El Tribunal Supremo rechaza el plan de Joe Biden para perdonar préstamos estudiantiles

El Tribunal Supremo de Estados Unidos acaba de rechazar el plan de la administración Biden para perdonar 430.000 millones de dólares de deuda de préstamos estudiantiles. El plan habría perdonado al menos 10.000 dólares de deuda federal de préstamos estudiantiles a los deudores solteros que ganaran hasta 125.000 dólares al año y a las parejas casadas que ganaran hasta 250.000 dólares al año. Esta cifra habría aumentado a $20.000 si el prestatario recibía Becas Pell.

Los seis jueces conservadores del tribunal dictaminaron el 30 de junio que dicha condonación no estaba autorizada por la legislación vigente, por lo que Joe Biden tendría que pasar por el Congreso para poder aprobarla legalmente.

Carga para los contribuyentes: muchos de los 26 millones de deudores que solicitaron la condonación de préstamos estudiantiles están molestos por la decisión del Tribunal Supremo. Sin embargo, los que no tienen deudas de préstamos estudiantiles están eufóricos.

Un análisis de Newsweek sobre el plan de Biden concluyó que su financiación costaría a cada contribuyente individual 2.730 dólares (91 dólares al año durante 30 años). Obviamente, pagar $2.730 en lugar de $10.000 es un buen trato para quienes cumplen los requisitos para recibir el perdón de préstamos estudiantiles. Pero el acuerdo es horrible para quienes no tienen esa deuda. ¿Por qué un conductor de semirremolque tiene que pagar impuestos adicionales para que los activistas obtengan un título gratuito en estudios de género?

Adicción a sentirse con derecho a todo: políticos antiguos compraban los votos de los ciudadanos con comida y entretenimiento baratos. Aunque esta práctica contribuyó al declive y caída de la República de Roma, los políticos modernos siguen utilizándola. El difunto Herbert W. Armstrong estableció paralelos entre el colapso de Roma y el profetizado colapso de Estados Unidos. En 1956 escribió:

Justo antes de que Roma se derrumbara, se produjo un rápido aumento de los impuestos. Roma había engordado y prosperado; y la gente buscaba el ocio, menos trabajo, más juego, ociosidad, y al eludir el trabajo, empezaron a recurrir al gobierno para que les proveyera. Hoy en día, lo llamamos subvenciones, auxilios, pensiones y ayudas gubernamentales. Cuando una nación empieza a esperar que el gobierno la mantenga, se encuentra en un tobogán engrasado hacia la decadencia y el olvido. Esto provocó la caída de Roma. Provocó la caída de la orgullosa Babilonia mucho antes. Y está provocando la caída de Estados Unidos hoy.

Más información: lea “Cayó la poderosa Roma—Estados Unidos está en su lecho de muerte”.