Julia Goddard\La Trompeta
El nazismo clandestino — ¡Revelado!
“No entendemos la minuciosidad alemana. Desde el principio mismo de la Segunda Guerra Mundial, ellos han considerado la posibilidad de perder este segundo asalto, como perdieron con el primero; y ellos han planeado cuidadosa y metódicamente, en tal eventualidad, un tercer asalto; ¡la Tercera Guerra Mundial! Hitler ha perdido. Este asalto de guerra, en Europa, terminó. Y los nazis ahora se han ido a la clandestinidad . En Francia y Noruega ellos aprendieron efectivamente cómo una organización clandestina puede entorpecer la ocupación y control de un país. París fue liberado por la clandestinidad francesa y los ejércitos Aliados. Ahora una clandestinidad nazi se planea metódicamente. Ellos planean volver y ganar en el tercer intento”.
Esto fue lo que el analista de noticias proféticas Herbert W. Armstrong declaró el 9 de mayo de 1945, durante la conferencia de la fundación de las Naciones Unidas, sólo horas después de que la Segunda Guerra Mundial había terminado. Europa estaba en ruinas. Los nazis escondiéndose con planes secretos para evadir el ser descubiertos no podría ser real, ¿o sí?
Setenta años después, esa verdad es clara. Una serie de reportes ha detallado los planes secretos nazis para infiltrar los negocios, la política y el ejército alemanes y regresar al poder. Esta no es una teoría de conspiración sino que ha sido el tema de investigaciones gubernamentales y de hecho reportado por los medios de comunicación. Sin embargo, nadie ha preguntado lo que esos descubrimientos significan para la Alemania moderna y su futuro.
La máquina de guerra nazi se fue a la clandestinidad en dos formas principales. Primero, los líderes nazis, el grupo de expertos del nazismo, conspiraron para sobrevivir. Para 1943 era claro que ellos podrían perder, y en 1944 era obvio que perderían. Muchos individuos estuvieron calculando cómo evitar la cárcel o la ejecución por los tribunales Aliados. Los más ambiciosos buscaron formas de aferrarse a su fortuna y poder. Los leales acérrimos a la ideología buscaron facilitar un resurgimiento incluso después que se fueran. Así que elaboraron planes para huir y esconderse.
Segundo, los líderes nazis encontraron formas para infiltrar el nuevo gobierno y administración. Después de la guerra, casi todo alemán insistía en que no había apoyado a los nazis. Cientos de miles de miembros nazis de bajo perfil y sin nombres famosos renunciaron a su ideología, se mezclaron con las masas y permanecieron en sus trabajos. Escondidos a plena vista, estos ex nazis dirigieron el gobierno de la posguerra, y ayudaron a sus colegas de más alto perfil a huir.
Planeando ir a la clandestinidad
La evidencia de que los altos nazis planeaban ir a la clandestinidad es clara.
El 10 de agosto de 1944, representantes del gobierno y de las SS se reunieron con líderes industriales. Representantes de Volkswagen, el fabricante de acero Krupp, y la compañía de armamento Rheinmetall estuvieron allí, con varios otros. Un documento de inteligencia de EE UU que describe la reunión fue desclasificado en 1996. Éste reportaba que al grupo le fue dicho: “De ahora en adelante también la industria alemana deberá darse cuenta de que la guerra no puede ganarse y que ésta debe tomar pasos en preparación para una campaña comercial de posguerra. Cada industrial debe hacer contactos y alianzas con firmas extranjeras, pero debe hacerlo individualmente y sin levantar sospechas. Además, habría que establecer las bases en el nivel financiero para tomar prestado grandes sumas de países extranjeros después de la guerra”.
Después de esta reunión, un grupo más pequeño se reunió. Allí, a un puñado de industrialistas se les dijo que el Partido Nazi, “sería forzado a irse a la clandestinidad”, de acuerdo con el documento de inteligencia de EE UU.
Al mismo tiempo, otros se preparaban para el final.
