El presidente Trump elogia a Luisiana por exhibir los Diez Mandamientos en las escuelas
Donald Trump apoya la exhibición de los Diez Mandamientos en las escuelas públicas y otros lugares educativos. El 21 de junio, publicó una declaración dogmática en Truth Social:
Me encanta que los Diez Mandamientos estén en las escuelas públicas, en las privadas y en muchos otros lugares. Léanlo: ¿cómo podemos, como nación, hacer las cosas mal? Este puede ser, de hecho, el primer gran paso hacia el renacimiento de la religión, que se necesita desesperadamente, en nuestro país.
Donald Trump on the Ten Commandments in schools: pic.twitter.com/oplcYPJQxW
— Benny Johnson (@bennyjohnson) June 21, 2024
Disputa legal: la declaración del presidente Trump fue motivada por una reciente ley de Luisiana que exige que los Diez Mandamientos se exhiban en todos los salones de clase de las escuelas y colegios públicos.
Otros Estados, como Texas, Oklahoma y Utah, quieren seguir el ejemplo, pero los grupos progresistas de libertades civiles afirman que exhibir los Diez Mandamientos en las instituciones públicas es un paso inconstitucional hacia la religión impuesta por el gobierno.
Rachel Laser, presidenta y directora ejecutiva de Estadounidenses Unidos por la Separación de la Iglesia y el Estado, ha demandado al gobernador de Luisiana, Jeff Landry, por firmar esta propuesta legislativa. Pero su comprensión de la Constitución es errónea.
La Primera Enmienda de la Constitución dice: “El Congreso no aprobará ninguna ley que respete el establecimiento de una religión o que prohíba su libre ejercicio”. No prohíbe exhibir textos religiosos como los Diez Mandamientos en lugares públicos. De hecho, el edificio del Tribunal Supremo de Estados Unidos está decorado con una gigantesca estatua de Moisés sosteniendo los Diez Mandamientos.
Una nación sin ley: la verdadera razón por la que los izquierdistas no quieren que Luisiana y otros Estados exhiban públicamente los Diez Mandamientos no es que teman que Luisiana establezca una religión estatal. Es porque fundamentalmente no están de acuerdo con las virtudes morales descritas en los Diez Mandamientos.
Ni siquiera los conservadores y los religiosos valoran estos mandamientos como deberían, un hecho atestiguado por las encuestas de opinión pública que muestran que menos de la mitad de los estadounidenses pueden recitar de memoria todos los Diez Mandamientos.
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