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El mensaje en el infierno de Los Ángeles
Kilómetro tras kilómetro de la California urbana son ahora brasas y cenizas tras los incendios más ruinosos de la historia del Estado. Vientos violentos de hasta 160 kilómetros por hora arrastraron las llamas con una ferocidad pasmosa por carreteras, colinas y barrios, incendiando 10.000 edificios, matando al menos a 24 personas y dejando a millones más afrontando entre lágrimas las pérdidas.
“En los últimos días, muchas de las imágenes de la devastación causada por los incendios forestales que han aparecido en los noticieros hacían que la ciudad de los Ángeles pareciera el Hades: infiernos arrasadores, restos calcinados de casas, un cielo amaranto lleno de humo, residentes llorando”, escribió James Hibberd para Hollywood Reporter. “La frecuencia e intensidad de los incendios en todo el Estado también parece nueva: siete de los ocho mayores incendios forestales de California de todos los tiempos se han producido en tan sólo los últimos cuatro años” (8 de enero).
¡Es una aflicción feroz! ¿Por qué ocurre esto? ¿Cuál es la causa? Existe una causa para este efecto y debemos comprenderla.
El momento también es interesante: durante una de las peores catástrofes de la historia de Estados Unidos, mucha gente se muestra optimista ante la presidencia de Donald Trump. Él promete solucionar las crisis de Estados Unidos. Pero esto es un duro recordatorio de las maldiciones que han estado golpeando a la nación durante años. Hace poco tiempo, el huracán Helene devastó importantes zonas de la costa este. Aunque el presidente Trump revierta parte de la aflicción política y económica causada por sus predecesores, ¿continuarán tales desastres?
Una causa invisible
Hace más de 31 años, en nuestro número de la Trompeta de diciembre de 1993, escribí un artículo titulado “¿Está California bajo una maldición?”. Hablaba de unos incendios forestales catastróficos que batieron récords: más de 300.000 hectáreas quemadas, 3.600 casas destruidas, 20 vidas perdidas. El Estado estaba sufriendo una sequía de cuatro años, la peor en 300 años.
En 2007, escribí otro artículo, “Los desastres en California continúan: ¿por qué?”. Un calor abrasador marchitaba las cosechas del Estado; los productores de leche veían perecer a miles de sus vacas.
Este tipo de males asolan constante y repetidamente a California en particular. ¿Por qué? ¿Qué está ocurriendo, especialmente en el sur de California, alrededor de Los Ángeles?
En estos últimos incendios devastadores, muchos culpan al gobernador y a la alcaldesa. Ciertamente hay asuntos válidos que criticar aquí; esos líderes han tomado decisiones terribles que han exacerbado muchas de estas maldiciones. Mucha gente reconoce que ha habido una peligrosa falta de liderazgo eficaz.
Pero ¿explica eso décadas de estos problemas, muchos de ellos exacerbados por el clima y otros elementos fuera del control del hombre?
“California sufre una catástrofe tras otra”, escribí en ese artículo de 1993. “¡Estos desastres mortales son catalogados repetidamente como los ‘peores de la historia!’ (…) Con todos los desastres que han azotado a California en los últimos años, es como si el Estado estuviera bajo una maldición”. ¡Vaya que sí! ¿Y no cree usted que la maldición no ha hecho más que empeorar en las tres décadas transcurridas desde entonces?
Aquellos incendios fueron “los peores de la historia” de California, y una señora dijo: “¡Fue como la ira de Dios!”. ¿Cree que pudo haber sido la ira de Dios? ¡Ciertamente podría! Esa es una realidad espiritual que debemos reconocer.
No podemos escapar de la ira de Dios. Y si Él está tan airado, debemos preguntarnos ¿por qué? ¿Por qué está tan molesto con nuestra gente, no sólo con la de California, sino con la de todo EE UU?
Con estos incendios recientes, leerá términos bíblicos como Hades y apocalíptico para describir la magnitud de la devastación. Pero usted no ha oído ninguna discusión real sobre la mano de Dios en estos acontecimientos. ¡No leerá nada acerca de cómo la Biblia realmente profetiza en docenas de pasajes de tan terribles eventos! ¡Más de cien profecías principales de la Biblia se están desarrollando en este tiempo del fin!
¡Sí, Dios predice tales maldiciones, y en realidad explica por qué estamos siendo maldecidos!
