Julia Goddard/La Trompeta
¿Cuándo colapsará el dólar?
Nubes oscuras se ciernen sobre la moneda dominante del mundo. A pesar de algunas noticias financieras positivas en Estados Unidos, las naciones están reduciendo su dependencia en el dólar estadounidense. En su lugar, están llenando sus bóvedas con oro, euros, yuanes y otras monedas.
El Banco Central de Rusia aceleró sus esfuerzos de desdolarización el año pasado y liquidó el 98% de sus reservas en dólares. Luego movió 44 mil millones de dólares a euros, 44 mil millones de dólares a yuanes y casi 13 mil millones de dólares a 274 toneladas de lingotes de oro.
Y Rusia está lejos de ser la única nación que se aleja del billete verde. Kazajistán y Turquía redujeron sus reservas de dólar a la mitad el año pasado y cargaron 51 toneladas de lingotes de oro cada uno. China vendió el 5% de sus reservas de dólar, y compró 10 toneladas de oro. Irlanda liquidó el 14% de sus reservas de dólar, Suiza liquidó el 6% y Japón el 2%. En total, alrededor de 60 naciones redujeron las tenencias de dólares de sus Bancos Centrales el año pasado, mientras que más de dos docenas de naciones aumentaron sus reservas de oro.
La demanda de oro se ha disparado a su nivel más alto desde que el entonces presidente de EE UU, Richard Nixon, disolvió lo que quedaba del estándar de oro en 1971. Esta es una señal de que las naciones están perdiendo la fe en la moneda estadounidense.
La economía mundial está apoyada por la economía de EE UU, pero la economía estadounidense es una casa construida sobre un mal fundamento. El gobierno de EE UU recaudó 3,3 billones de dólares en impuestos el año pasado, pero gastó 4,1 billones. Tuvo que pedir prestados 779 mil millones de dólares sólo para cubrir los gastos. La deuda nacional aumentó más de 1,2 billones de dólares, a un increíble 21,5 billones. Y el interés neto sobre esta deuda aumentó a 371 mil millones de dólares. La Oficina de Presupuesto del Congreso estima que dentro de una década EE UU gastará más en intereses que en defensa nacional.
Estas estadísticas son difíciles de entender. En perspectiva, compare el gobierno con un hogar. Recorte siete ceros de la cifra oficial, y es como una familia acomodada que gana 330.000 dólares al año, pero gasta 410.000. Esta familia cargó la asombrosa cantidad de 78.000 dólares en su tarjeta de crédito el año pasado, a pesar de que ya tenía 2.150.000 dólares en deuda de tarjeta de crédito. Paga 37.000 dólares en intereses en un año, y ya no pretende tener un plan para pagar sus deudas. Ningún banco bien administrado le prestaría más dinero a esta familia.
El gobierno de EE UU ha gastado de esta forma por décadas, y las naciones siguen prestándole todo el dinero que quiere a tasas de interés históricamente bajas. ¿Por qué?
Los bancos le siguen prestando dinero a EE UU porque el dólar es la moneda de reserva dominante en el mundo. Cerca del 45% de la deuda mundial está denominada en dólares, y cerca del 52% del comercio internacional se realiza en esta moneda. Dado que los bancos de todo el mundo necesitan un montón de dólares para realizar sus negocios, casi el 62% de las reservas de divisas extranjeras se mantienen en dólares.
La alta demanda de la moneda mantiene baja la tasa de interés de la deuda de EE UU. Debido a que muchas personas quieren tener dólares, quieren comprarlos. Comprar la deuda de EE UU en la forma de bonos del Tesoro es una forma fácil de hacerlo. Y como muchas personas quieren comprar esos bonos, el gobierno estadounidense puede venderlos a tasas de interés increíblemente bajas.
Pero a medida que las naciones pierden la fe en el sistema financiero de EE UU y liquidan sus reservas de dólares, la situación está cambiando. El dólar está perdiendo su estatus de moneda de reserva. Su valor está disminuyendo, y la tasa de interés que los bancos cobran a Estados Unidos por préstamos está aumentando. La única razón por la que el dólar no ha colapsado es porque las otras monedas principales del mundo están en peor estado que el dólar. Ya que actualmente no existe una moneda alternativa viable de reserva, los bancos continúan a regañadientes usando el dólar, a pesar de sus fallas.
