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El misterio de la civilización

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El misterio de la civilización

El comienzo de nuestra civilización encierra la clave para resolver nuestros mortales problemas de hoy. Sin embargo, es un misterio para el mundo.

Mas de 25.000 personas mueren cada día de hambre, según las Naciones Unidas. Unas 795 millones de personas están desnutridas. Alrededor de mil millones de personas viven con menos de 2 dólares al día.

¿Cómo podemos resolver problemas de una magnitud tan aplastante?

Por lo general, nuestros esfuerzos se quedan lamentablemente cortos. La humanidad gasta miles de millones de dólares intentando solucionar estos problemas, pero las cifras básicas prácticamente no han cambiado. Las tendencias al alza de los costos alimentarios y a la disminución de la producción sugieren que la crisis está a punto de agravarse.




El hambre es sólo uno de literalmente miles de problemas grandes que atormentan a la civilización: enfermedad, dolencias, contaminación, analfabetismo, desintegración familiar, colapso moral, crimen, corrupción, esclavitud, odio racial, tensiones religiosas, terrorismo, guerra, la propagación de armas de destrucción masiva... la lista sigue y sigue. Parece que por cada crisis que contenemos, surgen tres más en su lugar.

Nuestro conocimiento no está resolviendo nuestros problemas. De hecho, a medida que aumenta nuestro conocimiento, también aumentan nuestros problemas. Claramente, falta algo en nuestro conocimiento.

La razón por la que no podemos ganarle terreno a estos males que destruyen la civilización es que no afrontamos su verdadera causa.

Esa causa está arraigada en los cimientos mismos de nuestra civilización, unos cimientos bien documentados en la historia.

Sin embargo, la mayoría de nuestros más exaltados encargados de la toma de decisiones lo ignoran con desprecio. Incluso los pocos que la estudian no comprenden lo importante que es para desentrañar los retos más desconcertantes a los que se enfrenta la humanidad hoy en día. Esa historia crucial en realidad contiene la clave para resolver nuestros problemas, casi universalmente ignorada.

Lo crea o no, esa historia puede encontrarse en los tres primeros capítulos de un libro que sin duda ya posee. Puede que incluso tenga varios ejemplares en su estantería.

Para entender el mundo en el que vive, debe regresar al principio, a los fundamentos mismos de la civilización. Puede encontrarlo en el libro de Génesis, el primer libro de la Santa Biblia.

Las primeras instrucciones de Dios

Génesis 1 describe la creación por parte de Dios de la vida vegetal, animal y humana. Esa es una historia importante. Pero igual de importante es esto: después de crear al hombre, ¿qué le enseñó Dios? ¿Qué mensaje tenía Dios para el hombre desde el principio?

En el capítulo siguiente, verá que la instrucción fundamental de Dios involucraba dos árboles: el árbol de la vida y el árbol del conocimiento del bien y del mal (Génesis 2:9, 15-17).

Teniendo en cuenta que Dios habla de esto inmediatamente después de la creación del hombre, estos dos árboles deben ser extremadamente importantes. ¡Dios debió querer que el hombre comprendiera esta lección antes que nada!

Sin embargo, este tema es un misterio para la mayoría de las personas. ¿Cuántas personas —incluso líderes religiosos— discuten este tema fundamental? Jesucristo dijo que debemos vivir de toda palabra de Dios (Lucas 4:4), ¡y eso incluye sin duda los tres primeros capítulos de la Biblia!

Estos dos árboles ilustran el fundamento del mundo en el que usted y yo vivimos hoy. No podemos entender los acontecimientos de nuestro mundo si no comprendemos este fundamento.

Al mismo tiempo, esta historia muestra muy claramente cómo resolver nuestros problemas.

El árbol de la muerte

Aquí estaba la instrucción de Dios para Adán: “Y mandó [el Eterno] Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás” (Génesis 2:16-17). Esas son palabras fuertes. Este árbol causaba la muerte. Se le podría llamar el árbol de la muerte.

El árbol del conocimiento del bien y del mal representaba a la humanidad atribuyéndose la capacidad de producir conocimiento de lo que es bueno y malo, lo que es correcto e incorrecto (vea Génesis 3:22). ¡Dios les dijo claramente que este era el camino que llevaría a la muerte! ¡Representaba la causa de toda la infelicidad, sufrimiento, contienda, violencia y muerte en nuestro mundo!

Sin embargo, Adán y Eva comieron de ese árbol. Como era de esperar, sus vidas pronto se vieron plagadas de violencia y muerte.

