Julia Goddard\La Trompeta
El mundo prehistórico contra el Génesis
Durante el último siglo de arqueología bíblica, se ha descubierto una plétora de hallazgos que respaldan muchas de las historias bíblicas. Hasta ahora, casi 60 individuos y docenas de ciudades que se mencionan en la Biblia hebrea han sido probadas de forma independiente a través de descubrimientos arqueológicos, además de costumbres culturales, pequeñas escaramuzas, grandes conflictos, elementos arquitectónicos, prendas de vestir, detalles dietéticos e incluso dichos comunes.
La arqueología ha forzado a los escépticos de la Biblia a ajustar repetidamente sus argumentos para mantener su conclusión de que la Biblia es imperfecta. ¡Belsasar era un personaje de ficción! (La prueba arqueológica fue descubierta en 1854). ¡El Imperio Hitita nunca existió! (La prueba arqueológica fue descubierta en 1906). ¡El rey David era un mito! (La prueba arqueológica fue descubierta en 1993). Y así sucesivamente.
Afirmar que la arqueología “prueba la verdad de la Biblia” no es controversial para los creyentes, pero resulta irritante para los escépticos. Los escépticos argumentan que no importa cuántos individuos bíblicos o ciudades o civilizaciones se descubran, la Biblia en su totalidad no puede ser verdadera. Debido, argumentan ellos, al Génesis.
El libro bíblico de los orígenes está en total contradicción con una serie de descubrimientos científicos sobre el pasado, como la edad de la Tierra, los dinosaurios, la Era del Hielo, el hombre prehistórico. O eso suponen.
6.000 contra 13,8 millones de años
Muchos creyentes de la Biblia creen que la Tierra y el universo tienen 6.000 años de antigüedad. Ellos creen que la creación de Dios de los cielos y la Tierra y los “días de la creación” en Génesis 1 ocurrieron al mismo tiempo. Por lo tanto, creen que los dinosaurios fueron creados al mismo tiempo que el hombre y que existieron hasta el Diluvio, o que incluso fueron traídos a bordo del arca de Noé. Estos creyentes son conocidos como creacionistas de la “Tierra joven”.
Los científicos dicen que la expansión medida del universo, el hecho de que la luz de la mayoría de las estrellas ha tardado miles de millones de años en llegar a la Tierra, y la obvia edad de los dinosaurios, prueban que estas creencias son falsas.
Estos hechos científicos son un problema para muchos creyentes, pero no para la Biblia en sí. La Biblia no dice que la Tierra fue creada hace 6.000 años. Génesis 1:1 afirma: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra”. Esto no tiene espacio de tiempo: podría estar refiriéndose a un tiempo de hace millones de años. El versículo 2 afirma: “Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo”. ¡Note que los cielos, la Tierra, las tinieblas y “el abismo” son todos descritos como siendo creados por Dios antes de los siete días de la creación! Y note, “desordenada y vacía” (tohu y bohu en el hebreo original). Eso no sólo significa que la Tierra estaba sin terminar; significa que estaba en un estado de desolación total. Isaías 45:18 afirma que Dios “formó la tierra, el que la hizo y la compuso; no la creó en vano...”. Vano es traducido de tohu: caos. La Biblia especifica que Dios no creó la Tierra en un estado caótico.
Ahora mire la palabra “estaba” en Génesis 1:2. La palabra hebrea para “estaba” podría traducirse como “se volvió”. El versículo 2 está declarando que después que Dios creó originalmente la Tierra, ésta se volvió desordenada y vacía. Entonces, ¿qué pasó?
¡Génesis 1 describe dos creaciones de la Tierra! El versículo 1 describe la creación del universo físico, tal vez hace millones o miles de millones de años. Este era el mundo de los dinosaurios y otras bestias prehistóricas y criaturas marinas. ¡Y este era el mundo que, como lo ha demostrado la ciencia, llegó a un misterioso y catastrófico final! Existen evidencias de una vasta destrucción planetaria, aparentemente relacionada con impactos de asteroides, así como de erupciones volcánicas y cambios en el nivel del mar. La línea del estrato sedimentario de esta capa de destrucción ha sido desenterrada en varios lugares alrededor del mundo. Se ha constatado que contiene altos niveles de iridio, un metal raro en la Tierra pero común en los asteroides. En términos científicos, este desastre es técnicamente conocido como el ‘evento de extinción del Cretácico-Paleógeno’. Eso fue lo que mató a los dinosaurios.