Pero esto cambiará — ¡y pronto!
Hace milenios, la Biblia predijo que EE UU estaría plagado por la deuda en el tiempo del fin, e indica fuertemente que el dólar perdería su estatus de moneda de reserva ante una súper potencia europea.
El todopoderoso dólar
El dólar estadounidense no siempre fue una moneda de reserva. Antes de la Primera Guerra Mundial, la libra esterlina británica era la moneda dominante y el dólar apenas se usaba fuera de las fronteras de la nación. Pero la Ley de la Reserva Federal de 1913 centralizó el sistema bancario de EE UU cuando las naciones alrededor del mundo comenzaron a abandonar el estándar del oro, para que pudieran pagar por sus gastos militares con papel moneda prestado. EE UU se convirtió entonces en un prestamista de elección cuando las naciones compraban bonos estadounidenses denominados en Notas de la Reserva Federal.
Cuando Gran Bretaña finalmente abandonó el estándar del oro en 1919, los bancos comenzaron a reducir su dependencia en la libra británica y cambiaron hacia el dólar estadounidense.
La posición del dólar como moneda de reserva dominante en el mundo creció fuertemente durante la Segunda Guerra Mundial. EE UU vendió armas, suministros y otros bienes a las potencias Aliadas a cambio de oro. Para el final de la guerra, EE UU poseía la mayoría de las reservas de oro del mundo. Dado que ninguna otra nación pudo establecer una moneda respaldada por el oro, las economías más grandes del mundo fijaron el tipo de cambio de sus monedas al dólar. En 1944, en una conferencia en Bretton Woods, New Hampshire, EE UU prometió que cualquier dólar podría ser redimido por su valor en oro. Así que el dólar se convirtió en el nuevo estándar del oro.
Durante la década de 1950, más del 90% de la deuda mundial estaba denominada en dólares. Sin embargo, una contracción económica en la década de 1970 causó que las naciones perdieran la fe en la estabilidad del dólar. Así que comenzaron a demandar oro por los dólares que tenían en reserva. En lugar de ver las reservas de oro estadounidenses mermadas, el presidente Richard Nixon abandonó lo que quedaba del estándar del oro. Para asegurarse que el dólar siguiera siendo la moneda de reserva dominante en el mundo, negoció un acuerdo con los saudíes. Prometió armar y proteger a Arabia Saudí si la realeza saudí denominaba todas las ventas futuras de petróleo en dólares. Los saudíes aceptaron y el dólar se volvió una moneda respaldada por el petróleo.
El hecho de que la Organización de Países Exportadores de Petróleo utilice el dólar en todas sus transacciones de petróleo crea una masiva demanda por la moneda estadounidense. Se debe parcialmente a esta demanda que la tasa de interés promedio de un préstamo a 10 años al Gobierno de Estados Unidos cayera de 7,56% en 1974 a 2,69% hoy.
Debido a que las naciones necesitan dólares para comprar petróleo y otros bienes, compran dólares en forma de bonos del Tesoro de EE UU (que son como un pagaré del gobierno de EE UU). Debido a que la demanda por bonos del Tesoro es alta, las tasas de interés son bajas. Esto significa que EE UU puede continuar acumulando deuda al vender pagarés (ious) alrededor del mundo sin tener que preocuparse mucho acerca de los costos de servicio de su deuda en expansión.
El ex ministro de finanzas de Francia Valéry Giscard d’Estaing, calificó como un “privilegio exorbitante”, la capacidad de EE UU para obtener préstamos de bajo interés debido a la posición del dólar como la moneda de reserva. Este privilegio está basado en una alta demanda por bonos del Tesoro de EE UU. Cuando el dólar ya no esté en demanda mundial, EE UU perderá su capacidad de pedir prestado dinero barato, y los pagos de intereses sobre la deuda nacional consumirán una parte creciente de su producto interno bruto (pib).
Nuevo sistema
Ninguna moneda reina por siempre. Las mismas presiones que derribaron al franco francés en el siglo xix y a la libra británica en el siglo xx derrocarán al dólar en el siglo xxi.
