¿Están lavando dinero los demócratas?
Un nuevo video publicado ayer por James O'Keefe cuestiona el origen de la financiación de los demócratas. Basándose en los datos de la Comisión Federal Electoral ( fec, por sus siglas en inglés), algunos ciudadanos de la tercera edad supuestamente han donado miles de veces al año. Algunas de estas donaciones ascendieron a más de 200.000 dólares.
Todas las donaciones se realizaron a través de ActBlue, una empresa de software que le permite a contribuyentes individuales donar directamente a su candidato demócrata, grupo progresista u organización sin ánimo de lucro de izquierda de su preferencia.
La organización mediática O'Keefe Media Group fue a las direcciones de estos contribuyentes para pedirles información sobre las donaciones. Entre las personas a las que cuestionó se encontraban:
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Michael Jamieson, que dio 31.282,70 dólares en 3.040 contribuciones separadas desde 2020
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Cindy Nowe, 18.849,77 dólares en 1.009 contribuciones separadas desde 2022
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Carolyn Lenz, 170.221,37 dólares en 18.872 contribuciones separadas desde 2017
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Garland Briggs, 230.155,12 dólares en 31.073 contribuciones separadas desde 2019
Parece que estas personas hicieron donaciones, pero en cantidades mucho menores. Los datos de la fec, también mostraron que las contribuciones se hicieron con variaciones distintas de nombres y direcciones. Parece que estas personas fueron utilizadas como fachada para canalizar fondos procedentes de otros lugares.
O'Keefe explicó en el video que recibieron los datos de un grupo de periodistas ciudadanos llamado Election Watch en Maryland. Dijo: “Gibson Group y Watch 2020 han presentado una demanda ante el Tribunal de Distrito de EE UU de Maryland en relación con este reclamo”. La corrupción es mucho más profunda que el Estado de Maryland; una demanda no podrá detenerla.
Conozca más: este fraude potencial de lavado de dinero demócrata no debería sorprender a nadie. La izquierda ha demostrado que está dispuesta a robar elecciones descaradamente. Para saber más sobre los peligrosos métodos de la izquierda radical, lea ¿Es real el ‘Estado profundo’?