¿Ha explotado la teoría del Big-Bang?

El telescopio espacial James Webb llevaba apenas unas semanas enviando datos y ya estaba causando grandes problemas a la teoría principal que trata de describir una creación sin necesidad de un Creador.

Esta teoría afirma que el universo comenzó con una gran explosión y evolucionó desde entonces. Las variaciones aleatorias en esta nube de partículas hicieron que algunas se agruparan y su gravedad atrajo algunas más. Entonces las estrellas se encendieron y atrajeron a otras estrellas para formar galaxias. (No se aborda qué causó esta colosal expansión instantánea de partículas y energía).

Se ha invertido una gran cantidad de trabajo para apoyar esta teoría, con experimentos enormes y complejos diseñados para descubrir cada detalle de cómo se comportarían las partículas en esas condiciones. Dicha teoría ha dado lugar a minuciosas predicciones sobre la forma en que las galaxias evolucionan gradualmente, con galaxias más pequeñas y simples dominando el universo primitivo, y galaxias más grandes, brillantes y complejas que se forman posteriormente.

El problema es que esas predicciones no coinciden con los primeros resultados del telescopio James Webb.

‘Casi ningún espacio vacío’

Cuando el Webb se asoma al universo, mira hacia el pasado. La luz de las galaxias más lejanas ha pasado miles de millones de años viajando hacia nosotros. Los científicos creen que algunas de las galaxias que el Webb ha fotografiado se nos presentan en el estado en que se encontraban hace unos 13.000 millones de años (de 300 a 400 millones de años después del comienzo del universo). Eso es muy temprano; los científicos creen que las primeras estrellas se formaron a los 250 millones de años de la existencia del universo. El Webb ya nos está ofreciendo la mejor imagen de la historia antigua del universo.

¿Y qué muestra esa imagen? Alexandra Witze escribió en Nature: “Las imágenes asombrosamente nítidas del telescopio han destrozado las ideas preconcebidas de los astrónomos sobre el universo primitivo” (27 de julio).

El primer problema es que es mucho más fácil encontrar estas galaxias antiguas de lo que los expertos pensaban. Hace seis años, un equipo dirigido por P. A. Oesch escribió en el Astrophysical Journal que el descubrimiento de una antigua “galaxia inesperadamente luminosa puede desafiar nuestro entendimiento actual de la formación de las galaxias”. Pues bien, las galaxias inesperadamente luminosas parecen ser bastante comunes.

Todos los artículos científicos previos a la publicación expresaron su sorpresa por lo fácil que resultó encontrar galaxias brillantes y antiguas. Rohan Naidu, del Centro de astrofísica Harvard-Smithsonian, y sus colegas encontraron fácilmente una galaxia brillante. Las teorías actuales dicen que tendrían que buscar entre 10 y 100 veces más en el cielo antes de encontrarla.

Steven Finkelstein y colaboradores afirmaron que su descubrimiento de una galaxia particularmente distante apuntaba a “diferencias significativas entre los supuestos físicos de estos modelos y el universo primitivo real” (25 de julio). “Si la espectroscopia de seguimiento valida este desplazamiento hacia al rojo, sabremos que nuestro universo ya estaba lleno de galaxias bastante masivas a menos de 300 [millones de años] después del big bang”, escribieron.

Tras una búsqueda de galaxias candidatas, Haojing Yan, de la Universidad de Missouri–Columbia, y sus colaboradores concluyeron que “con las predicciones previamente favorecidas no se esperaban ni el elevado número de estos objetos encontrados ni los elevados desplazamientos hacia el rojo [o la edad antigua] en los que están situados” (23 de julio).

“Teníamos en mente una idea de cómo serían las galaxias a estas [distancias] y cuántos detalles podríamos ver, pero creo que la realidad nos está dejando boquiabiertos”, dijo a Nature Jeyhan Kartaltepe, del Instituto Tecnológico de Rochester en Nueva York (op. cit.).

“Difícilmente hay espacios vacíos que no contengan algo”, dijo.

Repito, todos estos documentos se publicaron a las pocas semanas de vida del Webb. “Esto es sólo el principio del principio”, dijo Naidu.

‘Tendremos que resolverlo’

El tipo de galaxias que el Webb está descubriendo tampoco concuerda con las últimas teorías.

