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Germany, China, Japan

Kent Nishimura/Getty Images, Sean Gallup/Getty Images, Matt Cardy/Getty Images

Europa, China, Japón y el nuevo orden mundial

Un asombroso cumplimiento de una profecía bíblica específica.

Estamos presenciando un cambio en el orden mundial que ocurre solo una vez en una generación. El sistema mundial de alianzas está siendo sacudido. Tal agitación usualmente indica un cambio masivo en el poder mundial. Estos cambios a menudo desencadenan grandes guerras.

Durante la mayor parte del siglo xix, el principal enemigo de Gran Bretaña fue Rusia. Todo el sistema de alianzas de Gran Bretaña se construyó para aislar y oponerse al poder ruso. Pero a principios de siglo, otras potencias estaban surgiendo, más notablemente Alemania. Este suceso desató una reforma completa. En 1907 Rusia pasó de ser enemigo, a un aliado. La Primera Guerra Mundial surgió tras esta convulsión.

Ese cambio en las alianzas no provocó la Primera Guerra Mundial pero fue síntoma de algunas de las otras causas de largo plazo.

Las grandes alianzas también pueden cambiar en la otra dirección. Roma y Cartago fueron aliados durante siglos. Pero una vez que la relación cambió, pasó a un enfrentamiento épico sobre quién controlaría el Mediterráneo.

En la antigüedad, las guerras masivas fueron más frecuentes (aunque menos destructivas) como también lo fueron estos cambios en las alianzas. En tiempos recientes, las cosas han sido más amigables. Pero un cambio tectónico en las alianzas está comenzando en este momento.

La alianza entre Estados Unidos y Europa occidental era el vínculo estabilizador del orden mundial posterior a la Segunda Guerra Mundial. El rompimiento de esta alianza ha sido tema de muchos artículos, especialmente en esta revista. Este suceso es quizás el que más les preocupa a los líderes mundiales.

Esto no es solo una fase pasajera debido a la presidencia de Donald Trump. Las tensiones dentro de la alianza de la otan han estado aumentando con los años. Incluso durante la Guerra Fría, Francia intentó navegar entre las dos superpotencias, y Alemania intentó mantener abiertas sus opciones. A pesar de estas tensiones, la alianza se mantuvo unida durante siete décadas. Ahora, sin embargo, las relaciones se han desplomado a un mínimo histórico.

Una nueva ley del Congreso impuesta al reticente presidente Trump implica que Estados Unidos pronto podría imponer sanciones a las compañías energéticas europeas que hacen negocios con Rusia. Los líderes europeos están amenazando con tomar represalias. Ahora nos enfrentamos a la seria posibilidad de que Europa y Estados Unidos impongan sanciones mutuas: una guerra comercial dentro de la alianza de la otan.

¿Ya no forman parte del mismo equipo la Unión Europea y EE UU? Y si su alianza está condenada al fracaso, ¿qué la reemplazará?

Europa mira al oriente

China ve estas relaciones transatlánticas debilitándose, y percibe una oportunidad. Si el presidente Trump hace un viaje impopular a Europa, los líderes chinos lo siguen con su propia visita. Si Estados Unidos hace un movimiento que no les gusta a los europeos, China hace lo contrario. ¿El presidente Trump denuncia el libre comercio? El presidente chino, Xi Jinping, llega a Davos para denunciar personalmente el proteccionismo. ¿El Sr. Trump se retira de los acuerdos de cambio climático de París? La UE y China publican un documento que califica los acuerdos como un “logro histórico” y firman su primer acuerdo bilateral sobre cambio climático.

A pesar de la retórica, Estados Unidos es en realidad mucho más abierto al libre comercio que China y ha hecho mucho más para aplacar a quienes temen el cambio climático. Pero el hecho es que, cada vez que China tiene la oportunidad de presentarse como el reemplazo de Estados Unidos, se lanza sobre la oportunidad.

Corey Cooper, investigador asociado en política exterior de Estados Unidos en el Consejo de Relaciones Exteriores, escribió: “China parece estar buscando explotar la creciente brecha en la relación transatlántica para forjar vínculos más estrechos con Europa y mejorar su propio estatus en el escenario mundial; es una estrategia triangular de la diplomacia. (…) Si Pekín y Bruselas forjaran una relación más cercana, inevitablemente sería a expensas de Estados Unidos” (Real Clear World, 26 de julio).

