(JIM WATSON/AFP VÍA GETTY IMAGES)
Inteligencia Artificial y la búsqueda por la vida eterna
El 2 de febrero, Business Insider escribió: “ChatGPT podría venir y quitarnos nuestros empleos”. Entre los empleos enumerados se encuentran ingenieros de software, periodistas, profesores y contadores. Algunos creen que los humanos deben fusionarse con las máquinas para evitar volverse irrelevantes en los tiempos de la inteligencia artificial. Algunos temen estos avances; otros creen que es una oportunidad para superar la propia mortalidad.
Elon Musk es pionero en la fusión de inteligencia humana y artificial. En 2019, dijo:
No podremos ser más inteligentes que un superordenador digital, siendo así las cosas, si no puedes vencerlos, únete a ellos.
Musk ha desarrollado un implante cerebral a través de su empresa Neuralink. El implante, según sus promesas, hará que los paralíticos caminen, que los ciegos vean y, con el tiempo, que las personas se conviertan en organismos cibernéticos, pero actualmente está obstaculizado por reglamentos. Su objetivo a largo plazo es una “capa de superinteligencia digital” que vincule a los humanos con la inteligencia artificial.
¿Vivir para siempre? La capacidad de controlar extremidades robóticas con el cerebro es fascinante. Algunos creen que ésta y otras tecnologías permitirán a los hombres prolongar su vida o incluso vivir para siempre. Pero Musk afirma: “Es importante morir porque la mayoría de las veces la gente no cambia de opinión, simplemente muere. Si vivimos para siempre, podríamos convertirnos en una sociedad muy osificada en la que las nuevas ideas no puedan triunfar”.
Otros tienen una opinión diferente. El futurólogo Tom Cheesewright le dijo al Daily Star: “Como aficionado a la ciencia ficción, me entusiasma la perspectiva de vivir para siempre, ya sea como robot o en realidad virtual”. El fundador de Amazon y Blue Origin, Jeff Bezos, presuntamente invirtió en una empresa emergente de investigación antienvejecimiento en Silicon Valley.
Los expertos estudian cómo la inteligencia artificial podría conferir una especie de inmortalidad digital, preservando la personalidad de los difuntos en forma virtual y permitiéndoles evolucionar.
—Wall Street Journal
Una falsificación: debemos observar de cerca estos acontecimientos porque son una falsificación de lo que Dios está haciendo. Como explicó el difunto Herbert W. Armstrong en Lo que la ciencia no puede descubrir sobre la mente humana, existe un componente no físico ya conectado a nuestro cerebro. Es la fuente misma de nuestro intelecto. Este componente está “preservando las personalidades” de las personas, tal y como promete hacer la tecnología moderna, y sirve de puente entre la mortalidad y la inmortalidad.
Job 32:8 revela: “Ciertamente espíritu hay en el hombre, y el soplo del Omnipotente le hace que entienda”. Eso es lo que nos separa de los animales. Explica nuestro intelecto superior y por qué Dios es capaz de resucitar a los seres humanos a la materia (Ezequiel 37) o al espíritu cuando se combina con el Espíritu Santo de Dios (Romanos 8; 1 Corintios 15).
Pero Dios ha puesto condiciones para recibir el Espíritu Santo y la vida eterna. Advirtió a Adán y Eva que si comían del árbol de la ciencia del bien y del mal ciertamente iban a morir (Génesis 2:17). Los primeros humanos se rebelaron, así que, como escribió el Sr. Armstrong, “Dios echó al hombre fuera del huerto del Edén e impidió que entrara de nuevo, no fuera que recibiera la vida eterna en pecado (Génesis 3:22-24), ¡el Creador pronunció una sentencia!” (El misterio de los siglos).
El hombre nunca podrá desarrollar un carácter conforme al de Dios a menos que se someta voluntariamente a Él: ésa es la condición para recibir la vida eterna. Si le interesa saber cómo Dios establecerá un puente entre la mortalidad y la inmortalidad, solicite un ejemplar gratuito de What Science Can’t Discover About the Human Mind [Lo que la ciencia no puede descubrir sobre la mente humana; disponible en inglés].