LA TROMPETA
Cambio repentino de los acontecimientos hace descarrilar la acusación contra Trump
Desde hace una semana circulan rumores por todo Estados Unidos de que el presidente Donald Trump estaba a punto de ser arrestado por el “pago de silencio” que realizó a una actriz estadounidense de cine pornográfico.
Trump niega las acusaciones de adulterio con Stephanie Clifford pero admite que su abogado pagó a Clifford 130.000 dólares para evitar que ella hiciera públicas sus afirmaciones sobre una aventura extramatrimonial. El fiscal de distrito de Manhattan, Alvin Bragg, quiere arrestar e inculpar a Trump por violar la ley de financiación de campañas al presentar los pagos del “dinero de silencio” como gastos legales de su campaña presidencial de 2016. Sin embargo, ahora parece que el fiscal Bragg pudo haber violado la ley.
Ocultando evidencia: el fiscal Bragg dijo al gran jurado que estaba evaluando los posibles cargos contra Trump que se quedara en casa el 22 de marzo, después de que un testigo dijera a los miembros del jurado que Bragg estaba ocultando cientos de páginas de pruebas que demostraban que Trump no era culpable de violaciones de financiación de campaña. Esta acusación puede que sea cierta o puede que no. Pero si es cierta, el propio Bragg puede ser acusado de mala conducta fiscal y ser enjuiciado. No está permitido escoger seis documentos de entre cientos y hacer un caso legal de que el presidente Trump violó la ley.
Ciclo mediático: Es probable que el fiscal Bragg abandone su caso contra Trump para alejarse de esta situación lo antes posible. Pero en muchos sentidos, el daño a la reputación de Trump ya está hecho. Millones de estadounidenses han visto la cobertura informativa de las acusaciones de que Trump cometió adulterio con una actriz de cine pornográfico y luego violó la ley de financiación de campañas para encubrirlo. Darán por sentado que las acusaciones son ciertas aunque Trump nunca haya ido a juicio. Así que, al igual que la redada del fbi en Mar-a-Lago el año pasado, este caso es un ejemplo de cómo las agencias de inteligencia están siendo utilizadas como armas en contra de los rivales políticos de Biden.
Doble estándar: los fundadores de Estados Unidos creían que el Estado de derecho era el primer principio de un gobierno libre. Por eso Samuel Adams escribió: “Habrá una sola norma de justicia para el rico y el pobre; para el favorito en la corte y para el campesino trabajando el arado”. La verdadera libertad no puede existir cuando los líderes se niegan a gobernar al pueblo según los principios legales establecidos y en vez de ello persiguen a sus enemigos basándose en fantasías o caprichos.
Sin embargo, Estados Unidos está hoy gobernado por los caprichos y antojos de la administración Biden. El “Estado profundo” está encubriendo cientos de páginas de pruebas que documentan las 459 violaciones de la ley estatal y federal por parte de Hunter Biden mientras intenta detener a Donald Trump por una violación de la financiación de la campaña que puede que ni siquiera haya cometido.
Por supuesto, el adulterio es una falta moral importante y, si Trump efectivamente lo hizo, los estadounidenses deberían preguntarse si desean en la Casa Blanca a un hombre que ha cometido un pecado moral tan grave. Pero el adulterio no es un delito enjuiciable en Estados Unidos, así que el procesamiento de Bragg es un caso claro de líderes estadounidenses que tienen una norma para el “favorito en la corte” y otra para “el campesino trabajando el arado”.
Obtenga más información: lea “El fin de la república constitucional de Estados Unidos”, por el redactor ejecutivo de la Trompeta Stephen Flurry.