La Unión Europea ya es el mayor socio comercial de China. Muchos líderes europeos, incluido el ministro alemán Sigmar Gabriel y el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, ya han pedido agresivamente que la UE acuda a China para contrarrestar al presidente Trump. Una encuesta de Pew publicada en julio encontró que las mayorías en Suecia, Alemania, los Países Bajos, Francia y España creen que China es la principal potencia económica del mundo. La única nación (digamos europea) del estudio que cree que Estados Unidos es la principal potencia económica es Turquía.

Los dos también ya tienen una relación comercial masiva. China es la mayor fuente de importaciones de la UE y el segundo destino de las exportaciones. El comercio entre los dos promedia más de mil millones de euros por día.

Con razón el Andrei Lungu, presidente del Instituto Rumano para el Estudio del Asia-Pacífico, concluyó que “las estrellas están perfectamente alineadas para que la asociación UE-China alcance todo su potencial y se convierta en el G-2 del mundo” (Diplomat, 17 de agosto).

“Como un gigante económico sin una huella geopolítica o militar en Asia y el Pacífico, la UE está en una posición perfecta para comprometerse con China”, señaló.

“Si el poder más importante del mundo ha decidido irse de vacaciones, alguien debe asumir sus responsabilidades”, escribió. “La UE y China, las otras dos potencias económicas mundiales, son las únicas que pueden”.

Europa mira aún más allá al oriente

Sin embargo, China no es la única potencia oriental a la que Europa acude. La UE y Japón anunciaron el 6 de julio que han aceptado los lineamientos de un nuevo acuerdo comercial. Aunque todavía están trabajando en los detalles, estas dos potencias están cimentando un bloque comercial masivo, que se encuentra en sus etapas finales de construcción.

Vox caracterizó el suceso de esta manera: “Japón y Europa tienen un punzante mensaje para EE UU: estamos tomando tu lugar como líderes mundiales en el libre comercio” (6 de julio).

El Economist escribió que, “ahora ambos quieren demostrar que pueden llenar el vacío dejado por la salida de Estados Unidos bajo el Sr. Trump, de su papel como líder comercial del mundo” (8 de julio).

Las economías combinadas de Japón y la UE son similares en tamaño a las del Área de Libre Comercio de América del Norte (tlcan). Si Japón y Europa crean una zona de libre comercio, será una de las más grandes y poderosas del mundo.

“No tengo dudas de que las rondas finales se aceleraron para tratar de concluir el acuerdo lo más rápido posible y enviar un mensaje de que la UE y Japón están preparados para liderar el comercio incluso sin Estados Unidos”, dijo Edward Alden, del Consejo de Relaciones Exteriores. “El hecho de que se concluyera justo antes de la primera cumbre del G-20 de Trump es un golpe simbólico para los estadounidenses”.

Pero esto es más que un mero gesto simbólico. Significa que los fabricantes europeos y japoneses ganarán ventaja sobre los estadounidenses en algunos de los mercados más grandes del mundo. Y el bloque comercial será tan grande que cualquier regla que establezca terminará estableciendo las reglas para todo el mundo. Vox citó a Caroline Freund, del Instituto Peterson de Economía Internacional, diciendo que “ellos serán los creadores de las reglas (…) estableciendo el estándar para los acuerdos comerciales del mundo”.

Ese es el papel que EE UU ha desempeñado durante décadas, y que está a punto de perderlo.

Esta asociación se mejoró aún más el 17 de julio, cuando Alemania y Japón firmaron un pacto de cooperación para la defensa. Japón claramente está tratando de alejarse de Estados Unidos, y Europa es una buena fuente alternativa de armas de alta tecnología.

China mira hacia el oriente

Entonces, ¿a cuál lado escogerá Europa: a China o a Japón? Después de todo, seguramente los europeos no pueden asociarse con estos dos enemigos aparentemente irreconciliables.

¿O si pueden?

En meses recientes, Japón y China se han tambaleado hacia una cooperación más estrecha. Quizás la señal más notoria de una distensión llegó el 8 de julio en la cumbre del G-20. El primer ministro japonés, Shinzo Abe, se reunió durante 40 minutos con el presidente Xi para discutir la cooperación. Después de la reunión, Abe anunció inesperadamente su intención de cooperar con la iniciativa One Belt, One Road (iniciativa del Cinturón y Ruta de la seda), un proyecto masivo de China para impulsar la infraestructura necesaria para el comercio entre China y Europa. Abe también dijo que espera que Japón, China y Corea del Sur tengan la oportunidad de reunirse “lo más pronto posible”.

“El ascenso del nacionalismo en EE UU causará cambios masivos en las alianzas comerciales del mundo”, escribió el exdirector general de Goldman Sachs, Nomi Prins. “Uno de los principales beneficiarios será Japón” (Daily Reckoning, 21 de julio).