¿Qué causó que los bancos nacionales dejaran de usar la libra británica para sus transacciones en 1919? Fue principalmente la deuda. Los gobiernos observaron cuánto debía Gran Bretaña, su producción económica y el hecho de que su moneda no estaba respaldada por el oro, sino por la creencia de que era valiosa; y los gobiernos dejaron de creer.
Hoy EE UU tiene una deuda mucho peor y continúa pidiendo prestado. Las naciones están perdiendo fe en la estabilidad del dólar; simplemente no tienen otra opción —todavía.
Muchos líderes europeos quieren que el euro remplace al dólar como la moneda de reserva dominante en el mundo, pero la preocupación de que la UE pueda derrumbarse ha impedido a los bancos centrales adoptar con entusiasmo el euro. Del mismo modo, muchos funcionarios del gobierno chino quieren que el yuan remplace al dólar como la moneda de reserva mundial, pero la falta de transparencia de la moneda de China ha sido un obstáculo.
“No hay alternativa al dólar”, dijo el economista político británico Mark Blyth al New York Times. “Estamos atascados con el dólar, lo que le da a Estados Unidos un poder estructural asombroso” (22 de febrero).
Hasta que emerja una buena alternativa, las naciones preocupadas por la deuda de EE UU deben moverse lentamente: Sólo pueden disminuir gradualmente sus participaciones en dólares mientras compran (de mala gana) euros y yuanes.
Pero el estatus quo ya está maduro para cambios, si es que la eurozona realmente se unifica como un súper Estado dirigido por Alemania, o si China relaja la paridad del yuan con el dólar. Muchas naciones e individuos desesperadamente quieren esos cambios. Pero si la historia sirve de guía, se necesitará una fuerte sacudida para darle una vuelta de campana al sistema financiero mundial.
La sacudida que catapultó al dólar a su posición de moneda de reserva dominante (entre 1913 y 1919) fue una crisis bancaria en Europa que estimuló a los bancos centrales a cargarse de moneda estadounidense. Irónicamente, podría ser una crisis bancaria en EE UU la que provoque a los bancos centrales, a cargarse de la moneda europea.
El fallecido Herbert W. Armstrong predijo que una crisis financiera en EE UU probablemente podría ser un catalizador que impulsaría a Europa a unirse. Específicamente advirtió en 1984, que una crisis bancaria masiva en EE UU “podría repentinamente desencadenar que las naciones europeas se unan como una nueva potencia mundial más grande que la Unión Soviética o EE UU” (carta a los colaboradores, 22 de julio de 1984).
En otras palabras, una crisis bancaria podría alarmar a las naciones europeas a entregar el control a una autoridad central. Una vez que el euro sea respaldado por un gobierno central lo suficientemente fuerte como para regular los impuestos y políticas de gastos de sus estados miembros, el día del dólar como moneda de reserva dominante habrá terminado. El billete verde será un corregente con el euro en el mejor de los casos, o una aislada moneda norteamericana, en el peor.
Asedio económico
Este impactante pronóstico no se basa únicamente en las condiciones financieras presentes. También está basado en la profecía bíblica. En su destacado libro, Estados Unidos y Gran Bretaña en profecía, el Sr. Armstrong [solicite su copia gratuita o bájela gratis de nuestra página de la Web, www.laTrompeta.es ] explica que los pueblos anglosajones que se asentaron en Gran Bretaña y Estados Unidos son en realidad descendientes de los antiguos israelitas. Esta asombrosa verdad significa que todas las profecías del tiempo del fin en la Biblia concernientes a Israel son principalmente dirigidas a Estados Unidos y Gran Bretaña. Una serie de profecías en Deuteronomio revela las maldiciones específicas que descenderán en Israel del tiempo del fin después de apartarse de la ley de Dios.
