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El presidente Trump traicionó a Israel
El presidente Donald Trump pronunció un poderoso discurso inaugural el 20 de enero. Sin embargo, una cosa que dijo presagia graves problemas.
“Me complace decir que desde ayer, un día antes de asumir el cargo, los rehenes en Oriente Medio están regresando a casa con sus familias”, dijo. Sí, Hamás liberó a tres rehenes y vienen más. Pero no dijo nada sobre el aterrador precio pagado por esos rehenes.
Bajo el mando del primer ministro Benjamin Netanyahu, Israel prácticamente ya había destruido a Hezbolá en el Líbano y había asestado golpes mortales a Hamás en Gaza. Pero entonces, la noticia del acuerdo entre Israel y Hamás llegó a las calles de Gaza y miles de árabes armados salieron de sus túneles subterráneos, celebrando y gritando que ¡ellos habían ganado la guerra!
¿Cómo pudo suceder esto?
Un acuerdo vergonzoso
Melanie Phillips, residente en Jerusalén y una de las mejores periodistas del mundo, escribió en un artículo del Jewish News Syndicate del 16 de enero sobre esta euforia en las calles de Gaza. “Esos árabes estaban extasiados porque creían que el acuerdo les permitiría ahora, finalmente, destruir a Israel y a los judíos”, escribió.
Cuando se conocieron los términos desiguales del acuerdo, parecía que “Israel se estaba viendo obligado a arrebatar la derrota de las fauces de la victoria y seguiría enfrentándose a un enemigo genocida”, escribió Phillips.
“Y hubo incredulidad y desconcierto ante el hecho de que el presidente electo Donald Trump —en quien tantos confiaban para hacer posible que Israel se defendiera del genocidio— pudiera haber traicionado al Estado judío al obligar al primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, a aceptar los desastrosos términos promovidos por la administración Biden” (ibíd.).
Esta apreciación es difícil de refutar. Aunque Joe Biden intentó atribuirse el mérito, fue claramente Trump quien hizo posible el acuerdo. En realidad, él logró lo que Biden estaba planeando y esperando poder hacer. ¿Por qué?
Dese cuenta de que el Estado judío de Israel, al que la profecía bíblica se refiere como Judá, es el único aliado real de EE UU en el Oriente Medio. Nuestros dos pueblos están ligados. Israel depende de EE UU en materia de armamento para librar su guerra. No es exagerado decir que si pierden tal armamento, pierden la guerra. Israel necesita desesperadamente la ayuda de EE UU.
Israel había resistido las tormentas de una administración hostil de Biden y esperaba que el presidente Trump fuera mucho más favorable. ¡Pero este acuerdo es apenas más favorable que el que habría ofrecido el equipo de Biden!
El acuerdo se desarrolla en fases. En la primera, los soldados israelíes desalojan las zonas pobladas de Gaza y llega más ayuda. Hamás libera sólo a 33 de los 94 rehenes que aún permanecen cautivos en Gaza, y aun así, sólo unos pocos a la vez. Los rehenes restantes no serán liberados hasta más tarde. Y por esas 33 personas, ¡Israel debe liberar hasta 1.904 prisioneros palestinos! En este intercambio inicial, son 30 prisioneros por cada rehén civil y 50 por cada mujer soldado que entregue Hamás.
Dese cuenta también que Israel no encarcela a civiles inocentes. ¡Los hombres que está liberando son criminales, terroristas y asesinos que han matado a muchos judíos!
Israel había realizado enormes progresos eliminando la amenaza de Hamás. ¡Pero con este acuerdo, casi todo lo que Israel logró en su guerra fue rápidamente revertido!
Israel estaba tan cerca de la victoria, y ahora, de repente, ha perdido. Casi había destruido a los terroristas de Hamás, y ahora, en cambio, los ha fortalecido. Ocurrió tan de repente que horrorizó al pueblo israelí.
“Tenemos que ser honestos: para aquellos de nosotros que apoyamos a la nación judía frente a los militantes medievales que desean destruirla, éste es un mal acuerdo”, escribió Brendan O’Neill para Spiked Online. “Es difícil verlo como otra cosa que no sea un beneficio para Hamás y un golpe para Israel” (16 de enero). Por muy reconfortante que sea ver a los rehenes ser devueltos a sus familias, escribió, “es innegable que el objetivo de guerra de eliminar a Hamás, un objetivo noble, no sólo se ha detenido temporalmente sino que se ha revertido. Parece que Israel debe, después de todo, sufrir a un ejército terrorista genocida a sus puertas”.
Recuerde que en un intercambio de prisioneros en 2011 —1.027 palestinos por un soldado israelí— Israel liberó a Yahya Sinwar, ¡quien se convirtió en el líder de Hamás y arquitecto de la masacre del 7 de octubre! Como preguntó escalofriantemente O’Neill: “¿A quién está liberando Israel esta vez? ¿Qué podrían llegar ha hacer?”.
