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Esperanza entre los escombros de Siria

BDULMONAM EASSA/AFP VIA GETTY IMAGES

Esperanza entre los escombros de Siria

A pesar de los horribles titulares de hoy, ¡hay buenas noticias!

Casi ningún otro conflicto actual ha causado tanto sufrimiento como la guerra civil siria. Cientos de miles de niños sirios han pasado de una pesadilla a otra. Han visto poco más que escombros y muerte y sentido poco más que hambre y miedo.

Decenas de miles de ellos han sido asesinados. Algunos de ellos fueron torturados hasta la muerte.

Quienes no han perdido la vida la han visto desvanecerse en los ojos de amigos y familiares, y con ella su esperanza. En su desesperación, muchos niños se han unido a grupos armados, aterrorizando y siendo aterrorizados. Los constantes tiroteos, bombardeos, torturas y ataques con gases venenosos los han dejado traumatizados por el resto de sus vidas.

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El ministro federal de Desarrollo alemán, Gerd Müller, lamentó en 2020 la realidad de toda una generación de niños sirios: no conocen “nada más que el miedo y la necesidad”.

Los que sobreviven enfrentan desesperanza.

“Después de 13 años de conflicto en Siria, casi 7,5 millones de niños en el país necesitan asistencia humanitaria, más que en cualquier otro momento del conflicto”, informó el Fondo Internacional de Emergencia para la Infancia de las Naciones Unidas el 15 de marzo. “Ciclos repetidos de violencia y El desplazamiento, una crisis económica devastadora y privaciones extremas, brotes de enfermedades y los devastadores terremotos del año pasado han dejado a cientos de miles de niños expuestos a consecuencias físicas y psicosociales a largo plazo. Más de 650.000 niños menores de 5 años padecen desnutrición crónica, un aumento de alrededor de 150.000 en los cuatro años transcurridos desde 2019”.

Durante años, la comunidad internacional ha intentado resolver este conflicto, pero no ha hecho más que empeorar.

“¿Por qué vemos un mundo de avances y progresos admirables pero al mismo tiempo con males deplorables cada vez peores?”, preguntó el difunto Herbert W. Armstrong en El misterio de los siglos. “¿Por qué las mentes que desarrollan naves espaciales, computadores y demás prodigios de la ciencia de la tecnología y la industria, no pueden resolver los problemas que ponen de manifiesto la incapacidad del hombre?”.

La realidad actual es asombrosamente sombría. Los líderes mundiales discuten soluciones, pero cada atisbo de promesa se convierte en cenizas. Esta paradoja desconcierta a muchos hoy en día. Sin embargo, seguimos buscando la solución en la fuente equivocada. Muchos miran desesperadamente a Alemania, ¡pero la profecía bíblica muestra que Alemania está a punto de usar su poder para iniciar una guerra aún más devastadora en todo el mundo!

¿Qué esperanza tiene entonces un niño sirio en medio de los escombros? Su familia no puede brindar consuelo, ni tampoco su gobierno, ni los medios de comunicación, ni las naciones extranjeras.

¿Hay alguna esperanza en medio de la masacre?

En Mateo 24, Jesucristo dio a Sus discípulos una cronología de eventos que precederían a Su regreso. Advirtió sobre engaños religiosos, guerras, hambrunas, pestilencias, terremotos y muchas tribulaciones. Pero también les dio palabras de consuelo: “Mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca…” (versículo 6).

En medio del sufrimiento, muchos se preguntan: ¿Dónde esta Dios? ¡Él está aquí! Podríamos encontrarlo si sólo miráramos Su Palabra.

En ella, Jesucristo profetizó con precisión el mal que ahora está aconteciendo a la humanidad. Advirtió que se llegará al punto en que “nadie” se salvaría con vida si Él no interviene, pero ¡Él intervendrá! (versículo 22).

¡Cada guerra y cada conflicto acerca a la humanidad a darse cuenta de su propia impotencia! ¡La matanza en realidad indica que el regreso de Cristo está cerca!

La respuesta a por qué Dios permite que ocurran eventos tan terribles también se encuentra en la Palabra de Dios. Para comprender esta verdad reveladora, lea nuestro artículo de septiembre de 2022 “¿Por qué permite Dios el sufrimiento?”.

Cuando Cristo caminó por la Tierra, sintió compasión por el sufrimiento de este mundo. Dijo que eran “como ovejas que no tienen pastor” (Mateo 9:36). Él sabe que a menos que nos demos cuenta de nuestra propia impotencia, nunca aceptaremos Su intervención ni nos someteremos a Él (vea Apocalipsis 2:27).

Dios tiene un plan para salvar a la humanidad no sólo físicamente sino de nuestra propia naturaleza humana rebelde y terminal. Cuando se entiende ese plan a largo plazo, hay muchas razones para tener esperanza. La misma Biblia que profetizó con precisión la destrucción que estamos experimentando y que estamos a punto de experimentar también profetiza que la humanidad finalmente aprenderá la ineludible y dolorosa lección de que la rebelión contra Dios y Su ley es rebelión contra la única forma de vida justa, correcta y feliz. ¡Esa lección la aprenderán no sólo los supervivientes de la actual e inminente matanza sino también los que mueran a causa de ella! La Biblia muestra que se avecina una resurrección para todos aquellos que han muerto sin conocer al Dios verdadero, el camino de Su maravillosa ley, o el verdadero propósito de sus propias vidas.

Allí, entre los escombros, ya sea que todavía viva con miedo o haya muerto aterrorizado, esta es la esperanza para la niñez de Siria y de todas las naciones.