De 1942 a 1945, el mayor general Reinhard Gehlen comandó la unidad de inteligencia militar de los Ejércitos Extranjeros del Este de la Wehrmacht, una red de inteligencia altamente capacitada para Europa oriental y Rusia. Con su detallado conocimiento del avance ruso, él claramente vio que la guerra estaría perdida. Así que también se preparó. Tenía sus archivos de inteligencia impresos en microfilmes y almacenados en contenedores herméticos, y los escondió en los Alpes. Como veremos, esto lo ayudo después.
Dentro de la Iglesia Católica, la planificación para darle refugio a los nazis claves también comenzó antes de que la guerra terminara. En 1942, monseñor Luigi Maglione contactó al embajador argentino, preguntando acerca de la voluntad de la nación “para aplicar su ley de inmigración generosamente, a fin de animar en el momento oportuno a los inmigrantes católicos europeos a buscar terrenos y capital necesarios en su país”. Claramente él se anticipó a la derrota de los alemanes y al éxodo de los nazis buscando refugio.
A medida que la guerra tocaba su fin, muchos se estaban preparando para esconderse. “Un día regresaremos. Hasta entonces, hasta pronto”. Esas fueron las palabras de un interlocutor militar en la radio nazi, el 1 de septiembre de 1944, ofreciendo sólo un “hasta luego por ahora”.
El 7 de mayo, cuando se rindió incondicionalmente a los Aliados, Alemania presentó una cara pública clara al mundo: dijo que los nazis serían erradicados y encontrarían gente buena para llenar sus cargos políticos, judiciales y ejecutivos. Dentro de cuatro años, un nuevo gobierno surgió y existía un Estado democrático favorable a los Aliados en Alemania Occidental. En la superficie, todo parecía excelente.
Pero viendo por debajo de la tierra, emerge una imagen diferente.
Burócratas nazis
Mientras los nazis de alto perfil huían, a la mayoría de los burócratas de la era nazi se les permitió quedarse. Por años, funcionarios en el gobierno de posguerra alemán sostuvieron su inocencia. Ellos no eran nazis, insistían. Algunos podían haber servido a los nazis, pero no apoyarlos y simplemente hicieron lo mínimo requerido.
La verdad es muy diferente, como ha sido revelado por una serie de impactantes estudios realizados por el gobierno alemán en la última década.
En octubre de 2010, un libro de 880 páginas detallando la cooperación del Ministerio de Relaciones Exteriores de Alemania con los nazis fue revelado. “El Ministerio del Exterior no sólo estuvo de alguna manera involucrado con el socialismo nacional [el nacismo] o incluso en un foco de resistencia, como fue ampliamente dicho”, el profesor Eckart Conze (quien dirigió el estudio) le dijo a Spiegel Online. “Desde el primer día, [el Ministerio] funcionó como una institución del régimen nazi y respaldó sus políticas de violencia todo el tiempo. Después de 1945, hubo un alto grado de continuidad de dotación de personal en el ministerio, y algunos de sus diplomáticos tenían su reputación seriamente manchada…”.
“El Ministerio contribuyó, como institución, a los crímenes violentos de los nazis, incluyendo hasta el asesinato de judíos. En este sentido, uno puede decir que el Ministerio del Exterior fue una organización criminal” (27 de octubre de 2010).
Esto se pone peor. A los diplomáticos del Ministerio del Exterior de la era nazi, se les permitió en gran parte mantener sus cargos una vez que la guerra terminó. Luego, estos expertos apoyaron a sus compañeros nazis, sirviendo como su equipo legal y ayudándolos a eludir el procesamiento por crímenes de guerra en el extranjero.
Después de que cayó esa bomba, el Ministerio de Finanzas abrió sus libros. Similar al Ministerio del Exterior, los funcionarios financieros dijeron no ser nazis. Ellos dijeron que hicieron lo mínimo en sus trabajos e incluso se oponían a los nazis cuando podían. La verdad: “El Ministerio de Finanzas del Reich literalmente robó los bienes de los judíos”, dijo el ex ministro de finanzas Peer Steinbrück. Eso fue sistemático. (…) Los judíos eran despojados de sus ahorros, bienes o cualquier cosa con un valor material o financiero”.