“La toma de rehenes israelíes fue un malvado golpe maestro por parte de Hamás”, continuó Phillips. “Sin embargo, EE UU es en gran medida responsable de abandonarlos a su suerte y permitir que Hamás siga utilizando a estos inocentes como arma infernal de chantaje y extorsión” (op. cit.). ¡Ese es un análisis muy condenatorio, y lamentablemente es acertado!
La realidad es que, con este acuerdo, el presidente Trump traicionó a Israel.
Juzgue por los frutos
El 7 de enero, el Sr. Trump advirtió en una conferencia de prensa que habría terribles consecuencias si Hamás no liberaba a los rehenes antes de su toma de posesión. Él quería mostrar con desesperación que sus palabras tienen impacto. Y quería que hubiera un cese al fuego para poner fin a la guerra antes de asumir el cargo. Así que cuando Hamás ofreció un trato, aún siendo terrible, presionó a Israel para que lo aceptara.
“Para mí, esto levanta señales de alarma sobre el enfoque de Trump hacia los asuntos internacionales”, escribió O’Neill. ¡También para mi! “Priorizar la paz mental de gobernantes entrantes de EE UU por encima del derecho del Estado judío a derrotar a los antisemitas que amenazan su propia existencia parece desastrosamente cortoplacista. ¿No se dan cuenta los asesores de Trump lo que hay en juego en Oriente Medio?” (énfasis mío en todo el texto).
¿Qué está en juego? La supervivencia de Israel... ¡y mucho más! Darles a estos terroristas genocidas premios por los rehenes que tomaron, y espacio para reagruparse, sólo puede tener consecuencias desastrosas. ¿No puede el presidente Trump reconocer eso?
“En cuanto a Trump”, escribió Phillips, “el temor es que su transaccionalismo signifique que acabe desempeñando el mismo papel que la administración Biden al empoderar el mal. Sólo podemos contener la respiración”. Debemos juzgar por los frutos. El Sr. Trump tuvo palabras fuertes, pero ¿cuáles son sus hechos en la mayor crisis posible en Oriente Medio?
“Trump dirá que él ‘ganó la paz’, pero el precio de esta ‘paz’ es ciertamente alto: la detención de la guerra justa de Israel contra los pogromistas modernos que detestan a EE UU tanto como a Israel”, escribió O’Neill. Este acuerdo proporciona sólo una ilusión de paz, ¡pero socava la verdadera paz!
“¿No sería la destrucción de Hamas algo bueno tanto para israelíes como para palestinos? (…) ¿Y no deberíamos ahora ponernos del lado de la civilización, con orgullo, en contra del islamismo?”, concluyó O’Neill. “Trump puede alardear, pero a menos que demos repuesta a estas preguntas, la crisis continuará tanto allá como aquí”.
En su discurso inaugural, justo antes de anunciar este acuerdo, el presidente Trump dijo: “Mi legado más orgulloso será el de un pacificador y unificador. Eso es lo que quiero ser”. Es un buen objetivo, pero debe alcanzarse con honor. La historia está llena de pacificadores que buscaron la paz a cualquier costo ¡y consiguieron lo contrario!
“Trump no quiere una guerra durante su mandato”, continuó Melanie Phillips. “Prácticamente ha prometido al pueblo estadounidense que pondrá fin a la guerra. Pero a veces surge un enemigo con el que cualquier acuerdo es un pacto con el diablo”. ¡Absolutamente cierto! Este mundo está lleno de graves peligros. A veces hay que luchar, ¡o ser capturado o destruido por gente malvada!
En este acuerdo, escribió Phillips, el presidente Trump está “pactando con el diablo”. Sin duda puede decirse que no es obra de Dios. ¡Este es un error catastrófico y monumental!
Este acuerdo ha expuesto los defectos del Sr. Trump de una manera que ninguno de nosotros quiere ver. Algo está terriblemente mal aquí.
¡Lo que el Sr. Trump ha hecho aquí lo atormentará por el resto de su mandato! Sólo observe y vea si no sucede así, salvo que cambie de curso de forma drástica.
Traicionando a un amigo
El presidente Trump no sólo traicionó a Israel, sino que deshonró específicamente a Netanyahu. Esta es una catástrofe difícil incluso de describir.
Melanie Phillips escribió otro artículo, titulado “Si este acuerdo fracasa para Israel, Benjamin Netanyahu está acabado” (Times, 20 de enero). Ella escribió sobre la presión que Trump ejerció para que Netanyahu aceptara este acuerdo, y cómo “el mayor escapista político de Israel no tuvo más opción que aceptar”. Eso probablemente sea cierto.
Esto podría tener graves consecuencias para él. “Los israelíes han reprimido su ira contra él mientras la guerra continúa”, escribió Phillips. “Sin embargo, las encuestas sugieren que la aceptación de estos términos de cese al fuego ha provocado que el apoyo de su base electoral comience a desangrarse”. Eso es políticamente letal.
