Deje que Dios pelee sus batallas
Transcripción de La Llave de David
Ustedes tienen sus propios problemas privados y personales, y yo también, y hay algo que me gustaría decirles hoy en el ámbito de buenas noticias, y es que tenemos muchas preocupaciones y miedos y problemas que no necesitamos llevar, que no deberíamos llevar. Pero la vida simplemente está llena de todo tipo de problemas y batallas y enemigos o lo que parecen ser enemigos, y por supuesto tenemos que combatir consigo mismos, y eso no siempre es fácil. Pero estos problemas y estos enemigos y tentaciones y demás, Dios dice que usted puede liberarse de ellos. ¡Pueden liberarse de ellos! Jesucristo es representado en este mundo a menudo como un Cristo muerto clavado a una cruz, pero Él es un salvador vivo que vino a liberarnos de los problemas, e incluso tiene la misión de pelear sus batallas; de realizar milagros para que usted gane esas batallas, y Él las luchará por usted. Sólo piense en por qué es que peleamos nuestras propias batallas cuando tenemos un Salvador vivo con todo tipo de poder, que quiere pelear esas batallas por nosotros. Él realmente vive, y realmente tiene todo ese poder, y dice que lo pone a nuestra disposición para que podamos conocer y entender de qué se trata la verdadera libertad, y ser libres de esas preocupaciones, problemas, tentaciones y demás.
¿Por qué es que tenemos este problema? Pues es realmente por dos razones. una: no conocemos bien a Dios ni sobre el poder de Dios, tan bien como deberíamos; dos: por falta de fe o por negligencia, y no recurrimos a ese poder sobrenatural para aliviarnos de esos problemas, muchos de esos problemas que nos acosan.
Dios dice en otro lugar (en 3ª de Juan 2) que Él desea que “seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud”. Pues, es lo que Dios dice.
Déjenme mostrarles algo que Pablo escribió en Romanos 15 verso 1. Él habla de que nosotros que somos fuertes debemos ayudar a los que son débiles. Pero en el verso 4 dice: “Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras”, consolación de las Escrituras, “tengamos esperanza”. Ven, en otras palabras, podemos ser libres, de muchos de esos problemas que tenemos. Ahora, Pablo dijo que los fuertes deben ayudar a los débiles, y ¿cómo hacemos eso? Bueno, él continuó diciendo que debemos entrar en esas escrituras que nos fueron dadas antes, o sea las del Antiguo Testamento, él estaba hablando de eso; de la Biblia Hebrea como la llaman. Así que hay ejemplos en esas escrituras del Antiguo Testamento, y hay uno en particular en el que me gustaría enfocarme hoy, y realmente le muestra cómo Dios peleará sus batallas por usted y las ganará, y esa es una buena manera de vivir su vida. ¡Es una maravillosa manera de vivir!
Hay un ejemplo supremo que quiero darles. Pablo nos da otra escritura (la parafrasearé): 1ª de Corintios 10 verso 11, y dice: “Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos”. En aquel tiempo Pablo pensaba que estaba viviendo en el fin de la era, pero realmente estaba hablando de nuestro tiempo hoy. Él aprendió eso más tarde. Pero él nos amonesta aquí que hay ejemplos para nosotros. Si los aplicamos espiritualmente son ejemplos que realmente pueden aliviarnos de esas preocupaciones y problemas que tenemos en la vida diaria, y quiero decir que es una promesa magnífica, uno de los mejores ejemplos, creo, en el Antiguo Testamento. Pablo continúa diciendo: (12) “Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga”. Así que no piense que no necesita esto porque lo necesitamos mucho.
Demos un vistazo al libro donde se habla de Ezequías y el profeta Isaías, y empezaremos en 2ª de Reyes 18; ese es uno de los Profetas Anteriores y es principalmente profecía para hoy. Pero Pablo dice que debemos aprender de todos estos ejemplos en el Antiguo Testamento, especialmente los de esos libros proféticos. Así que demos un vistazo a cómo Dios pelea por usted. En 2ª de Reyes 18:3 dice: “Hizo lo recto ante los ojos de [el Eterno], conforme a todas las cosas que había hecho David su padre”. Y luego, por supuesto, sigue diciendo que Ezequías quitó todas las imágenes y las falsas religiones y todo, y fue realmente un gran rey justo como el rey David, en su grandeza.
El 5 dice: “En [el Eterno] Dios de Israel puso su esperanza; ni después ni antes de él hubo otro como él entre todos los reyes de Judá”. Fue un rey excepcional.