El profesor Hans-Peter Ullmann, quien dirigió el estudio del Ministerio de Finanzas, dijo que en un punto, el 30% del gobierno alemán fue financiado por los bienes robados a los judíos. El New York Times comentó: “Saquear los bienes de los judíos no podría haber sido posible sin un servicio civil eficiente” (26 de diciembre de 2010). El departamento había sido lleno de nazis entusiastas que permanecieron en su lugar después de la guerra.
En diciembre de 2011, el gobierno alemán publicó un reportaje de la prevalencia de nazis entre el personal del gobierno. Éste concluyó que después de la guerra, “la continuidad entre el personal de funcionarios públicos era relativamente alto”. Sus expertos estimaron que al 70% del personal de gobierno se le permitió quedarse trabajando; otros expertos dijeron que podría haber sido tanto como el 90%.
Los mismos documentos del gobierno revelaron que 25 miembros del gabinete, un presidente y un canciller de la Alemania de la posguerra eran ex miembros del Partido Nazi. Un ministro de Justicia y un ministro de Finanzas de la posguerra fueron miembros de las tropas de asalto de Hitler, el grupo que facilitó de forma contundente su ascenso al poder.
“Nada de esta información es nueva”, señaló Spiegel Online en marzo de 2012. “Por años, la noción de que partidarios de los regímenes nazis pudieron manipular su camino hacia los niveles más altos del gobierno en la joven república federal, y que los ex miembros del Partido Nazi establecieron el tono en un país gobernado por la constitución de posguerra en las décadas de 1950 y 1960, ha sido un tema para los historiadores”; no para las teorías de conspiración. Es una cuestión de hecho.
Spiegel Online señaló que el historiador Michael Wildt “está convencido de que se volverá claro que todas las instituciones gubernamentales que existían en ese momento, estuvieron involucradas ‘en los crímenes masivos de los nazis’. (…) Ministerios y agencias gubernamentales han ‘encubierto, negado y reprimido’ su oscura historia” (énfasis añadido en todo).
Spiegel Online también dijo que “la policía y los servicios de inteligencia estaban, en su mayoría, dotados de personal civil de las antiguas organizaciones criminales”. Además advirtió que “difícilmente alguno en los cuerpos de seguridad del Estado no está manchado con un pasado nazi”.
El Ministerio de Justicia publicó una investigación en 2016, la que concluyó que alrededor de tres cuartas partes de los oficiales de Justicia en la Alemania Occidental de posguerra eran ex nazis. El Financial Times lo llamó una “cifra sorprendentemente alta, mucho más grande de lo que los investigadores habían esperado”. Treinta y cuatro de los jueces y abogados principales del Ministerio fueron soldados de asalto de Hitler. El Local escribió, “La red de veteranos fascistas cerró filas, permitiendo a sus miembros protegerse unos a otros de la justicia (encontró el estudio), ayudando a explicar por qué tan pocos criminales de guerra nazis fueron alguna vez a prisión” (10 de octubre de 2016).
Recuerde que este era el ministerio responsable de encontrar, juzgar y condenar a ex nazis; y éste estaba lleno de nazis. “Los abogados de la era nazi siguieron encubriendo las antiguas injusticias en lugar de descubrirlas, creando así una nueva injusticia”, dijo Heiko Maas, ministro de justicia de Alemania.
Y así continúa. Aún no se ha examinado la historia de algunos de los peores ofensores en el gobierno. La cancillería, por ejemplo, contenía varios nazis bien conocidos después de la guerra. Una investigación de la cancillería comenzó en 2016, y se espera concluirla en 2020.
El Servicio Secreto
Esta abundancia de nazis en la política alemana les permitió continuar en otras posiciones claves. Uno de los más influyentes fue el mayor general Reinhard Gehlen, a quien dejamos atrás en 1944 escondiendo información en los Alpes suizos. Gehlen se rindió a los estadounidenses y les ofreció un trato: Yo controlo el liderazgo de la unidad de inteligencia alemana enfocada en los soviéticos, y toda mi información se oculta. Déjenme libre, y puedo darles una unidad de espionaje antisoviético ya lista.