“Si queda claro que Israel no ha logrado cumplir sus objetivos supremos de destruir por completo a Hamás como fuerza militar y garantizar que nunca más el país sea invadido y sus ciudadanos masacrados, violados, decapitados y secuestrados, Netanyahu estará perdido”, concluyó. “Y en una suprema ironía, la persona que daría el golpe de gracia que ha eludido a los muchos enemigos políticos de Netanyahu sería el hombre al que una vez elogió como el mejor amigo de Israel en la Casa Blanca, Donald J. Trump”.
Los israelíes amaron a Trump durante su primer mandato. Ahora dicen que él les ha traicionado . Eso es terrible. Este es el único aliado fuerte de EE UU en la región. Y en muchos sentidos, como le vaya a Israel, le va a EE UU.
¿Luchen, luchen, luchen?
Durante su campaña presidencial, Donald Trump recibió un disparo en la oreja, se puso de pie y gritó: “¡Luchen! ¡Luchen! ¡Luchen!”. ¡Él dijo que EE UU debe luchar para ganar contra aquellos que quieren destruirlo!
Como he escrito, Dios lo protegió, y por una buena razón (artículo “Por qué Dios está salvando a EE UU a través de Trump”, página 4).
La pregunta es, ¿dónde está ese espíritu de lucha ahora cuando se trata de ayudar a un aliado en su peor crisis?
¡El Sr. Trump no quiere una guerra, pero a veces no se puede evitar! Los israelíes ciertamente lo saben: después de ser atacados el 7 de octubre de 2023, ¿qué más podrían hacer?
Netanyahu estaba luchando y ganando como ningún primer ministro israelí lo ha hecho durante bastante tiempo. Él tiene la voluntad de luchar, luchar, luchar por su nación en una guerra. ¡Ese es el tipo de aliado que se necesita en la lucha por la libertad! Puede que haya diferencias políticas entre esos dos hombres, pero esto no es política. ¡Se trata de ganar una guerra para todos los políticos y todos los pueblos!
Este es el desafío que enfrenta Israel. Pero hemos visto una lucha real en el Estado judío. La supervivencia de su nación depende de ello. ¡Luchar, luchar, luchar, o morir como nación!
Sin embargo, ahora los israelíes se han visto forzados a pactar con el diablo. Eso traerá frutos amargos. Creo que las consecuencias nos acompañarán durante mucho tiempo.
“Durante los últimos 15 meses, Israel ha luchado con brillantez y tenacidad para aplastar a Hamas y asegurar que una atrocidad inimaginable como la que el grupo terrorista desató el 7 de octubre de 2023, nunca se repita”, escribió Jeff Jacoby para el Boston Globe. “Sin embargo, ahora está a punto de cometer un grave error —el de repetir un grave error— que prácticamente garantiza que más israelíes serán asesinados, mutilados y secuestrados en futuras atrocidades” (15 de enero). ¡Los judíos están repitiendo una y otra vez el mismo grave error!
Jacoby se refirió a una encuesta de opinión según la cual el 64% de los israelíes apoyan la liberación de terroristas con “las manos manchadas de sangre” si con ello consiguen que los rehenes vuelvan a casa. Esto muestra que las personas son mucho más débiles de lo que deberían ser.
Él escribió sobre intercambios de rehenes fallidos en el pasado que han tenido resultados terribles. Estos acuerdos alientan más tomas de rehenes y hacen que más terroristas vuelvan a las calles, que luego matan a más judíos. “Todo lo cual significa que si se aprueba este acuerdo, es seguro que los rehenes israelíes permanecerán en las mazmorras de Gaza y que cientos de militantes palestinos, incluidos muchos con sangre en sus manos, volverán a la lucha”, escribió. “A pesar de todo lo que Israel ha hecho para destruir la infraestructura de Hamás y decapitar a su liderazgo, seguirá siendo un enemigo mortal capaz de planear más atrocidades.
“¿Nunca aprenderá Israel?”
¿Nunca aprenderán? ¿Y nosotros nunca aprenderemos?
¿Tenemos la voluntad de luchar? Dios dice que la soberbia quebrantada de nuestro orgullo es una maldición; una maldición por nuestra desobediencia a Él (Levítico 26:18-19). En algunos aspectos, el presidente Trump ha mostrado un fortalecimiento de ese orgullo, que ha estado, lamentablemente, ausente durante muchos años. Pero no podemos ignorar la realidad. Debemos reconocer este acuerdo por lo que es: una señal inquietante del poder perdido de EE UU en Oriente Medio, una señal de alarma sobre el enfoque del presidente hacia los asuntos internacionales, una advertencia sobre la fiabilidad de la alianza de EE UU con Israel, ¡y un terrible presagio de maldiciones mucho peores por venir sobre ambas naciones!