Hacia dónde enfocar su vida
Transcripción de La Llave de David
La Corporación Apple se convirtió en una de las compañías más grandes en la historia del mundo; su fundador fue Steve Jobs. Y hubo muchos ejecutivos y directores en el pasado que han dicho que él ciertamente, era el director ejecutivo o líder de negocios más grandioso que hayan conocido jamás. Sin embargo, la Corporación Apple tuvo tiempos difíciles. En un tiempo estaba apenas a flote. Walter Isaacson, uno de los biógrafos de Steve Jobs, dijo que una de las grandes fortalezas de Jobs era saber cómo enfocarse; cómo enfocarse. Steve Jobs siempre iba por ahí diciendo una y otra vez: “Enfóquense, enfóquense, enfóquense”. Y no sólo se recordaba a sí mismo que debía enfocarse, sino que también ayudaba a sus empleados a aprender a enfocarse. Y tenía lo que él llamaba un equipo ‘A’ para hacerlo realmente bien. Isaacson también dijo que: “Esta capacidad de enfoque salvó a Apple en esos tiempos difíciles”. ¡La salvó!
Es un principio fundamental que todos necesitamos aprender; ya sea en lo secular o en lo espiritual. Pero la gran pregunta es esta: ¿Adónde enfocarse? ¿Adónde enfocarse?
En tecnología, este hombre brillante acaba de transformar al mundo entero. Se hizo muy rico. Él podía tomar el teléfono y hablar con un presidente o un primer ministro o un director general o un científico o casi cualquier persona en el mundo. Incluso grandes artistas y otros así venían a donde él y los podía atender allí en privado. Así que, lo tenía TODO, o así parecía. Lo tenía todo excepto lo que más quería: la iluminación espiritual.
Quiero leer aquí un párrafo de lo que mencioné antes. “Con su tecnología Jobs revolucionó la industria de la computación, del cine, de los teléfonos celulares, de la música y realmente del mundo. Pero nunca descubrió las respuestas a la pregunta más básica e importante de la vida. Durante una de sus últimas conversaciones con Isaacson, Jobs reflexionó sobre cómo le gustaría creer que a los humanos les esperaba algo GRANDE después de la muerte. Pero también afirmó diciendo: ‘Quizá la vida es como un botón de enciende y apaga. ¡Haces clic! Y te vas”.
Esa es una afirmación muy sobria. ¿Pero pensándolo bien, quién quiere vivir una vida vacía como esa? ¿Es eso todo lo que hay en la vida? Bueno, ¡podemos demostrarlo netamente en la Biblia que eso no es todo! Podemos probarlo para nosotros y para los demás. Pero esa es una historia muy triste. Él dijo: “Quizá la vida sea como un botón de enciende y apaga. ¡Haces clic! Y te vas”. Eso es algo que debería ser muy aleccionador, creo, para todos nosotros.
todos necesitamos saber por qué estamos aquí. Nuestro libro sobre El misterio de los siglos ciertamente lo explica. Y el libro sobre El increíble potencial humano lo explica muy claramente y se los demuestra.
¡Pero la Biblia nos dice cómo enfocarnos; enfocarnos; ¡enfocarnos! Y sí que necesitamos enfocarnos mucho; mucho. Hay un libro titulado Stolen Focus [Enfoque robado] de Johann Harry, donde dijo: “Adonde nos enfocamos, la pasión prevalece y por supuesto, adonde no nos enfocamos, no hay pasión”. Eso es algo que todos necesitamos. ¡Necesitamos pasión e intensidad en nuestro trabajo! Las personas que carecen de este enfoque simplemente no pueden pensar profundamente, y esto es algo que a todos nos debería preocupar mucho.
Si miran esto y piensan, bueno, veamos, ¿qué podremos hacer si no pensamos profundamente en al menos algún tema? Pues realmente no podemos hacer casi nada en profundidad.
Hay escritores (los grandes escritores) que les dirán que han estado como 18 horas sin siquiera parar; que sólo se concentraron y estuvieron enfocados. El libro Enfoque robado dice que 65 segundos es todo lo que los adolescentes actuales pueden concentrarse. ¡Sesenta y cinco segundos! Están acostumbrados a estas cosas que van a toda velocidad, y a todo tipo de tecnología que uno pueda imaginar que tienen, pero no saben cómo pensar, y eso es cierto para muchas personas. ¡tenemos que aprender a enfocarnos y enfocarnos profundamente!
