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¿Está Alemania en la profecía bíblica?
¿Quiénes son los pueblos alemanes y de dónde vienen? Su antiguo progenitor puede ser determinado por la historia secular, registros alemanes y la Biblia.
Por ejemplo, la ciudad más antigua de Alemania es Tréveris: Hasta el día de hoy, sus habitantes dicen que fue fundada alrededor del año 2000 a.C. por los asirios.
Josef K. L. Bihl escribe en In Deutschen Landen, “Tréveris fue fundada por Trebeta, un hijo del famoso rey asirio Nino. De hecho, uno encuentra (...) en Tréveris la lectura de la inscripción, ‘Tréveris existió por 1.300 años antes de que Roma fuera reconstruida’”.
La Bayerische Chronik (la historia oficial de Baviera), escrita por los años de 1500 d.C., ahora está relegada a ser puro mito. Sin embargo, ésta registra que una parte de los descendientes de Asur se establecieron en Europa desde Mesopotamia alrededor del 2300 a.C.
¿Cómo ocurrió eso? Justo antes que su capital, Nínive cayera (en 612 a.C.), el imperio asirio declinó rápidamente. Los guerreros invasores de Asia Central obligaron a los asirios a emigrar hacia el norte. En el siglo primero a.C. el historiador griego Diodorus Siculus escribió en The Library of History que “muchos de los pueblos conquistados fueron trasladados a otros hogares, y dos de ellos se convirtieron en colonias muy grandes: una de ellas estaba compuesta de asirios y fue trasladada a la tierra entre Paflagonia y Ponto”. Paflagonia y Ponto, ambos bordean las orillas del sur del mar Negro. La tierra entre ellos fue llamada Capadocia por Heródoto. Este historiador griego del siglo V a.C., también confirmó la presencia de los asirios en su obra Las Historias: “Los Capadocios son conocidos por los griegos con el nombre de sirios (...) Este pueblo, a quienes los griegos llaman sirios, son llamados asirios por los bárbaros”.
En el siglo V a.C., los asirios eran tan dominantes en el área del Mar Negro que los geógrafos griegos llamaron a la región Asiria: “La costa del Euxino [el mar Negro]... fue llamada Asiria por Scylax, el autor de Periplus” (Historia del arte en Cerdeña, Judea, Siria y Asia Menor, Vol. 2). En el mismo marco de tiempo, Heródoto registró a los asirios de la zona del mar Negro luchando bajo el rey persa Jerjes I contra los griegos (op. cit).
La arqueología revela que poco después de la desastrosa campaña de Jerjes, se produjo una gran migración de los asirios de la región del mar Negro. Con el debilitamiento del Imperio Persa, los asirios se mudaron de las costas del sur del mar Negro a sus costas del norte, una tierra llamada Escitia. Aquí comenzaron a llamarse escitas, eventualmente ocultaron su verdadera identidad.
Para los autores griegos y romanos, las estepas escarpadas de Escitia eran una tierra más allá del mundo civilizado. Ellos etiquetaron a todos los pueblos diferentes que emigraron a través de esta gigantesca encrucijada como escitas.
“Dos principales tipos raciales actualmente reconocidos, caucásicos y mongoloides, han existido históricamente en la proximidad geográfica de la estepa”, observa The Cambridge Ancient History (Vol. 3, Parte 2). “Arqueológicamente, está claro que los ‘escitas’ de los siglos VIII y VII a.C. no eran los mismos que los ‘escitas’ del siglo V. Ambos estaban montados en bandas élite de guerra que se originaron en las regiones más orientales de la estepa, y los griegos, naturalmente, llamaron a ambos grupos con el mismo nombre”.
La arqueología muestra cinco fases principales de asentamiento en el área. Estos fueron causados por el gran desplazamiento de la población como resultado del colapso de varios imperios y reinos en Oriente Medio.
Cuando Heródoto escribió Historias, él habría sabido cómo la población escita estaba en proceso de cambio y formación. Él escribió: “Los escitas dicen que su nación es la más joven de todas las naciones”.
Está claro que el pueblo germánico comprendía, al menos en parte, la migración escita en ese momento. Lo sabemos porque los registros romanos muestran que el pueblo germánico comenzó primero a invadir Europa Central y Occidental a finales del siglo II a.C., poco después de su traslado hacia el norte.
La arqueología confirma que estos escitas emigraron hasta Alemania propiamente. “Nómadas y guerreros feroces, vivían en Asia Central (...) y su cultura se extendió hacia el occidente, al sur de Rusia y Ucrania, e incluso a Alemania...” (National Geographic, junio de 2003; énfasis agregado). El desmembramiento de una población tan grande tomó varios cientos de años, con las primeras tribus germánicas apareciendo en los registros romanos a finales del siglo II a.C.
En el momento en que estas tribus emergieron de Escitia a Europa y comenzaron a encontrarse con el Imperio Romano, ya no se llamaban escitas, sino que fueron llamados por los nombres de sus tribus.
El historiador romano Plinio el Viejo escribió en el siglo primero d.C. sobre los germánicos y otras tribus que emigraron a través de esta encrucijada: “El nombre ‘escita’ se ha extendido, en todas las direcciones, incluso a los sármatas y los alemanes; pero esta antigua denominación ahora solo se otorga a aquellos que viven más allá de esas naciones y viven desconocidos para casi todo el resto del mundo” (La Historia Natural).
Como los griegos y los romanos se encontraron con diferentes pueblos escitas debido al comercio y la guerra, ellos les dieron nuevos nombres. Durante los siglos primero y segundo a.C., los generales romanos lucharon contra feroces tribus en Europa y las llamaron por un nombre que significa “hombre de guerra”: Germani.
Antes de 1900, cuando el racionalismo alemán se introdujo en la academia y el registro bíblico y muchas crónicas alemanas fueron rechazadas, los académicos sabían exactamente de dónde emigraron los germanos. “No puede haber duda de que (...) emigraron a Europa desde el Cáucaso y los países alrededor de los mares Negro y Caspio” (Un Diccionario Clásico de Biografía, Mitología y Geografía, “Germania”).
Viajando en el tiempo a través de las obras de antiguos estudiosos y datos arqueológicos, podemos contar la historia completa de la migración de los pueblos alemanes de Mesopotamia, el hogar de su patriarca Asur, el padre de los asirios, ¡a su ubicación hoy! ▪