LEON NEAL/GETTY IMAGES
Historia olvidada: Armas biológicas y vacunas
Como informó por primera vez el Wall Street Journal el 26 de febrero, el Departamento de Energía de Estados Unidos llegó a la conclusión de que la pandemia de la covid-19 se originó a causa de una fuga en un laboratorio de Wuhan, lo que confirma que el virus fue creado mediante ingeniería genética. Que esto haga o no que la covid-19 sea un arma biológica depende de si fue liberado a propósito o accidentalmente.
Pocos se dan cuenta de lo peligroso que ha resultado la pandemia y el reciente despliegue de vacunas. La historia ofrece algunas pistas.
Los indicios apuntan a que la investigación sobre la ganancia de función provocó una pandemia. Pero incluso antes de la pandemia, las compañías de vacunas investigaron vacunas contra el coronavirus, supuestamente para prepararse para un escenario en el que el virus se transmitiera de un animal a un humano. Incluso si toda esta investigación se produjo con las mejores intenciones, demuestra sus peligros potenciales. En los últimos años, las empresas de vacunas han ganado miles de millones y la investigación ha avanzado mucho. Imagine lo que los científicos podrían hacer con los conocimientos adicionales. Imagine lo que podría hacer un científico que trabajara para un Estado maligno.
Un precedente histórico: ¿Podrían los científicos estar trabajando en un virus para utilizarlo como arma biológica y también en una vacuna para proteger a ciertos individuos contra el virus? No hay que descartar esto como improbable. Eso es exactamente lo que los científicos nazis planearon durante la Segunda Guerra Mundial y estuvieron muy cerca de ejecutarlo.
Científicos muy respetados como el Dr. Eugen Haagen, el Dr. Kurt Blome y el general de brigada cirujano Walter Schreiber trabajaron en esos planes bajo el mando de Adolfo Hitler. Si los Aliados no hubieran triunfado, las armas biológicas podrían haber matado a millones de personas, sin dañar a la población alemana ni a sus soldados.
Estos científicos tenían una ventaja inmoral clave: los experimentos humanos. No sólo podían probar sus armas biológicas, sino también sus vacunas en prisioneros.
“Para desencadenar con éxito un arma biológica contra una fuerza enemiga, el ejército atacante tenía que haber creado ya su propia vacuna contra el patógeno mortal que pretendía propagar. Esta vacuna actuaría como el escudo para sus propios soldados y civiles; su arma biológica actuaría como la espada.
—Annie Jacobsen, autora de Operation Paperclip: The Secret Intelligence Program That Brought Nazi Scientists to America [Operación clip: El programa secreto de inteligencia que trajo científicos nazis a Estados Unidos]
¿Podrían los científicos modernos al servicio de un actor estatal malvado terminar el trabajo que empezaron los científicos nazis, o al menos intentarlo?
La Biblia revela que la espada se aproxima, pero aún está por ver de qué manera.
La profecía dice: Apocalipsis 6 proporciona una visión del terrible sufrimiento que se avecina. “Y salió otro caballo, bermejo; y al que lo montaba le fue dado poder de quitar de la tierra la paz, y que se matasen unos a otros; y se le dio una gran espada” (versículo 4).
“Espada es la palabra utilizada en la Biblia para referirse a equipo militar”, explicó el difunto Herbert W Armstrong en un programa de televisión de El Mundo de Mañana de 1980. “ Se trata de ‘algo muy grande’. ¿Qué les parece la bomba de hidrógeno; qué les parece el gas nervioso; qué les parece la guerra química; qué les parecen todas las cosas que pueden aniquilar absolutamente a los seres humanos de esta Tierra?” (Para saber más, solicite un ejemplar gratuito de Los cuatro jinetes de Apocalipsis).
La Biblia revela que las armas de destrucción masiva están a punto de ser utilizadas; pero ninguna vacuna podrá salvar a la humanidad. Como señaló Jesucristo en Mateo 24:21-22, Él tendrá que intervenir para detener la auto aniquilación del hombre.