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El hombre ha perdido el control del coronavirus; Dios no
La humanidad está en las garras de una pandemia global considerablemente más devastadora que el coronavirus. Esta gripe altamente infecciosa ha desencadenado un contagio mundial de temor y emoción irracional. El hombre ha perdido la cabeza.
Las ramificaciones de la abdicación universal de la razón son vastas y desconocidas. Justo ahora, el mundo está en un total encierro: Millones de personas están en cuarentena, una calamidad para incontables individuos y empresas; los mercados y las economías están en caída libre, incluso los gobiernos federales están acumulando una deuda sin paralelo tratando de salvarlas; y muchos expertos creen que el mundo ha entrado en recesión. Mientras tanto, se están cerrando las fronteras naciones, se despliegan soldados en las calles de ciudades por todo el planeta, y algunos países están promulgando leyes y medidas de tiempos de guerra, equipando a los gobiernos federales con un poder autoritario.
En la aviación, cuando un piloto se desorienta y pierde la percepción espacial, puede aterrorizarse y tomar decisiones que enviarán la aeronave a una caída libre fuera de control, un momento fatal llamado la espiral de la muerte. ¿Ha sumido el pánico sobre el coronavirus a la humanidad en una espiral de muerte?
No lo ha hecho. Déjeme decirle por qué.
Cumpliendo la voluntad de Dios
Desde el momento que comenzó la crisis del coronavirus, la Trompeta ha explicado que esta enfermedad está cumpliendo la profecía bíblica. Muchos pasajes bíblicos, tales como Apocalipsis 6 y Mateo 24, pronostican enfermedades pandémicas en el tiempo justo antes del regreso de Jesucristo. La verdad es que, como lo advirtió recientemente el jefe editor de la Trompeta, Gerald Flurry, podemos “esperar que enfermedades como este nuevo coronavirus de Wuhan se vuelvan peor, ¡y que finalmente se expandan como pandemias medievales y maten a millones de personas!”.
Pero es crucial recordar que los millones de muertes profetizadas por enfermedades y pestilencias no suceden arbitrariamente. De hecho, ninguna de las profecías bíblicas al presente ocurre descuidadamente o por casualidad. Sí, la Biblia nos dice que mucho sufrimiento es inminente y que muchos millones de personas van a perecer. Pero el sufrimiento y la muerte ocurren en los términos de Dios.
“¿No se venden dos pajarillos por un cuarto?” le preguntó Jesucristo a Sus discípulos. “Con todo, ni uno de ellos cae a tierra sin vuestro Padre. Pues aun vuestros cabellos están todos contados” (Mateo 10:29-30).
Dios conoce a cada persona en la Tierra. Él lo conoce a usted, incluso sabe la cantidad de cabello que hay en su cabeza.
Pero Dios está muy consciente de la humanidad en general. En Salmos 33, el rey David escribió, “Desde los cielos miró [el Eterno]; vio a todos los hijos de los hombres; desde el lugar de su morada miró sobre todos los moradores de la tierra. Él formó el corazón de todos ellos; atento está a todas sus obras” (versículos 13-15).
Dios presta especial atención a las condiciones mundiales y a menudo interviene para hacer que ciertos eventos se desarrollen de acuerdo a Su plan. “Toda la tierra tema a [el Eterno]; todos los habitantes del mundo lo veneren. Porque él dijo, y fue hecho; Él mandó, y existió. [El Eterno] hace nulo el consejo de las naciones, y frustra los propósitos de los pueblos. Pero los planes del Señor permanecerán para siempre; los propósitos de su corazón por todas las generaciones” (versículos 8-11; New International Version).
Esta no es la forma en que la mayoría de la gente, incluso los cristianos, ve a Dios. Para la mayoría de las personas, Dios es distante e indiferente. Incluso para la mayoría de la gente religiosa, Dios es poco más que una idea o concepto, o quizás un sentimiento generado a través del estudio o la “oración”. Dios simplemente no es un Ser viviente, dinámico y activo que tiene real interés en los asuntos humanos y se compromete con los hombres, tanto individual como colectivamente. Tristemente, los hombres son ignorantes de la presencia de Dios en los eventos mundiales, incluso aunque la Biblia dice claramente que Él “ve toda la humanidad” y “observa a todos los que viven en la tierra” y “hace nulo el consejo de las naciones” y “frustra las maquinaciones de los pueblos”.