¡Ese acto fue la fundación del mundo tal y como lo conocemos hoy! Así es como nuestra civilización comenzó: con ese acto trascendental de rebelión contra Dios.

¡Hoy, la humanidad se enfrenta a la amenaza de una guerra mundial con armas que aniquilarían! Nadie tiene soluciones, y es porque han ignorado esta enseñanza fundamental.

El primer ataque de la serpiente

¿En qué se equivocaron Adán y Eva? Eso se explica en Génesis 3. Satanás el diablo, en forma de serpiente, engañó a Eva para que tomara del árbol de la muerte.

De nuevo vemos la importancia fundamental de los dos árboles. Dios no sólo centró en ellos la primera instrucción para los seres humanos, sino también la primera prueba a la que se enfrentaron. ¡Satanás usó uno de esos árboles para lanzar su primer desafío a los seres humanos y desacreditar lo que Dios les había enseñado!

Satanás sabe lo importante que es este tema. Por eso contradijo directamente las instrucciones de Dios al respecto, envolviéndolo en misterio. Y lo crea o no, por eso este tema es un misterio para el mundo aún hoy.

Satanás contradijo a Dios y la humanidad siguió a Satanás y comió del árbol equivocado. Eva confió más en las mentiras de Satanás que en las instrucciones de Dios, y dio el fruto a su marido, que la siguió en el pecado. Eligieron su propio conocimiento en lugar del de Dios, y esa elección produjo sufrimiento y muerte, maldiciones que nos han asolado desde entonces (Romanos 5:12).

Hoy, Satanás el diablo le está haciendo al mundo lo que le hizo a Adán y Eva. Nos está seduciendo para que elijamos nuestro propio razonamiento humano enfermo y no el entendimiento revelado por Dios. Simplemente mire a su alrededor los problemas que han resultado. Puede ver claramente lo que sucede cuando las personas comen del árbol equivocado.

La humanidad, día tras día, está sintonizada con las transmisiones de Satanás, como “príncipe de la potestad del aire” (Efesios 2:2). Herbert W. Armstrong dijo que no pudo entender plenamente ese concepto hasta que comprendió la forma en que funcionan las transmisiones de radio y televisión. La forma en que opera Satanás es similar a la forma en que funciona una longitud de onda de radio. Pero en lugar de transmitir en palabras, sonidos e imágenes, Satanás transmite en actitudes, impulsos y estados de ánimo. El Sr. Armstrong explicó esto detalladamente en el Capítulo 4 de su obra maestra, El misterio de los siglos. ¡Satanás puede alcanzar a la humanidad porque no buscamos a Dios ni Le permitimos que nos dé poder para derrotar al diablo!

¿Va a seguir usted a Dios o va a seguir al diablo? De eso se tratan realmente los dos árboles.

Los frutos de comer del árbol equivocado

Dios puso a prueba el carácter de Adán y Eva. Les hizo elegir de qué árbol tomar. Dios quiere que desarrollemos carácter, y eso requiere elegir voluntariamente el camino de Dios y no el del diablo.

Los problemas a los que nos enfrentamos son el resultado de nuestras elecciones. Dios nos permite experimentar los frutos amargos de nuestras decisiones equivocadas con la esperanza de que reconozcamos nuestro error y busquemos voluntariamente el fruto del árbol de la vida.

Satanás aparece como un ángel de luz (2 Corintios 11:14), engañando a la humanidad (Apocalipsis 12:9). Pero desde el primer asesinato, hasta cada asesinato a lo largo de los tiempos, Satanás ha estado inspirando e incitando a las personas a cometer estos crímenes atroces y luego mentir al respecto, tal como lo hizo Caín cuando Dios lo confrontó. Satanás estuvo allí desde el principio mismo, influyendo en la primera familia.

El primer hijo nacido en la familia de Adán y Eva fue Caín. Acabó matando a su hermano menor, Abel, y mintiendo a Dios al respecto (Génesis 4:1-9).

¡Uno pensaría que Adán y Eva habrían reconocido que la sangre de Abel fue derramada porque ellos decidieron comer del árbol equivocado! Pero no lo hicieron. Ellos simplemente siguieron comiendo del árbol de la muerte. Ese ejemplo ilustra lo dura que es la naturaleza humana.

Mire a su alrededor. Nuestro mundo está lleno de males similares: familias desintegradas, hijos rebeldes. ¿Por qué? ¡Porque la gente está comiendo del árbol equivocado!

