
El presidente Trump planea hacer del inglés la lengua oficial de EE UU
Estados Unidos nunca ha tenido una lengua oficial en sus 249 años de historia. Esto está a punto de cambiar. El presidente Donald Trump planea firmar una orden ejecutiva para hacer del inglés la lengua nacional.
Según una declaración de un funcionario de la Casa Blanca del 28 de febrero, esta próxima orden ejecutiva también anulará una orden ejecutiva del ex presidente Bill Clinton que exigía a las agencias federales y a los receptores de fondos federales que proporcionaran asistencia lingüística a las personas que no hablaran inglés. La orden está diseñada para fomentar la unidad nacional.
Lengua nacional: desde que los 13 primeros Estados del país eran colonias británicas, el inglés ha sido la lengua más común de EE UU. Sin embargo, en el país se hablan entre 350 y 430 lenguas.
Según la Asociación Estadounidense de Traductores, unos 25 millones de estadounidenses no hablan inglés con fluidez. Esto supone un gran problema para la unidad nacional, ya que es más probable que estas personas sientan lealtad hacia las naciones en las que se habla su lengua materna. Hacer del inglés la lengua nacional ayudaría a establecer una identidad estadounidense.
Cultura nacional: hace unos años, la diputada Marjorie Taylor Greene fue castigada por decir que “EE UU es una nación con una frontera, y una cultura, reforzada por un respeto común a las tradiciones políticas singularmente anglosajonas”. Activistas, académicos e incluso otros republicanos la tacharon de racista. Sin embargo, no es racista señalar que la lengua y la cultura política de EE UU se originaron entre los anglos, los sajones, los frisones y los jutos.
Otras etnias son bienvenidas a emigrar a EE UU y adoptar su lengua y su cultura. Pero eso no cambia el hecho de que la libertad de expresión, la libertad de reunión, la libertad de comercio, la libertad religiosa, la igualdad de todos los hombres y el gobierno limitado son tradiciones políticas anglosajonas. Hablar inglés pone de relieve este hecho.
Orígenes antiguos: en su libro más popular, Estados Unidos y Gran Bretaña en profecía, el difunto Herbert W. Armstrong demostró que los anglos y los sajones descendían de las tribus israelitas perdidas de Efraín y Manasés. Esta asombrosa verdad significa que muchas tradiciones políticas anglosajonas no son ideas que se les ocurrieran a ellos mismos, sino que proceden directamente de las 10 tribus perdidas del antiguo Israel.
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