ISTOCK.COM/ANGEL MATO
Cómo encontrar la Obra de Dios
¡Estos son días maravillosos! ¡Qué momento para estar vivo y apoyar la obra de Dios! Dios nuestro Hacedor está llegando a este mundo oscuro y moribundo en sus últimos días. Él está suplicando arrepentimiento y cambio antes de que sea demasiado tarde físicamente. Pero la mayoría de la gente no lo ve. La mayoría de la gente no reconoce lo que Él está haciendo.
Dios está pasando misericordiosamente por nuestras naciones con Su mensaje, [tolerándonos] una última vez (vea Amós 7:8). Él está haciendo sonar la alarma una última vez antes del terrible sufrimiento de la Gran Tribulación que profetizó Jesucristo. Él también está proclamando Su mensaje de esperanza. Después que nuestros gobiernos y pueblos sucumban a ese mortal cataclismo global, Él regresará y establecerá Su gobierno (Mateo 24:21-22). ¡Ésta es la única esperanza de la humanidad!
La Trompeta ha estado exponiendo importante historia del antiguo Israel sobre el reinado del primer Jeroboam (siglo X a.C.) y Jeroboam ii (siglo VIII a.C.). Entre estos dos reinados, otros 11 monarcas israelitas gobernaron por espacio de unos 115 años. Esta historia está cubierta en el libro bíblico de Reyes. Los descendientes modernos de los reinos de Israel y Judá son los estadounidenses, los británicos, los judíos y otras naciones de la Mancomunidad Británica. ¡Dios preservó esta historia por más de 2.800 años porque también es profecía para hoy! El Jeroboam del tiempo del fin es el presidente Donald J. Trump.
Los lectores de la Trompeta están ahora familiarizados con esta historia. Pero hay mucho más en el relato, y usted puede leerlo en el mismo libro de Reyes (2 Reyes 14:23-29). De hecho, eso está justo en el medio de esta historia. Me refiero al papel de la obra de Dios administrada a través de Sus fieles profetas, Elías y su fiel sucesor, Eliseo.
Esta historia, le muestra cómo encontrar la obra de Dios.
Dos siervos piadosos
Elías, cuyo nombre significa “mi Dios es Dios”, llevó el mensaje de Dios a la nación pecadora y a los reyes pecadores de Israel (lea 1 Reyes 17-19). El ministerio de Eliseo se registra en 2 Reyes 1-13. Hubo muchos otros profetas e hijos de los profetas durante este tiempo, pero Dios registra más detalles sobre Elías y Eliseo ¡porque estos dos profetas fueron los precursores de dos siervos piadosos que aparecerían en estos últimos días!
Durante casi un siglo, Herbert W. Armstrong y Gerald Flurry han profetizado en el espíritu de Elías y Eliseo. Ellos han advertido a nuestras naciones que nuestros pecados contra Dios y Su gobierno, están conduciendo a calamidades nacionales y cautiverio. Ellos han proclamado la esperanza del verdadero evangelio: que Jesucristo está a punto de regresar y gobernar al mundo desde Jerusalén.
Los israelitas modernos en EE UU y más allá están ignorando el mensaje de Dios, como lo hicieron sus antepasados en los días de Elías y Eliseo. Muchos no saben que este mensaje existe, ¡o ni que Dios existe! Muchos creen en ideas falsas de Dios, “falsos cristos y falsos profetas”, como Jesús profetizó en Mateo 24. ¡Los hombres como Elías, Eliseo e incluso Cristo fueron casi siempre ignorados o rechazados por sus contemporáneos!
Note lo que Cristo les dijo a los judíos de su tiempo: “Y en verdad os digo, que muchas viudas había en Israel en los días de Elías, cuando el cielo fue cerrado por tres años y seis meses, y hubo una gran hambre en toda la tierra; pero a ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a la mujer viuda en Sarepta de Sidón” (Lucas 4:25-26). Con Israel y sus viudas languideciendo de hambre, Dios no envió a Elías a ninguna de ellas. ¿Por qué? ¿Qué está señalando Jesús?
Estos judíos sabían acerca de Elías y asumieron que había sido enviado para sacudir a Israel, para realizar muchos milagros poderosos, para ayudar a las viudas y curar multitudes. Asumieron que si Jesús era un verdadero siervo de Dios como lo era Elías, estaría sacudiendo a su nación de tal manera que miles de personas y muchos líderes importantes reconocerían eso y Lo seguirían.
Pero Elías no hizo tal cosa. Ni Cristo tampoco. Ni tampoco la obra de Dios hoy día.