Increíblemente, los estadounidenses aceptaron. Gehlen fue liberado. Le pagaron para reconstruir su organización, usando mucho de su antiguo personal. Él también reclutó a otros ex nazis. No tuvo escrúpulos: ex miembros de la Gestapo, de las SS, criminales de guerra, nazis que habían participado directamente en el Holocausto—todos fueron bienvenidos. De acuerdo con una estimación, el 10% de su personal había trabajado para la cabeza de las SS, Heinrich Himmler. Los estadounidenses dejaron que la red de Gehlen floreciera para contener a los soviéticos.
En 1956, la agencia de espionaje de Gehlen fue formalmente transferida al control de Alemania Occidental y se convirtió en el Servicio Federal de Inteligencia (bnd, por sus siglas en alemán). Gehlen permaneció siendo el espía principal.
Como era de esperar para una organización llena de nazis, el bnd ayudó a los nazis en la huida. En 2011, unos documentos filtrados a Bild [periódico alemán] encontraron que la organización había ayudado a encubrir a Adolfo Eichmann, uno de los principales organizadores del Holocausto. También reclutó a Klaus Barbie, el “Carnicero de Lyon”, como agente en 1965, a pesar de que sus crímenes de guerra habían sido tan extensivos y bien documentados, que él había sido sentenciado a muerte. Sólo el año pasado fue revelado que el bnd empleó a la hija de Heinrich Eichmann, la “Princesa del nazismo”, quien permaneció como una ardiente nazi y partidaria de ex miembros de las SS hasta su muerte.
Pero la extensión total de la historia nazi del bnd se perdió para siempre. El bnd destruyó los archivos de alrededor de 250 de sus primeros funcionarios. De acuerdo con una comisión independiente de historiadores, éstos incluían archivos sobre aquellos que habían “tenido significativas posiciones de inteligencia en las SS, el SD (la agencia de inteligencia de las SS y el Partido Nazi) o la Gestapo”.
¿Cuándo tomó lugar este encubrimiento? ¿A finales de la década de 1940? ¿Tal vez de 1950?
No. Eso sucedió en 2007. Fue tan reciente como hace 12 años que el bnd estaba encubriendo activamente su pasado nazi.
El ejército
Después de la guerra, se le prohibió en un principio a Alemania tener un ejército. Pero de todas formas el gobierno alemán formó uno secretamente. En mayo de 2014, la agencia de inteligencia alemana publicó documentos que muestran que los ex nazis comenzaron un ejército secreto en 1949, el cual pudo haber puesto en acción a 40.000 hombres y tenía 2.000 oficiales.
El ejército desapareció una vez que Alemania fundó su propio ejército oficial en la década de 1950. Pero muchos de los altos líderes del ejército secreto se volvieron figuras importantes en el establecimiento del ejército oficial de Alemania.
Albert Schnez, un coronel durante la Segunda Guerra Mundial, organizó el ejército. Más tarde se convirtió en teniente general en el Bundeswehr [ejército alemán] e inspector del ejército, el cargo de servicio más alto. Él también estuvo estrechamente asociado con el ministro de defensa alemán Franz Josef Strauss.
Gehlen, el jefe de inteligencia, conocía y se reunía con Schnez. Él le pasaba información sobre el ejército al canciller alemán Konrad Adenauer. El gobierno le permitió al ejército continuar y asignó a Gehlen para monitorearlo.
Los documentos también indican que Hans Speidel y Adolfo Heusinger apoyaban al ejército. Speidel se convirtió en comandante supremo del ejército Aliado de la otan en Europa Central y Heusinger en primer inspector general del Bundeswehr.
Otra figura clave fue Anton Grasser, un general en la Segunda Guerra Mundial que se convirtió en inspector general en el Ministerio del Interior alemán en la década de 1950. En esta posición se aseguró de que el ejército secreto tuviera acceso al equipamiento y municiones de las unidades tácticas de la Policía alemana en una emergencia.