Sí, la Tierra se volvió “desordenada y vacía”. De hecho, las tinieblas aparecieron sobre la faz del abismo. Este relato de la oscuridad total concuerda con las condiciones posteriores a un impacto masivo de asteroides. Este impacto se asocia comúnmente con el enorme cráter de Chicxulub que se encuentra en el Golfo de México. Este cráter mide 150 kilómetros de ancho y 19 de profundidad, y tiene relación directa con el mismo período de destrucción de los estratos descubiertos alrededor del mundo. Las estimaciones varían mucho, pero la energía liberada por el impacto de este asteroide podría haber sido hasta 921 mil millones de veces más potente que la bomba atómica que destruyó a Hiroshima.
La evidencia científica de la destrucción coincide con el relato bíblico de una destrucción primitiva. Otros versículos en la Biblia describen una masiva rebelión angelical que ocurrió después de la creación original de la Tierra, pero antes de la creación del hombre. (Vea Isaías 14 y Ezequiel 28, y lea “Dinosaurios y la Biblia” en theTrumpet.com/5800, disponible en inglés.) Esta rebelión angelical causó estragos en la Tierra, extinguiendo dinosaurios y otras formas de vida prehistórica y poniendo fin a la Era Mesozoica. Los científicos estiman que este evento de extinción del Cretácico-Paleógeno se remonta hasta hace unos 65 millones de años. Esto puede ser cierto o no; una vez más, la Biblia no da ningún espacio de tiempo.
Los científicos también hablan de otras extinciones masivas antes del evento de extinción del Cretácico-Paleógeno. Esto puede ser correcto o incorrecto, pero nuevamente la Biblia no nos da muchos detalles sobre el mundo prehistórico.
Cenozoica: ‘Nueva vida’
“Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas” (Génesis 1:2). Aquí en este planeta destruido y desperdiciado, Dios comenzó a re-crear la Tierra.
Génesis 1 continúa registrando la re-creación de la superficie de la Tierra, no la creación original de toda la Tierra, que fue registrada en Génesis 1:1. El Salmo 104:30 especifica: “Envías tu Espíritu, son creados, y renuevas la faz [superficie] de la tierra”.
Génesis 1:1-2 es en realidad el más breve de los resúmenes del universo y la Tierra primitivos. Millones de años podrían haber transcurrido entre los versículos 1 y 2, y aún más años podrían haber transcurrido antes del final del versículo 2. No hay registros de tiempo. Pero con la re-creación de la superficie de la Tierra, la Biblia y la ciencia comienzan a proporcionar registros de tiempo.
Después de la extinción que puso fin a la Era Mesozoica, llegamos a la siguiente era del planeta Tierra, la Era Cenozoica. Cenozoica significa “nueva vida” y es la era en que aún estamos viviendo hoy. Ésta es esencialmente la “era de los mamíferos” y probablemente comenzó con la re-creación de Génesis 1.
El resto de este capítulo registra a Dios estabilizando y re-creando la superficie de la Tierra en seis días (Génesis 1:5, 8, 13, 19, 23, 31). “Y dijo Dios: sea la luz; y fue la luz” (versículo 3). Esto da comienzo a la semana de re-creación, eliminando las tinieblas que cubrían la Tierra destruida. Esta semana de renovación culminó en la creación del hombre en el sexto día, y finalmente con el establecimiento del Sábado en el séptimo día (Génesis 2:2-3). Dios re-creó la superficie de este mundo específicamente para el hombre, un nuevo plan divino para hacer al hombre “a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza” (Génesis 1:26). Para obtener información sobre este propósito divino para la creación del hombre, solicite El misterio de los siglos, y fíjese en el Capítulo 3. Este sería el mundo de los mamíferos, un mundo en el cual el hombre podría prosperar y “señorear”, como dice el mismo versículo. El hombre ciertamente no podría haber ejercido dominio sobre un mundo de dinosaurios.
La Era Cenozoica, este período de mamíferos, incluye al hombre prehistórico y a muchos animales de sangre caliente, como los lanudos mamuts de la “Era del Hielo”, perezosos gigantes, tigres dientes de sable y (mi favorito) los gliptodontes. Los científicos ven que la Era Cenozoica comenzó con una rápida explosión de formas de vida únicas, y tienen problemas para explicar qué la habría causado.