Durante esa hambruna, Dios envió a Su siervo completamente fuera de Israel. En cambio, él vivió en una ciudad pagana gentil, asistido por una viuda. La gente no vio ninguna obra poderosa, popular y universal de Dios. Incluso la gente de la nación de Elías, la nación de Dios, no la reconoció como obra de Dios. ¡Sin embargo, fue la obra de Dios!
Entonces, cuando usted esté buscando respuestas a la locura sucediendo en esta nación [EE UU] y en este mundo, sería prudente buscar no algo favorecido por las masas (ya sea liberales o conservadoras), ¡sino algo favorecido por Dios! Encuentre Su mensaje, ¡el mensaje de la Biblia! Y si no puede encontrarlo en las estructuras de poder político o religioso de la nación, busque en otro lugar; sólo asegúrese de que coincida con la Biblia.
“Y muchos leprosos había en Israel en tiempo del profeta Eliseo; pero ninguno de ellos fue limpiado, sino Naamán el sirio” (versículo 27). Jesús señaló que la obra de Dios fue del mismo modo con Eliseo. La Biblia lo registra participando en una sola curación, no en decenas de curaciones dramáticas que atrajeron a grandes multitudes y un apoyo poderoso.
¿Qué estaban haciendo estos hombres de Dios?
Un profeta sin honor
Recuerde, ¡el que habla aquí es Jesucristo! Él realizó milagros de curación, sin embargo, incluso el Hijo de Dios que vino a la Tierra casi siempre fue ignorado y enfrentado por la humanidad (por Su propia nación), ¡incluso por Su propia ciudad!
“Y añadió: De cierto os digo, que ningún profeta es acepto en su propia tierra” (Lucas 4:24).
¡Los israelitas de la época de Elías, los judíos de la época de Jesucristo, las personas de nuestro tiempo no entienden la obra de Dios! ¡No entienden a Dios! Ésto es lo que Jesucristo está enseñando aquí. Pero Dios sí tiene una obra. Y Él quiere que usted la encuentre. Y puede hacerlo, si mira lo que Cristo nos está diciendo a través de la Biblia y a través de Su verdadera Iglesia.
“No entendían la obra de Elías”, escribe mi padre en From the Beginning (disponible en inglés). “Elías fue enviado sólo a una viuda. Fue enviado principalmente para revelar al verdadero Dios. Ésa era su misión o propósito. No fue enviado para salvar a las viudas ni para curar a la gente. Si los judíos hubieran escuchado a Juan el Bautista, un tipo de Elías, ¡hubieran sabido quién era el Hijo de Dios! Hasta el día de hoy, ellos todavía no lo saben”.
¡Esta es la enseñanza de la Biblia! La gente espera que Dios se revele en sus propios términos. Ellos construyen religiones y civilizaciones enteras a su manera. ¡Pero la lección de toda la historia humana que ahora nos mira a la cara es que eso no funciona! ¡Nuestra única esperanza es buscar a Dios en Sus términos!
“Y se escandalizaban de él. Pero Jesús les dijo a ellos, un profeta no carece de honra, excepto en su propia país y en su propia casa” (Mateo 13:57, vkj). ¡Esta era una enseñanza impopular e incómoda! Las personas religiosas Lo rechazaron, pero Dios y Cristo les permitieron esa elección.
Jesús había estado hablando de profecías con estos judíos, y Lucas 4:22 dice: “Y todos daban buen testimonio de él, y estaban maravillados de las palabras de gracia que salían de su boca, y decían: ¿No es éste el hijo de José?”. Es posible que estuvieran dispuestos a escuchar tales instrucciones de un miembro del Sanedrín, del equivalente antiguo a un “consejero espiritual del presidente”. ¡Pero no estaban dispuestos a escucharlo del hijo de este carpintero!
“Porque Jesús mismo dio testimonio de que el profeta no tiene honra en su propia tierra” (Juan 4:44). Qué lección crucial para nosotros hoy. Y si usted está buscando la obra de Dios, no la encontrará en una organización política ni religiosa poderosa con multitud de seguidores. La encontrará en un lugar que enseña lo que Jesucristo enseñó; en un lugar probablemente tan impopular ahora, como en aquel entonces lo fue Jesús.