“Pero acontecerá, si no oyeres la voz de [el Eterno] tu Dios, para procurar cumplir todos sus mandamientos y sus estatutos que yo te intimo hoy, que vendrán sobre ti todas estas maldiciones, y te alcanzarán (…). El extranjero que estará en medio de ti se elevará sobre ti muy alto, y tú descenderás muy abajo. Él te prestará a ti, y tú no le prestarás a él; él será la cabeza y tú serás por cola (…) [el Eterno] traerá contra ti una nación de lejos, del extremo de la tierra, que vuele como águila, nación cuya lengua no entiendas (…). Pondrá sitio a todas tus ciudades, [puertas], hasta que caigan tus muros altos y fortificados en que tú confías, en toda tu tierra; sitiará, pues, todas tus ciudades y toda la tierra que [el Eterno] tu Dios te hubiere dado” (Deuteronomio 28:15, 43-44, 49, 52).
Este pasaje predice problemas de deuda cuando dice: “Él te prestará a ti, y tú no le prestarás a él”. También indica una guerra comercial y sanciones económicas paralizantes cuando dice: “[P]ondrá sitio en todas tus ciudades [puertas]”.
Otras profecías revelan que Asiria será “la vara” de la ira de Dios y “el báculo” de su indignación contra EE UU (Isaías 10:5; Lamentaciones 5:6; Ezequiel 23:9). Estados Unidos y Gran Bretaña en profecía explica cómo los antiguos asirios se establecieron en la Alemania moderna. Entonces, finalmente será Alemania la que se asocie con otras nueve naciones en Europa para asediar e invadir a EE UU (Apocalipsis 17:12-13). Esta es una profecía impactante que sólo puede ser cumplida si un súper Estado europeo supera a EE UU en poder económico y militar.
¿Cómo sucederá esto?
Todo indica que una crisis financiera global está a punto de tumbar a EE UU de su presente altura vertiginosa, permitiendo a Europa y sus aliados usurpar su dominio económico.
Colapso de la moneda
Si una crisis financiera masiva centrada en EE UU es el catalizador que precipita el surgimiento de la séptima y última resurrección del Sacro Imperio Romano, como el Sr. Armstrong predijo, entonces el mundo está listo para otro cambio en las monedas de reserva. Y con la tecnología moderna, será incluso más rápido que la última vez.
Cuando los inversionistas comiencen a liquidar dólares y corran a otras monedas, la demanda por bonos del Tesoro de EE UU caerá en picada y las tasas de interés subirán a las nubes. EE UU ya está gastando el 11% del total de sus ingresos fiscales, sólo en pagar el interés de su deuda. Pero si las tasas de interés volvieran al nivel que estaban hace sólo cuatro décadas, durante la recesión de 1981-1982, EE UU tendría que gastar el 44% de sus ingresos fiscales en intereses.
Le sería muy difícil financiar tanto a su ejército como a su gigantesco compromiso de ayuda social.
Bajo tales condiciones, le sería casi imposible al gobierno pedir dinero prestado. La nación se vería forzada a reducir los gastos o comenzar a imprimir dinero en lugar de pedir prestado. Eso significaría imprimir 2 billones de dólares cada año sólo para pagar los intereses de la deuda y mantener el gobierno funcionando. Imprimir dinero a tal escala no puede hacerse indefinidamente, sin causar hiperinflación. El valor de cada dólar individual disminuiría a medida que la nación inyecte más y más dólares.
Una vez que el dólar pierda su estatus de moneda de reserva, ¡el colapso económico lo seguirá con fuerza!
Solo mire a Venezuela para saber qué sucede cuando una nación aislada financieramente tiene que imprimir cantidades masivas de dinero para permanecer a flote económicamente. Cuando esta nación entró en una crisis económica en 2013, su gobierno respondió imprimiendo 500 millones de bolívares. Esto expandió en un 70% el flujo y suministro monetario de la nación, pero causó que el valor del bolívar cayera en picada un 44%. En los cinco años posteriores, la nación ha impreso 80 billones de bolívares más. El valor del bolívar se ha reducido hasta el punto en que literalmente uno tiene que ser millonario, para comprar una taza de café.
Condiciones similares vendrán a EE UU después que el dólar sea destronado, y la nación esté asediada económicamente.
Es hora de prestar atención a la advertencia y entender que Dios permitirá que la calamidad económica caiga sobre EE UU por una razón: para corregir a las personas por apartarse de Sus mandamientos y estatutos.
Estas profecías son alarmantes. Pero si usted es movido a la acción y se anima a buscar a Dios y Su protección, ¡entonces no hay nada más emocionante en este planeta! ▪