¿Así que, qué está haciendo Dios ahora? ¿Y por qué no ha salvado a la humanidad del coronavirus? Nosotros hemos respondido a la segunda pregunta a fondo en nuestro otro material. Dios está permitiendo el coronavirus como una corrección por nuestros pecados. El Sr. Flurry escribió en “Coronavirus y otras plagas modernas en profecía”: “El coronavirus de Wuhan y las otras enfermedades desatadas hoy son sólo el comienzo. [Dios] va a dejar que el mundo vea hacia dónde están llevando estos males”.
A Dios no le place el sufrimiento. Él desea que tales crisis generen algo de humildad, que causen reconocer nuestros pecados y cambien nuestro comportamiento. El apóstol Pedro escribió, “El Señor… no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento” (2 Pedro 3:9).
¿Significa esto que Dios está interesado en el coronavirus y las consecuencias para la humanidad? Por el contrario, Él está monitoreando cuidadosamente esta crisis y su impacto en el mundo, a nivel nacional y global, pero además a nivel familiar e individual. Él está observando los eventos mundiales mucho más de cerca de lo que la mayoría de la gente sabe.
Crisis medida
En años recientes, el Sr. Flurry y la Trompeta han explicado la profecía de Amós 7. Esta profecía da un bosquejo de ciertos acontecimientos que ocurrirán en Estados Unidos en el tiempo del fin, incluyendo la aparición de un rey Jeroboam ii de los últimos tiempos (rol que cumple el presidente de Estados Unidos, Donald Trump). Usted puede estudiar lo que hemos escrito respecto a esta profecía en nuestro folleto gratuito Great Again [Grande otra vez, disponible en inglés].
Por ahora, consideremos Amós 7:7-8, que describe el momento en que Dios le reveló esta profecía a Amós: “Me enseñó así: He aquí el Señor estaba sobre un muro hecho a plomo, y en su mano una plomada de albañil. [El Eterno] entonces me dijo: ¿Qué ves, Amós? Y dije: Una plomada de albañil. Y el Señor dijo: He aquí, yo pongo plomada de albañil en medio de mi pueblo Israel; no lo toleraré más”. Dios mismo está hablando aquí, y Él está enfocando nuestra atención en la plomada de albañil en Su mano.
Una plomada de albañil es un artefacto de medición; es un instrumento usado para calcular medidas y garantizar una construcción precisa. Estos versículos muestran que Dios está “midiendo la destrucción que va a venir sobre las naciones de Israel”, escribe el Sr. Flurry en Great Again. “Esta destrucción no es al azar; Dios está midiéndola cuidadosa y precisamente. Y provocará los resultados más maravillosos imaginables”.
Aquí en Amós 7, Dios específicamente afirma que Él mide el castigo que va a venir sobre las naciones de Israel, principalmente Estados Unidos, pero Gran Bretaña y el Estado de Israel también. Dios propina el castigo con una precisión divina.
¿Qué significa esto en la práctica? Significa que Dios tiene un interés personal en el coronavirus y su impacto en Estados Unidos y Gran Bretaña. Él está consciente de las consecuencias para el presidente Trump y su administración, y los estragos que esto le hará a la economía estadounidense y al público en general. Él ve que la izquierda radical está usando esta crisis para atacar al presidente. Es imposible para mí decir si el resurgimiento de Estados Unidos ya ha terminado, o si este desastre minará la esperanza del Sr. Trump de ser reelecto. Pero gracias a Amós 7, le puedo decir que Dios está poniendo mucha atención a esta crisis y que además ésta cumplirá Su voluntad.
También puedo afirmar que, el coronavirus no va a derribar al presidente Trump ni tampoco lo hará la izquierda radical, la cual ha jugado un importante rol en inventar esta crisis, como acostumbra hacer para favorecer su agenda. A medida que los mercados quiebran y los estantes se vacían, recuerde esto: Dios está monitoreando esta situación muy de cerca; se está desarrollando exactamente de acuerdo a Su plan. Amós 7 deja claro que el Sr. Trump será derribado por Dios, de acuerdo al tiempo en Su plan, y en Sus términos.
¿Qué hay con respecto al mundo en general? ¿Está Dios midiendo la crisis del coronavirus a medida que avanza por China, Italia, Irán y todas las otras naciones y pueblos de este planeta?