Herbert Armstrong escribió sobre: Las siete leyes del éxito, y dio seis leyes que son practicadas por hombres exitosos, pero ellos no practican la séptima. Y las personas, personas exitosas, como lo vemos en el mundo, tenían descontento, tenían hambres que no podían llenar, estaban vacías porque no sabían por qué estaban aquí, y querían saberlo, y podrían saberlo. El Sr. Armstrong realmente lo demuestra en su folleto, Las siete leyes del éxito.
¡Pero la ley más importante es el contacto con Dios! Si vamos a tener éxito y saber por qué estamos aquí y que tenemos un propósito en nuestras vidas, un propósito real, y que somos felices y alegres. Eso es lo que Dios quiere que seamos en esta vida. Pero les diré algo, ¡que no es así! Y esa séptima ley tiene que ser la más importante de todas, por mucho, como dijo el Sr. Armstrong.
Herbert Armstrong dijo esto: “La he dejado hasta ahora porque es precisamente la última que la gente reconoce y aplica, y porque siendo la primera en hacer factible la obtención del éxito verdadero, quiero dejarla hasta el final para que quede grabada en la mente del lector”. ¿De dónde podemos llenar ese vacío? ¿Cómo podemos llenarlo? ¿Adónde podemos enfocarnos? ¿Adónde debemos enfocarnos? Tenemos que aprender a enfocarnos. Pero adónde nos enfocamos es el punto crítico.
La Biblia dice que los hombres en este mundo que no conocen a Dios sólo corren tras el viento. Hasta su proyecto no es el que Dios quiere, en absoluto. Pero tenemos que traer a Dios a la escena.
Piensen en ello. Si fueran a comprar un refrigerador o una estufa o algo así para su casa, siempre traen instrucciones de cómo operar esas máquinas. ¿Sería posible que estuviéramos aquí en la Tierra (la mayor creación que puedan imaginar) y que Dios no nos hubiera dado un libro de instrucciones?
En una época, había un hombre llamado Bruce Barton que escribió: “El libro que nadie conoce”, hablando de la Biblia. ¡El libro que nadie conoce! Verán, Dios nunca les va a forzar Su religión. ¡No lo hará! Él nos ha dado libre albedrío, y tenemos que elegir. Tenemos que tomar uno de dos caminos. Podemos elegir el camino de Dios del éxito verdadero, o podemos elegir el camino de la vanidad, la codicia y el egoísmo. Pero tenemos que elegir. ¡Dios nos obliga a elegir!
Y entonces, Él nos dice si miran Deuteronomio 30 y verso 19, Él dice: “¡Escoge la vida!”. En otras palabras, escojan el árbol de la vida, no el árbol del conocimiento del bien y del mal, donde escogen su propio gobierno, su propia ciencia, su propia educación. ¡Y miren a dónde nos ha llevado hoy! ¡Miren dónde estamos! ¡Enfrentando la aniquilación humana! ¡Ese es nuestro mayor problema y no podemos resolverlo! Entonces, ¿qué hacemos al respecto? ¡Algo está mal en la forma de vivir del hombre! toda la humanidad está enfrentando problemas muy, muy insolubles a menos que Dios intervenga, lo cual, por supuesto, está a punto de hacer.
Pero si tan sólo se enfocan, y logran que su mente se enfoque en la ley correcta del éxito, entonces van tener felicidad y gozo, ¡y eso es una promesa de Dios! Él les dará eso, ¡la vida abundante! ¡Él quiere que todos la tengamos! Pero no muchos la tienen.
Fíjense en Lucas 11 y versos 34 al 36 que dice: “La lámpara del cuerpo es el ojo; cuando tu ojo es bueno”, o enfocado, “también todo tu cuerpo está lleno de luz”; cuando ven a la gente en este mundo, ¿sienten que realmente tienen una vida que está llena de luz? ¿llena de luz? ¿Su cuerpo está simplemente lleno de luz? No. ¡Vemos a muchos de ellos sólo llenos de oscuridad! Y todos ellos en alguna oscuridad, con la excepción de sólo un muy pequeño rebaño que Dios ha escogido en este mundo para ser las primicias y gobernar con Jesucristo en Su trono cuando Él venga pronto, y estaremos allí gobernando con Él por toda la eternidad sobre el mundo entero y el universo entero si seguimos Su fórmula para el éxito. Continuando en el verso 35 dice: “Mira pues, no suceda que la luz que en ti hay, sea tinieblas. (36) Así que, si todo tu cuerpo está lleno de luz, no teniendo parte alguna de tinieblas, será todo luminoso, como cuando una lámpara [o farol] te alumbra con su resplandor”. Ven, ¡pueden ver todo! ¡Y saben adónde enfocar su vida!
