Irán y Arabia Saudí renovarán sus lazos en un acuerdo negociado por China
El viernes pasado, Irán y Arabia Saudí acordaron restablecer sus relaciones diplomáticas tras siete años de hostilidad. Ambas naciones han estado disputándose la influencia en Oriente Medio. Ambas respaldan a bandos distintos en la guerra civil de Yemen. Representan a las dos principales variantes rivales del islam (el islam suní para Arabia Saudí; el islam shií para Irán). Arabia Saudí está más cerca de Estados Unidos e Israel, mientras que Irán se asocia con Rusia. Las diferencias entre ambas partes parecen casi irreconciliables. Esto es lo que hace que el último anuncio sea tan digno de mención.
Según una declaración conjunta, Arabia Saudí e Irán acordaron reabrir las embajadas en sus respectivas capitales y sus ministros de Asuntos Exteriores celebrarán una cumbre próximamente. Además, ambos países afirmaron “el respeto a la soberanía de los Estados y la no injerencia en los asuntos internos de los Estados”. Según fuentes anónimas citadas por el Wall Street Journal, “Irán se comprometió a detener los ataques contra Arabia Saudí, incluidos los de los rebeldes hutíes a los que respalda en la guerra civil de Yemen”.
Nuevo mediador: durante décadas, el principal agente de poder en Oriente Medio ha sido Estados Unidos. Pero este último acuerdo fue realizado por un nuevo actor en la región: la República Popular China. Las negociaciones para el acuerdo tuvieron lugar del 6 al 10 de marzo en Pekín. China, hambrienta por energía, mantiene buenas relaciones con ambos gigantes productores de petróleo, por lo que se le consideró un mediador natural entre Teherán y Riad. El acuerdo es una gran victoria diplomática para China y muestra su deseo de implicarse cada vez más en la región.
Lazos deteriorados: muchos lo interpretan como un desprecio por parte de los saudíes a su aliado tradicional, Estados Unidos. Desde que Joe Biden llegó a la Casa Blanca en 2021, las relaciones con los saudíes se han deteriorado. Biden ha criticado los antecedentes de Arabia Saudí en materia de derechos humanos y su implicación en Yemen. Eso, sumado a su compromiso poco firme respecto a la seguridad saudí, está poniendo nervioso al gobernante saudí Mohammed bin Salman.
El futuro: lo que China ofreció a ambas partes detrás de escenas aún no es evidente. Pero es poco probable que el acuerdo se haya producido porque los saudíes e iraníes hayan cambiado de opinión. Irán sigue intentando posicionarse como la potencia islámica preeminente del mundo. También es un Estado terrorista que intenta exportar su revolución a todo el Oriente Medio. Bin Salman sabe que los iraníes no son de fiar, pero también Estados Unidos bajo Biden está demostrando no ser de confianza. El último acuerdo puede demostrar que los saudíes están dispuestos a buscar nuevos socios internacionales. Podrían ver a China como un socio para evitar que Irán se vuelva demasiado extremista.
Lo que dice la Biblia: el Salmo 83 profetiza la formación de un bloque de poder en Oriente Medio en nuestros días. El versículo 6 indica que los “ismaelitas” —Arabia Saudí moderna— formarán parte de esta alianza. Pero China no es la principal potencia exterior que mantiene unida esta alianza. El versículo 8 presenta a “Asur”, o Asiria, los pueblos ancestrales de la Alemania moderna. Evidentemente, los saudíes seguirán “brincando de aliado a aliado” hasta que se asienten con Berlín. Esta alianza cambiará drásticamente la situación geopolítica mundial. Además, Irán no formará parte de la alianza del Salmo 83, sino que de hecho será el blanco de una alianza europea dirigida por Alemania. Así que no debemos esperar que esta relación entre Irán y Arabia Saudí dure.
Para saber más, lea el capítulo 4 del folleto gratuito de Gerald Flurry, redactor jefe de la Trompeta, El rey del sur.