(LUDOVIC MARIN/AFP VÍA GETTY IMAGES)
El fin de las certezas, la abundancia y la despreocupación
“El momento que estamos [atravesando] (...) puede parecer estructurado por una serie de crisis, cada una más grave que la otra”, lamentó el 24 de agosto el presidente francés Emmanuel Macron. A Francia y a toda Europa les esperan pruebas difíciles este invierno. Ante estas crisis, Macron advirtió del “fin de la abundancia”.
En efecto, Francia ha sufrido una serie de crisis durante la presidencia de Macron, algunas de las cuales han sido autoinfligidas. Al principio, Macron se enfrentó a los ahora infames manifestantes de los chalecos amarillos, que se oponían con vehemencia a su política. Tras el brote de coronavirus, Francia dictó algunos de los encierros más estrictos del mundo. Justo cuando estos parecían desvanecerse, estalló la guerra en el continente. Luego, durante el verano, Francia se vio afectada por una grave sequía, incendios y tormentas.
Si antes Francia tenía problemas económicos y una creciente división social, ahora las preocupaciones de los ciudadanos se multiplican. El gobierno francés advierte que esto es sólo el inicio. El portavoz del Gobierno, Olivier Véran, reiteró las declaraciones de Macron al señalar que el control de los precios de la energía que ayudaba a los hogares terminará pronto.
Por eso Macron advirtió: “Creo que estamos en proceso de vivir un punto de inflexión o una gran conmoción”. France 24 comentó: “El discurso parecía destinado a preparar al país para lo que promete ser un invierno difícil, con los precios de la energía aumentando bruscamente y muchas familias batallando con la inflación”.
Mientras que el Sr. Macron pide sacrificios y unidad, la respuesta de los franceses probablemente será diferente. Tras el discurso de Macron, los sindicatos franceses se apresuraron a rechazar su llamado y exigieron un aumento de salarios para los trabajadores.
Toda Europa se encuentra en una crisis muy similar a la de Francia. Los alemanes, por ejemplo, están siendo acondicionados para trabajar más horas y soportar un invierno frío. En medio de una inflación creciente, de inviernos helados y de menos tiempo en casa, la población europea está a punto de sufrir una gran angustia.
Aunque la crisis en su magnitud parece no tener precedentes, Europa ya ha experimentado muchas veces tiempos de desesperación similares, sobre todo en los años previos a la Segunda Guerra Mundial. Cuando la inflación arreciaba y la pobreza ponía familias de rodillas, los alemanes buscaron un salvador y tristemente creyeron en las mentiras de Adolfo Hitler.
Hoy, la creación de la Unión Europea ha unido a un conglomerado de naciones. Esto abre la puerta a que un hombre fuerte moderno no sólo usurpe el liderazgo de una sola nación, sino de todo un conglomerado.
La Biblia revela en Daniel 2 y Apocalipsis 17 cómo terminará. Estos capítulos se refieren a diez naciones que se unirán en una unión frágil durante un corto período de tiempo. Estas diez naciones o grupos de naciones están representadas por diez dedos de los pies en la imagen de Daniel 2. Daniel explica: “Y lo que viste de los pies y los dedos, en parte de barro cocido de alfarero y en parte de hierro, será un reino dividido; mas habrá en él algo de la fuerza del hierro, así como viste hierro mezclado con barro cocido. Y por ser los dedos de los pies en parte de hierro y en parte de barro cocido, el reino será en parte fuerte, y en parte frágil”.
Daniel señala que estos gobernantes unidos formarán parte de la última superpotencia, ahora en ascenso, que gobernará este mundo. El versículo 44 dice: “Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre”.
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