LA TROMPETA
El papa Francisco habla sobre la guerra entre Israel y Hamás con el presidente iraní
Mientras se intensifica la guerra entre Israel y Hamás, el líder de la Iglesia católica romana tiende la mano a Irán y presiona a favor de una solución de dos Estados.
El 5 de noviembre, el papa Francisco llamó al presidente iraní Ebrahim Raisi para hablar de Gaza. El Vaticano sólo admite que la llamada tuvo lugar a petición de Raisi, pero la oficina del presidente iraní ha proporcionado más detalles.
Al parecer, Raisi le agradeció a Francisco por sus llamados previos a favor de la paz, señalando que es deber de los seguidores de todas las religiones abrahámicas “apoyar al pueblo oprimido de Palestina”. Raisi pidió a Francisco que ejerciera su influencia para poner fin a los ataques en Gaza, que calificó de “el mayor genocidio del siglo”.
Aliados improbables: Irán y la Iglesia católica parecen aliados improbables en el proceso de paz entre Israel y Palestina, aunque ambas potencias desean un Estado palestino. Es cierto que Irán quiere en última instancia un califato que controle todo el Levante, mientras que el Vaticano afirma querer un Estado palestino que coexista pacíficamente con un Estado judío. A corto plazo, ambas potencias tienen un gran interés en debilitar el control judío sobre Tierra Santa.
En su Ángelus del 5 de noviembre, Francisco renovó su llamado al cese al fuego y dijo que esperaba que “se busquen vías para evitar absolutamente una escalada del conflicto, para que los heridos puedan ser rescatados y la ayuda pueda llegar a la población de Gaza, donde la situación humanitaria es extremadamente grave”.
El régimen iraní apoya este tipo de declaraciones siempre que influyan en los judíos para que no sean tan duros con Gaza, pero no tiene ninguna intención de dejar que el Estado judío exista indefinidamente. Irán sólo coopera con el Vaticano a corto plazo.
Estrategia vaticana: al igual que Irán, el Vaticano quiere controlar Jerusalén. En septiembre pasado, el ministro de Asuntos Exteriores del Vaticano pidió un tratado internacionalmente garantizado sobre Jerusalén para asegurar la igualdad de derechos y deberes de los fieles de las tres religiones monoteístas.
Pero como los judíos y los musulmanes se han mostrado incapaces de coexistir pacíficamente en Tierra Santa, un tratado así tendría que ser aplicado por las poderosas naciones occidentales donde el catolicismo es más influyente que el judaísmo o el islam. El Vaticano lo comprende y por ello presiona a favor de una solución de dos Estados como excusa para que el Occidente cristiano se implique en Israel.
La última cruzada: aunque el papa Francisco se presenta como un pacificador, la Biblia revela que un Sacro Imperio Romano dominado por los católicos irá a la guerra para arrebatar a los musulmanes el control de Tierra Santa.
Una profecía de Daniel 11:40-45 indica que el Vaticano acabará trasladando su sede a Jerusalén, pero sólo después de que el jefe político del Sacro Imperio Romano (“el rey del norte”) libre una guerra brutal contra los poderes islámicos radicales que intentan hacerse con el control de Jerusalén y del resto de Israel.
Más información: Comprenda la posición de la Iglesia católica en Oriente Medio leyendo La última cruzada, por Gerald Flurry, redactor jefe de la Trompeta.