Verso 7, noten lo que hizo. “Y [el Eterno] estaba con él; y adondequiera que salía, prosperaba. Él se rebeló contra el rey de Asiria, y no le sirvió”. Así que este rey de Asiria muy poderoso lo estaba acosando y se rebeló contra él porque tenía fe en Dios. Y en los versos 9 y 10 continúa hablando sobre Samaria donde (justo en el sexto año del reinado de Ezequías) este rey de Asiria conquistó a las diez tribus de Israel y se las llevó en cautiverio, de nuevo hasta Asiria. No obstante, Ezequías dijo que no iba a hacerle caso al gobierno de Asiria.
En el verso 13: “A los catorce años del rey Ezequías, subió Senaquerib rey de Asiria contra todas las ciudades fortificadas de Judá, y las tomó”. Ahora bien, aquí hay un hombre que confía en Dios; sin embargo, Dios permitió que el rey asirio entrara allí y se apoderara de esas ciudades que estaban bien armadas para la batalla militar, pero fueron rápidamente conquistadas por el rey Senaquerib. Ahora, ¿por qué Dios permitiría eso? Pues bien, Ezequías era obediente, pero tenía problemas, como nosotros. Necesitaba una fe más fuerte, y por eso Dios tuvo que ocuparse de eso. Era un gran rey, pero fíjense por qué (creo que es obvio) Dios lo puso a prueba, y lo veremos en los versos 14 al 16.
Noten lo que dice. Cuando él vino a las ciudades de Judá y las tomó, las conquistó, dice, (14) “Entonces Ezequías rey de Judá envió a decir al rey de Asiria que estaba en Laquis: Yo he pecado; apártate de mí, y haré todo lo que me impongas. Y el rey de Asiria impuso a Ezequías rey de Judá trescientos talentos de plata, y treinta talentos de oro”. Eso son 585.000 dólares en plata y 881.000 dólares en oro, según la referencia de mi Biblia.
Y luego en el 15 noten lo que dice: “Dio, por tanto, Ezequías toda la plata que fue hallada en la casa de [el Eterno], y en los tesoros de la casa real. (16) Entonces Ezequías quitó el oro de las puertas del templo de [el Eterno]”, ese es el templo de Salomón, “y de los quiciales que el mismo rey Ezequías había cubierto de oro, y lo dio al rey de Asiria”. Así que el rey Senaquerib recibió esos 585.000 dólares en plata, y 881.000 en oro, y Ezequías estaba tratando de pagarle usando la plata del templo de Dios y usando el oro del templo de Dios; y eso fue un pecado abominable y una falta de fe. Porque cuando Ezequías llegó al cargo, entró y el templo de Salomón estaba lleno de basura y estaba descuidado y era simplemente un edificio de gran ruina porque la gente simplemente lo había descuidado. Y él entró allí con fe y se aseguró de que se volviera a embellecer, ¡y ahora aquí ÉL está vendiendo toda la hermosa plata y todo el oro dentro del propio templo de Dios! ¿Creen que eso hizo feliz a Dios?
Bueno, les diré algo más que no hizo. No acudió a Isaías, como aprendió a hacerlo en una lección muy difícil. NO acudió a Isaías porque Isaías nunca jamás le habría aconsejado hacer eso. Pero notemos la lección que aprendió. Verán, aquí el templo de hoy son los muy elegidos de Dios, y pueden leerlo en Efesios 2 verso 20 y otros versos, así que queremos asegurarnos de estar construyendo ese templo y no quitándole, o ni siquiera ayudando.
Pero noten el verso 17: “Después el rey de Asiria envió… un gran ejército… contra Jerusalén, y subieron y vinieron a Jerusalén. Y habiendo subido, vinieron y acamparon junto al acueducto del estanque de arriba, en el camino de la heredad del Lavador”. Ahora, después de obtener todo ese dinero, Ezequías pensó: Bueno, esa tonelada de dinero lo hará feliz y nos dejará en paz, no atacará a Jerusalén. Pero eso hizo todo lo contrario; ¡sólo lo animó a atacar Jerusalén y a tomar más! ¡Ezequías trató de comprar su salida, en lugar de confiar en Dios para encargarse de ese terrible problema! ¡Y dejar que Dios pelee esa batalla! Porque esta era una batalla que Ezequías no podía ganar. Estaba indefenso, y no acudió a Isaías, y eso animó al rey a ir contra Jerusalén porque vio la debilidad de Ezequías.
Y sigue [en 2ª de Reyes 19] (1): “Cuando el rey Ezequías lo oyó, rasgó sus vestidos”, es decir, todas las burlas de los asirios y que venían a Jerusalén, “y se cubrió de cilicio, y entró en la casa [del Eterno]. (2) Y envió a Eliaquim mayordomo, a Sebna escriba y a los ancianos de los sacerdotes, cubiertos de cilicio, al profeta Isaías hijo de Amoz”. ahora sí acude a Isaías, y eso le va a funcionar muy bien.