Aquellos que analizaron los documentos revelados en 2014 dan testimonio de su insuficiencia. Hay poca información acerca de cómo o cuándo se liquidó la organización. Ninguno de sus papeles administrativos sobrevivió.
Otros documentos muestran que Otto Skorzeny, héroe de guerra de las SS, también estableció un ejército secreto. Schnez y Skorzeny se mantuvieron en contacto, pero poco se sabe sobre el grupo de Skorzeny. Todo lo que esos historiadores saben con seguridad es que las unidades del ejército secreto fueron establecidas y muchos de sus líderes continuaron sirviendo en posiciones muy altas en el ejército alemán.
Una vez que el ejército oficial alemán fue establecido, rápidamente se llenó con personal del antiguo ejército de la era nazi. En 1976, por ejemplo, de los 217 generales del Bundeswehr, sólo tres no habían servido en el ejército de Hitler.
Industria
Durante la guerra, los gigantes de la industria alemana trabajaron íntimamente con los nazis. Tal vez el más infame fue Alfred Krupp, quien apoyó a Hitler por años y cuya fabricación de armas era básicamente un departamento del gobierno desarrollando material bélico. Uno de sus representantes asistió a la reunión de 1944 en la cual los nazis planearon ir a la clandestinidad.
Krupp fue arrestado después de la guerra. Pero en 1951, fue liberado de prisión. Lo más impactante es que sólo dos años más tarde se le permitió retomar el control de su compañía, ThyssenKrupp AG. Cuando murió en 1967 aún tenía la obra Mi Lucha de Hitler en su mesa de noche. Desde entonces su compañía ha vuelto a producir armas.
De hecho, casi todas las compañías representadas en esa reunión secreta han vuelto a producir armas. Rheinmetall es un gran productor de armamento. La compañía se fusionó con el fabricante de camiones alemán man para crear una de las firmas de defensa más grande de Europa. Büssing, otra compañía presente en la reunión de 1944, también es parte del conglomerado, habiéndose fusionado con man en 1971. A principios de este año, el consorcio Rheinmetall-man compró un 55% de participación en la producción de vehículos militares bae Systems de Gran Bretaña. Messerschmitt, uno de los asistentes más famosos a dicha reunión, regresó a la producción de aviones bajo el nombre de Airbus. Después de varias fusiones y absorciones, se convirtió en parte central de la European Aeronautic Defense and Space Co.; el mayor fabricante de helicópteros militares y aviones de combate.
Todas estas compañías siguieron el mismo patrón. Antes de la Segunda Guerra Mundial, acordaron ir a la clandestinidad. Después de la guerra, fueron cerradas o reducidas. Luego resucitaron en un papel civil, y más tarde volvieron a la producción de armas.
Comandantes desaparecidos
No hay lugar a duda que los nazis se fueron a la clandestinidad después que la guerra terminó. Ellos conspiraron para mantenerse escondidos y evitar el castigo por sus crímenes. Reportes secretos publicados décadas más tarde confirman exactamente lo que Herbert W. Armstrong predijo en 1945. ¿Cómo pudo saberlo?
Él baso su predicción en la profecía bíblica. Por mucho tiempo enseñó que Alemania era el descendiente moderno de la Asiria bíblica (vea nuestro artículo en theTrumpet.com/11897, disponible en inglés). La Biblia tiene algunas profecías específicas acerca de Asiria.
Por ejemplo, Nahum 3:17 declara: “Tus comandantes son como langostas, y tus generales como nubes de langostas que se sientan en vallados en día de frío; salido el sol se van, y el lugar donde están no se conoce” (Versión New King James). El Comentario de Jamieson, Fausset y Brown explica que, “[E]l frío priva a las langostas de su poder de vuelo; así que éstas se posan en el clima frío y en la noche, pero cuando se calientan por el sol, pronto ‘levantan el vuelo’. Así desaparecerán repentinamente las multitudes asirias, sin dejar rastro”. En un día frío, un seto puede estar cubierto de langostas. Pero sólo pocas horas después, todas han desaparecido.