Un Elías del tiempo del fin
Note otra enseñanza de Jesús en Mateo 17:10-12. Jesucristo profetizó que justo antes que regresara para gobernar el mundo, vendría un hombre con el mismo espíritu que había dado poder a Elías y a Juan el Bautista. ¡Ese hombre ya vino! Él hizo grandes cosas para Dios y la gente reconoció que había algo especial en él y en su trabajo. En las Filipinas y otras naciones, las multitudes se reunían para darle la bienvenida y escucharlo hablar. Líderes mundiales se reunieron con él para hablar de los asuntos más importantes, la condición humana, el camino hacia la paz; estos líderes incluyeron a Anwar Sadat y literalmente a docenas de otros presidentes, primeros ministros, legisladores, jueces y ejecutivos.
Ese hombre fue Herbert W. Armstrong. A él lo honraron reyes, reinas, emperadores, presidentes y primeros ministros de muchas naciones. Pero ¿lo honró la gente de Estados Unidos, su país? No tanto. Él dirigió una Iglesia que proclamó el mensaje de Dios a nivel mundial, pero en su mayor parte, ¿cómo se comparaba su membresía con las iglesias evangélicas y de la corriente principal de EE UU? Era sólo una décima parte del 1%.
Este es un principio fundamental para encontrar y seguir la obra de Dios y, por lo tanto, seguir a Dios. Si lo entiende, en realidad le incomoda un poco. Todos tenemos esta tendencia humana de mirar al mundo e incluso a Dios Mismo de acuerdo con nuestras propias ideas sobre el bien y el mal. Esto fue cierto en la vida de Elías; fue cierto en la vida de Jesucristo; es cierto hoy.
¡Esta profunda falla en la naturaleza humana casi causó el final prematuro de la vida humana de Jesús! “Al oír estas cosas, todos en la sinagoga se llenaron de ira; y levantándose, le echaron fuera de la ciudad, y le llevaron hasta la cumbre del monte sobre el cual estaba edificada la ciudad de ellos, para despeñarle” (Lucas 4:28-29).
¡Ésa es la naturaleza humana!
Vemos ejemplos indignantes de personas que hablan sobre “verdades alternativas” y de “mi verdad”. Pero el hecho es que, todos tenemos un razonamiento humano defectuoso y una naturaleza humana auto engañosa (Jeremías 17:9). Cuando Dios nos muestra los hechos reales y la verdad real, podemos optar por hacer lo que es incómodo y admitir que estamos equivocados, o podemos seguir adelante y sacarlo de nuestra mente.
Juan 10:40-41 dice que Jesús fue más allá del Río Jordán, lejos de los centros de poder para la gente religiosa de Su época, a un lugar “donde primero había estado bautizando Juan; y se quedó allí. Y muchos venían a él, y decían: Juan, a la verdad, ninguna señal hizo; pero todo lo que Juan dijo de éste, era verdad”.
¡Vaya! Juan el Bautista no hizo ningún milagro, ¡aunque fue el tipo de Elías, el hombre que preparó a la humanidad para la venida del Hijo de Dios! Sin embargo, Jesucristo dijo que no había hombre mayor que hubiera nacido de una mujer (Mateo 11:11).
“Todas las cosas que Juan habló de Cristo eran verdad”, escribe mi padre en Desde el principio. “Todo el mundo en ese momento y a lo largo de la historia debería haber sabido quién era Jesucristo. El propósito de Juan era revelar al Dios verdadero, el verdadero Cristo. Juan reveló todo acerca del Señor (el Dios que se convirtió en Jesucristo) desde el principio.
“El Sr. Armstrong no realizó muchas grandes sanidades ni hizo numerosos milagros. No sacudió a las naciones como un grupo laodiceno dijo que Elías lo haría. Pero sí reveló al Dios verdadero, ¡razón por la que Dios lo envió!”.
¿Está su religión revelando al Dios verdadero? ¿Es su propia definición de lo correcto y lo incorrecto, su propio conjunto de hechos, su propia “verdad” o su propia religión, lo que revela al Dios verdadero? ¿O es la revelación del Dios verdadero hecha sólo por Dios Mismo, a través de Su Biblia y a través de Su obra? ¿Se hace en sus propios términos, o en los términos de Él?
Incluso si usted es conservador, religioso y devoto, debe ser corregido. Tiene que dejar que Dios le muestre la verdad. Usted necesita comparar lo que escucha y lo que piensa con la única fuente de verdad, ¡que es Dios Mismo! Ore a Él con sinceridad y humildad, y Él le responderá. Él le mostrará dónde está Jesucristo hoy. Y si ocurre que esa obra de Dios está en su propio país, de usted depende el decidir si va a honrarla. ▪
EL INCREÍBLE POTENCIAL HUMANO
Este es el asombroso relato del verdadero mensaje evangélico de Jesucristo-y de cómo la dimensión faltante fue retenida y el mundo entero engañado.