Y le explicó esta angustia en el verso 4: “Quizá oirá [el Eterno] tu Dios todas las palabras del Rabsaces, a quien el rey de los asirios su señor ha enviado para blasfemar al Dios viviente”.
“Vinieron”, dice en el 5, “Vinieron pues, los siervos del rey Ezequías a Isaías”. Vinieron al profeta Isaías, el gran profeta de Dios de esa época, uno de los profetas mayores, como se le llama, y uno de los mayores libros de profecía que este profeta mayor escribió.
Verso 6: “E Isaías les respondió: Así diréis a vuestro señor: Así ha dicho [el Eterno]: No temas por las palabras que has oído, con las cuales me han blasfemado los siervos del rey de Asiria. (7) He aquí pondré yo en él un espíritu, y oirá rumor”, y entonces se irá y se distraerá. Pero esta vez, ¡Ezequías había aprendido que debía acudir al profeta de Dios si iba a resolver un problema enorme como éste! Un problema gigante, un problema aterrador.
Así que entonces recibió buenas noticias, y miren, ¿hay un profeta en este tiempo del fin? Bueno, usted necesita saberlo porque Dios profetiza que sí lo hay, y tenemos un folleto titulado ¿Quién es ese profeta? que se lo explicará. Se lo ofreceremos al final de este programa, y le explicará todo eso.
Dios dice que Ezequías era un rey y aun así acudió al profeta de Dios en busca de dirección. Cuando no lo hizo, ¡cometió errores horribles!
Noten el verso 14, sólo leeré la última parte: “Subió a la casa de [el Eterno], y las extendió Ezequías delante de [el Eterno]”. Y oró, y luego Isaías oró, por supuesto, y todo se estaba haciendo correctamente.
[Isaías 37:16]: “[ETERNO] de los ejércitos, Dios de Israel, que moras entre los querubines, sólo tú eres Dios de todos los reinos de la tierra; tú hiciste los cielos y la tierra. (17) Inclina, oh [Eterno], tu oído, y oye; abre, oh Jehová, tus ojos, y mira; y oye todas las palabras de Senaquerib, que ha enviado a blasfemar al Dios viviente”. El Dios vivo y todopoderoso que creó todo; incluso al hombre y su mente, a la humanidad.
Verso 20: “Sólo tú”, dice allí, “eres Eterno”. No hay otro Eterno, no hay otro Dios. ¡Sólo hay un Dios verdadero! Eso es lo que está diciendo.
Y luego noten el verso 33, dice esto: “Por tanto, así dice [el Eterno] acerca del rey de Asiria: No entrará en esta ciudad, ni arrojará saeta en ella; no vendrá delante de ella con escudo, ni levantará contra ella baluarte”.
Y el 36: “Y salió el ángel de [el Eterno] y mató a ciento ochenta y cinco mil en el campamento de los asirios; y cuando se levantaron por la mañana, he aquí que todo era cuerpos de muertos”. ¡Estaban todos muertos! ¡Piensen en eso! ¡Estaban todos muertos! ¡Una noche y Dios los barrió!
Luego miren el resultado final de esto: (37) “Y aconteció que mientras adoraba en el templo de Nisroc su dios, sus hijos Adramelec y Sarezer le mataron a espada, y huyeron a tierra de Ararat; y reinó en su lugar Esar-hadón su hijo”. Qué terrible final para este rey Senaquerib, que incluso escribió (hay artefactos en una pared que él tenía), incluso escribió gran parte de esta historia que les estoy leyendo directamente de la Biblia misma. Senaquerib lo escribió. Cuando las cosas iban bien. Pero bueno, no terminó bien para él. Y esa es toda la historia aquí.
Pero miren, aquí tienen 185.000 soldados, una gran superpotencia en ese tiempo que viene a Jerusalén para destruir a Jerusalén, ¡y un ángel fue enviado por Dios para matarlos a todos ellos en una noche! ¡En una noche! ¡Y no le dispararon ni una flecha a Jerusalén! Y Ezequías no tuvo que enviar ni un solo soldado ni disparar ni una sola flecha, ni cualquier otra arma que estuvieran usando.
