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¿Dominará China los mares?
El dinero hace que el mundo gire. Y ese dinero generalmente fluye a través de corredores marítimos.
Estos corredores parecen lejanos y poco interesantes. Sin embargo, afectan nuestras vidas de manera muy directa.
El 90% del comercio mundial viaja por mar. En el Reino Unido, el 95% de los productos que usamos provienen del extranjero, de acuerdo a la Fundación Marítima. Dispositivos electrónicos, ropa, materias primas y muchas otras cosas nos llegan en barcos.
Los barcos proveen no solo productos sino literalmente el soporte vital de las naciones modernas. La mayor parte de la comida del Reino Unido viene del exterior. Los buques cisterna oceánicos transportan el 60% del petróleo del mundo.
La mayoría del comercio marítimo viaja a través de canales estrechos a los que Trompeta generalmente se refiere como puertas marítimas.
Cerca de un tercio de todo el comercio oceánico navega a través del Mar del Sur de China, dentro del alcance de las armas que China ha apostado en sus islas recientemente fortificadas. El 35% de todas las exportaciones oceánicas de petróleo cruzan el Estrecho de Ormuz, un canal controlado por Irán. Una cuarta parte de todos los buques petroleros pasa por el Estrecho de Malaca, justo al noreste de Singapur. Alrededor del 10% de ese petróleo recorre el extremo sur de África. Cerca del 15% del comercio marítimo mundial viaja a través del Mar Rojo. Y el 5% de éste pasa a través del Canal de Panamá.
Nuestras vidas cotidianas dependen de un flujo constante de materiales y bienes desde el extranjero. Y este flujo depende del libre paso a través de puertas marítimas. Si se cierran estas puertas usando buques o aviones de guerra, minas, destructores u otros medios, el mercado del petróleo entrará en pánico, comenzará el caos económico global y el Reino Unido rápidamente comenzará a padecer hambre.
“Las interrupciones a las cadenas de suministro global son, de hecho, más devastadoras que un ataque militar tradicional”, escribió Elisabeth Braw en Foreign Policy (política exterior). Ella advirtió que incluso un ciberataque a un puerto o a un centro de embarques podría ser mortal. “Un adversario podría poner a un país de rodillas sin enviar a un solo soldado”, añadió (7 de agosto).
Esa es la razón por la cual las puertas marítimas y el imperio —o incluso las puertas marítimas y la dominación mundial— a menudo van de la mano.
Una nueva potencia está moviéndose rápidamente para tomar el control de las puertas marítimas. La historia de estas puertas muestra la importancia de sus acciones.
Las puertas de los imperios
El primer imperio verdaderamente global fue el imperio portugués. Y fue un imperio de puertas marítimas. Vasco da Gama regresó en 1499 de su descubrimiento de una ruta marítima a la India. Tan solo seis años después, Portugal estaba pensando en las puertas marítimas. En 1505, un explorador portugués escribió que no había “nada más importante para el país que tener un castillo en la boca del Mar Rojo, o muy cerca de ella”.
Eso es exactamente lo que hicieron los portugueses. En 1507, capturaron una isla cercana a Bab el Mandeb y construyeron un fortín.
Las principales puertas marítimas del oriente cayeron a una velocidad vertiginosa. Portugal estableció una base en India, en 1510. Capturó el Estrecho de Malaca en 1511, el de Ormuz en 1515 y construyó un fortín en Sri Lanka en 1518. No pudo controlar el Mar Rojo y fue rápidamente expulsado de su base en Bab el Mandeb. No obstante, su dominio de las puertas marítimas lo hizo uno de los imperios más poderosos del mundo. Para 1571, Portugal controlaba 40 fortalezas o puntos de comercio.
Pero la competencia no se quedó atrás.
El imperio holandés comenzó como una empresa económica: la Compañía Holandesa de la Indias Orientales. Su objetivo era obtener ganancias comerciales con las Indias Orientales, aunque estaba autorizada a establecer “fortalezas y bastiones” y emplear personal militar.
Los mercaderes ciertamente necesitaban fortalezas. Los holandeses habían estado en guerra con España durante la mayor parte de la segunda mitad del siglo xvi. En 1580, España absorbió a Portugal, lo que significaba que los holandeses ahora también estaban en guerra con Portugal. Los fuertes y puestos de comercio portugueses se volvieron un objetivo principal para los holandeses.
