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Cómo las amas de casa ayudan a la economía
Las madres que se quedan en casa tienen preocupados a los economistas. De acuerdo a los cálculos del gobierno, las mujeres constituyen el 51 por ciento de la población de Estados Unidos, pero son solo el 46 por ciento de sus empleados. La principal razón por la discrepancia es que hay como 10 millones de madres en el país que se quedan en casa, comparado a 2 millones de padres que permanecen en casa.
Si las mujeres participaran en el campo laboral oficial en la misma proporción que los hombres, el pib (producto interno) de la nación sería un 5 por ciento mayor de lo que es hoy. Esa es una diferencia de $900 mil millones en bienes y servicios. Al menos este es el argumento de Janet Yellen, la presidenta de la Reserva Federal.
En mayo, durante un discurso en la Universidad Brown en Providence, Rhode Island, Yellen dijo que Norteamérica se está quedando atrás de las economías avanzadas de Europa, parcialmente debido a la baja tasa de participación femenina en la fuerza laboral de Estados Unidos. Ella citó un estudio en 2012 de la firma de consultoría de estrategia global Strategy& que hace un caso convincente de que el pib de hecho aumentaría el 5 por ciento si el empleo de las mujeres se elevara a la par del de los hombres.
Pero este estudio no pretende medir el valor económico del trabajo que ya está siendo hecho por las mujeres que Yellen quiere atraer a la fuerza laboral oficial. Las ecuaciones que los economistas usan para calcular el pib excluyen el trabajo que las madres hacen en casa como mano de obra no mercantil.
El fallecido economista Paul Samuelson bromeó que el pib cae cuando un hombre se casa con su ama de llaves. Ya que ella ahora es sostenida por su esposo en vez de por un empleador reconocido por el Servicio Interno de Rentas [irs], y que entonces su contribución oficial a la economía se borra, incluso si ella continúa haciendo el mismo trabajo.
Por supuesto, ser ama de casa es un arte mucho más complicado y sofisticado que solo hacer la limpieza. Esto lo hace difícil estimar su valor económico. Un estudio conducido por la Oficina de Análisis Económico de EE UU sugiere que el pib sería el 26 por ciento más alto si se incluyeran el trabajo doméstico y el cuidado de los niños en hogares privados. El American Time Use Survey estima que la madre que permanece en casa realiza un promedio de 18 horas en cuidado de niños y 30 horas de trabajo en casa cada semana.
En realidad, la madre que permanece en casa ya es una profesional de tiempo completo en una industria de $4,7 billones de dólares.
Pero los estadistas del gobierno ignoran este sector de la economía. Tal vez deberíamos llamarlo “producción doméstica no comercial” para hacerlo sonar más oficial. Ahora Yellen y otros están exigiendo que las madres apaguen este motor de creación valiosa y vayan a conseguir trabajos en edificios de oficinas, fábricas, restaurantes, etc.
De acuerdo a un reporte del McKinsey Global Institute, en 2014 las mujeres contribuyeron $6,9 billones de dólares al pib oficial de EE UU, comparado a $10,3 billones de dólares de los hombres. La inferencia fue que las mujeres representan sólo el 40 por ciento de la productividad del país. Pero las mujeres también producen cerca de dos tercios de la producción doméstica no comercial en Norteamérica. Así que su contribución real al mercado laboral está más cerca a los $9,7 billones de dólares, comparado a $11,7 billones de dólares contribuidos por los hombres.
Aun así estos datos representan un cuadro parcial. Un estudio en 2004 en el American Economic Review encontró que la motivación y apoyo que una esposa le provee a su esposo, conduce a que él esté más comprometido con su trabajo, aumentando sus ingresos en aproximadamente un 27 por ciento. Dado que la mitad de los hombres en Estados Unidos están casados, aproximadamente $1 billón de dólares de sus salarios combinados podrían ser atribuibles al apoyo que reciben de sus esposas.
Pero los beneficios sociales de madres dedicadas llegan a ser incluso más obvios cuando se tiene en cuenta su efecto sobre los hijos. El investigador de la Escuela Harvard de la Salud Pública, Jody Heymann, encontró que por cada hora que un niño es dejado sin supervisión entre las 6 y 9 p.m., tiene el 16 por ciento más de probabilidades de tener un puntaje muy bajo en una prueba estandarizada de matemáticas. Otros estudios demuestran que los niños sin supervisión tienen más probabilidades de usar drogas o alcohol, tener sexo y cometer crímenes. A pesar de esto, de acuerdo a una encuesta del Urban Institute, 1 de cada 5 pre-adolescentes (de edades de 6 a12) regularmente son dejados solos en casa después de la escuela mientras ambos padres están en el trabajo. Aunque el impacto económico negativo de la falta de cuidado de los niños puede no ser inmediato, definitivamente reducirá la productividad oficial y no oficial de la siguiente generación.
Dios creó a la familia para que sobresaliera, aprovechando la especialización de faenas entre esposo y esposa. Cualquier economista honesto le dirá que este modelo conduce a una productividad mayor. Aquellos que ignoran las contribuciones que las amas de casa proveen a la economía y tratan de “culparlas” para que consigan trabajos en empresas, no están tratando de hacer crecer la economía de Estados Unidos. Están tratando de revolucionar la cultura de Norteamérica a su gran deterioro. Una familia fuerte construida en el modelo bíblico, con un padre y una madre fielmente casados, centrados en la familia y con la intención de cumplir sus respectivos roles, es un ideal que debería ser valorado por cualquier persona de pensamiento claro, ¡y ciertamente por cualquier economista de pensamiento claro! ▪