Hoy les hablaré sobre dónde enfocar su vida, y ¡oh, qué tema tan importante es éste!
Mateo también tiene palabras que decir sobre esto.
Mateo 6 y verso 19: “No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; (20) sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. (21) Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón. (22) La lámpara del cuerpo es el ojo; así que, si tu ojo es bueno [o enfocado] todo tu cuerpo estará lleno de luz; (23) pero si tu ojo es maligno, todo tu cuerpo estará en tinieblas. Así que, si la luz que en ti hay es tinieblas, ¿cuántas no serán las mismas tinieblas? (24) Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas”. No se puede servir a Dios y al dinero. ¡No se puede! Hay que enfocarse en uno o en el otro. Ese enfoque es ciertamente la clave, pero ¿dónde enfocar su vida? ¿Dónde?
Pues, Steve Jobs realmente no enfocó toda su vida en el dinero. Eso lo hizo aún más exitoso porque siempre tuvo un propósito, y siempre quiso un producto que (en su mente) fuera perfecto: computadores que fueran perfectos y atractivos, y Apple tenía casi los únicos que se pudiera decir que tenían personalidad. La gente estaba feliz de tener uno, les gustaba tenerlo, era hermoso por dentro y por fuera, y les encantaba tenerlo allí sobre sus piernas o en su escritorio. Pero Jobs siempre estaba tratando de hacer un gran producto nuevo, y tenía un excelente equipo sólido que sabía cómo enfocarse también. Jobs les enseñaba a enfocarse si no lo sabían, pero probablemente nunca contrataría a nadie que no pudiera enfocarse. Pero les enseñó mucho más sobre cómo enfocarse y cómo hacer computadores que son los mejores del mundo; y él los hizo. Jobs los guio a hacerlos.
El libro Convirtiéndose en Steve Jobs dice: “Un día le pregunté que si había llegado a disfrutar del proceso de construir empresas”. Y parece que él pensó que era una pregunta no muy inteligente; así que dijo: Mira, en cuanto a construir una empresa, el único propósito para mí es hacer grandes productos, o hacer un gran producto. Eso es todo. Para mí no se trata del dinero, ¡sino del producto! Pero Jobs se entregó a eso con pasión, y esos fueron sus frutos.
¡Pero aun así él no trajo a Dios a la escena! Y por supuesto, tuvo ese resultado final, pero eso no es lo que queremos. Él estaba enfocado, pero ciertamente no estaba enfocado en Dios ni en lo que Dios quiere que veamos y que tengamos esa vida feliz, esa vida emocionante, y no algo donde, bueno, hay como un interruptor de encendido y apagado, sólo se presiona, y todo se acaba. Eso es una tragedia del hombre hoy. ¡No debería ser así! Adán y Eva tuvieron que elegir, y Dios les dijo que eligieran la vida, no la muerte. Pero no quisieron seguir el camino de Dios y escuchar a Dios, y así terminaron llevando a toda la humanidad en esa dirección, y todavía estamos así hoy, y nos enfrentamos a nuestro mayor problema: ¡el de la supervivencia humana! ¡Y todavía no elegimos a Dios! ¿No es eso lo que más necesitamos? La mayoría de la gente no hace esa elección, seguro.
Observe lo que dice en Isaías 28:9. “¿A quién se enseñará ciencia?”, a quién le enseñará Dios conocimiento?, “¿o a quién se hará entender doctrina? ¿[Acaso no] a los destetados? ¿a los arrancados de los pechos?”
Ahora bien, este era un gran ejecutivo de negocios, creó la corporación más grande, y fue el mejor director ejecutivo quizás de la historia, pero no supo dejar que Dios le enseñara, y no eligió dejar que Dios le enseñara. El gran educador es Dios y Dios quiere enseñarnos a todos nosotros y nos dice cómo lo hará. Y eso es algo en lo que deberíamos estar trabajando todo el tiempo.
Algo que Steve Jobs hizo fue comprar una compañía llamada Pixar, y aprendió mucho sobre gestión, de cómo la gente operaba allí, que realmente compartían ideas entre sí, y todos eran enseñables. Tenían que ser enseñables para trabajar allí. Así que Steve Jobs aprendió más sobre gestión allí que en cualquier otro lugar, y necesitaba aprender. Tenía debilidad en eso. Y ahora, él se propuso ser enseñable, totalmente enseñable en todos los sentidos en la tecnología; y fue totalmente enseñable.