La Compañía Holandesa de las Indias Orientales capturó Yakarta en 1619. Estableció una colonia en Taiwán en 1624. El estrecho de Malaca cayó en 1641, y los portugueses fueron expulsados de Sri Lanka en 1658.
Inglaterra tenía su propia Compañía de las Indias Orientales. La compañía inicialmente estableció puestos comerciales en vez de fuertes. Para 1647, tenía 23 de ellos. Pero los puestos comerciales necesitan protección, e Inglaterra estaba en guerra, con España al principio y después con los holandeses y franceses. Los principales puestos comerciales se convirtieron en fuertes: el primero fue completado en 1644.
Inglaterra también luchó contra sus rivales por las puertas marítimas. En 1622, los ingleses y persas atacaron Ormuz, abriendo el estrecho y permitiendo a Inglaterra comerciar con Persia.
Inglaterra terminó expulsando a los holandeses de India, mientras que los holandeses se mantuvieron en Indonesia. En 1796, Inglaterra capturó Colombo en Sri Lanka. Los holandeses cedieron Malaca a Gran Bretaña en 1824.
Al mismo tiempo, Gran Bretaña estaba capturando otras puertas. Tomó Gibraltar en 1704. Ocupó Egipto en 1882, ganando así el control de ambos extremos del Mediterráneo.
“En el apogeo de su poder imperial alrededor de 1900, Gran Bretaña dominaba los mares con una flota de 300 buques capitales y 30 bastiones navales; bases fortificadas que rodeaban la isla mundial desde el Atlántico Norte en Scapa Flow a las afueras de Escocia, a través del Mediterráneo en Malta y Suez hasta Bombay, Singapur y Hong Kong”, escribe Alfred W. McCoy en su libro In the Shadows of the American Century (En las sombras del siglo estadounidense). “Así como el Imperio Romano una vez tuvo dominado el Mediterráneo, haciéndolo mare nostrum (‘mar nuestro’), también el poder británico haría del Océano Índico su propio ‘mar nuestro’, asegurando sus flancos con fortalezas armadas a lo largo de la frontera noroccidental de India, e impidiendo tanto a persas como a otomanos construir bases navales sobre el Golfo Pérsico”.
Pero otros querían un pedazo de la acción. Alemania especialmente quería colonias; especialmente quería bases en el extranjero cerca de corredores marítimos claves.
Los alemanes estaban muy atrás en la creación de bases navales, y eran renuentes a desafiar abiertamente a las potencias establecidas hasta que estuvieran listos. Ellos particularmente deseaban una base en Asia Oriental. En 1897, dos sacerdotes católicos alemanes fueron asesinados en China. El comandante naval alemán local envió un telegrama a casa: “¿Será posible aprovecharse los incidentes en pos de metas mayores?” pregunto él. La respuesta del káiser Guillermo ii fue, Sí, es posible. Alemania atacó la Bahía de Jiaozhu, proclamando una ocupación temporal. Al año siguiente, un tratado con China extendió esta ocupación a un alquiler por 99 años.
Alemania también quería una base naval en Latinoamérica, pues tenía fuertes lazos comerciales con ella y quería protegerlos. Documentos del gabinete alemán muestran que el káiser y otros esperaban un día atacar a Estados Unidos, y necesitaban una base desde la cual lanzar ese ataque.
Venezuela le debía a Alemania (y a Gran Bretaña) mucho dinero, y en 1902 se negó a pagarle. Normalmente, EE UU rehusaría permitir un ataque contra un estado latinoamericano por parte de una potencia europea. Pero el presidente de Estados Unidos Theodore Roosevelt declaró: “¡Si algún país suramericano se porta mal con algún país europeo, que el país europeo lo castigue!”.
Sin embargo, Alemania le dijo a Gran Bretaña que, como parte de ese castigo, estaba considerando “la ocupación temporal por nuestra parte de diferentes puertos venezolanos”. Roosevelt temió que esta “ocupación temporal” pudiera volverse en otro alquiler de 99 años, así que le puso un alto al ataque alemán.