Génesis 5 registra una genealogía que comienza con el primer hombre, Adán, y establece que la semana de la re-creación ocurrió hace aproximadamente 6.000 años.
¡Alto ahí! dicen los críticos. Los científicos nos dicen que los mamíferos, las criaturas de la Era del Hielo, el Neandertal, el Denisovan, los huesos de los antepasados humanos Homo y otras evidencias muestran que los mamíferos e incluso el “hombre moderno” se desarrollaron, no hace 6.000 años, sino decenas y cientos de miles de años atrás.
Una data realmente mala
En pocas palabras, los métodos de datación son en el mejor de los casos, poco fiables, y en el peor, desastrosamente errados. Los métodos como el carbono, el uranio y el samario, que abarcan grandes períodos de tiempo, no son fiables. A veces estos métodos producen datas extremas, pero su principal defecto es que están calibrados con base en suposiciones. Operan basándose en la teoría del uniformismo, la creencia de que la Tierra fue formada a partir de cambios muy lentos y graduales. Si la Tierra fue formada por eventos dramáticos y repentinos, como lo registra la Biblia, entonces estos métodos de datación son inválidos.
La datación por radiometría determina la antigüedad analizando la prevalencia de ciertos isótopos radioactivos, y asume que la cantidad de estos isótopos en la Tierra ha permanecido más o menos constante. Sin embargo, la investigación científica ha demostrado que esta suposición no sólo es ligeramente equivocada, sino que es totalmente errada. Las erupciones solares, que se producen con frecuencia, las fluctuaciones del campo magnético de la Tierra, los minúsculos residuos de los ensayos con armas nucleares e incluso los cambios en las estaciones, han demostrado afectar la prevalencia de estos isótopos.
Generalmente, estos temas no han originado ninguna respuesta significativa de la comunidad científica en general con respecto a los métodos de datación. La datación isotópica es la herramienta más apreciada por los científicos evolucionistas que intentan trazar el desarrollo animal a lo largo de milenios. Se han tomado ciertas medidas para corregir los errores, tales como actualizar las datas que resultaron estar más de 10.000 años equivocadas, hasta desechar por completo otras. Aun así, la datación por radioisótopo está a menudo muy equivocada, proporcionando generalmente dataciones exageradamente antiguas. Un ejemplo destacado por los Asociados para la Investigación Bíblica es el de un evento geológico en el Himalaya al que originalmente se le dio una antigüedad 20 veces mayor que la establecida por investigaciones posteriores (una discrepancia especialmente significativa, teniendo en cuenta que la datación se encuentra en el ámbito de millones de años atrás).
Es una lógica errónea asumir una existencia constante, estable y uniforme de la superficie de la Tierra. Los científicos saben que las catástrofes han marcado el pasado de la Tierra, siendo el evento de extinción del Cretácico-Paleógeno un buen ejemplo de ello.
¿Qué otra cosa podría haber perturbado la uniformidad del material en la superficie de la Tierra, afectando dramáticamente la datación de la historia humana temprana? ¿Quizás algo así como un diluvio mundial?
La cronología bíblica data este evento catastrófico en cerca de 4.500 años atrás. Tal evento causaría que las datas anteriores a ese tiempo se exageraran significativamente. Los científicos saben que la humedad afecta los resultados de la datación por carbono. El agua causa la lixiviación [extracción sólido-líquido] de compuestos y si no se tiene en cuenta, puede causar resultados de datación muy exagerados.
Adán y Eva
¿Sabía que los genetistas han demostrado que toda la humanidad desciende de un solo hombre y una sola mujer? Ellos llaman al hombre “Adán cromosomal Y”, y a la mujer “Eva mitocondrial”. Los científicos datan a estos “Adán y Eva” en cerca de 200.000 años atrás en el espectro evolutivo (aunque la datación propuesta ha fluctuado regularmente entre 50.000 y 500.000 años atrás). Estas datas son calculadas calibrando las tasas de mutación del cromosoma Y, y la mutación mitocondrial para adecuarlas a las cronologías de la prehistoria humana, basándose en la datación por radiocarbono y potasio-argón (la cual hemos establecido previamente como poco confiable). La investigación realizada por los genetistas Dr. John Sanford y el Dr. Robert Carter sobre este tema, ha descubierto que la aplicación de tasas de mutación modernas a los antiguos seres humanos apunta a que el Adán cromosomal Y, y la Eva mitocondrial vivieron en algún momento durante los últimos 6.000 años. Este tema es tratado en detalle en nuestro artículo “El Caso para Adán y Eva” (watchJerusalem.co.il/465, disponible en inglés). El artículo examina la sorprendente gran cantidad de evidencia científica para la pareja bíblica, desde la genética hasta la morfología y la arqueología.
