Reciba nuestro boletín gratis

El origen europeo del odio islámico a los judíos

KASSANDRA VERBOUT/JULIA GODDARD/la trompeta, GETTY IMAGES

El origen europeo del odio islámico a los judíos

El antisemitismo no fue importado del mundo árabe. Fue Europa la que exportó este peligroso veneno.

“¡Jesús era palestino y ustedes también lo mataron!”. “¡Muerte al estado colonial de Israel!”. “¡Gaseen a los judíos!”. “¡El Holocausto nunca ocurrió!”. “¡Hitler tenía razón!”.

Estos son lemas de las protestas pro-Hamas que se produjeron tras la masacre del 7 de octubre de 2023 en la nación de Israel. Los eslóganes iban a menudo acompañados de banderas y pancartas palestinas. En ocasiones, mostraban un apoyo abierto al intento de Adolfo Hitler de asesinar a todos los judíos.

“Después de que Hamás cometiera un pogromo contra los judíos en Israel, matando a más de 700 civiles inocentes, sus partidarios celebraron un mitin en Times Square, Nueva York, exhibiendo una esvástica nazi”, escribió en X Sacha Roytman, director ejecutivo del Movimiento de Lucha contra el Antisemitismo. “Esto lo deja claro: Hamás es una organización terrorista neonazi y antisemita cuyo objetivo es borrar a los judíos de la Tierra”.




En uno de los alojamientos de los terroristas del 7 de octubre se encontró un ejemplar con anotaciones del libro Mi lucha de Hitler. El presidente israelí Isaac Herzog reveló: “El terrorista escribió notas, marcó las secciones y estudió una y otra vez la ideología de Adolfo Hitler de odiar a los judíos, de matar a los judíos, de quemar y masacrar a los judíos dondequiera que estén. Esta es la verdadera guerra a la que nos enfrentamos.

“Tras la masacre y las atrocidades cometidas por los terroristas de Hamás el 7 de octubre, el día en que se asesinó al mayor número de judíos desde el Holocausto, ésta es otra revelación que atestigua las fuentes de inspiración de la organización terrorista Hamás y demuestra una vez más que todas sus acciones tienen el mismo objetivo que los nazis: la destrucción de los judíos”.

Acusar a los judíos de matar a Jesús, un “pogromo”, una esvástica, Mi lucha, el objetivo de acabar con toda vida judía, todo esto se ha asociado históricamente con el antisemitismo europeo.

La conexión entre ambas ideologías no es una coincidencia.

El redactor jefe de la Trompeta, Gerald Flurry, dijo lo siguiente en un programa de La Llave de David tras el atentado terrorista del 7 de octubre: “En la Segunda Guerra Mundial, las naciones árabes se aliaron con Alemania. ¿Podría volver a ocurrir? Bueno, la profecía bíblica dice que podría y lo hará, y tenemos que vigilarlo muy de cerca” (17 de noviembre de 2023).

En su artículo de enero de 2024 “Mientras vigila a Gaza, vigile a Alemania”, el Sr. Flurry añadió: “Aun en la Segunda Guerra Mundial, el régimen nazi mantenía diversos grados de relaciones con Yemen, Siria, Irak, Líbano, Arabia Saudí y Afganistán, así como con Turquía. Y mediante la conquista militar, las potencias del Eje hicieron incursiones en Libia, Egipto, Marruecos, Argelia y Túnez” (laTrompeta.es/1/ngv1i).

A través de diversos esfuerzos, Alemania trabajó para forjar una alianza ideológica con los musulmanes basada en el odio preexistente hacia los judíos. ¡En aquella época, ¡incluso Irán se alineó con la causa nazi! La profecía bíblica muestra que pronto, Alemania chocará poderosamente con Irán y sus aliados (artículo, página 1). Pero Alemania tendrá sus propios aliados. Su esfuerzo por construir una alianza musulmana para la Segunda Guerra Mundial palidecerá en comparación con lo que está logrando en este mismo momento para la Tercera Guerra Mundial.

La ‘islamización del antisemitismo’

Durante siglos, los judíos de Europa han sufrido persecuciones. En el siglo ix, Carlomagno les prohibió prestar dinero. Los cruzados masacraron a los judíos en sus países y en Tierra Santa. Desde el siglo xii, las desapariciones de niños se han relacionado con conspiraciones antijudías. La peste negra del siglo xiv se atribuyó a los judíos. Luego vino la Inquisición y la tortura y matanza sistemáticas de judíos. Todo culminó en el Holocausto, cuando Hitler culpó a los judíos no sólo de la muerte de Jesucristo, sino también de la derrota de Alemania en la Primera Guerra Mundial, de la crisis financiera del país y de cualquier otro problema.