Una cautivadora y dramática profecía en Zacarías 6 responde: ¡Absolutamente sí! En El nuevo trono de David, el Sr. Flurry escribe: “El marco de tiempo de Zacarías 6 es muy aleccionador. ¡Es acerca del periodo de preparación urgente justo antes de la Gran Tribulación y el Día del Señor!”. La Tribulación y el Día del Señor preceden al retorno de Jesucristo y están descritos en Mateo 24, así como en los libros de Joel, Zacarías y Malaquías. Los eventos descritos en Zacarías 6 comienzan poco después de que comienza el periodo de tiempo en el cual ocurren los eventos de Amós 7, el tiempo del “Jeroboam final”.
¡Zacarías 6 entrega un dramático relato de la presencia activa y tangible de Dios en el mundo justo ahora!
En los versículos 1-3, Zacarías registra la visión: “De nuevo alcé mis ojos y miré, y he aquí cuatro carros que salían de entre dos montes; y aquellos montes eran de bronce. En el primer carro había caballos alazanes [rojos], en el segundo carro caballos negros, en el tercer carro caballos blancos, y en el cuarto carro caballos overos rucios rodados”.
¿Quiénes son estos carros y qué representan? El versículo 5 dice: “Y el ángel me respondió y me dijo: Estos son los cuatro vientos de los cielos, que salen después de presentarse delante del Señor de toda la tierra”. Dios a menudo usa ángeles para cumplir Su voluntad en la Tierra. En Hebreos 1:14, Pablo escribe que los ángeles son “espíritus ministradores, enviados para servicio…”. En 2 Reyes 6, Dios envió todo un ejército de ángeles para proteger a Eliseo e Israel. Incluso Dios abrió los ojos de un joven (un criado) para que pudiera ver realmente a este ejército angelical, el que estaba “lleno de caballos y carros de fuego” (versículo 17).
En Zacarías 6, Dios dicta órdenes a cuatro ángeles poderosos y de alto rango, y luego los envía a la Tierra. Cada ángel tiene la descripción de un trabajo específico, y una serie de comandos detallados de Dios Mismo. “Dios envía estos carros”, escribió recientemente el Sr. Flurry. “Él está preparando, dando órdenes específicas acerca de lo que estos carros tienen que hacer. Es un trabajo global. Dios ha dado instrucciones a estos ángeles de Zacarías 6, y está enviando espíritus a todo el globo, organizando y haciendo los arreglos para estos catastróficos eventos que ya están comenzando a desarrollarse delante de nuestros ojos”.
Zacarías 6 deja en claro que la humanidad no ha sido dejada sola con el coronavirus. Este capítulo muestra que Dios no permite que la humanidad tropiece accidentalmente en la Tribulación y el Día del Señor. Estos terribles tiempos ya vienen, pero llegarán de acuerdo a las condiciones de Dios. Zacarías 6 muestra que Dios Mismo, a través de estos cuatro ángeles y sus cohortes, ¡está orquestando cuidadosamente los eventos mundiales!
Algunos podrían pensar que es absurdo decir que Dios supervisa las condiciones mundiales usando ángeles. Algunos podrán encontrar difícil visualizar ángeles cruzando por el planeta, controlando los eventos para asegurarse que se desarrollan de acuerdo a la profecía bíblica. Hace unos pocos meses, muchas de estas mismas personas hubieran pensado que es ridículo que una enfermedad epidémica pudiera enviar a todo el planeta a encerrarse. Una de las grandes lecciones de la crisis del coronavirus es que necesitamos pensar lo impensable más a menudo.
Golpeando a importantes potencias mundiales
¿Qué hacen estos ángeles una vez que se le han dado sus órdenes? “El carro con los caballos negros salía hacia la tierra del norte, y los blancos salieron tras ellos, y los overos salieron hacia la tierra del sur. Y los alazanes salieron y se afanaron por ir a recorrer la tierra. Y dijo: Id, recorred la tierra. Y recorrieron la tierra” (Zacarías 6:6-7).
El monitoreo de Dios por el mundo justo ahora es detallado y calculado; estos cuatro ángeles tienen una asignación territorial específica. A través de estos servidores angelicales, Dios está poniendo mucha atención a lo que está ocurriendo en el “país del norte”, lo que en otras profecías nos dice que se refiere a Europa. Mientras tanto, otro ángel está operando en el sur. Quizás esto incluye el área controlada por el “rey del sur”, o Irán y sus aliados islámicos radicales, profetizados en Daniel 11:40.
