Reciba nuestro boletín gratis

Dios está silenciando a Obama

CHARLY TRIBALLEAU/AFP VIA GETTY IMAGES

Dios está silenciando a Obama

El 20 de enero, el mundo vio cómo Donald J. Trump era investido presidente de Estados Unidos. Entre la multitud sentada a un lado se encontraban miembros de su familia, multimillonarios del sector tecnológico y candidatos a su gabinete. En el otro lado estaban ex presidentes, entre ellos Barack Obama. Qué escena tan asombrosa: esta figura, otrora poderosa, se vio obligada a presenciar, en persona y de cerca, la toma de posesión del hombre al que había tratado de destruir. E inmediatamente después, ¡el Sr. Trump empezó a reconstruir lo que Obama destruyó y a destruir lo que Obama construyó!

Al comienzo de su discurso, el presidente Trump saludó a Obama por su nombre. A continuación, describió correctamente el tiempo de EE UU bajo Obama y su “clase dirigente radical y corrupta” como no soberana, insegura, injusta, que da poder a los extranjeros y oprime a los estadounidenses. Dijo: “Mi reciente elección es un mandato para revertir completa y totalmente una horrible traición y todas estas muchas traiciones que han tenido lugar y para devolver al pueblo su fe, su riqueza, su democracia y, de hecho, su libertad”.




Barack Obama tuvo que sentarse y escuchar. El mundo estaba observando lo que se podría decir que fue el silenciamiento oficial de este hombre.

Trump había “hecho guerras” para recuperar la presidencia (2 Reyes 14:28). En las elecciones presidenciales de 2024, los demócratas perdieron esa guerra. Los comentaristas dijeron que los demócratas fueron aniquilados. En esas elecciones, no estaban liderados por Joe Biden o Kamala Harris, sino por Barack Obama. ¡Este hombre llevaba años trabajando, principalmente tras bastidores, para destruir a EE UU desde arriba! Cumplió un tipo profético de Antíoco iv Epífanes, un hombre que utilizó el engaño para destruir al pueblo de Dios desde dentro y desde arriba (Explico esto en Estados Unidos bajo ataque).

En Amós 7, los seis primeros versículos muestran que Dios está muy enfadado. El contexto muestra que la ira se dirige contra la obra destructiva de este Antíoco político. Barack Obama tenía un poder considerable con las grandes corporaciones, Hollywood, el mundo académico, los medios de comunicación y más. Obtuvo ese poder “a causa de la prevaricación”, es decir, a causa de los pecados del pueblo (Daniel 8:12). Por eso Dios permitió las maldiciones de los años de Obama y Biden: por los pecados no sólo de la izquierda radical, sino de todo el pueblo. El pecado prolifera en EE UU, ¡y Dios lo corregirá!

En Amós 7:1-6, Amós suplicó dos veces a Dios misericordia para Israel, y Dios cedió. Pero a partir del versículo 7, hay un cambio abrupto, y el líder es claramente Jeroboam, o Donald Trump.

Esto es lo que escribí en mi artículo de la Trompeta de septiembre de 2024 sobre este pasaje: “Cuando se comprende quién es el cumplimiento moderno de Jeroboam, queda claro el hecho de que la primera parte de este capítulo habla de Barack Obama. Pero llama la atención que nunca se mencione directamente a este hombre en la profecía, a pesar de que es exactamente de él de quien está hablando. ¿A qué se debe esta omisión?

“Me he dado cuenta de que la razón por la que Dios no menciona a este tipo moderno de Antíoco en este pasaje es que ¡Él está empezando a silenciar a este hombre! El poder de Barack Obama está disminuyendo ante nuestros ojos. (...) Gran parte del silenciamiento de Obama será el regreso de Donald Trump a la presidencia, lo que he pronosticado desde el golpe electoral de 2020”.

Qué cierto resultó ser ese pronóstico. Antes de las elecciones, Obama hizo una intensa campaña a favor de los demócratas. Pero la gente no escuchó. Abandonaron en masa a su candidato a presidente y un gran número de votantes que antes habían apoyado a Obama acabaron respaldando al Sr. Trump.

Tras las elecciones, los demócratas, que habían ejercido tanto poder para hacer cosas tan radicales y destructivas durante tanto tiempo, aparecieron de repente muy débiles y sin líder. “Los demócratas son un partido perdido”, escribió Axios el 8 de noviembre de 2024, describiendo su poder disminuido en el gobierno federal, los tribunales, los Estados y los medios de comunicación. American Greatness escribió: “La elección presidencial tuvo que ver tanto con Barack Obama como con Kamala Harris y los demócratas, revelando que el ex presidente tiene poca influencia sobre los votantes” (14 de noviembre de 2024).

Obama ejerció el poder más allá de cualquier otra figura de la memoria reciente. Mucha gente aún no se da cuenta de hasta qué punto la autodestrucción de EE UU se remonta a él. ¡Pero ahora es una sombra de lo que fue!

Quizá la forma más fácil de ver esto fueron los esfuerzos impotentes de Joe Biden en sus últimos días en el cargo. Pasó los dos meses posteriores a las elecciones haciendo todo lo posible para obstaculizar a la administración entrante. Presentó un plan a la Organización de las Naciones Unidas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de EE UU como parte del Acuerdo Climático de París; Donald Trump se retiró de todo el acuerdo el primer día. Biden prohibió la perforación petrolífera en 253 millones de hectáreas de aguas costeras estadounidenses; Trump firmó inmediatamente una orden ejecutiva para revertirlo. Biden aceptó un peligroso acuerdo con Cuba y el Vaticano, eliminando a Cuba de la lista de Estados patrocinadores del terrorismo; Trump volvió a incluir a Cuba en la lista días después. Biden se negó a vender armas a Israel; Trump anuló inmediatamente la prohibición de armas.

Hace ocho años, Barack Obama usó el final de su presidencia para lanzar la trampa del Rusiagate, asegurando que el primer mandato del Sr. Trump se consumiera en luchas legales y permitiendo a Obama encubrir sus propios intentos ilegales de robar las elecciones de 2016. Esta vez, parece ineficaz.

Veremos hasta qué punto esta pérdida de influencia es decisiva y permanente. Como escribí en Estados Unidos bajo ataque, a partir de Amós 7:7 no vemos ningún indicio de Barack Obama. Cuando Jeroboam regrese, “¿será ese el fin del poder real del Antíoco político?” escribí. “Dios no lo dice definitivamente, pero creo que Amós 7 da un fuerte indicio. Es seguro que habrá grandes cambios”.

Parece que esos “grandes cambios” son exactamente lo que EE UU y el mundo acaban de presenciar.