Durante años he señalado una razón para los problemas de California de la que nadie más está hablando. Puede leer sobre ello en los artículos antiguos a los que hice referencia. Puede parecer sorprendente, pero espero que piense seriamente en ello, porque realmente está en el centro de lo que está ocurriendo en la zona de Los Ángeles.
Un ataque satánico
Pasadena, California, es donde Herbert W. Armstrong estableció la sede de la Iglesia de Dios Universal (idu) en la década de 1940. Él convirtió aquella Iglesia en una magnífica obra mundial que ayudó a millones de personas a través de publicaciones, emisiones de televisión, proyectos humanitarios y mucho más, así como congregaciones locales en todo el mundo. Como era allí donde tenía su sede, su mensaje llegó a California más que a ningún otro lugar de la Tierra.
En 1979, el Estado de California lanzó un ataque escandaloso, autoritario y totalmente injustificado contra el Sr. Armstrong y la idu. Guiada por acusaciones escandalosamente falsas de mala gestión financiera por parte de ex ministros descontentos —a pesar de que los registros financieros y todos los demás registros requeridos se habían presentado regular y voluntariamente—, la oficina del fiscal general del Estado adoptó la extraordinaria medida de tomar literalmente el control de la Iglesia.
El 3 de enero de ese año, iniciaron un asalto armado repentino a las instalaciones de la sede. Un administrador judicial nombrado secretamente por el tribunal trató de hacerse cargo y operar la Iglesia de Dios, apoderándose de los bienes de la Iglesia, apropiándose de sus ingresos y usurpando toda autoridad. Esta acción desafió totalmente la Constitución de EE UU, sobre todo la protección de la libertad religiosa.
Nunca se encontraron pruebas de que la Iglesia hubiera actuado mal. Así, el 14 de octubre de 1980, el fiscal general retiró todos los cargos y desestimó el caso. Más tarde, el tribunal de apelación dictaminó que la demanda “carecía de fundamento”.
California es el único Estado que ha atacado al Sr. Armstrong y a su Obra. Pero como el Sr. Armstrong dijo muy enérgicamente, estaban haciendo algo mucho peor que eso: ¡Estaban atacando al Dios vivo!
Es una afirmación atrevida, pero usted puede comprobar que es cierta.
Lo crea o no, Herbert W. Armstrong sí representaba al Dios vivo. Él predicó la pura verdad de la Biblia, y su mensaje se puede comprobar directamente desde las Escrituras, por poco ortodoxo que sea en un mundo de cristianismo diluido y religión confusa. Si desea corroborar eso, con gusto le enviaremos un ejemplar gratuito de su libro más importante, El misterio de los siglos, y un folleto sobre su ministerio, titulado Edición especial: ¡Él tenía razón!.
¡Qué grave error es atacar al Dios vivo!
¿Es posible que Dios siga maldiciendo California debido a las acciones diabólicas de esos líderes corruptos?
La difunta senadora californiana Bárbara Boxer dijo: “California ha sufrido demasiadas tragedias y con demasiada frecuencia”. ¡Tenía razón! Pero ¿por qué? ¿Es porque el Estado atacó al Dios vivo?
Sin duda se puede comprobar que el Estado de California sí atacó a Dios y al mensaje de Dios. Eso fue criminal, de principio a fin, ¡y un pecado terrible! ¿Qué le sucede a alguien que ataca a Dios Mismo? ¿Qué hará Dios al respecto? Él responderá. “Mía es la venganza”, dice Él (Romanos 12:19).
Puede que esto no le suene real, ¡pero es la realidad!
La causa de los males
Jesucristo dijo que debemos vivir de toda palabra que sale de la boca de Dios (Mateo 4:4). Eso incluiría el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento. ¿Cree usted en Dios? ¿Cree en Su Palabra?
Al final de su libro bíblico, el profeta Daniel registró estas extraordinarias palabras, que le fueron dichas por un ángel: “Pero tú, Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos correrán de aquí para allá, y la ciencia se aumentará” (Daniel 12:4). El versículo 9 dice lo mismo: “Él respondió: Anda, Daniel, pues estas palabras están cerradas y selladas hasta el tiempo del fin”.
El libro de Daniel es sólo para el tiempo del fin. Su significado estaba cerrado y sellado hasta el final. Ahora ha llegado “el tiempo del fin”. En nuestros días, ¡Dios ha revelado el significado de este libro!