Ciertamente, el mundo árabe tampoco era un lugar pacífico para los judíos, pero históricamente el nivel de odio era mayor en Europa. Como señala la Biblioteca Virtual Judía: “Aunque a las comunidades judías de los países árabes e islámicos les fue mejor en general que a las de las tierras cristianas de Europa, los judíos no fueron ajenos a la persecución y la humillación entre los árabes y los musulmanes”.

Hoy, sin embargo, el odio árabe parece asemejarse al tipo y a la intensidad del odio judío europeo de antes.

El difunto Bernard Lewis, historiador del islam y de Oriente Medio, acuñó el término “islamización del antisemitismo”. Señaló que fue cuando el Imperio Otomano se expandió por Europa cuando conoció por primera vez los estereotipos del anti judaísmo cristiano. Al incorporar a los cristianos ortodoxos griegos bajo el dominio islámico, las típicas conspiraciones “cristianas” contra los judíos se extendieron a los países islámicos y árabes. Esto sentó las bases para el crecimiento del antisemitismo a finales de los siglos xix y xx. Fue entonces cuando las conspiraciones empezaron a extenderse, ayudadas por las publicaciones europeas antijudías. Y el antisemitismo aumentó drásticamente durante el gobierno de los nazis.

La Segunda Guerra Mundial

Bajo Hitler, Alemania difundió su propaganda en Oriente Medio a través de la radio y de material impreso traducido al árabe. Como señala el Museo del Holocausto de Estados Unidos, algunos colaboradores nazis incluían al rebelde guerrillero sirio Fawzi al Qawuqji, al ex primer ministro iraquí Rashid Ali al Gaylani y al ex muftí de Jerusalén Hajj Amin al Husseini.

La obra de Husseini es lo más destacable.

Husseini tenía dos objetivos en ese momento: establecer un Estado o federación árabe independiente y “remover” o “eliminar” la patria judía propuesta en Palestina. Las potencias del Eje estaban de acuerdo con uno de esos objetivos. En un telegrama, Heinrich Himmler escribió: “Al Gran Muftí Amin al Husseini: Desde el principio, el movimiento nacionalsocialista [nazi] de la gran Alemania ha sido un abanderado en la batalla contra la judería mundial. Por esta razón, sigue de cerca la batalla de los árabes que buscan la libertad, particularmente en Palestina, contra los invasores judíos. El reconocimiento compartido del enemigo y la lucha conjunta contra él están creando la sólida base [que une] a Alemania y a los árabes que buscan la libertad en todo el mundo. En este espíritu, me complace desearles, en el aniversario de la desdichada Declaración Balfour, calurosos deseos en su lucha continua hasta la gran victoria” (2 de noviembre de 1943).

Hoy en día, muchos han adoptado el lenguaje que utilizó Himmler, refiriéndose a los terroristas de Hamás como “árabes que buscan la libertad”. Aunque Husseini nunca consiguió el apoyo pleno para un Estado árabe, Hitler patrocinó su propaganda desde Alemania hacia el mundo árabe.

Tras el final de la Segunda Guerra Mundial y la concesión a los judíos de su propio Estado en 1948, el odio árabe hacia los judíos se intensificó hasta convertirse en un ataque contra el nuevo Estado. La derrota árabe hizo que las conspiraciones antijudías se generalizaran y, una vez más, los nazis supervivientes dieron forma a la narrativa.

“La fundación del Estado de Israel y la derrota de 1948 fueron percibidas por los árabes como una catástrofe (nakba) y una humillación colectiva”, escribe el profesor alemán Dr. Michael Kiefer, del Instituto de Teología Islámica de la Universidad de Osnabrück. “Pesó especialmente porque les fue infligida por judíos, de entre todas las personas, a los que previamente se había clasificado como temerosos, débiles y despreciables. Todo esto exigía una explicación práctica, y ésta la proporcionó el ‘antisemitismo moderno’ con sus fantasías de conspiración. La propaganda antisemita que inundó el mundo árabe a partir de la segunda mitad de la década de 1950 estuvo a cargo, en gran medida, de verdaderos expertos. Amin al Husseini reactivó sus relaciones con antiguos fundadores nazis y trajo a Johann von Leers, uno de los publicistas antisemitas más radicales del régimen nazi, a El Cairo, donde le saludó con las palabras: ‘Le agradecemos a usted que se haya comprometido a unirse a la lucha contra las fuerzas de la oscuridad. Les agradecemos que se hayan comprometido a unirse a la lucha contra las fuerzas de las tinieblas que han tomado forma en la judería mundial’. Von Leers, que se adaptó a su entorno y se convirtió al islam, trabajó a partir de entonces como especialista en propaganda antijudía en la administración pública egipcia. Otros papeles importantes en la propaganda árabe fueron desempeñados por el antiguo abanderado de las SS Leopold Gleim y Louis Heiden, que había trabajado en la Oficina Principal de Seguridad del Reich durante la época nazi. En los años siguientes, estos y otros propagandistas produjeron una avalancha de escritos antisemitas. Sin excepción, el material básico procedía de publicaciones europeas y estadounidenses”.