Leonardo Ferreira, de la Universidad de Nottingham, y sus coautores titularon su trabajo “¡Pánico! En los discos”. Las teorías actuales sobre la evolución galáctica afirman que las galaxias más antiguas tienen una forma menos uniforme, ya que están torcidas y distorsionadas por su formación en el universo más joven y estrecho. El Webb ya está indicando que las galaxias ordenadas y con forma de disco son, de hecho, 10 veces más comunes en el universo temprano de lo que sugieren las teorías. Nature describió el hallazgo así: “Con la resolución del James Webb, podemos ver que las galaxias tienen discos mucho antes de lo que pensábamos”, dice Allison Kirkpatrick, astrónoma de la Universidad de Kansas en Lawrence. Eso es un problema, dice ella, porque contradice las teorías anteriores sobre la evolución de las galaxias. “Tendremos que resolverlo”.

Otro problema son los ingredientes de las galaxias. Las teorías sobre la evolución de las galaxias dicen que las estrellas empezaron siendo en su mayor parte hidrógeno, el elemento más simple. Con el tiempo, las estrellas utilizaron este hidrógeno para construir elementos más complejos. Si miramos hacia el universo joven, estos átomos más complejos no se habrían formado todavía.

De nuevo, la realidad es diferente. Un estudio realizado por Jonathan Trump, de la Universidad de Connecticut y sus colaboradores descubrieron que el Webb indica que el universo primitivo es mucho más rico en elementos como el oxígeno de lo que los modelos habían predicho.

Todo esto supone un serio desafío para estas teorías de la evolución galáctica. Kirkpatrick dijo a Nature: “Ahora mismo, me encuentro despierta a las 3 de la mañana, preguntándome si todo lo que he hecho está mal”.

La obra de Dios

Hasta ahora, estos científicos no rechazan la idea de que las galaxias evolucionan lentamente. Por el contrario, hacen retroceder la formación de las galaxias a un punto “extremadamente temprano en la historia del universo”, como dice un estudio. Pero si esto es lo que hemos recibido en sólo unas semanas, ¿cuánto durarán estas teorías cuando lleguen más datos?

Durante el lanzamiento del Webb, el administrador de la nasa, Bill Nelson, recordó cuando “un pastor que apacentaba sus ovejas miraba el cielo nocturno. Se convirtió en poeta y escribió las palabras: ‘Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos’. Ese pastor, ese poeta, se convirtió en rey. Y esas palabras inmortales del Salmo 19, encapsulan las expresiones que tenemos hoy —la obra de Dios— cuando miramos al pasado, a hace más de 13.000 millones de años, [y] captamos la luz del principio mismo de la creación”.

El Webb, como tantos otros experimentos científicos pasados, declara la gloria de Dios. Señala a un Legislador que estableció todo el universo para que funcionara de acuerdo a leyes consistentes y reconocibles. Pero el Webb también revela claramente a Dios como Creador. Las fallas de estas teorías, de un desarrollo accidental y gradual del universo, ya están siendo expuestas.

En junio, antes de que recibiéramos las primeras imágenes del Webb, el gerente de redacción de la Trompeta, Joel Hilliker, escribió: “Muchos científicos están seguros de explicar cada imagen y conjunto de datos que envía el Webb (aunque sea la firma infrarroja del propio Creador) como prueba de que no hay Creador. Pero a medida que las imágenes y los datos proporcionan una imagen cada vez más clara, hay muchos científicos que están dando la vuelta para enfrentar la realidad. Están dispuestos a examinar los datos de buena fe y ver lo que realmente nos enseñan, incluso cuando demuestran aún más que el universo tiene diseño y propósito. (…) El Webb está preparado para ver literalmente cosas invisibles de la creación. Si funciona, estamos a punto de ver el poder, la belleza y una prueba aún más deslumbrante del gran Dios que lo hizo, y que nos hizo a nosotros. No hay absolutamente ninguna otra manera de que todo esto se haya unido. El conocimiento científico se alinea cada vez más con las descripciones de la creación contenidas en la Santa Biblia. Al observar el cosmos, ¡usted está viendo la obra de Dios! Con los telescopios avanzados y otros instrumentos extraordinarios, cuanto más aprendemos, más impresionante resulta”.

Aquí había una predicción, puesta por escrito, antes de que se publicaran los datos. Y esa predicción se ha mantenido mucho mejor que estas teorías de la evolución galáctica.

Observe cómo este telescopio arrojará más pruebas. Romanos 1:20 dice: “Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa”.

Podemos ver la prueba de un gran Creador y Legislador a nuestro alrededor. Con los telescopios de alta potencia, esa prueba es cada vez más clara y las excusas más tenues. Siga observando los resultados de este programa espacial mientras éste apunta hacia su Creador y hacia su futuro. La única pregunta es, ¿lo escucharemos a Él?