HERBERT KICKL (KASSANDRA VERBOUT/LA TROMPETA/HELMUT FOHRINGER/APA/AFP VIA GETTY IMAGES)
El partido nazi gana en Austria
Por primera vez en la historia de Austria, el 29 de septiembre el Partido de la Libertad (fpö, por sus siglas en alemán) ganó las elecciones nacionales. Su campaña se opuso a las políticas destructivas del actual gobierno en materia de inmigración, coronavirus, asuntos exteriores, clima y antifamilia. El fpö también ganó a pesar de, o debido a, sus asociaciones con el pasado nazi de Austria.
El fpö obtuvo el 29% de los votos, seguido del conservador Partido Popular Austríaco (övp, por sus siglas en alemán), con el 26%. Ambos podrían formar un gobierno de mayoría encabezado por el fpö, pero el övp se muestra reticente, por buenas razones.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Austria fue un bastión de oficiales de las SS, dos de los cuales se convirtieron en los dos primeros presidentes de la fpö cuando se fundó en 1956.
En 2000, este partido político, dirigido por Jörg Haider, hijo de miembros del Partido Nazi austriaco, entró en una coalición de gobierno con el (övp). Este movimiento provocó que todos los Estados miembros de la Unión Europea, junto con Israel, impusieran un boicot diplomático a Austria.
En 2017, el fpö entró en otra coalición con el övp, esta vez con menos protesta. Y eso a pesar de que el líder del partido en aquel momento, Heinz-Christian Strache, era tristemente célebre por haber sido detenido en Alemania en 1989 por participar en un mitin neonazi.
Ahora el fpö promete construir la “Fortaleza Austria”, que incluye la “emigración de los extranjeros no invitados” y una nación “homogénea”. Los carteles electorales prometían a los votantes: “Hágase tu voluntad”, una alusión corrupta a las palabras de Jesucristo. El líder del partido, Herbert Kickl, hizo campaña para ser el Volkskanzler (canciller del pueblo) de Austria, un término utilizado en su día para describir a Adolfo Hitler.
El fpö afirma oponerse a muchas políticas de destrucción nacional para defender la identidad histórica de Europa.
La fpö está unida en este objetivo a la nobleza austriaca, con la que mantiene estrechos vínculos. El barón Norbert van Handel, miembro de la Orden Europea de San Jorge de la Casa de Habsburgo-Lorena, declaró al Visegrád Post en 2017: “Son cristianos, creen en la familia, en la propiedad y en la posibilidad de defender nuestra sociedad y nuestra cultura. Y creen en Europa, en una Europa que es una patria de patrias”. Apoya el fpö porque teme “la pérdida total de nuestra cultura, de nuestra religión, de nuestras tradiciones y de todo lo que ha construido nuestra identidad durante los últimos 1.000 años.”
Esa cultura y esas tradiciones incluyen sin duda la arquitectura, el arte y la música del pasado de Europa. Sin embargo, la historia también incluye la persecución, tortura y asesinato de musulmanes, judíos y protestantes que rechazaban la fe católica romana. Los gobernantes del Sacro Imperio Romano, incluida la dinastía austriaca de los Habsburgo, trajeron ambas cosas.
La mayoría de los miembros de los partidos de extrema derecha no tienen tan viles intenciones. Sin embargo, al alabar y romantizar la historia de Europa, evocan también, sin saberlo, esos males. Esta misma historia inspiró al austriaco Adolfo Hitler a llevar las joyas de la corona del Sacro Imperio Romano de Viena a Núremberg, tras anexionarse Austria en 1938, justo antes de enviar a los judíos a los campos de exterminio.
Todo esto puede parecer historia antigua e irrelevante para la Austria actual y Europa en general. Sin embargo, la profecía bíblica advierte enfáticamente que este antiguo Imperio se levantará de nuevo en nuestros días.
Apocalipsis 17 describe este Imperio como una bestia viciosa controlada por una ramera, el símbolo de una Iglesia adúltera. Como enseñó el fallecido Herbert W. Armstrong, este capítulo revela que Hitler encabezó la sexta resurrección de este Imperio, y también que se levantaría una vez más. La extrema derecha no es ciertamente la única parte de esta bestia naciente; muchas otras ideologías de izquierda y derecha están mezcladas en ella. Pero la Biblia advierte que aunque este imperio se presenta como la solución a los problemas de la humanidad, es una falsificación devastadora, y en realidad se opone a los verdaderos santos de Dios (versículo 6).
Sólo la profecía bíblica puede situar estas tendencias políticas en Austria y Europa en su contexto adecuado. Y lo que es más importante, como muestra el versículo 14, revela el inspirador resultado final que seguirá a la resurrección final de este imperio de corta vida.