Los genetistas se han sorprendido además al descubrir que casi todas las especies animales también se remontan a una sola pareja. Esos pares están datados en algún momento dentro de los últimos 250.000 años. Los científicos generalmente intentan explicar esto como un “embotellamiento poblacional”, que debe haber resultado de un evento de extinción masiva. (Por cierto, esto también perjudica el caso del uniformismo.) Curiosamente, los investigadores sintieron la necesidad de hacer un seguimiento de sus hallazgos apresurándose a añadir que su “estudio se fundamenta en la evolución darwinista y la respalda con firmeza, incluyendo el entendimiento de que toda la vida ha evolucionado a partir de un origen biológico común a lo largo de varios miles de millones de años” (Daily Mail, 6 de diciembre de 2018).
El campo en desarrollo de la investigación genética está resultando problemático para la teoría de la evolución. Ya ha demostrado que la antigua “especie” casi humana del Neandertal, es en realidad 100% “humana” y tan estrechamente relacionada con los seres humanos modernos, como los alemanes son de los chinos. En realidad, todas esas antiguas especies humanas, Neandertales, Denisovanos y Homo, son simplemente una y la misma “especie”. Y encajan bien en el relato bíblico del mundo anterior al Diluvio.
El mundo pre diluviano
Varios detalles registrados en Génesis 6 sobre el mundo pre diluviano coinciden con el registro arqueológico. Génesis 6:4 describe una raza de “gigantes” que vivían en la Tierra antes del Diluvio. A diferencia de nuestra concepción actual de los gigantes, la palabra hebrea denota gigantes en fuerza física. De hecho, esto coincide con el físico de los antiguos neandertales, una raza humana de huesos grandes, constitución poderosa, baja y robusta.
La Biblia también describe el mundo pre diluviano como un mundo de violencia generalizada, depravación y matrimonios mixtos. La arqueología y la investigación genética han descubierto que la carne humana era parte habitual de la dieta de los seres humanos prehistóricos. La genética ha demostrado que los promiscuos humanos primitivos se reproducían entre sí en múltiples ocasiones en un “Mundo de Libertinaje”, como titulaba el periódico Mirror en noviembre de 2018. La investigación ha demostrado que, tal como lo describe la Biblia, los diferentes grupos humanos, principalmente el Homo sapiens, los Neandertales y los Denisovanos, eran todos “mezclas”. (Note Génesis 6:2-4: Los “hijos de Dios” y las “hijas de los hombres” se refieren en realidad a los descendientes de Set y Caín.)
Algo puede incluso decirse sobre el relato bíblico de la longevidad pre diluviana. Eche un vistazo a nuestro artículo “Longevidad bíblica de los primeros humanos” (disponible en inglés, en watchJerusalem.co.il/413), para evidencia arqueológica y biológica que respalda el relato bíblico.
El Diluvio
Génesis 1:1-2 coincide maravillosamente con la creación de la Tierra y el universo, culminando en la Era Mesozoica de la Tierra, la “era de los dinosaurios”, y la subsiguiente extinción del Cretácico-Paleógeno. Génesis 1:3 en adelante marca la re-creación de la Tierra, el comienzo de la Era Cenozoica: la era del hombre y los mamíferos. Este período comenzó hace 6.000 años. La datación es críticamente errónea y especialmente descartada por un Diluvio mundial que, según la Biblia, ocurrió hace unos 4.500 años.
Los científicos han descubierto a través de restos sacrificados y otras evidencias que los animales de la “Era del Hielo” existieron al mismo tiempo que los primeros seres humanos. ¿Qué les pasó a estas criaturas? ¿Qué les sucedió a los parientes humanos del Homo sapiens: los Neandertales y los Denisovanos?
Los científicos reconocen otro período de extinción al que llaman ‘evento de extinción Cuaternario’. Su causa es muy debatida, pero algunos la relacionan con el aumento de las temperaturas, la actividad glacial, el aumento del nivel del mar y las inundaciones. ¿Podría éste haber sido el Diluvio de los días de Noé que Génesis 7:20-21 nos dice que cubrió las montañas y mató a toda vida que se movía sobre la tierra, menos las especies de cada género a bordo del arca? ¿Y podría ser tal inundación la razón de esta evidencia fragmentaria y dispersa de un hombre muy primitivo: un cráneo aquí, un hueso del dedo por allá?