Este plan alemán para tomar una puerta marítima falló. Pero la estrategia es instructiva, pues muestra cómo una nación que quiere más de estas puertas puede tratar de adquirirlas sin enojar a una potencia establecida.
Mientras tanto Estados Unidos, controlaba el Golfo de México, construyó el canal de Panamá y envió su armada y otras fuerzas militares a todo el mundo, comenzando con Cuba y Filipinas. Cuba consolidó el control de EE UU sobre el Caribe, y con Filipinas se extendió su control a través del Pacífico. La Segunda Guerra Mundial alentó a Estados Unidos a posicionar fuerzas en cientos de bases en el extranjero, por lo general cerca de puntos de estrangulamiento claves. El surgimiento del imperio estadounidense coincidió con su dominio de puertas marítimas globales.
Hoy existe una nueva potencia en la cuadra. Esta potencia se está instalando continuamente en puertos y puertas marítimas alrededor del mundo, especialmente en Asia Oriental.
Esa potencia es China. ¿Irá a ser ella el siguiente imperio mundial?
El surgimiento de China
Considere Sri Lanka, una isla cuyos puertos pasaron de los portugueses a los holandeses y luego a los ingleses. Desde 2005, China ha invertido 15 mil millones de dólares en la infraestructura de Sri Lanka. Y ha recibido un buen retorno sobre esa inversión. Sri Lanka pidió prestados 1.000 millones de dólares para mejorar el puerto clave de Hambantota. Este es el cuartel general de la Armada de Sri Lanka y, después de la inversión, un puerto moderno.
Pero al igual que Venezuela, Sri Lanka no pudo devolver el préstamo. En diciembre de 2017, China tomó control del puerto. Ahora China lo administra, en un contrato de arrendamiento de 99 años. “Ese puerto entonces les da no solo un punto estratégico de acceso a la esfera de influencia de la India a través del cual China puede desplegar sus fuerzas navales, sino que también le da a China una posición ventajosa para exportar sus bienes a la esfera económica de la India, así que en ese sentido ha logrado una cantidad de objetivos estratégicos”, le dijo a cnn Malcolm Davis, un experimentado analista del Instituto Australiano de Política Estratégica. Esto es “parte de una decidida estrategia de China para extender su influencia a través del Océano Índico a expensas de India”, y está usando a Sri Lanka para lograr su ambición (18 de febrero).
Ahora los expertos piensan que Yibuti podría ser el siguiente. El país se asienta sobre el Bab el Mandeb, la misma puerta marítima vital por la que los portugueses y otomanos pelearon hace más de 500 años. Yibuti tiene deudas equivalentes a casi el 90% de su economía. Gran parte de esa deuda es con China; por ello Foreign Policy preguntó: “¿Se convertirá Yibuti en el siguiente país en caer en la trampa de la deuda con China?”
“A medida que el presidente Xi Jinping continúa impulsando préstamos a los países en desarrollo, los analistas políticos suenan las alarmas sobre el destino de las naciones más pequeñas que están mordiendo más de lo que pueden masticar, y sobre las posibilidades estratégicas que se abren para China como resultado”, escribió Foreign Policy (31 de julio).
Yibuti es el sitio de la primera base militar de China en el extranjero. También es el hogar de Camp Lemonnier, la única base permanente de EE UU en África. Foreign Policy observó lo siguiente: “Una preocupación es que el gobierno de Yibuti, que enfrenta una deuda cada vez mayor y una creciente dependencia de las rentas de extracción, podría ser presionado a entregar el control de Camp Lemonnier a China” (ibíd.).
El Puerto de Gwadar en Pakistán no es más que una base militar china. Desde 2011, China ha invertido casi 250 millones de dólares para transformar una villa de pescadores en un puerto clave de aguas profundas. Está invirtiendo otros 46 mil millones para crear un Corredor Económico entre China y Paquistán.
La inmensa mayoría de los proyectos actuales de China no son militares. China tiene expresamente prohibido militarizar el Puerto Hambantota en Sri Lanka, por ejemplo. Sin embargo, Gwadar muestra qué tan rápido esto puede cambiar. Con el puerto construido, Pakistán abrió una base naval allí. China amablemente donó dos buques de guerra. Y Pakistán rápidamente señaló que China era bienvenida a instalar sus propios barcos militares allí también. Luego, en enero de este año China lo hizo oficial, anunciando que construiría su segunda base militar de ultramar en Gwadar.