Pero esta Escritura no está simplemente describiendo a “las multitudes asirias”. Es más específica, pues habla de los “comandantes” y “generales”. Durante la guerra, estos “comandantes” dominaron los encabezados. Después, se desvanecieron.
El personal de los niveles inferiores insistió en que ellos no tenían nada que ver con los nazis. Los nazis casi habían conquistado el mundo, pero una vez que Alemania fue conquistada, se volvió muy difícil encontrar alguno.
Otra profecía clave predice este dramático acto de desaparición. Apocalipsis 17:8 describe a una bestia, símbolo del importante poder mundial, que “era, y no es, y será”. Esta bestia existe, luego desaparece, sólo para luego “subir del abismo”. Uno podría decir que aparecen de repente; de “la clandestinidad”.
Así es como Gerald Flurry, el jefe editor de la Trompeta, explica esta profecía en su folleto Profetiza otra vez: “Durante la Segunda Guerra Mundial, vimos el eje Hitler-Mussolini, pero luego desapareció de la escena. ¡‘No era’! Y sin embargo, ¡Dios dice que ‘es’! Los poderes del Eje perdieron la guerra, pero como el Sr. Armstrong predicó una y otra vez, ellos sólo se fueron a la clandestinidad, al “abismo” (versículo 8). Aún están allí —ellos sólo están clandestinos”.
Este pasaje agrega algo vital: Lo que desciende, a la clandestinidad, subirá de nuevo.
Hay señales de que, bajo la superficie, el espíritu nazi aún vive en Alemania.
Una bestia clandestina
Unas de las primeras señales vinieron cuando Alemania se reunificó a principios de la década de 1990. Algunos en Alemania parecieron tomar esto como un signo de que la nación estaba a punto de emerger nuevamente. El crimen extremista explotó. En 1991, hubo 1.483 incidentes registrados de crímenes violentos; 10 veces más que el año anterior. El número de extremistas de derecha organizados saltó de un estimado de 32.000 en 1990 a 65.000 en 1992.
Ese año, el pequeño puerto báltico de Rostock conmocionó al mundo. Un grupo de neonazis atacó un centro de refugiados para gitanos rumanos. Los locales aplaudieron. Más tarde un oficial admitió que, “La policía tenía un acuerdo con los alborotadores, de no intervenir”. Las autoridades estatales dijeron que ellos sabían con anterioridad que el ataque fue planeado, pero no hicieron nada.
Esperando detener la violencia, el gobierno decidió remover a todos los extranjeros de la ciudad y deportar a cerca de 100.000 gitanos a Europa del Este.
Impulsados por la victoria, la violencia de extrema derecha se esparció.
A fin de cuentas, el gobierno restauró algo de control. Pero la violencia a principios de la década de 1990 es una señal potente de que el nazismo no está muerto; simplemente está clandestino.
Alrededor del mismo tiempo, hubo más evidencia crucial de que la bestia estaba viva bajo la superficie. Poco después de que Alemania Occidental y Alemania Oriental se reunificaran, el gobierno alemán comenzó a imponerse en la política mundial. Croacia (su antiguo aliado de la Segunda Guerra Mundial y sitio del campo de exterminio de Jasenovac), declaró su independencia de Yugoslavia. Casi todo el mundo se opuso, pero Alemania apoyó a Croacia. Esto presionó con éxito a la otan para proveer el poder de fuego para desarticular a Yugoslavia por la fuerza.
El mediador especial de Naciones Unidas en la crisis, Cyrus R. Vance, llamó al conflicto “la guerra del Sr. Genscher”, debido al papel que jugó el ministro del exterior alemán Hans-Dietrich Genscher para iniciarla. Esa fue una guerra iniciada por Alemania (para más información, solicite nuestro folleto gratuito Germany’s Conquest of the Balkans [La conquista alemana de los Balcanes], disponible en inglés).
Alemania rápidamente comenzó a proveer armas a las repúblicas separatistas, violando los embargos de armas de la ONU. La bestia estaba emergiendo del abismo.
