El Parlamento británico criminaliza la oración silenciosa
El 7 de marzo, el Parlamento del Reino Unido aprobó un proyecto de ley de orden público que establece zonas de censura afuera de los centros de aborto en Inglaterra y Gales. La ley declara ilegal intentar ejercer cualquier tipo de “influencia” sobre las personas que van a abortar. Esto incluye mantener una conversación con consentimiento con la persona que va a abortar o incluso hacer una oración silenciosa.
Un estudio de la bbc de 2018 reveló que 1 de cada 5 mujeres aborta en contra de su voluntad. Este es el tipo de mujeres a las que se podría disuadir mediante una conversación tranquila. Pero el Parlamento ha declarado ilegal hacerlo, o incluso orar al respecto.
Policía del pensamiento: muchos grupos antiabortistas suelen realizar vigilias de oración fuera de los centros de aborto, objetivo específico de esta ley. Un diputado propuso una enmienda a la ley para permitir la oración silenciosa, pero el 62% del Parlamento votó en contra.
El Parlamento tuvo la oportunidad de rechazar la criminalización del libre pensamiento, que es un derecho absoluto, y abrazar la libertad individual para todos. En lugar de eso, el Parlamento optó por respaldar la censura y criminalizar actividades pacíficas como la oración silenciosa y la conversación consentida. Hoy es el aborto. Mañana podría ser otro tema de debate político.
—Jeremiah Igunnubole, asesor jurídico
Prioridades: no está claro cómo planean los legisladores identificar quién está orando y quién no. A principios de esta semana, una mujer fue detenida por orar en silencio ante un centro abortista de Birmingham. Cuando la fiscalía no presentó ninguna prueba del crimen de pensamiento, fue absuelta.
Sin embargo, la ley establece un precedente peligroso, no sólo por la naturaleza del delito sino también por lo que ésta protegiendo.
Los legisladores británicos han dejado claro que valoran el derecho a asesinar niños sobre la libertad religiosa y la libertad de expresión. Es una declaración definitiva de que el aborto está bien, no mal. Al hacerlo, están suprimiendo la importantísima verdad sobre el valor de la vida humana mientras respaldan una gran maldad.
Conozca más: lea nuestro artículo “Una verdad inspiradora que los abortistas deberían conocer”.