Dominio público
Está en el Manifiesto Comunista, amigos
Karl Marx y Federico Engels rechazaron la verdad religiosa de que la familia fue establecida por el Creador de la humanidad. Creían que las primeras sociedades humanas practicaban la poligamia, el matrimonio en grupo, la promiscuidad y otras relaciones sexuales como los monos bonobos. Engels argumentó en 1884 que la familia comenzó cuando los machos humanos dejaron de reproducirse indiscriminadamente con todas las hembras del grupo y dirigieron su energía reproductiva hacia un pequeño grupo de hembras. Por lo tanto, virtudes como la monogamia son reliquias de un sistema patriarcal que empezó a evolucionar cuando los hombres “tomaron el mando en el hogar” y las mujeres se convirtieron en “un mero instrumento para la producción de hijos”.
Karl Marx pidió explícitamente “la abolición de la familia” como pilar del programa comunista. ¿Por qué? “Como el vínculo más fundamental de la humanidad, [la familia] es el baluarte más resistente contra el control estatal totalitario y la mentalidad colectivista”, escribió Mark Tapson. “Es el entorno en el que primero nos civilizamos y moldeamos, idealmente, como ciudadanos productivos que valoran su individualismo, pero abrazan su papel en la sociedad en general. Como escribió Edmund Burke en 1790, la familia ‘es el primer eslabón de la serie por la que avanzamos hacia el amor a nuestro país y a la humanidad’. El Estado todopoderoso al que los comunistas exigen lealtad no es un eslabón de esa cadena, y por lo tanto la familia es un obstáculo que debe ser desmantelado. Esto no es una teoría de la conspiración, sino que está explícitamente establecido en la teoría comunista y feminista”…
“Este imperativo marxista —desvincular a los niños de sus padres y absorberlos en el colectivo— se hace eco directamente de una declaración de la progresista contemporánea Melissa Harris-Perry, una presentadora de msnbc que (…) declaró en una publicidad de la cadena en 2013: ‘Tenemos que romper con nuestra especie de idea privada de que los niños pertenecen a sus padres o que pertenecen a sus familias, y reconocer que los niños pertenecen a comunidades enteras” (Doc Emet Productions, 30 de septiembre de 2021).
Federico Engels resumió los ideales comunistas en su obra de 1847 “Principios del comunismo”. Escribió que el comunismo “suprime la propiedad privada y educa a los niños sobre una base comunitaria, y de este modo elimina las dos bases del matrimonio tradicional: la dependencia que la mujer tiene del hombre y los hijos de los padres, lo cual se arraiga en la propiedad privada”.
Los marxistas sostienen que la familia es producto de un estilo de vida privilegiado provocado por la propiedad privada, y que ambos deben ser abolidos para que el Estado pueda tomar y mantener el control absoluto.
Marx y Engels pensaron que los trabajadores del mundo abrazarían los ideales del comunismo. No lo hicieron. Los que lo hicieron han ayudado a matar a más de 100 millones de personas hasta la fecha. Cuando las revoluciones comunistas y las matanzas estaban empezando, Antonio Gramsci, un marxista, se dio cuenta de que el socialismo no triunfaría a través de las batallas callejeras y las guerras, sino “a través de la infiltración en las escuelas, las universidades, las iglesias y los medios de comunicación, transformando la conciencia de la sociedad”. Abogó por lo que más tarde se describió como una “larga marcha a través de las instituciones”. La familia, como señala Don Feder del Congreso Mundial de Familias, tendría que ser destruida antes de que el comunismo conquistara el mundo, no después.
Eso es exactamente lo que los izquierdistas, incluidos los marxistas que impulsan la agenda de la administración Biden, quieren lograr.
Los estadounidenses han temido que el ataque comunista se produjera mediante un ataque nuclear o un espionaje mortal o un conflicto armado con los soviéticos o alguna otra nación. No hemos comprendido que ha estado ocurriendo en nuestras aulas. ¡Todavía no nos damos cuenta de lo mucho que nos ha afectado a nosotros mismos! ▪
Este artículo fue traducido del artículo “It’s in the Communist Manifesto, Folks” de theTrumpet.com.