Husseini murió en 1974 y los líderes palestinos han seguido sus pasos. El difunto líder palestino Yasser Arafat y la organización Fatah de Mahmud Abbas, la fuerza dominante en la Organización para la Liberación de Palestina, “fueron fundados por miembros del Comité Superior Árabe de al Husseini y han abrazado el mismo objetivo de aniquilar a los judíos”, señaló el periódico Algemeiner el 4 de diciembre de 2023.

Por lo tanto, la cooperación de Hitler con Husseini contribuyó a sentar las bases de las tensiones actuales y da forma al conflicto de Oriente Medio hasta nuestros días.

Sin embargo, no hay indicios de que Hitler quisiera que Husseini gobernara Jerusalén. La alianza con el islam tenía un propósito diferente. Citando una conversación con David Motadel, autor de Los musulmanes en la guerra de la Alemania nazi, la revista judía Tablet escribió: “Los nazis hablaban de los musulmanes como un ‘bloque’ que podía ‘activarse’ contra los británicos, los franceses y los soviéticos” (23 de noviembre de 2014).

Odio moderno a los judíos

Desde entonces, el odio a los judíos en Europa ha pasado a la clandestinidad o se ha rebautizado como “crítica anti-Israel”. Pero el antiguo odio a los judíos europeo sobrevivió en la corriente principal del mundo árabe. “El uso de imágenes nazis, las caricaturas en los periódicos de judíos con colmillos y narices de gancho exageradas, incluso los libros de texto árabes con sus descripciones de los judíos como malvados conspiradores mundiales… todo eso, insisten a menudo los líderes árabes, refleja una aversión por los israelíes y el sionismo pero no por los judíos y el judaísmo”, señalaba el New York Times en 2002. Sin embargo, el odio abierto y declarado a los judíos es popular en muchos países musulmanes. “Tomemos por ejemplo un libro de texto oficial del gobierno jordano para estudiantes de secundaria. Describe a los judíos como innatamente engañosos y corruptos. ‘Hasta el presente’, dice, ‘son los amos de la usura y los líderes del exhibicionismo sexual y la prostitución”.

Otra mentira europea común que sobrevivió en el mundo árabe es que los judíos consumen la sangre de niños cristianos y musulmanes durante la fiesta judía de Purim. La llamada conspiración del libelo de sangre acusa a los judíos de matar a inocentes en su plan para apoderarse del mundo. El Telegraph británico comparó esta teoría de la conspiración, aún muy extendida en el mundo árabe, con la forma en que en Occidente se culpa a Israel de “matar a los inocentes”: “Los tropos antisemitas nunca desaparecen, y desde el 7 de octubre los hemos visto casi todos en pleno apogeo, especialmente el libelo de sangre. Y no se trata sólo de las turbas vociferantes que acusan a Israel y a los judíos en general de invadir Gaza para satisfacer su ansia sanguinaria de asesinar inocentes (las calles de Gran Bretaña ya no esperan la pretensión de distinguir entre judíos e Israel)”.

“Más bien se trata de cómo se está informando, retratando y respondiendo a toda la contraofensiva en Gaza por parte de todos, desde los medios de comunicación más estimados (de los que el Telegraph ha sido una noble excepción) hasta los grandes y buenos estadistas internacionales” (18 de noviembre de 2023).

Por muy sofisticados que parezcan los líderes modernos, Europa y el mundo islámico continúan su alianza contra los judíos.

El papel de la Iglesia católica

“La doctrina islámica sobre los cristianos también se ha reinterpretado en las últimas décadas en un esfuerzo por forjar un vínculo entre musulmanes y cristianos contra los judíos”, dice ese artículo del New York Times de 2002. Señala que, aunque el islam reconoce a Jesús como profeta, no cree que fuera crucificado, cuando el papa Juan Pablo ii visitó Damasco en 2001, el presidente sirio Bashar Assad le recibió con un discurso en el que acusaba a los judíos de matar a Jesús.

