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¿Está Trudeau de salida?

SEDAT SUNA/GETTY IMAGES

¿Está Trudeau de salida?

La dinastía liberal que transformó a Canadá parece estar desmoronándose.

Justin Trudeau ha tenido un mal año. Tras una década en el poder en Canadá, sus días como primer ministro parecen contados. Tras estancar la economía, imponer a los ciudadanos una ideología de izquierda y dejar entrar a millones de inmigrantes al país, Trudeau y su Partido Liberal se encaminan a una aparente reprobación en las próximas elecciones.

El pasado noviembre, las encuestas mostraban a Trudeau con un índice de aprobación históricamente bajo del 30%, y un índice de desaprobación del 65%. El opositor Partido Conservador mantenía una ventaja de 19 puntos sobre el Partido Liberal.




Incluso en sus bastiones de Montreal (Quebec) y Toronto (Ontario), los liberales perdieron dos elecciones parciales especiales. En septiembre, Jagmeet Singh, líder del Nuevo Partido Demócrata, puso fin al Acuerdo de Suministro y Confianza que apuntalaba al gobierno minoritario de Trudeau. Desde entonces, Trudeau se ha enfrentado a dos mociones de censura en la Cámara de los Comunes. Sobrevivió ambas, pero se prevén más, en gran parte debido a una revuelta interna entre los liberales. Algunos miembros liberales del Parlamento han pedido públicamente su renuncia.

Las próximas elecciones deben celebrarse en octubre, y todos los indicios apuntan a una derrota liberal. Sin embargo, Trudeau no es un político corriente. Es el “elegido”, la cara de una dinastía política que abarca generaciones. La maquinaria política que respalda a Trudeau combina los intereses de la Iglesia católica, Barack Obama, la multimillonaria familia Desmarais, el Partido Comunista Chino, el movimiento marxista y el Partido Liberal. Esta maquinaria ha controlado el gobierno canadiense durante 45 de los últimos 55 años. Lo que está en juego no son las ambiciones políticas de un hombre, sino la agenda política de todo un sistema partidista, respaldado por miles de millones de dólares. No espere que Trudeau se haga dócilmente a un lado.

¿Qué dice la profecía bíblica?

El mundo todavía está reverberando por la onda expansiva de la victoria dominante de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos el 5 de noviembre de 2024. Fue el dramático cumplimiento de 2 Reyes 14:26-27 y Amós 7, que el redactor jefe de la Trompeta, Gerald Flurry, había identificado como profecías que predecían el regreso de Trump a la presidencia. Su regreso es la culminación de la intervención milagrosa de Dios en los asuntos de nuestras naciones para romper temporalmente el dominio de líderes traidores.

¿Tendrá el regreso de Trump un efecto similar en Canadá? La respuesta corta es sí. Las economías de estas dos naciones están tan entrelazadas que cualquier resurgimiento económico en EE UU se hará sentir en Canadá. Los precios más bajos de la energía, la mayor demanda de los oleoductos internacionales y una mayor fabricación estadounidense impulsarán la economía canadiense.

Sin embargo, las políticas proteccionistas de Trump, como los aranceles, podrían perjudicar a las principales exportaciones canadienses como la madera, el gas, los minerales y los automóviles. La presencia o ausencia de Trudeau puede verse eclipsada por las políticas económicas de Trump y su influencia sobre el país.

Incluso si Canadá siente los efectos positivos, la mayoría de los canadienses odian visceralmente al presidente Trump, y la cultura izquierdista puede estar demasiado arraigada para que la nación vea un resurgimiento cultural.

La lección es que se necesita un milagro de Dios para romper el dominio del mal en los niveles más altos de nuestro gobierno. Incluso si Trudeau pierde las próximas elecciones, seguirá haciendo falta un milagro divino para romper el poder de la maquinaria política que le respalda y que ha estado asfixiando a Canadá. Somos malditos si ponemos nuestra confianza en un hombre (Jeremías 17:5). “Bendito el varón que confía en [el Eterno], y cuya confianza es [el Eterno]” (versículo 7).

ESTADOS UNIDOS Y GRAN BRETAÑA EN PROFECÍA

La gente del mundo occidental estaría sorprendida y boquiabierta, ¡si lo supieran! Los gobiernos de Estados Unidos, Gran Bretaña, Canadá, Australasia y África del Sur pondrían en marcha gigantescos programas de protección, ¡si lo supieran! ¡Ellos podrían saberlo! ¡Pero, no lo saben! ¿Por qué?