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El inminente divorcio de Irán y Siria
En julio de 2015, Irán tomó una decisión arriesgada que involucraba a Siria. Hasta ese momento, que ya llevaba cuatro años sumida en la guerra civil, había sostenido el régimen de su aliado, el presidente sirio Bashar al-Assad, en gran parte por sí mismo. Había ordenado a miles de sus combatientes de Hezbolá en el sur del Líbano que cruzaran las montañas hacia Siria. Envió a mercenarios chiítas de Afganistán y Pakistán por decenas de miles. Y el reclutamiento masivo de hombres sirios fue financiado, en parte, con dinero efectivo iraní. Parecía que al-Assad le debía su régimen, su vida y su lealtad a Irán.
Sin embargo, a pesar de los mejores esfuerzos de Irán, al-Assad continuó perdiendo territorio y control. El surgimiento del Estado Islámico en el sur, el dominio de los kurdos respaldados por EE UU en el noreste, y la determinación de los rebeldes sirios en las áreas pobladas del norte y de occidente, significaron que al-Assad controlara sólo el 25% del territorio de Siria.
En esta grave situación, el comandante de la Fuerza Quds de la Guardia Revolucionaria Islámica, Qassem Suleimani fue visto. Visitando Siria para evaluar asuntos, concluyó que, para preservar el régimen de al-Assad, Irán necesitaba más ayuda.
Inmediatamente después, Suleimani se reunió con el presidente ruso Vladimir Putin en Moscú. Según se dice, puso un mapa de Siria sobre la mesa y explicó la necesidad de que el poder aéreo ruso preservara no sólo los bienes de Irán en Siria, sino también los de Rusia. Siria es un aliado de Rusia desde hace mucho tiempo y alberga la única base naval rusa en el Mar Mediterráneo.
Putin no necesitaba mucho para convencerse. Ansioso de restaurar a Rusia a la gloria de su era soviética, disfrutó de la posibilidad de regresar a Oriente Medio.
En septiembre de 2015, las fuerzas rusas fueron vistas en Siria, y no pasó mucho tiempo antes de que los aviones rusos cruzaran el espacio aéreo sirio.
Invitar a Rusia a Siria fue una movida arriesgada para Teherán, y hoy la razón del por qué está muy clara. Con los rebeldes confinados a partes en la provincia de Idlib y el Estado Islámico en gran parte derrotado, el futuro del régimen de al-Assad es “seguro por ahora”. Es hora de que al-Assad pague a sus benefactores por sus servicios. Esto quiere decir pagarle a Irán y a Rusia. Y hacerlo de una manera satisfactoria para estas dos naciones parece cada vez menos realista, ya que Rusia e Irán tienen objetivos de posguerra divergentes.
Esta situación está ilustrando una profecía bíblica que Trompeta ha señalado durante dos décadas. Más específicamente, durante seis años, en repetidas ocasiones hemos llamado la atención de nuestros lectores a un artículo titulado “Cómo terminará la crisis siria”, en el cual el editor en jefe Gerald Flurry profetizó que la alianza de Siria e Irán fracasará y que Siria se aliará con una fuerza europea liderada por Alemania. Hoy, esa profecía está lista para su cumplimiento.
De aliados a competidores
Después de casi ocho años de guerra, Siria yace en escombros. Ciudades como Alepo, Al Raqa y Homs, que una vez albergaron a cientos de miles o millones de personas, son esqueletos de lo que fueron, con barrios enteros arrasados por la lucha. La infraestructura nacional como puentes, carreteras y red eléctrica, necesita reparaciones urgentes.
El costo para reparar Siria es astronómico. En agosto, Naciones Unidas estimó que costaría 400 mil millones de dólares restaurar Siria a un estado en que los millones de sirios desplazados pudieran regresar. El problema es que a Siria le falta la capacidad de hacer el trabajo y va a necesitar ayuda externa. Irán y Rusia entran de nuevo. Con miles de millones en juego, Irán y Rusia quieren que sus propias empresas reciban el dinero de reconstrucción que el gobierno sirio gastará. Ya sea que se trate de contratos para la exploración de los campos petroleros de Siria, el control de las enormes minas de fosfato, la construcción de plantas eléctricas o el control del futuro de la industria de telecomunicaciones de Siria, Rusia e Irán están solicitando al régimen de al-Assad una parte de esta ganancia económica.
También está la pregunta de quién le dará a Siria el efectivo para reconstruir. ¿Qué países se sentirían cómodos llenando los bolsillos del régimen beligerante en Teherán o Moscú? No muchos.
Hoy, parece que el Kremlin se está dando cuenta de que ninguno de esos 400 mil millones de dólares saldrá a su favor mientras se asocie con los iraníes.
¿Por qué Irán se preocupa por Siria?
Por 20 años, Trompeta ha seguido el surgimiento de Irán en Oriente Medio. La clara ambición de Irán es gobernar la región. La política de la nación en Siria y su apoyo al régimen de al-Assad deben ser vistos en esta perspectiva.