Más recientemente, las señales de esta bestia clandestina abundan.
El incremento de la violencia anti-inmigrante, a raíz de la crisis migratoria, indica igualmente que este nuevo poder está emergiendo.
De 2014 a 2015, al comienzo de la crisis migratoria, los ataques a campos de refugiados se quintuplicaron. El año pasado, Alemania vio su peor enfrentamiento de extrema derecha desde principios de la década de 1990. En Chemnitz, una pequeña ciudad en el Este de Alemania, la violencia escaló y se salió de control.
Un nuevo partido de extrema derecha (AfD, Alternativa para Alemania) es casi el segundo partido más popular de Alemania. Algunos de sus líderes abiertamente alaban a los nazis; uno dijo que Alemania debería estar “orgullosa” de sus “logros” en la Segunda Guerra Mundial. Mientras tanto, una nueva oleada de historiadores promueve un punto de vista radical de las glorias de la historia de Alemania, y su injusta persecución por parte de Gran Bretaña y EE UU.
Hay señales similares en el ejército y el servicio de inteligencia de Alemania.
En 2018, el gobierno alemán reveló un complot formado por 200 miembros de las fuerzas especiales de Alemania, el Kommando Spezialkräfte. Los soldados de elite neonazis planearon asesinar a Claudia Roth, líder del Partido Verde; a Heiko Mass, ministro de relaciones exteriores en función; y a Joachim Gauck, ex presidente de Alemania. Su lista de objetivos incluía a otros líderes de izquierda y líderes de grupos solicitantes de asilo. Habían almacenado armas y municiones cerca de la frontera son Suiza y Austria.
Como consecuencia, la policía descubrió un esfuerzo neonazi de infiltrar el ejército. Un teniente coronel en inteligencia militar había tratado de encubrir al grupo. Para alcanzar este nivel, esto va más allá de un puñado de reclutas de extrema derecha que lograron escabullirse de lo que se supone es un estricto proceso de selección.
También han llegado de a poco reportes de conexiones turbias entre el servicio de inteligencia alemán y los neonazis. Es otra historia increíble, pero aquí está, en las palabras de Ynetnews de Israel: “Es el 6 de abril de 2006, a las 5 de la tarde. Halit Yozgat, un ciudadano alemán de 21 años de descendencia turca, está sentado detrás del mostrador en un pequeño café internet que él recientemente abrió en Kassel, Alemania. Él está esperando que su padre venga y lo sustituya en el trabajo cuando dos tiros atraviesan su cabeza, matándolo instantáneamente”.
“Unos segundos más tarde, Andreas Temme, un agente secreto del Servicio Federal de Inteligencia alemán, el bnd, se levanta de uno de los módulos de computador ubicado sólo a unos metros de donde Yozgat ahora yace muerto. Él coloca unas pocas monedas en el mostrador como pago por su tiempo allí y se va. Cerca de las monedas hay tres gotas de sangre”.
“Más tarde, Temme testificará que él no oyó los tiros perpetrados por un agresor desconocido con una pistola fabricada con silenciador Česká—y él no vio el cuerpo de Yozgat tampoco, el cual estaba tumbado detrás del mostrador cerca de la entrada” (24 de abril de 2017).
Yozgat fue el noveno de una serie de inmigrantes, principalmente turcos, baleados en pleno día. La policía había culpado a pandillas turcas por los disparos. En cambio, fue el trabajo de Clandestinidad Nacional Socialista (nsu, por sus siglas en inglés) un grupo neonazi.
Aún hay más evidencia vinculando a los servicios de inteligencia con estos asesinatos. Yavuz Narin, un abogado de ascendencia turca pasó años exponiendo las conexiones entre el nsu y el bnd. Ynetnews escribió: “Narin tiene muchos más ejemplos de participación directa o indirecta de las agencias de seguridad en las actividades de nsu”. Él le dijo a Ynetnews: “El gobierno, las agencias de seguridad, el ministerio del interior y, desafortunadamente, incluso la oficina de la cancillería, están tratando de impedir una investigación completa en esta cuestión”.
