Cómo caminar con Dios

Una tarde soleada el pasado otoño, mi familia y yo nos detuvimos en un mercado de agricultores grande. Los trabajadores vendían frutas y verduras frescas dentro del edificio principal. Las familias escuchaban una banda en vivo. Los niños pequeños se perseguían en una carrera de obstáculos con vallas de heno. En la parte trasera de la propiedad, algunos intentaron un extenso laberinto de maíz. Si alguna vez ha intentado un laberinto de este tipo, usted sabe que puede ser un verdadero desafío. Hay muchos caminos que se pueden tomar a través de esos altos tallos de maíz. Todos parecen similares. Todos parecen llevar a alguna parte. Pero sólo uno lo hace realmente.

El cristianismo moderno es como un gran laberinto. Muchas opciones diferentes parecen buenas, pero las personas que están dentro están confundidas y se dirigen a callejones sin salida.

Esto es exactamente como Jesucristo dijo que sería.

En Mateo 24, los discípulos de Cristo le preguntaron por la señal de Su venida y del fin de esta era de la civilización. Él les dio varias cosas que tener en cuenta: guerras, rumores de guerras, desastres naturales, hambre y enfermedades. Pero primero les llamó la atención sobre el peligro de ser engañados.

“Respondiendo Jesús, les dijo: Mirad que nadie os engañe. Porque vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo; y a muchos engañarán” (versículos 4-5).

Cristo advirtió sobre el engaño religioso, concretamente sobre el falso cristianismo. Y es así que el cristianismo moderno ofrece muchos caminos diferentes que parecen conducir a Jesucristo. Pero sólo uno lo hace realmente.

Entonces, ¿qué camino toma un verdadero cristiano? ¿Cómo debe vivir? ¿Cómo puede saberlo? No tiene que adivinar. Dios revela en Su Palabra el camino que debe seguir un cristiano. Si usa la Biblia como su guía, le llevará por el camino correcto.

Dios nos instruye a seguir el mismo camino que siguió Jesucristo. “El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo” (1 Juan 2:6). La única manera para que un verdadero cristiano camine es seguir el ejemplo de Cristo. 1 Pedro 2:21 muestra que debemos seguir los pasos de Jesús. Él siempre hizo las cosas que agradaban a Su Padre, poniendo la voluntad de Su Padre por encima de la Suya (Lucas 22:42).

Cristo vivió una vida perfecta y sin pecado (1 Pedro 2:22). Y hay otros que también caminaron con Dios. La Biblia registra que Enoc caminó con Dios (Génesis 5:22). Hebreos 11:5 muestra que Enoc agradó a Dios. Hebreos 11 enumera a muchos otros que siguieron fielmente a Dios.

¿Cómo caminaban estas personas con Dios?

En Levítico 26, Dios mostró a los antiguos israelitas dos caminos. Uno llevaría a maldiciones e infelicidad. El otro complacería a Dios y conduciría a las bendiciones. ¿Y cuál era ese camino? “Si anduviereis en mis decretos y guardareis mis mandamientos, y los pusiereis por obra” (Levítico 26:3). Este capítulo detalla todas las bendiciones que resultarían de caminar en Sus estatutos y guardar Sus mandamientos. En el versículo 12, Dios dijo que si los israelitas le obedecían, Él caminaría entre ellos.

“Pero si no me oyereis, ni hiciereis todos estos mis mandamientos”, afirma Dios en el versículo 14, el resultado serían maldiciones.

En el versículo 21, Dios dice que desobedecer Sus leyes significaría que Israel estaba caminando en contra de Él. Observe los resultados en el versículo 24: “yo también procederé en contra de vosotros, y os heriré aún siete veces por vuestros pecados”.

Está claro que caminar con Dios significa guardar Sus mandamientos.

En Apocalipsis 18:4, en medio de una profecía de las calamidades que caerán sobre la civilización humana antes de la Segunda Venida, está esto: “Y oí otra voz del cielo, que decía: Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas”. Dios instruye a los verdaderos cristianos a que vivan de diferente manera a la gente del mundo; incluso a los de otras religiones, incluyendo a aquellos que se creen cristianos pero que caminan por un camino diferente al que Cristo caminó.

Este es el mismo tipo de advertencia que Dios dio en Levítico 26:14-41. Hay maldiciones por caminar en contra de Dios en desobediencia. ¡Pero hay grandes bendiciones por caminar con Dios en obediencia!

Un verdadero cristiano camina con Dios guardando Sus leyes. Vivir así es un ejemplo maravilloso para este mundo (Mateo 5:14-16). Es un camino desafiante, y recorrerlo requiere el poder del Espíritu de Dios (ver Mateo 7:13-14; Romanos 8:9-10).

Así es como se resume el caminar con Dios en nuestro curso por correspondencia: “Un cristiano se ha arrepentido sinceramente de sus pecados y se esfuerza, con la ayuda del Espíritu Santo de Dios, por vivir según las enseñanzas de su Salvador. Está tratando de hacer la voluntad de Dios en cada aspecto de su vida, tal como se revela en la Biblia. ¡Y se está convirtiendo en un receptor de la felicidad y las bendiciones que vienen de ser obediente a Dios!”.

Es posible encontrar el camino correcto y caminar con Dios, ¡y Él le bendecirá por ello! Comience por aprender a usar Su manual de instrucciones. Utilice la información que aparece en la contraportada de esta revista para inscribirse en nuestro Curso bíblico por correspondencia de Herbert W. Armstrong College.

NO HAY LIBERTAD SIN LEY

En todas partes, la gente lucha y se esfuerza por obtener mayor libertad. Al mismo tiempo, luchan contra la ley. Esto demuestra una peligrosa incomprensión de la naturaleza de la libertad verdadera y de la necesidad de una ley justa. El hecho es que sin ley no hay libertad verdadera. ¿Tiene usted la actitud hacia la ley que conduce a la libertad verdadera?