Prins también escribió que, “Japón está bien posicionado para beneficiarse tanto de las alianzas existentes con EE UU como de las que están creciendo en el resto del mundo, particularmente con China y la UE”.

Los lazos comerciales de Japón con China también han ido en aumento. En enero de 2017, China se había convertido en el segundo destino comercial más grande de Japón: su comercio total con China aumentó un 8,2 por ciento en comparación con el año anterior.

Además de estos incentivos económicos, Japón enfrenta las mismas presiones que Europa. Ambos temen a los vecinos inestables. Ambos temen ya no recibir el apoyo de Estados Unidos al que están acostumbrados. Ambos están buscando una alternativa. Y para ambos, China emerge como un candidato líder.

La enemistad de larga data no es obstáculo para este tipo de cambio. Gran Bretaña había estado en una guerra fría, y a veces candente, con Rusia durante casi un siglo hasta que se hizo aliado de Rusia en 1907. Una encuesta reciente de Pew encontró que aproximadamente el mismo número de japoneses consideran a Estados Unidos (62 por ciento) y a China (64 por ciento) como una amenaza. En Alemania, las diferencias son mucho mayores: el 35 por ciento dijo que ve el poder e influencia estadounidenses como una amenaza para su país, en comparación con el 21 por ciento que teme al poder e influencia de China.

Cuando se trata de la opinión pública, hay poco para evitar un cambio, de Estados Unidos, a China.

Una grave advertencia para Estados Unidos

La historia y la geografía deberían advertir a los estadounidenses sobre los peligros de esta nueva alianza.

Una alianza comercial entre Japón, China y la UE sería esencialmente todo el mundo contra Estados Unidos. Contendría todas las economías del G-7; excepto a Estados Unidos, Canadá y (una vez que abandone la UE), el Reino Unido. Patrick Watson, analista económico principal de Mauldin Economics, advirtió exactamente sobre este futuro.

“Muchos países no están satisfechos con los acuerdos comerciales actuales”, escribió. “Quieren algo más y creo que lo obtendrán”. Continuó: “La globalización 2.0 tiene algunas importantes implicaciones para la inversión. En lugar de una gran zona de comercio mundial ‘algo libre’, tendremos dos bloques comerciales. Estos serán: Estados Unidos y todos los demás” (17 de agosto).

Watson ve las “implicaciones para la inversión”. Pero esto se trata de mucho más que inversiones. Es una sacudida radical del orden mundial.

“Nuestra constante preocupación en tiempos de paz debe ser ver que ninguna nación o alianza de naciones pueda emerger como un poder dominante en ninguna de las dos regiones del Viejo Mundo, desde las cuales nuestra seguridad pudiera verse amenazada”, escribió el Profesor Nicholas Spykman, uno de los más grandes pensadores de Estados Unidos en relaciones internacionales, en The Geography of the Peace (La geografía de la paz). Él se estaba refiriendo a Europa en el lado del Atlántico y el este de Asia en el Pacífico, y está advirtiendo que cualquier alianza que incluya a Europa o al este de Asia podrá desafiar a EE UU.

Ahora estamos viendo el desarrollo de una alianza que incluye a Europa y al Asia oriental.

“La nación estadounidense debe reconocer, una vez más y permanentemente, que la constelación de poder en Europa y Asia es de preocupación perpetua para ella, tanto en tiempos de guerra como de paz”, escribió Spykman.

Esta es una evidencia convincente que debería suscitar preocupación y alarma entre los estadounidenses cautelosos y cualquiera que reconozca la bendición que ha sido el dominio de Estados Unidos para la estabilidad mundial. Sin embargo, hay evidencia incluso más convincente por considerar.

La Biblia tiene una advertencia aún más específica, y esa está a punto de cumplirse.

Isaías 23 discute tres poderes antiguos: Tiro, Tarsis y Quitim (versículo 1). Isaías 30:8 dice que Isaías escribió su libro para “el día postrero”. Estas son profecías principalmente para “los últimos días”, que es nuestro tiempo ahora. Por lo tanto, los tres poderes mencionados en Isaías 23:1 deben tener un significado moderno para nosotros hoy. ¿A quién representan estos tres?

La respuesta confirma poderosamente la precisión de la Biblia al predecir eventos mundiales.