“La pregunta preocupante que surge es, que si las agencias de seguridad alemanas solamente fallaron en hacer su trabajo, o si en realidad se hicieron los ciegos e intencionalmente permitieron las actividades del nsu”, continuó Ynetnews. “Y si es así, ¿podrían los neonazis haber infiltrado las agencias de espionaje de Alemania y haber impulsado activamente los crímenes? La insistencia de las autoridades en cubrir información y entorpecer la investigación sobre el asunto sólo levanta más sospechas”.
Ponga algunos de estos ejemplos aislados juntos y verá un patrón. Los nazis nunca dejaron las principales instituciones alemanas. Hasta el día de hoy, estas mismas instituciones están plagadas de escándalos que giran alrededor de nazis entre ellas. Estamos viendo los atisbos de una bestia clandestina.
Ellos se maravillarán
Las señales de esta bestia están ahí, pero pocos las reconocen. Apocalipsis 17 dice que cuando este poder ascienda completamente, “la gente que pertenece a este mundo (…) estará asombrada por la reaparición de esta bestia” (versículo 8; Traducción New Living).
Pero usted no tiene que estar “asombrado”.
Con base en este mismo pasaje hay otra profecía; una profecía de un individuo que Dios usaría para exponer a esta bestia. El versículo 10 dice: “Y son siete reyes. Cinco de ellos han caído; uno es, y el otro aún no ha venido; y cuando venga, es necesario que dure breve tiempo”.
Estos siete reyes reinan uno detrás de otro. Pero durante el tiempo del sexto rey, un hombre estaría ahí para explicar lo que esta Escritura significa, para enseñarle al mundo lo que está sucediendo.
El mismo individuo está en la escena una vez que el sexto rey ha desaparecido, cuando esta bestia “era, y no es”. En Profetiza otra vez, el Sr. Flurry escribe: “La bestia desaparece de escena por un tiempo, y un profeta debe mostrarle a la gente qué es la verdad. (…) Esta revelación es acerca de un periodo cuando el Sr. Armstrong (…) estaba haciendo esta obra de Dios. Dios le reveló secretos acerca de esa sexta resurrección del Sacro Imperio Romano, el cual ‘era, y no es, y será’”.
Así es como el Sr. Armstrong pudo precisar lo que estaba sucediendo en la Alemania nazi en 1945. Todos estos documentos estaban clasificados, las investigaciones aún no se habían hecho. Pero “Dios le reveló secretos”, como escribió el Sr. Flurry. Esta es la razón por la que todos esos archivos secretos han probado que estaba en lo cierto. Él fue el individuo predicho en esta Escritura para explicar lo que esta bestia clandestina significa.
Todos estos eventos mayores fueron predichos con anticipación en la Biblia. Y el mismo Dios que ha preservado estas profecías notables asegura que Él tiene a un hombre para explicarlas.
Por eso es que la Biblia dice que esa bestia “era, y no es; y subirá del abismo” (versículo 8). El tiempo del verbo aquí es importante. Mientras el Sr. Armstrong estaba vivo, esta bestia “era, y no es”. El Sr. Armstrong estaba allí durante la Segunda Guerra Mundial y cuando la bestia se fue a la clandestinidad. Pero el ascenso de la bestia del abismo está en tiempo futuro, iba a suceder después, una vez que el hombre que explicó todo esto hubiera pasado de la escena. El Sr. Armstrong murió en 1986. Justo tres años después, Alemania se unificó, y pronto las señales tempranas de su ascenso fueron visibles.
Esta bestia aún está levantándose hoy día, pero es un misterio para el mundo. Usted, sin embargo, puede entender. Dios le revela secretos al hombre que está usando.
“La Biblia realmente cobra vida cuando sabemos específicamente lo que está sucediendo”, escribe el Sr. Flurry. Entienda estos secretos y podrá entender los eventos mundiales. Más importante aún, su Biblia cobra vida, revelando al grande y todopoderoso Dios que revela los planes secretos de las naciones más poderosas del mundo. ▪