Amós 3:7-8 nos dice que Dios “revela su secreto a sus siervos los profetas”. Sí, en realidad Dios envía profetas con Su mensaje para advertir y ayudar a la gente a ver Su poderosa mano en los acontecimientos.
Ahora, lea Daniel 9:13 —que, repito, es sólo para nuestros días— y crea: “Conforme está escrito en la ley de Moisés, todo este mal vino sobre nosotros; y no hemos implorado el favor de [el Eterno] nuestro Dios, para convertirnos de nuestras maldades y entender tu verdad”. Esto dice que el mal viene sobre nosotros si estamos quebrantando la ley de Dios (que es lo que significa iniquidades).
Vemos muchos males que se nos sobrevienen hoy en día, y este pasaje explica por qué: ¡Es a causa de nuestras iniquidades! Estamos quebrantando las leyes de Dios. En muchos casos, ¡ni siquiera cumplimos las leyes del hombre! El incumplimiento de la ley es rampante y las consecuencias son graves.
Esta es una fuerte advertencia en este libro profético fundamental. Todo este mal ha venido sobre nosotros a causa de nuestros pecados. ¿Cree usted en Dios? Sólo le digo lo que dice Dios. No necesita escuchar a los hombres, ¡pero Dios dice que usted debe escucharle a Él!
La profecía de Isaías
Dios dice en Isaías 29:6: “Por [el Eterno] de los ejércitos serás visitada [castigada, versión New King James] con truenos, con terremotos y con gran ruido, con torbellino y tempestad, y llama de fuego consumidor”. ¡La gran llama de fuego devorador es uno de los castigos de Dios!
¿Qué haría falta para detener estas maldiciones? Esa es una pregunta crucial en este momento.
En el versículo 13, Dios critica al pueblo diciendo: “Se acerca a mí con su boca, y con sus labios me honra, pero su corazón está lejos de mí...”. A Él no le interesan las palabras piadosas. ¡Dios quiere nuestros corazones vueltos hacia Él! Él está buscando un verdadero arrepentimiento.
Este pasaje continúa con esta asombrosa declaración: “Por tanto, he aquí que nuevamente excitaré yo la admiración de este pueblo con un prodigio grande y espantoso; porque perecerá la sabiduría de sus sabios, y se desvanecerá la inteligencia de sus entendidos” (versículo 14). Primero, note que los líderes no tienen entendimiento; carecen de prudencia y no son sabios. ¡No saben cómo dirigir! Son como niños pequeños (Isaías 3:1-4). Eso produce una tragedia indescriptible.
Pero mire: esto nos conduce a una Obra maravillosa y prodigiosa: ¡Jesucristo regresando a la Tierra y estableciendo el maravilloso Mundo de Mañana! ¡Él va a dirigir y traer alegría, paz y felicidad para siempre!
Muchas Escrituras muestran que todos estos malos acontecimientos son una señal de que ¡Cristo vendrá pronto! Así que al ver estos fuegos devoradores, dese cuenta de adónde conduce este sufrimiento.
Corazones de los padres
Preste mucha atención a esta profecía crucial: “He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga el día de [el Eterno], grande y terrible. Él hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición” (Malaquías 4:5-6).
Dios prometió enviar a un hombre en el espíritu del profeta Elías justo al final de la historia de la humanidad, en los días inmediatamente anteriores al regreso de Jesucristo. Ese cargo profético fue ocupado por Herbert W. Armstrong. ¡Así de importante fue él! E hizo una Obra poderosa para construir familias fuertes: estableció programas como escuelas y campamentos de verano; proporcionó instrucción espiritual tanto a padres como a hijos, incluyendo libros como Why Marriage—Soon Obsolete? [¿Por qué el Matrimonio?, ¿será obsoleto?; disponible en inglés] y La dimensión desconocida de la sexualidad (ambos disponibles gratuitamente bajo petición). La familia fue clave durante sus más de 50 años de ministerio.
En Mateo 17:10-11, Cristo habló de este mismo Elías del tiempo del fin, y dijo que “restauraría todas las cosas”. Estableció las verdaderas doctrinas de la Biblia en la Iglesia de Dios, tal como Dios profetizó que lo haría. Estuvo aquí y ahora ha muerto y se ha ido.