La estrategia de Irán es controlar la Shia Crescent [Media Luna chiíta], la vasta franja de tierra que se arquea desde Irán e Irak en el oriente, hasta Siria y el Líbano en la costa mediterránea. Esta zona incluye poblaciones considerables que practican el Islam chiíta, una secta religiosa que Irán domina. Estratégicamente, Irán necesita controlar este territorio a fin de proyectar su poder en el Mediterráneo y amenazar a Israel.
Para controlar esta región, Irán necesita influencia en Irak, Siria y el Líbano.
Ahora ya controla gran parte del Líbano a través de su satélite Hezbolá. En Irak, tiene varias ventajas: milicias chiítas leales a Irán derrotando al Estado Islámico; elementos pro iraníes dentro del gobierno iraquí y numerosos cruces fronterizos iraquíes occidentales controlados por elementos chiítas dentro del ejército iraquí. Irán puede operar de manera relativamente libre dentro de Irak.
Sin embargo, situada entre Irak y el Líbano, está Siria. Para completar la Media Luna chiíta, Irán necesita mantener su influencia sobre el régimen de al-Assad, cuya fe alauita es una rama del Islam chiíta.
Por eso, cuando la posición de al-Assad fue amenazada por la mayoría de la población suní durante la guerra civil de Siria, Irán reunió recursos masivos para protegerlo y preservarlo. Envió decenas de miles de combatientes de la milicia chiíta para mantener a al-Assad, con la intención de permanecer allí y dictar la política de Siria una vez terminada la guerra.
Si Irán hubiera podido lograr esto sin la ayuda de Rusia, Oriente Medio hoy sería aún más peligroso. Teherán controlaría virtualmente toda la extensión de tierra desde Pakistán hasta el Mediterráneo.
En cambio, Irán ahora debe ceder a Rusia, complicando así sus propios planes. Rusia podría haber tolerado el dominio iraní de la Siria de posguerra si ambas partes hubieran recibido una parte generosa de los lucrativos contratos de reconstrucción. Sin embargo, los rusos ven la perspectiva misma de la paz en Siria y, por lo tanto, la posibilidad de beneficiarse de la reconstrucción desvanecerse e Irán ha comenzado a usar su presencia dentro de la nación en su guerra en curso contra Israel.
El papel de Israel
Desde inicios de 2016, Israel ha disparado más de 800 misiles y granadas de morteros contra Siria y ha impactado a más de 200 objetivos militares. Los objetivos son en su mayoría depósitos de armas y convoyes de armas utilizados por Irán para defender el régimen de al-Assad y apoyar a las milicias chiítas en la región, incluyendo a Hezbolá.
Israel ha dicho en repetidas ocasiones que no permitirá que Irán establezca una presencia amenazante dentro de Siria, ni que transfiera misiles avanzados a Hezbolá. Sus ataques militares contra bienes iraníes muestran que está preparado para respaldar sus palabras con acciones.
Si Irán continúa siendo agresivo contra Israel a través de Siria, Israel continuará contraatacando. Esto amenaza con desestabilizar más a Siria, perpetuando así la guerra. Estados Unidos y otros países se están negando a proporcionar ayuda para la reconstrucción a menos que Irán se retire. Rusia probablemente aceptaría la presencia de posguerra de Irán en Siria si llegara el dinero de la reconstrucción, pero eso parece menos probable cada día. El 10 de octubre, el secretario de estado de EE UU Mike Pompeo dijo, “Si Siria no garantiza la retirada total de las tropas respaldadas por Irán, no recibirá ni un solo dólar de Estados Unidos para la reconstrucción”.
El periodista iraní y observador de Oriente Medio, Habib Hosseinifard le dijo a Deutsche Welle a principios de este año, “Para EE UU e Israel, la retirada de Irán de Siria es una condición primordial para la asistencia financiera, junto con el restablecimiento de la soberanía del país”. Y continuó, “Para que Occidente esté listo para apoyar a Siria y permitir el regreso de los refugiados, Siria primero tendrá que cambiar su política con Irán” (6 de septiembre).
En conversaciones recientes con la canciller alemana Ángela Merkel, el presidente Putin recalcó que la forma de aliviar la crisis migratoria en Europa es financiar la reconstrucción de Siria. Faisal al-Yafai escribió en el National el 21 de agosto que, “Éste es el argumento central de la nueva estrategia del Sr. Putin; que, sin dinero para reconstruir Siria, millones de refugiados no pueden volver a casa. Es un mensaje que él sabe que se escuchará con atención en los países de Oriente Medio y Europa, que han sido los más afectados por la crisis de refugiados”. Sin embargo, Europa parece desinteresada, al menos hasta que haya una solución política en Siria.
Con Europa y EE UU reacios a financiar la reconstrucción y con un Irán que continúa creando inestabilidad y conflicto en Siria, hay señales de que Rusia y Siria puedan intentar dejar de lado a Irán.
Las grietas en la relación de Siria e Irán ya se han formado. En septiembre, los medios locales informaron que las fuerzas sirias entraron en conflicto directo con las milicias chiítas pro iraníes al oriente de Siria. Se reportaron numerosas víctimas en ambos bandos mientras luchaban por un municipio clave cerca de la frontera de Irak—un cruce fronterizo necesario para que Irán controle las rutas terrestres hacia el Líbano. Ésta fue la primera vez que estos “aliados” fueron vistos luchando entre sí.