En un mundo con armas de destrucción masiva, nos enfrentamos a la grave amenaza de la extinción humana. De hecho, Jesucristo profetizó que tendría que acortar esta era de gobierno humano en la Tierra ¡sólo para evitar que aniquiláramos a toda carne! (Mateo 24:21-22). ¿Por qué han tomado los asuntos humanos un rumbo tan destructivo? Todo se debe a que estamos comiendo del árbol de la muerte.

El árbol de la vida

Considere esto: Dios había instruido personalmente a Adán y Eva, pero ellos se apartaron de Él y escucharon al diablo. ¡Eso demuestra que hay algo mal en la mente humana! Nos gusta felicitarnos por nuestras capacidades intelectuales y creativas, pero es evidente que, apartados de Dios, estamos incompletos. Hay algo inestable en nuestro razonamiento.

Por eso es tan crítico entender el otro árbol que Dios ofreció a Adán y Eva.

El árbol de la vida representaba el Espíritu Santo de Dios, el mismo Espíritu del gran Creador que impregna de vida. Es la esencia y el poder de Dios, que imparte la capacidad de comprender la verdad espiritual (1 Corintios 2:7-14).

Dios quería que la humanidad comiera del árbol de la vida para que pudiéramos experimentar estabilidad y alegría, para que nuestros matrimonios y familias fueran felices, para que pudiéramos vivir en paz con nuestro prójimo y con nosotros mismos. Comer del árbol de la vida nos permite resolver nuestros problemas.

Génesis 3:22 registra la verdad, si Adán hubiera tomado del árbol de la vida, ¡habría vivido para siempre!

¡Piense en eso! Muchas personas creen que tienen un alma inmortal inherente dentro de ellos. Eso es falso. La verdad de la Biblia es que la única manera de vivir para siempre es comiendo del árbol correcto.

¿Quiere vivir para siempre? ¿Quiere paz eterna, felicidad, gozo y comprensión espiritual?

El carácter de Dios

El Sr. Armstrong escribió: “Si Adán hubiese tomado del árbol de la vida que se le ofreció, todo el curso de la civilización habría sido totalmente distinto. La paz, la felicidad, alegría, salud y abundancia se habrían extendido por toda la Tierra”(El misterio de los siglos).

Sin embargo, una vez que Adán tomó la decisión de rebelarse contra Dios, Dios tuvo que cortarle el acceso al árbol de la vida (Génesis 3:22-24). Ese árbol ha permanecido inaccesible para la gran mayoría de la humanidad desde entonces.

2 Corintios 4:4 dice que “el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios”. Así es, Satanás es el dios de este mundo hoy. Él ha cegado este mundo a la verdad de Dios. Ha engañado a este mundo, como hizo con Eva, ¡para que comiera del árbol equivocado! Sin embargo, la gente ni siquiera se da cuenta. Esos dos árboles son un misterio para ellos. Esta comprensión crucial sobre las raíces de nuestra civilización actual sigue siendo un misterio para ellos.

Pero no es un misterio para Dios. No es un misterio para los verdaderos elegidos de Dios. Y no tiene por qué ser un misterio para usted. Simplemente requiere que creamos lo que Dios ha revelado.

Pronto el segundo Adán, Jesucristo, regresará. Él echará a Satanás del trono de la Tierra y establecerá Su Reino. En ese momento, Él abrirá el acceso al árbol de la vida a toda la humanidad una vez más.

Mire de nuevo el primer capítulo del Génesis. En el versículo 26, Dios dice que hizo a la humanidad a Su propia imagen y semejanza. La palabra semejanza significa que nos parecemos a Dios. ¡La palabra imagen significa que Él quiere que exhibamos Su mismo carácter! Quiere que pensemos y actuemos como Él.

Construir Su carácter requiere una elección voluntaria de vivir a la manera de Dios. Requiere que elijamos comer del árbol de la vida y crecer en el Espíritu de Dios. Significa prepararse para entrar en la mismísima Familia de Dios.

¡Qué potencial tan exaltado ha dado Dios a los seres humanos!

¿Qué podría ser más maravilloso que convertirse en un miembro de la Familia Dios nacido del espíritu?

Dios quiere abrirle el árbol de la vida a usted. Él quiere que se mantenga alejado del árbol del conocimiento del bien y del mal, la causa de los problemas de este mundo. Él está diciendo, quiero que comas del árbol de la vida y vivas felizmente, ¡para siempre!

EL MISTERIO DE LOS SIGLOS

Se ha preguntado usted alguna vez: "¿Quién soy yo? ¿Qué soy? ¿Por qué existo?" Usted es un misterio. El mundo que lo rodea es un misterio. ¡Ahora usted puede comprenderlo!