El jefe de redacción de la Trompeta, Gerald Flurry, describe la identidad de estos tres poderes en su folleto Isaiah's End-Time Vision (La visión del tiempo del fin de Isaías). Él señala que el corazón espiritual del poder europeo actual “es llamado Babilonia en la Biblia (Apocalipsis 17:5; 18:1-3). Pero aquí en Isaías, la Biblia se refiere a Tiro (y sus aliados Sidón, etc.) como el centro comercial de esta potencia europea”. Tiro era el gran centro de comercio de Oriente Medio. Muchas profecías en la Biblia se refieren al creciente poder europeo como un gigante comercial: Isaías 23 lo compara con Tiro.

Isaías 23:1 continúa discutiendo las “naves de Tarsis”. “El Ambassador College de Herbert W. Armstrong enseñó hace más de 40 años que Tarsis es Japón en la profecía bíblica para hoy”, escribe el Sr. Flurry. “Entonces, este versículo se está refiriendo a la flota de superpetroleros de Japón. Incluso en 1980 se podía ver uno de estos tanqueros cada 25 millas en alta mar”. El capítulo continúa hablando sobre cómo las naves de Tarsis provienen de “la isla”, refiriéndose a las islas de Japón.

La tercera potencia señalada aquí es Quitim. El Sr. Flurry explica: “Este nombre bíblico se refiere tanto a la isla de Chipre como a la nación de China, cuyos progenitores primero poblaron Chipre y le dieron su nombre”.

¡Los tres poderes enumerados aquí se refieren exactamente a los tres poderes que vemos trabajando en una nueva relación comercial!

Isaías 23:3 habla de estos poderes formando un “emporio de las naciones”. El capítulo describe “mercaderes (…) pasando el mar” (versículo 2). Habla de “muchas aguas”, u océanos (versículo 3), así como de mercaderes y “negociantes” tan ricos que son como “príncipes” y “los nobles de la tierra”. El señor Flurry explica: “Con una Europa dirigida por Alemania (el rey del norte) poseyendo un gran poder marítimo, Norteamérica estará rodeada al este por Europa y al sur por Latinoamérica. La Biblia contiene muchas profecías del poder europeo atacando a Estados Unidos, y muchas otras profecías de Estados Unidos siendo sitiado.

“Ahí es donde China y los gigantes de Asia entran en escena. Cuando el Sacro Imperio Romano ataque a Norteamérica, no habrá ayuda ni simpatía por parte de Asia. De hecho, teniendo en cuenta que China ha llegado a poseer la mayoría de las puertas estratégicas del mundo (que, irónicamente, en algún momento estuvieron en manos de Gran Bretaña y EE UU), creemos que puede haber una breve alianza entre el Sacro Imperio Romano dirigido por Alemania y ciertas potencias asiáticas (Rusia, China, Japón: los reyes del oriente). Si aún por un momento Europa, el resucitado Sacro Imperio Romano, encontrara la forma de aprovechar los recursos clave y propiedades estratégicas de China, Rusia y Japón, esta tendría poder más que suficiente para asediar a las naciones anglosajonas y esclavizarlas.

“Por esto es tan intrigante la profecía de Isaías de un ‘emporio de las naciones’ del tiempo del fin que incluye a las potencias europeas y asiáticas. Y por esto vale la pena observar la tendencia de colusión entre estos dos grandes bloques económicos”.

El Sr. Flurry escribió por primera vez sobre este “emporio de las naciones” en 2010. En aquel entonces, el comercio de China con Europa era una fracción de lo que es hoy en día. Había pocas señales de esta relación, y no había indicios de que Japón estaría incluido. No estamos interpretando este significado en la profecía después del suceso; el Sr. Flurry lo pronosticó todo por adelantado.

Esta alianza está aumentando al tiempo que el poder de Estados Unidos se reduce. Estados Unidos está aislado y vulnerable a esta alianza.

La “tendencia de colusión” está aquí. ¿Cuánto tiempo habrá antes de que esta superpotencia económica, este “emporio de las naciones”, se consolide?

Como lo escribió el Sr. Flurry, este emporio es mortal para Estados Unidos. La Biblia está llena de advertencias sobre el futuro inmediato, y no solo para EE UU. Mateo 24:22 advierte que este emporio bloqueará a Estados Unidos, lo que provocará una guerra que acabará con casi toda la población de la Tierra.

Pero también hay una gran esperanza al demostrar la confiabilidad de la Biblia cuando pronostica los eventos del tiempo del fin. Mateo 24:22 nos dice que Cristo intervendrá, poniéndole alto a esa guerra. La Biblia contiene gran esperanza para todos los que sigan vivos, e incluso para los que hayan muerto. Una vez que haya comprobado por sí mismo la confiabilidad de ésta, usted puede estar seguro de confiar en esa esperanza. 

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