Algunos legisladores iraníes están expresando su preocupación de que al-Assad y Rusia podrían estar planeando dejar de lado a Irán. “Bashar al-Assad, con total descaro, se ha acomodado a Putin”, le dijo el miembro del Parlamento iraní Behrouz Bonyadi a Radio Farda en junio. “Rusia no será un amigo de confianza para nosotros”.
Al-Assad tiene una opción. Puede ser un títere iraní y ser considerado un paria por otras naciones. O puede más o menos ponerse del lado del resto del mundo. A diferencia de muchos de los otros grupos bajo el dominio religioso de Irán, los alauitas sirios no siguen las mismas ideas fanáticas y podrían ser inducidos a cambiar de lealtades.
Si bien es difícil ver cómo se marcharán los iraníes, dado lo atrincherados que están en Siria, ahora parece más probable que nunca.
Una razón por la cual es tan importante observar esta perspectiva es porque la Biblia indica que sucederá, ¡y pronto!
La profecía bíblica proporciona claridad
Los diversos factores funcionando en Siria hacen que sea un tema complejo de entender. Sin embargo, por sorprendente que parezca, las profecías bíblicas realmente revelan lo que sucederá en Siria. Podemos entender al estudiar dos pasajes bíblicos que se relacionan a dos importantes alianzas de Oriente Medio en el tiempo del fin.
El primero es Daniel 11:40. Por más de 25 años, Trompeta ha explicado que este “rey del sur” es el Islam radical, guiado por Irán. Esta alianza islamista incluirá a Irak, así como a las naciones a lo largo de la costa occidental del Mar Rojo y el sur del Mediterráneo, incluyendo a Egipto, Etiopía, Eritrea y Libia.
Note, sin embargo, que Siria no figura en esta profetizada alianza liderada por Irán.
En lugar de eso, Siria se agrupa en la otra alianza de naciones de Oriente Medio, descritas en el Salmo 83: “Porque se confabulan de corazón a una, contra ti han hecho alianza las tiendas de los edomitas y de los ismaelitas, Moab y los agarenos; Gebal, Amón y Amalec, los filisteos y los habitantes de Tiro. También el asirio se ha juntado con ellos…” (versículos 5-8). Como cualquier comentario bíblico le dirá, una alianza de estos países nunca ha existido en la historia.
Esta alianza entre ciertas naciones de Oriente Medio y Alemania (Asiria) se desarrollará en el tiempo del fin.
Una de las naciones mencionadas, los agarenos, corresponde a la Siria moderna. De muchas maneras, la alianza del Salmo 83 es una alianza anti iraní.
Basada en estas profecías del tiempo del fin, Trompeta ha pronosticado por dos décadas que la alianza de Siria con Irán está destinada a terminar. Pero dada la importancia de Siria para Irán para el establecimiento de la Media Luna chiíta, también parece que perderla afectará la capacidad de Irán para mantener el control en el Líbano y su acceso al Mediterráneo oriental.
El Líbano, específicamente el sur del Líbano, donde Irán actualmente tiene mucho apoyo a través de Hezbolá, también está destinado a ser parte de la alianza del Salmo 83, no a la del rey del sur liderada por Irán.
Además, con el acceso de Irán al Mediterráneo oriental interrumpido, Irán podría redirigir más la atención sobre su estrategia de controlar las naciones a lo largo del Mar Rojo y hacia Egipto, lo que le dará acceso al Mediterráneo desde el sur. Basados en Daniel 11:40-43, sabemos que esas naciones estarán aliadas con Irán.
El Sr. Flurry aludió a tales cambios geopolíticos dramáticos en su artículo “Cómo terminará la crisis siria” al comienzo de la guerra. Él escribió: “¡Lo que estamos viendo justo ahora en Siria es una importante profecía bíblica en proceso de ser cumplida! ¡Lo que sucede en Siria llevará a que naciones poderosas cambien de rumbo y se sacudan los cimientos de este mundo!” (Septiembre de 2012).
Seguramente ya lo hemos visto suceder. Los eventos en Siria han llevado a la migración en masa más grande hacia Europa en la historia de la humanidad. A su vez, esto ha reestructurado a la Europa moderna. Su entusiasmo de larga data por el multiculturalismo está dando paso al creciente nacionalismo; su estabilidad después de la guerra mundial ha sido reemplazada por un clima donde hombres fuertes son elegidos para preservar a Europa de los forasteros. Todo eso está profetizado en otras partes de la Biblia.
Y ahora, el resultado de la guerra civil siria sólo alentará a Europa a dirigir sus recursos al sur del Mediterráneo, que es lo que describe Daniel 11:40-43. Éste es un evento crítico para observar, porque es una indicación de dónde estamos en la profecía bíblica. Como relatan los siguientes versículos en Daniel, esto lleva directamente a la Segunda Venida del Mesías, cuando tales alianzas destructivas entre las naciones del mundo terminarán y serán reemplazadas por una era de justicia eterna que gobernará a todo el mundo. ▪