Este vínculo entre el islam y la Europa católica no es una coincidencia.

Cuando se le preguntó sobre un Estado judío en 1904, el papa Pío x dijo: “Los judíos no han reconocido a nuestro Señor, por lo tanto no podemos reconocer al pueblo judío”. (Como nota al margen, tal odio contra los judíos no se encuentra entre los cristianos del Nuevo Testamento, que reconocían que los pecados de todos causaron la muerte de Jesucristo).

En 1922, el papa Pío xi insistió en que los lugares de culto en Palestina se mantuvieran “enteramente bajo control cristiano”. Este es el Papa con el que Hitler firmó un concordato. Hitler también tenía un canal secreto de comunicación con su sucesor, el papa Pío xii. Un documento descubierto en 2020 y fechado el 23 de julio de 1947 revela además que, tras la muerte de Hitler, Husseini se dirigió a Pío xii “para reforzar los lazos amistosos” entre el Vaticano y los “mundos árabe e islámico”.

El Papa respondió vagamente sobre “una paz justa y real a través de la comprensión, el acuerdo mutuo, el respeto de los derechos de todos”. Si se estudian las relaciones de la Iglesia con los Estados beligerantes de Oriente Medio, queda claro a qué bando favorece.

Este es el contexto del vínculo entre los líderes palestinos y católicos. También explica las ideologías similares.

Alianza profetizada

En su artículo “Mientras vigila a Gaza, vigile a Alemania”, el Sr. Flurry destacó la retórica anti judía del papa Francisco y la floreciente alianza de Alemania con Estados islámicos. Como señaló, lo que vemos hoy es exactamente lo que se profetizó en el Salmo 83.

“Oh Dios, no guardes silencio; no calles, oh Dios, ni te estés quieto. Porque he aquí que rugen tus enemigos, y los que te aborrecen alzan cabeza. Contra tu pueblo [Israel] han consultado astuta y secretamente, y han entrado en consejo contra tus protegidos” (versículos 1-3).

El Sr. Flurry comenta estos versículos en su folleto El rey del sur: “Esta profecía hace una lista de varias naciones islámicas moderadas que se aliarán con Asur (Asiria), o sea Alemania de los días modernos. (…) La palabra ‘enemigos’ hace referencia a una alianza islámica con el rey del norte [un imperio europeo liderado por Alemania], el cual está a punto de atacar a los modernos descendientes de Israel. Las víctimas son principalmente EE UU, Gran Bretaña y Judá (la pequeña nación llamada Israel hoy)”.

No es difícil imaginar que los países árabes intentarán conquistar Israel una vez más, pero pocos creen que Alemania vaya a liderarlos. Sin embargo, esto es exactamente lo que la historia y la profecía bíblica nos advierten.

Esperanza en el arrepentimiento

A lo largo de la historia, el pueblo judío ha sido el más perseguido de la Tierra. Esto es evidente en su historia registrada en el Antiguo Testamento y en los anales de Europa.

Existe una razón espiritual para esta larga tendencia. La Biblia la revela. Muestra que el “dios de este mundo”, que despierta el odio y engaña a la humanidad, es Satanás el diablo (2 Corintios 4:4; Efesios 2:2; Apocalipsis 12:9). Él dirige un odio especial hacia los judíos debido al lugar especial que ocupan en el plan de Dios para la redención de la humanidad. Esto se explica en nuestro libro La llave de David.

¡Gracias a Dios que la misma Biblia revela que el dominio de este ser maligno está a punto de terminar! (Apocalipsis 20).

Dios está a punto de intervenir en los asuntos humanos y desterrar a Satanás. Entonces enseñará a la humanidad Su ley. Ésta es la única forma de romper el ciclo del odio y la maldad satánicos. No sólo los que están inmersos en este crimen específico necesitan arrepentirse de sus caminos: ¡nuestro mundo entero necesita arrepentirse!

Los antiguos israelitas pasaron por ese arrepentimiento y Dios los protegió. El sufrimiento venidero enseñará al mundo entero a llegar a un arrepentimiento duradero. Este arrepentimiento comenzará con el pueblo elegido de Dios volviéndose de nuevo hacia Él: “Venid y volvamos a [el Eterno]; porque él arrebató, y nos curará; hirió, y nos vendará” (Oseas 6:1).

Hay esperanza en el arrepentimiento: es la única esperanza verdadera que tenemos. Solicite Jerusalén en profecía, de Gerald Flurry, para obtener una explicación sobre el conflicto actual y aprender más sobre esta maravillosa esperanza.