PHILIP JAMES DE LOUTHERBOURG
El reino cruzado de Chipre
Durante milenios, la isla de Chipre ha sido un lugar crítico y estratégico. Desde antes de la Guerra de Troya, ha constituido un peldaño en el Mediterráneo oriental que conduce de Europa a Oriente Medio. Fue especialmente vital durante las Cruzadas medievales, una serie de guerras religiosas de conquista por el control de Jerusalén entre cristianos y musulmanes.
Durante la Primera Cruzada (1096–1099) y la Segunda Cruzada (1145–1149), los ejércitos católicos y ortodoxos orientales de Europa ignoraron Chipre y marchaban por la ruta terrestre a través de Constantinopla hacia Jerusalén. Después de que Jerusalén cayera en manos del sultán de Egipto en el año 1187, el rey Ricardo Corazón de León de Inglaterra emprendió por vía marítima la Tercera Cruzada (1189–1192).
Ricardo planeaba unirse al rey de Francia y al emperador Federico Barbarroja del Sacro Imperio Romano en la ciudad de Acre, en el actual Líbano, pero una tormenta hizo naufragar sus fuerzas en Chipre. Ricardo depuso al príncipe bizantino local y utilizó la isla para organizar su invasión al sultanato ayubí.
Esta estrategia fue tan efectiva que el Sacro Imperio Romano pronto encontró la forma de transformar a Chipre en un reino satélite para utilizarlo en futuras invasiones. El rey Ricardo vendió Chipre a los Caballeros Templarios y poco después el emperador del Sacro Imperio Romano Enrique vi (hijo de Federico Barbarroja) dispuso que el noble francés Aimery de Lusignan fuera coronado como primer rey de Chipre en el año 1192. Durante los siguientes tres siglos, Chipre sería gobernada como un Estado cruzado cristiano y reino satélite del Sacro Imperio Romano.
Los emperadores del Sacro Imperio Romano hicieron un amplio uso de Chipre en las cruzadas posteriores. El rey Aimery de Chipre envió tropas para apoyar la “Cruzada Germana” del emperador Enrique en 1197. El hijo y nieto del rey Aimery permitieron al emperador del Sacro Imperio Romano Federico ii utilizar Chipre para organizar la Quinta Cruzada (1217–1221) y la Sexta Cruzada (1228–1229), y el rey Enrique i de Chipre permitió a Luis ix de Francia utilizar Chipre para organizar la Séptima Cruzada (1248–1254).
Para el 1268, el reino de Chipre se había vuelto tan importante para el control católico de Jerusalén que el rey Hugo iii de Chipre fue coronado como rey de Jerusalén. Los reyes de Chipre siguieron gobernando Jerusalén por 23 años hasta que el sultanato mameluco reconquistó la ciudad.
Una vez finalizadas las Cruzadas, la isla quedó bajo el dominio de los mercaderes genoveses hasta que los turcos la conquistaron en 1571 y la anexaron al Imperio Otomano. Pero la Europa católica nunca olvidó el importante papel que desempeñó el reino cruzado de Chipre en sus guerras por Jerusalén. El hecho de que Chipre se convirtiera en miembro de la Unión Europea en 2004 es un claro indicio de que la Europa católica nuevamente tiene planes sobre Jerusalén.