Si hubo tal evento de extinción causado por el agua, es lógico que todas las estructuras que los arqueólogos han descubierto daten de algún tiempo después de esa catástrofe. Cualquier cosa antes del Diluvio habría sido casi arrasada. Los científicos dicen que después de este evento de extinción, empezaron a aparecer civilizaciones alrededor de Oriente Medio. Dicen que una de las ciudades más antiguas de la Tierra es Jericó, la que ellos datan tradicionalmente cerca del año 10.000 a. C. Esto es justo después de la datación tradicional del evento de extinción Cuaternario. Los científicos dicen que el primer asentamiento religioso es Göbekli Tepe en Turquía, al cual también datan en aproximadamente 10.000 a. C. Curiosamente, el asentamiento contiene todo tipo de animales tallados en sus rituales monolíticos. ¿Será coincidencia que este sitio también surgiera justo después de la extinción Cuaternaria, y no muy lejos del Monte Ararat, donde la Biblia dice que el arca tocó tierra y descargó a los humanos y animales sobrevivientes?
La datación de 10.000 a. C., por supuesto, entra en conflicto con la Biblia, pero ya hemos cubierto los temas con los métodos de datación. Lo que es interesante es que la ciencia reconoce un evento importante, posiblemente relacionado con la extinción causada por el agua y el subsiguiente surgimiento de la civilización, comenzando en Oriente Medio.
La Biblia sitúa el Diluvio hacia el año 2500 a. C. Sólo después de este período comenzamos a ver una imagen más clara de las antiguas civilizaciones humanas. Los textos antiguos de todo el mundo datan de este período general. Curiosamente, estos textos describen versiones de una historia de creación, una historia de un Diluvio mundial, y una historia de construcción de una torre y confusión de idiomas (vea Génesis 6-8, 11).
La ciencia y la Biblia: una síntesis
¿Es el registro bíblico de la historia de la Tierra incompatible con los descubrimientos científicos? ¡La respuesta es un rotundo no! Y usted no tiene que cambiar sus creencias para que encajen con la ciencia. La Trompeta y su antecesora, La Pura Verdad, han estado publicando estos mismos principios bíblicos por unos 60 años, antes de que surgiera gran parte de esta nueva investigación científica. El Génesis no es un intento turbio y poco científico de postular una Tierra y un universo de 6.000 años de antigüedad por medio de escritores que ignoraban a los dinosaurios o a la Era del Hielo. Los descubrimientos científicos de los últimos siglos sólo han servido para confirmar lo que ya estaba en la Biblia.
Dejando a un lado los métodos de datación imperfectos, al comparar la moderna cronología científica de la Tierra con la cronología bíblica, usted ve una notable síntesis de eventos. Los científicos no pueden explicar muchos de estos eventos, como el evento de la extinción cuaternaria, seres humanos y animales que descienden de un solo antepasado masculino y femenino, el rápido desarrollo de nueva vida al comienzo de la Era Cenozoica, la extinción de la vida al final de la Era Mesozoica, y el propio origen de la vida y el universo.
La Biblia explica todas estas cosas. Y explica el por qué.
Nuestro libro de 300 páginas El misterio de los siglos, de Herbert W. Armstrong, explica esta historia bíblica con todo detalle (solicite su ejemplar gratuito). El primer capítulo explica quién y qué es Dios. El capítulo 2 explica el propósito original de Dios para crear el universo y la Tierra, así como los ángeles, en Génesis 1:1. Detalla la rebelión angelical que llevó a la catástrofe que está en Génesis 1:2. El capítulo 3 detalla el propósito del hombre: por qué la Tierra fue re-creada. El capítulo 4 explica el origen y el desarrollo de las civilizaciones, por qué el mundo se ha convertido en lo que es. El capítulo 5 explica por qué Dios escogió a la antigua nación de Israel. El capítulo 6 describe la historia del pueblo de Dios y el propósito de su llamamiento. Y el capítulo 7 explica ese tema tan incomprendido por muchísimos en este mundo: el Reino de Dios; qué es, qué hay después de la muerte, y cuál será el futuro de la humanidad. ▪