La profecía de Malaquías es una fuerte advertencia dirigida a los propios ministros de Dios que se rebelaron contra Él. En estos versículos que concluyen el libro, Dios dice, Ustedes deben unir a las familias, a las familias físicas y a la Familia de Dios, como lo hizo el Sr. Armstrong. Si fracasan, ¡perderán su salvación a menos que despierten! La “maldición” de Malaquías 4:6 ¡es la pérdida de la vida eterna! ¡Esta es la advertencia más fuerte que pueda imaginar!
¡Oh, cómo nuestra sociedad necesita familias fuertes! Pero las familias se separan cada vez más. Dios dice que eso es un gran pecado. Seguramente usted puede ver que una nación fuerte necesita familias fuertes. Una nación sin familias sólidas es muy débil.
La Palabra de Dios nos enseña cómo construir nuestras familias, si tan sólo escuchamos. ¡Hay una esperanza asombrosa en eso, y en el hecho de que muy pronto, Dios estará construyendo la Familia por toda la Tierra!
Hágase como niño
Después de que el terremoto de 1994 en Northridge, California, causara daños por valor de 25.000 millones de dólares, el St. Louis Post-Dispatch publicó un artículo titulado “Los niños del miedo de Los Ángeles”. Su subtítulo era “¿Por qué está Dios tan enfadado con nosotros?’, pregunta una niña”. Eso era lo que preguntaba una niña de 3 años. ¡Es una buena pregunta! ¿Pueden responderla los adultos? Deberían, pero rara vez pueden.
¿Cuántos adultos se plantean siquiera una pregunta tan importante? Jesucristo dijo que debemos hacernos como niños, o no entraremos en el reino de los cielos (Mateo 18:1-3). Esas palabras están en letras rojas en su Biblia, ¡directas de la boca de Cristo! ¿Cómo podemos dejar eso de lado?
Él dijo que debemos ser enseñables como un niño. Los niños hacen preguntas y quieren respuestas. ¡Y Cristo quiere enseñarnos! No sólo eso, Él quiere ofrecernos un futuro deslumbrante. Pero Él no puede enseñar a nadie que no sea enseñable.
A principios de Su ministerio, Jesús dirigió esta encendida corrección a algunas de las personas de su tiempo: “¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida! porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que han sido hechos en vosotras, tiempo ha que se hubieran arrepentido en cilicio y en ceniza. … Y tú, Capernaún, que eres levantada hasta el cielo, hasta el Hades serás abatida; porque si en Sodoma se hubieran hecho los milagros que han sido hechos en ti, habría permanecido hasta el día de hoy” (Mateo 11:21, 23).
Él estaba hablando con algunas personas exaltadas y de clase alta, comparables con la clase de celebridades que hay en Los Ángeles. Hay muchas personas así en esa área, aunque muchos problemas y pecados afectan a las personas de todo el país y del mundo entero. Pero Cristo los estaba corrigiendo por no ser enseñables. No pudo corregirlos, no pudo llegar a ellos.
¿Podría California, podría EE UU, tener el mismo problema hoy?
En el primer siglo, esa gente no quiso escuchar al mismísimo Hijo de Dios, ¡y acabaron dándole muerte! En tiempos modernos, la gente no prestaría atención al mensaje de Dios predicado por Herbert W. Armstrong, y funcionarios de California intentaron cerrar su Obra y silenciarlo.
El mensaje de advertencia de Dios sale hoy de esta Obra. ¿Prestará atención la gente, o nos atacarán?
Maldiciones aún peores que las que golpean hoy a California van a extenderse por todo el país, ¡a menos que la gente acepte la corrección de Dios y vuelva su corazón hacia Él!
La nación se encuentra realmente en un momento crucial, con el cambio de administración en Washington. Dios va a restaurar parte de la prosperidad y estabilidad de la nación, y abrirá una ventana de oportunidad para el arrepentimiento nacional. ¡Si no reaccionamos, se producirá una destrucción nacional segura! Debemos cambiar de rumbo, moral y espiritualmente, si queremos evitar ese resultado. ¡Podemos evitar estas maldiciones al hacernos humildes y como niños ante nuestro gran Dios!
“En aquel tiempo, respondiendo Jesús, dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y de los entendidos, y las revelaste a los niños” (versículo 25). Sí, Dios oculta Su verdad a los sabios y prudentes en sus propios ojos. En cambio, da revelación a los niños. ¡Esa comprensión espiritual es un don de Dios! Repito, esto está en letra roja: es Jesucristo Mismo quien habla.
¿Se humillará EE UU? ¿Lo hará usted, individualmente?