Fuera de serie
La industria musical sigue empujando los límites de la depravación. La obscenidad indescriptible se ha convertido en lo convencional. El número de canciones explícitas está aumentando, y las letras se están volviendo más descaradas y perversamente sexuales, agresivas y negativas, incluso abiertamente demoníacas. Estas tendencias son especialmente fuertes en el hip-hop, el rock, el pop y sus subgéneros. Incluso una gran parte de la música no explícita está perdiendo calidad.