El cimiento ya está puesto
Aunque su participación ha aumentado dramáticamente en los últimos años, Alemania no está recién llegada al Oriente Medio. Especialmente con los países musulmanes sunitas no alineados con Irán, Alemania está aumentando sus ventas de armas y proyectos industriales, y fortaleciendo sus relaciones con los gobiernos.
Alemania tiene una historia con algunas de estas naciones, una historia que sirve de base para las actuales relaciones en desarrollo. Esa historia viene desde antes de la Primera Guerra Mundial, cuando Alemania forjó una alianza con el imperio Otomano.
A principios de 1900 había tramas de guerra en Europa, y el Imperio Otomano tenía que decidir de qué lado estar. Buscando estabilidad a través de su vasta extensión de territorio los otomanos intentaron tres veces aliarse con Gran Bretaña: en 1908, 1911 y 1913. Las tres veces la alianza fue rechazada. El Imperio Otomano también tenía diferencias con Rusia, que en ese momento estaba aliada con Gran Bretaña.
Así que, en un intento por mantener su imperio unido, los otomanos se volvieron hacia Alemania. Los alemanes aceptaron la alianza rápidamente al ver la ventaja de tener un aliado que gozaba de influencia en gran parte de la población árabe en Oriente Medio. El 2 de agosto de 1914, sólo 11 días después que los diplomáticos otomanos hicieran la oferta, y tres días después de la movilización del ejército imperial alemán de la Primera Guerra Mundial, los alemanes se hicieron aliados de los otomanos.
Los alemanes ya habían estado invirtiendo en el Imperio Otomano. En 1913, Berlín envió tropas y oficiales alemanes para ayudar en la reestructuración de las fuerzas armadas turcas. Las tropas turcas comenzaron a usar métodos, tácticas y equipos alemanes, lo que aceleró su transformación en una poderosa fuerza militar. Si los alemanes no hubieran estado tan involucrados, los otomanos no habrían sido un aliado efectivo una vez que comenzaron los enfrentamientos. El fortalecimiento del Imperio Otomano en el período previo a la Gran Guerra fue el mejor ejemplo de la anticipación y planeamiento alemán.
Alemania tenía poco beneficio militarmente de un imperio que estaba al borde del colapso. Sin embargo, lo que los otomanos sí tenían era territorio. El imperio aún controlaba el Golfo de Adén, el lado oriental del Mar Rojo, Transjordania, las orillas de los ríos Tigris y Éufrates hasta lo que hoy es Turquía, y toda la costa sur del Mar Negro, con estrechos en Estambul y Dardanelos. Esa área tenía un efecto directo en el comercio y la distribución de materias primas en todo Oriente Medio y el Mediterráneo.
Alemania también vio que la alianza le daba acceso a más recursos. El más vital era el petróleo que fluye de los campos en la región del Golfo. En un esfuerzo por asegurar su control en la zona, Alemania dio dos buques de guerra a los turcos para proteger el Mar Negro. Controlados por oficiales alemanes, estos barcos bombardearon puertos rusos en el Mar Negro en octubre de 1914, lanzando efectivamente al Imperio Otomano a la guerra y, al mismo tiempo dándole a Alemania el dominio en el Mar Negro y gran parte de la costa oriental del Mediterráneo.
El Imperio Otomano fue una parte importante del intento de conquista del Imperio Alemán durante la Primera Guerra Mundial. Muchas de las naciones modernas que una vez formaron este imperio están aún involucradas con Alemania de alguna manera, como Turquía, Arabia Saudita, Israel, Siria y el Líbano.
En la Segunda Guerra Mundial, Alemania mantuvo una fuerte conexión con los turcos, la fuerza motriz detrás del antiguo Imperio Otomano. Aunque Turquía se mantuvo neutral hasta los últimos meses de la guerra, aun así trabajó para suministrarle a Alemania los recursos necesarios para construir su ejército. En 1941, Alemania y Turquía firmaron el Acuerdo Clodius, por el cual Turquía exportó más de 100.000 toneladas de mena de cromo a Alemania durante la guerra. Alemania proveyó toda la infraestructura para la transferencia de los materiales, incluyendo más de 100 locomotoras y más de 1.000 vagones de carga para transportar el mineral. Para Alemania el cromo era vital para su acero y manufactura. Alemania nazi no habría podido mantener su fuerza militar sin la neutralidad y sumisión económica de Turquía.
Es interesante observar las acciones actuales de Alemania en el contexto histórico. En los últimos años, Alemania ha desplegado a grupos pequeños (pero altamente calificados) de soldados en todo Oriente Medio, Norte de África y los Balcanes para establecer relaciones diplomáticas y entrenar a las fuerzas locales. Muchas de estas naciones fueron, en algún momento, parte del vasto Imperio Otomano.
Parte del propósito de Berlín al armar a sus aliados árabes es defender su suministro de petróleo. Cuando Alemania estaba a punto de ir a la guerra en 1914, se aseguró de garantizar su acceso al petróleo en Oriente Medio, así como pasadizos seguros al norte de África. Una vez que la Primera Guerra Mundial comenzó, la alianza de Alemania con el Imperio Otomano fue fundamental para alimentar su maquinaria de guerra. Vea lo que está sucediendo ahora. Irán amenaza con dominar el petróleo de Oriente Medio. Los países del Golfo, sobre todo Arabia Saudita, se interponen en su camino. Alemania hará lo que tenga que hacer con el fin de impedir que Irán monopolice este recurso crucial.
En el período previo a 1914, el Imperio Otomano intentó establecer una conexión con las fuerzas aliadas, pero le fue negada. Entonces buscó a Alemania. Hoy día los “aliados” se están retirando de Oriente Medio, dejando a los estados árabes moderados bajo la sombra de Irán con pocas opciones. Una vez más, Alemania está interviniendo para ofrecer la alianza que ellos buscan. ▪