Con tantos de estos países endeudándose todavía más con China, es fácil ver cómo ellos también podrían ser forzados a permitir la entrada del ejército chino. Y tal como lo han demostrado cientos de años de historia, adonde viajan los comerciantes, siempre los siguen los militares para proteger estos importantes intereses nacionales.
Una de las puertas marítimas más importantes de China es el Estrecho de Malaca. Cerca del 80% de las importaciones energéticas de China pasa a través de esta ruta marítima de 3,2 kilómetros de ancho. En 2016, China anunció planes para desarrollar un gran puerto de aguas profundas en el estrecho que podría competir con Singapur.
Las Maldivas incluyen una base marítima estratégica que pasó de los portugueses a los holandeses y a los británicos. Y ahora los chinos podrían ser los siguientes. China ha “expresado interés en construir un puerto en las Maldivas”, de acuerdo con el South China Morning Post (22 de marzo). Las Maldivas han permitido atracar a barcos chinos. Y debe casi tres cuartas partes de su deuda externa a China.
En el extremo más lejano del océano hay otra puerta marítima que podría caer en manos chinas: Vanuatu. China ha ayudado a construir el edificio del parlamento de la nación y las oficinas del primer ministro. Está trabajando en las nuevas residencias oficiales para el presidente, el edificio del Ministerio de Finanzas y ampliaciones para el edificio del Ministerio de Exteriores. También le ha dado a Vanuatu préstamos por más de 100 millones de dólares para construir un embarcadero.
Con razón la prensa australiana sonó las alarmas en abril con reportes de “discusiones preliminares” entre China y Vanuatu sobre “construir una presencia militar permanente en el Pacífico Sur en un movimiento significativo mundial que podría ver los buques de guerra de la superpotencia emergente en las puertas de Australia”, como lo expresó Fairfax Media (9 de abril). China y Vanuatu negaron enérgicamente los reportes. Pero es un temor bien fundado, dado lo mucho que Vanuatu ya está en el bolsillo de China y lo que China ha hecho en situaciones similares en otras partes.
Pero el alcance de China no está confinado al Pacífico Occidental y el Océano Índico.
El patio trasero de EE UU
El Canal de Panamá es la puerta marítima más importante de EE UU. A través de él no solo pasa una enorme cantidad del comercio estadounidense, sino que además permite que la Armada de EE UU gire sus flotas rápidamente del Pacífico al Atlántico y viceversa.
China tiene todo el control de los puertos en ambos extremos del canal. La compañía china Landbridge ha comprado el puerto más grande de Panamá. En octubre de 2017, China Harbor Engineering Company comenzó a trabajar en un puerto para cruceros.
“Al ritmo con el cual China está adquiriendo y estableciendo estas bases comerciales [en Latinoamérica], ellos pueden fácilmente convertir una base no militar en una base militar utilizable”, advirtió Evan Ellis, profesor de Estudios Latinoamericanos en el Instituto de Estudios Estratégicos del Colegio de Guerra de la Armada de EE UU en 2017 (énfasis añadido).
China también está invirtiendo en puertos de Brasil. El Guardian llamó al Superporto do Açu “uno de los símbolos más visibles de la rápida aceleración de China” en Latinoamérica (15 de septiembre de 2010). China también tiene un 51% de participación en un puerto nuevo que se construye en São Luis al noreste de Brasil.
China ha empleado una estrategia similar en Europa, en donde ha usado la crisis de la deuda europea para ir en una campaña masiva de compras. Pireo es el puerto más grande de Grecia. Es un puerto profundo cercano al Canal de Suez, y es un punto de parada clave para embarques internacionales. Cosco de China tiene un 70% de participación en el puerto. También tiene una inversión de control en el operador de la terminal de contenedores de España Noatum Port Holdings. Además, China opera el puerto de Venecia, que apunta a transformarse en un centro de comercio internacional. Cosco también tiene control completo de Zeebrugge en Bélgica, el puerto más grande de manipulación de vehículos del mundo.
