en EE UU y en el extranjero. No buscan políticas coherentes de reducción de energía, de calidad de vida en Latinoamérica, de reducción de enfermedades contagiosas, ni siquiera de ideales socialistas. La política consistente, en el exterior e interna, ¡es forzar un desmantelamiento histórico y transformador de EE UU!
Obama y otras élites están tratando de destruir el estándar de vida de la gente común para que todo el país y todo el mundo sean pobres y dependientes de la camarilla de las élites (que, casualmente, es y seguirá siendo cada vez más rica).
Nuevos votantes
El alcalde de Eagle Pass, Texas, declaró recientemente al New York Post que su ciudad se ha visto inundada por hombres solteros procedentes de Venezuela. Obama y Biden no están tratando de dar una amnistía masiva a niños, mujeres o familias oprimidas, sino a un ejército de hombres solteros en edad militar que entran a un condado que muchos de ellos desprecian. (La Agencia de Aduanas y Protección de Fronteras informa que el 63% de los detenidos en la frontera sur son solteros). Incluso Eric Adams, el alcalde liberal de la ciudad natal del Post, a 3.200 kilómetros de la frontera y la ciudad más rica del mundo, dijo que la inmigración a través de la frontera sur “destruirá a la ciudad de Nueva York”.
“Pero ¿por qué la administración Biden desencadenó deliberadamente la mayor afluencia a través de la frontera sur en la historia de EE UU?”, se pregunta Victor Davis Hanson. “Los chovinistas étnicos y las élites del Partido Demócrata necesitaban nuevos votantes, debido a sus agendas cada vez menos populares. Temían que entre más inmigrantes latinos legales se asimilaran e integraran en la sociedad estadounidense, menos contentos estarían con las fijaciones radicales de la izquierda en materia de aborto, raza, transexualidad, delincuencia y ecologismo” (21 de septiembre).
Esto explica por qué Biden se jacta de “un aumento histórico en el número de refugiados admitidos de Latinoamérica” en un momento en que la mayoría de los estadounidenses desaprueban su forma de tratar el asunto de los inmigrantes. Están trayendo personas que no sólo debilitan a la población existente, sino que también pueden convertirse en nuevos votantes procedentes de naciones socialistas.
La crisis migratoria de EE UU es un intento de los radicales de transformar el país en una nación socialista gobernada por un tirano estadounidense. Algunos analistas reconocen esto no sólo en la crisis fronteriza, sino también en la traicionera respuesta del gobierno. Pero un análisis mucho más profundo revela mucho más sobre la crisis de la inmigración ilegal en EE UU. Ese análisis proviene de las profecías de la Biblia.
El ‘crisol’ del mundo
En el libro Estados Unidos y Gran Bretaña en profecía, Herbert W. Armstrong identificó a los primeros inmigrantes americanos como descendientes del patriarca Abraham. Jacob, el nieto de Abraham, pasó sus promesas de primogenitura a los hijos de su hijo José (Génesis 48). Jacob dijo que los descendientes de un nieto, Efraín, se convertirían en un conjunto de naciones, mientras que los del otro, Manasés, serían una única gran nación.
Génesis 49:22 dice: “Rama fructífera es José, rama fructífera junto a una fuente, cuyos vástagos se extienden sobre el muro”. Los descendientes de José, en otras palabras, iban a convertirse en un pueblo colonizador en los últimos días. Eso es exactamente lo que hicieron, extendiéndose desde las Islas Británicas por toda la Tierra, incluyendo Norteamérica.
Los descendientes de Efraín se convirtieron en Gran Bretaña, y los de Manasés en EE UU. Muchos inmigrantes americanos procedían de naciones distintas de Inglaterra. “Una gran parte de la tribu de Manasés permaneció con Efraín hasta la separación de la Nueva Inglaterra”, escribió el Sr. Armstrong. “Pero nuestros padres fundadores, habrían de ser zarandeados como se zarandea el grano en una criba, sin que cayera ni un granito en tierra (sin perder ni uno, Amós 9:9)” (op. cit.).
Tras la destrucción del reino de Israel y, posteriormente, del reino de Judá y la dispersión de sus pueblos, la tribu de Efraín y gran parte de la tribu de Manasés pasaron por muchas naciones diferentes antes de emigrar finalmente a las islas del noroeste de Europa. Sin embargo, muchos descendientes de Manasés permanecieron en las naciones donde se habían dispersado. Cuando Gran Bretaña colonizó Norteamérica, estos descendientes empezaron a emigrar al Nuevo Mundo. No todos los inmigrantes europeos eran descendientes de Manasés, pero sí una gran mayoría.
Al igual que el EE UU actual, el antiguo Israel aceptaba inmigrantes de otras naciones. Pero la ley de Dios especificaba que estos inmigrantes debían obedecer las leyes de Israel (vea Éxodo 12:49; Levítico 19:34; Números 9:14).
“Por tanto, hemos llegado a ser conocidos [el pueblo estadounidense] como el ‘crisol’ del mundo”, escribió el Sr. Armstrong. “Pero este hecho no contradice nuestro ancestro Manasés, más bien lo confirma. Las pruebas son muchas de que Estados Unidos es de Manasés, quien había de separarse de Efraín y convertirse en la nación más grande y rica en la historia del mundo” (ibíd.).