Bien pues, ¿peleará Dios por usted sus batallas? ¡Pablo lo dice y quiere que entendamos que esto es para nosotros hoy! Tenemos que ver esto espiritualmente. Se aplica físicamente también, si Israel, las naciones de Israel y otros confiaran en Dios, pero no lo harán. Ellos no tendrían que preocuparse por Rusia, China, o Irán, o Corea del Norte, o Europa o cualquier otro, si confiaran en Dios. Quiero decir, ¡él realmente pelea nuestras batallas! ¡Y las espirituales, también! Hay momentos en los que tenemos que saber que estamos indefensos y que no podemos pelear la batalla, ni ir contra el enemigo que tenemos delante. No podemos hacerlo, y Dios dice que ÉL peleará por usted sus batallas. ¡Él hará eso! Ahora, ¿tenemos la suficiente fe para confiar que Él lo hará? ¿Tenemos usted y yo esa clase de fe? Bueno, tenemos que construirla.
Los asirios han sido el pueblo más militante en toda la historia, y son los alemanes de hoy en día, y los alemanes comenzaron la Primera y la Segunda Guerra Mundial, y está profetizado que van a comenzar la Tercera también, ¡y pronto sacudirán al mundo! Tienen todo tipo de poder alrededor de Alemania hoy, y Alemania ya domina Europa, como la gente sabe. Todo mundo lo sabe (si saben algo de eso).
Pero aquí hay una lección simple y poderosa que necesitamos aprender muy, muy profundamente.
Déjenme pasar rápidamente a un ejemplo más aquí (muy similar al de Ezequías) sobre el rey Josafat. Les daré otro ejemplo que también es sobresaliente. 2ª de Crónicas 20, versos 1 al 3: (1) “Pasadas estas cosas, aconteció que los hijos de Moab y de Amón, y con ellos otros de los amonitas, vinieron contra Josafat a la guerra. (2) Llegó a Josafat la noticia de que un enorme ejército, (esta es la traducción de Moffat) se dirigía contra él desde Edom, sobre el mar Muerto, y que ya estaban en Hazazón-tamar o Engadi. (3) Entonces [Josafat] tuvo temor”. Sí, lo tuvo, y debía tenerlo. Y proclamó un ayuno, dice en los versos 3 y 4, en todo Judá. ‘Ayunemos y acudamos a Dios y confiemos en Su gran poder, para salvarnos’. Oración y ayuno, no es una mala fórmula; de hecho, es una fórmula excelente. ¡Seguro que lo es!
Y los versos 11 y 12 dicen que “estamos indefensos [indefensos] ante este poderoso ejército que nos ataca. No sabemos qué hacer, pero miramos hacia ti”. Le está diciendo eso a Dios. Déjenme retroceder y leer lo primero: “Mira cómo viene el pago expulsándonos de tu país que nos has dado para que sea nuestro. (12) Oh, Dios nuestro, ¿no te ocuparás de ellos? Estamos indefensos. No podemos hacer nada. ¿Qué vamos a hacer?” Bueno, Josafat sabía qué hacer. Comenzaron a orar y a ayunar.
Y luego: “Escuchen todos ustedes, hombres de Judá, ciudadanos de Jerusalén y tú, oh rey Josafat, el mensaje del Eterno para ti es este: No temáis, no vaciléis ante este vasto ejército. Es de Dios, no de ti, luchar contra ellos”. Él no tenía que hacer la lucha. Dios quería pelear esa batalla por él, y Dios quiere pelear por usted sus grandes batallas.
Noten los versos 20 al 23, dicen: “A la mañana siguiente se levantaron y se dirigieron al campo abierto alrededor de Tecoa; mientras avanzaban, Josafat se puso de pie y dijo: ‘¡Escuchad, hombres de Judá y ciudadanos de Jerusalén! Aferraos al Eterno, vuestro Dios, y os aferraréis a la vida; aferraos a sus profetas”. Ah, bueno, eso es interesante. “Aferraos a Sus profetas y prosperaréis”. ¿Se supone que debemos mirar a los profetas de Dios? Sí; ¡eso es lo que dice en ambos de estos ejemplos increíbles! Hay que mirar a los profetas de Dios y repito, ese folleto sobre ¿Quién es ese profeta? les explicará todo esto y lo que significa. Tenemos que mirar a Dios, y a quien Dios está usando, Su mensajero. Eso es un hecho.
Y luego dice en los versos 23 a 24 que “el ejército eran muchos cadáveres tendidos en el suelo. ¡Ni un solo hombre había escapado!”. ¡Ni un solo hombre! ¡Ni uno solo!
¿Piensa usted que Dios no puede ocuparse de sus problemas grandes cuando está asediado por problemas y dificultades? Dios no hace acepción de personas. ¡Él le ayudará! Él quiere que confíe en Él y ponga su fe en Él, y él quitará todas esas preocupaciones que tiene sobre ciertos problemas o tentaciones o lo que sea que pueda venir. ¡Dios quiere que elimine esas preocupaciones y problemas y que sea libre! ¡Él quiere darle libertad y darle el gozo que debe tener en esta vida!