Un lago chino
Y nada de esto toma en cuenta la masiva presencia china en el Mar del Sur de China. Con una serie de islas artificiales y misiles de largo alcance, el Pentágono ha advertido que China está volviendo el área en un “lago chino”.
China terminó este año su primer portaaviones fabricado en el país, y tiene uno más grande en obras. Ha estado produciendo alrededor de una docena de buques navales grandes por año, y busca producir tres de sus impresionantes nuevos destructores cada año.
En solo cinco años, China “completará su transición” a una armada moderna capaz de “operaciones sostenidas de aguas profundas” y “múltiples misiones alrededor del mundo” de acuerdo a la Oficina de Inteligencia Naval de EE UU.
Para 2030, se estima que la armada de China casi duplicará el tamaño de la armada activa de EE UU. Aquellos barcos podrían no ser de la misma calidad, pero China está alcanzándola rápidamente también.
El vice almirante de EE UU Thomas Rowden ha advertido de “una nueva era de poder marítimo”. “Desde Europa hasta Asia, la historia está repleta de naciones que alcanzaron el poder global solamente para cederlo de nuevo por la falta de poder marítimo”, advierte él.
Una amenaza seria
China, por lo tanto, está en camino hacia la riqueza y dominio mundial. Es un camino que muchos otros han tomado antes; más recientemente, Estados Unidos.
Las riquezas y dominio de EE UU son una enorme confirmación de la profecía bíblica. Y la Biblia tiene mucho que decir sobre cómo resultarán los esfuerzos de China.
En Génesis 22:16-18, Dios le dice a Abraham que Él multiplicaría sus descendientes “como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar”. Estos descendientes, dijo Él, poseerían “las puertas de sus enemigos”. A Rebeca, la nuera de Abraham, le fue dicho “sé madre de millares de millares, y posean tus descendientes la puerta de sus enemigos” (Génesis 24:60). ¿De qué podría estar hablando la Biblia en el contexto de “millares de millares” de personas? ¿Qué puertas influyen en millones de personas? ¿Qué es lo más cercano que tienen las relaciones internacionales a una puerta?
Esto debe referirse a puertas marítimas.
La Biblia dice que un pueblo dominaría los corredores marítimos del mundo. Y eso es exactamente lo que vimos suceder.
Pero la Biblia también profetiza que Gran Bretaña y EE UU perderán esas puertas. En Deuteronomio 28:52, Dios les dice a los beneficiarios de estas bendiciones que, si se apartan de Él, serán sitiados “en todas tus puertas” [versión KJ]. Las puertas que ellos una vez poseyeron serán cerradas de golpe.
Gran Bretaña ya ha cedido casi todas sus puertas. EE UU ha cedido el Canal de Panamá, y está viendo cómo se le resbala el control alrededor del mundo, mientras otras naciones ganan el dominio de estas puertas.
La Biblia también indica que China dará muchos de estos portazos.
Isaías 23 habla de una alianza marítima entre China (la bíblica Quitim) y Europa. “Considerando que China ahora posee la mayoría de las puertas marítimas estratégicas del mundo (antes controladas por Gran Bretaña y EE UU), el Sacro Imperio Romano liderado por Alemania necesitará formar una breve alianza con las potencias asiáticas identificadas en Isaías 23 (Rusia, China, Japón: los ‘reyes de oriente’)”, escribió el jefe de redacción Gerald Flurry en la edición en inglés de Trompeta de julio de 2016.
Esa es una seria predicción, una vez que usted comprende qué tan vitales son estas puertas. Pero al mismo tiempo, este entendimiento hace que la Biblia cobre vida mientras usted observa las noticias mundiales.
Estar al tanto de las puertas marítimas ayuda a confirmar que la Biblia es un libro de actualidad. Ésta describe el mundo en el que vivimos, y discute los problemas del mundo real. Más que nada, muestra que las malas noticias que vemos alrededor nuestro, son solo parte de un plan positivo e inspirador.
Usted puede aprender más sobre este plan en nuestro libro gratuito Estados Unidos y Gran Bretaña en profecía , de Herbert W. Armstrong. Como él escribió, este libro contiene “la prueba más fuerte de la existencia muy activa del Creador viviente”. ▪