¡Esta es la razón del excepcionalismo histórico de EE UU! Ningún político republicano o comentarista conservador lo dice, ni siquiera se aventura a adivinar dónde, por qué y cómo EE UU heredó los recursos y los principios para llegar a ser grande, ¡aunque es esencial para entender lo que le está pasando a EE UU ahora!
La fuente de las bendiciones de EE UU
Barack Obama y Joe Biden han llevado a EE UU a un punto de inflexión histórico. Están motivando y permitiendo que miles de inmigrantes entren a raudales sin procesos legales o investigación personal de ningún tipo. Muchos de los inmigrantes no están interesados en adoptar la cultura estadounidense o seguir sus leyes, y mucho menos las leyes que gobernaron a la nación en su apogeo, en sus primeros días o en sus antiguos orígenes.
“Ya no hablamos el mismo idioma, ni adoramos al mismo Dios, ni honramos a los mismos héroes, ni compartimos las mismas festividades”, resumió Pat Buchanan en 2014. “El cristianismo está en declive. Las iglesias tradicionales se están separando por cuestiones morales como el aborto y el matrimonio entre personas del mismo sexo. El islam está creciendo. Nuestra sociedad parece desintegrarse”.
Ya no somos “una nación, bajo Dios, indivisible”, bajo una ley y una bandera. Por el contrario, somos una mezcla fragmentada de etnias y culturas enfrentadas al borde de una guerra racial.
Las bendiciones de esta nación nos llegaron no “por alguna sabiduría o virtud superior nuestra”, como advirtió Abraham Lincoln. Vinieron más bien del “Dios que nos hizo”. Como dijo: “Es deber de las naciones así como de los hombres, depender del poder supremo de Dios; confesar sus pecados y transgresiones con humilde arrepentimiento, pero con la esperanza segura de que el arrepentimiento genuino conducirá a la misericordia y al perdón; y reconocer la sublime verdad, proclamada en las Sagradas Escrituras y probada por toda la historia, de que sólo son benditas aquellas naciones cuyo Dios es el Señor”.
Como el Sr. Armstrong documentó en Estados Unidos y Gran Bretaña en profecía, estas bendiciones vinieron de las promesas detalladas que Dios hizo al hombre con el mismo nombre de aquel presidente: el patriarca Abraham. Toda la riqueza que usted y yo tenemos se remonta a ese hombre y a los principios que él representó: fe en el Dios verdadero y obediencia a Sus leyes.
Incluso los comentaristas más conocidos que descartan la profecía y rechazan la identidad bíblica de EE UU pueden ver que vamos por un camino desastroso. EE UU se está desmoronando.
Considere la crisis fronteriza a la luz de Deuteronomio 28:43: “El extranjero que esté entre vosotros subirá sobre vosotros cada vez más alto, y vosotros bajaréis cada vez más bajo” (traducción nuestra de la versión Revised Standard). Esta Escritura es una profecía del tiempo del fin sobre EE UU y Gran Bretaña.
Basta con mirar a nuestro alrededor para ver que esta profecía y otras se están cumpliendo hoy. Como dijo Lincoln en esa misma proclamación presidencial de 1863: “Nos hemos olvidado de Dios”. Y ahora los forasteros, extraños, inmigrantes y extranjeros se están apoderando de EE UU. La avalancha de inmigrantes ilegales revela un flagrante desprecio por la ley. Expone y exacerba la pérdida de una cultura común. La incapacidad de EE UU para proteger sus fronteras demuestra que las mismas cosas que definen a EE UU como nación se están erosionando. La inmigración masiva descontrolada y autodestructiva cumple las profecías bíblicas.
El profeta Isaías dice que esta crisis se intensificará hasta que la nación sea destruida: “Vuestro país yace desolado, vuestras ciudades están abrasadas por el fuego; en vuestra misma presencia los extranjeros devoran vuestra tierra; está desolada, como derribada por los extranjeros” (Isaías 1:7; traducción nuestra de la versión RS). Los carteles de la droga están aprovechando esta crisis para introducir de contrabando a EE UU drogas y personas, incluyendo muchas procedentes de adversarios extranjeros motivados para infiltrarse, cometer delitos y desatar el terrorismo en este país.
Actualmente, los extranjeros que inundan la frontera de EE UU provienen principalmente de Centro y Suramérica, pero la profecía bíblica muestra que seguirán infiltraciones mucho más sofisticadas e invasiones más abiertamente militarizadas (p. ej., Isaías 10:5-7). Una futura administración de Trump probablemente tratará de tomar medidas drásticas en la seguridad fronteriza. Pero sin un llamado al arrepentimiento hacia Dios como el de Lincoln, una respuesta sin precedentes de los estadounidenses en todas partes, y un milagro resultante de Dios, ¡las fronteras abiertas, el flujo de inmigrantes, el flujo de drogas y otras políticas que se están imponiendo en EE UU debilitarán a la nación hasta el punto en que ya no pueda resistir una invasión militar!
Parafraseando a Ronald Reagan, cuando una nación pierde el control de sus fronteras, deja de ser una nación. Esto es lo que le está ocurriendo a EE UU ahora. ¡Y esta transformación histórica está siendo forzada por aquellos en la propia cima!