¿Qué significa esto? Significa que Dios está observando los eventos en Europa y en Irán, como también en China y el resto del planeta. A través de estos cuatro ángeles, Él se está asegurando que la crisis del coronavirus avance las profecías en la Biblia. Esto significa que esta crisis va a ayudar a Europa a unirse y causar que un poderoso hombre fuerte alemán surja y lidere a su nación y a Europa. Para los hombres, pudiera parecer que el coronavirus podría destruir a Europa política y financieramente, y terminar con la noción de una Europa unida. De hecho, el ángel apostado sobre el Continente tiene todo bajo control—este ser está asegurando que esta crisis adelante las profecías de Dios para Europa.
Lo mismo ocurre con Irán, otra nación que la Trompeta ha observado por muchos años y ha emitido un fuerte y específico pronóstico al respecto. Hace unos pocos meses, Irán estuvo atormentando la región y también a la comunidad internacional, y obviamente cumpliendo el rol de “rey del sur” profetizado en Daniel 11:40-44. Entonces golpeó el coronavirus. Desde enero, algunos máximos líderes de Irán han sido asesinados, ya sea por el coronavirus o por drones estadounidenses. El virus ha causado estragos en la población y está destrozando la economía iraní. ¿Es Irán aún el rey del sur, y capaz de incitar la guerra con Europa, como lo profetiza la Biblia?
¡No lo dude! El ángel apostado sobre esta región y responsable por medir el poder y la presencia de Irán lo tiene bajo control. Quizás Irán era muy poderoso; quizás Teherán se estaba moviendo demasiado rápido a cumplir su papel profetizado, y Dios necesitaba desacelerarlo para asegurarse que la profecía se cumpla a Su tiempo programado.
Luego está China, el paciente cero para el coronavirus y la nación que hace sólo unos pocos meses atrás blandía una colosal influencia y poder mundial. La Trompeta ha pronosticado por mucho tiempo que China sería una superpotencia económica y militar que rivalizaría con EE UU, y que un día impondría un devastador asedio económico sobre dicha nación. Luego golpeó la crisis del coronavirus de Wuhan, causando que China entrara en un bloqueo total, hundiendo la economía y haciendo tambalear a los líderes chinos. ¿Es China una superpotencia capaz de competir con Estados Unidos? ¿O el coronavirus noqueó a China? ¿Estaba equivocada nuestra profecía?
¡Usted sabe la respuesta: Los ángeles de Zacarías 6 lo tienen todo bajo control! Gracias a la profecía de la Biblia, podemos saber lo siguiente: El coronavirus y su devastador impacto en China adelantará las profecías bíblicas acerca de esta nación. Nuevamente, ya podemos ver que todo esto está ocurriendo. Las relaciones de Beijing con EE UU, que ya eran caprichosas, serán aún más volátiles. Este virus también asegura a Rusia como la nación líder en la profetizada alianza sino-rusa. Económicamente, China podría reducir la velocidad, especialmente si hay una recesión global, pero aún tiene el poder de asediar a EE UU. Quizás esta crisis reconfigurará las cosas en la economía, dando más libertad a Beijing de desacoplarse de EE UU, creando la oportunidad para ser más abiertamente hostil.
En El nuevo trono de David, el Sr. Flurry escribe que Zacarías 6 “muestra cómo Dios está preparando todo diligentemente para los eventos de la Gran Tribulación y el Día del Señor, y para la majestuosa coronación que seguirá inmediatamente después”. ¡Nosotros también necesitamos estar “preparándonos diligentemente” para el regreso de Cristo!
¿Qué tan familiarizado está usted con estas profecías de Amós 7 y Zacarías 6, entre todas las otras? Mientras más familiarizados estemos con ellas, más urgentes seremos en nuestra preparación. ¡Amós 7 y Zacarías 6 muestran cuán urgente e íntimamente está involucrado Dios en los eventos mundiales!
Una pandemia de temor irracional y comportamiento ilógico parece haber echado raíces. Nuestros líderes, doctores y científicos pueden haber perdido el control del coronavirus. Se siente como que la humanidad ha entrado en una espiral de muerte. Pero tenga por seguro: Dios no ha perdido el control. Como un padre amoroso, Él está midiendo juiciosamente las maldiciones que caen sobre la humanidad.
De esta manera, hay consuelo y paz. Todo lo que tenemos que hacer es creerlo. ▪