Ahora, eso es lo que necesitamos ser espiritualmente. ¡Necesitamos estar enfocados en dejar que Dios nos enseñe! ¡Que nos enseñe cómo vivir! Y cómo disfrutar realmente de la vida, y cómo ser exitosos de verdad y tener todo tipo de prosperidad y salud, y todas las bendiciones que Dios quiere darnos.
Y Steve Jobs tenía eso y un montón de empleados que pensaban igual y querían seguirlo. Estaba tan enfocado (dice Convirtiéndose en Steve Jobs), que él era “intenso, paciente e impaciente al mismo tiempo”. ¡Pero tenía pasión! ¡Tenía verdadera pasión! ¡Porque había aprendido a enfocarse! Y si uno no puede enfocarse, ¡no hay pasión! Tenemos que aprender eso, y por eso hoy no se ve tanta pasión en la humanidad. ¡No están enfocados! Incluso en los negocios, a menudo no están enfocados. Pero podrían tener éxito ahí y con Dios también. Pero sin duda hay ciertas recompensas por tener éxito en este mundo.
Pero él tenía un equipo de jugadores clase A, como Dios está escogiendo hoy un equipo de jugadores clase A que son llamados las primicias, y Él los está preparando para gobernar sobre este mundo y el universo para siempre si ellos tan sólo hacen caso a lo que Él dice hoy en el mundo malvado de Satanás, lo cual no siempre es fácil. ¡Es difícil! ¡Y debe serlo! Es la única manera de construir el carácter para gobernar el mundo y el universo. Pero ¡qué recompensa es esa! Qué recompensa quiere darnos Dios, y da a los que llama hoy que se sometan a Él, y los bendice en todos los sentidos.
Pero Steve Jobs tenía un equipo de genios realmente, y él se volvió totalmente enseñable.
Ven, si dejamos que Dios nos enseñe, estamos totalmente destetados del hombre y de su razonamiento, incluso del nuestro. Dios dice en Isaías 1: “Ven y razonemos juntos” [vkj]. Dios quiere que razonemos como Él lo hace y que tengamos el éxito que ÉL tiene, y que seamos el gran creador como Él, y Él se está reproduciendo en el hombre. ¡Asombroso! ¡Simplemente asombroso! Pero tenemos que ser enseñables. debemos ser enseñables.
Déjenme leerles otro verso rápidamente. Isaías 66 y verso 2; Isaías 66:2: “Mi mano hizo todas estas cosas, y así todas estas cosas fueron, dice [el Eterno]; pero miraré a aquel que es pobre y humilde de espíritu, y que tiembla a mi palabra”. ¡Este hombre tiembla ante la palabra de Dios! ¡Él está enfocado en la Palabra de Dios! ¡Está enfocado allí!
En Mateo 4 verso 4, dice que debemos obedecer “toda palabra que sale de la boca de Dios”. Eso es el Antiguo y el Nuevo Testamento, ¡toda palabra que sale de la boca de Dios! Él quiere que lo entendamos y lo conozcamos.
Pero tenemos que estar enfocados, tanto que de hecho temblamos ante Su palabra. ¿Es eso pasión? Eso no significa que uno esté siempre con miedo de Dios. Sólo es miedo de desobedecer a Dios y ser maldecido porque las maldiciones vienen si transgredimos esa elección del árbol de la vida y de dejar que Dios nos conduzca y nos guíe y nos ayude. ¡Él mira a ese hombre! Él mira al niño (Mateo 11:25). Él sólo llama y enseña a los niños, o sea gente con actitud como de niño que escuchan y son enseñables y escuchan y se emocionan con que Dios los guíe en toda faceta de sus vidas. Miren cuantos fallos hay en el hombre, en cada hombre, y no debería ser así. Todos cometemos errores, y necesitamos ayuda de Dios, ciertamente.
Steve Jobs dijo que quería dejar huella en el universo, y tenía ese tipo de ambición, ese tipo de pasión. Y también citaba bastante a Wayne Gretzky que dijo: “No patines a donde el disco [de hockey] está, patina a donde va a estar”. En otras palabras, él tenía visión, tenía pasión que le daba verdadera visión. Y salió y tuvo éxito como nadie lo había tenido antes.
Y pueden leer en Mateo 6:33 donde dice: “Mas buscad primeramente el reino de Dios (…) y todas estas cosas”, todas estas cosas, “os serán añadidas”.