(PETRAS MALUKAS/AFP/GETTY IMAGES)
Bielorrusia secuestra un avión y a un periodista
Un vuelo de Grecia a Lituania se vio obligado a aterrizar en Bielorrusia tras sobrevolar el espacio aéreo del país. El 23 de mayo, el vuelo Ryanair 4978 estaba casi fuera del espacio aéreo bielorruso cuando un caza MiG-29, enviado por órdenes directas del presidente bielorruso Alexander Lukashenko, lo obligó a aterrizar en la capital de Bielorrusia, Minsk. A bordo del vuelo se encontraba el activista antigubernamental Roman Protasevich. Las autoridades lo detuvieron junto con su novia, Sofia Sapega. Después, el vuelo se reanudó y aterrizó en su destino en Vilnius, Lituania.
Protasevich, de 26 años, es el cofundador y antiguo editor de nexta, un canal de medios de comunicación disidente en la aplicación de mensajería Telegram. Protasevich vive exiliado en Vilna desde 2019. Sin embargo, le sigue causando problemas al gobierno de Bielorrusia. Protasevich estaba regresando de una reunión con la líder de la oposición bielorrusa Svetlana Tikhanovskaya en Grecia.
La excusa de Bielorrusia para el “secuestro aéreo” fue una supuesta alerta terrorista. Minsk afirma que el grupo terrorista palestino Hamás colocó una bomba en el avión. Hamás niega cualquier implicación.
Después de su arresto, el gobierno publicó un video en el que Protasevich confesaba haber “organizado protestas masivas”. Podría enfrentar hasta 15 años de prisión. Protasevich estaba visiblemente nervioso. A pesar de que declaró que no tiene “ningún problema de salud” y que “los agentes de policía [le] trataron correctamente y de conformidad con la ley”, su nariz parecía fracturada y su cara cubierta de maquillaje. A pesar del maquillaje, se puede ver un moretón o algún tipo de arañazo en su frente. Es muy probable que fue torturado.
Bielorrusia es a menudo apodada “la última dictadura de Europa”. Lukashenko, un antiguo burócrata de la era soviética, controla Bielorrusia con mano de hierro desde 1994. Desde el pasado mes de agosto, decenas de miles de bielorrusos han protestado contra su gobierno. Lukashenko había reclamado un sexto mandato como presidente, a pesar de que las encuestas independientes a pie de urna daban la victoria a Tikhanovskaya. nexta fue uno de los pocos medios de comunicación independientes del país que cubrió las protestas.
El director general de Ryanair, Michael O'Leary, cree que entre los pasajeros del vuelo había agentes del kgb bielorruso. Otros cuatro pasajeros desembarcaron en Minsk y no se sabe nada de ellos. En el aeropuerto de Atenas, Protasevich fue seguido por un hombre que hablaba ruso y que intentó tomar fotos de sus documentos.
Tanto Grecia como Lituania son Estados miembros de la Unión Europea. Y la UE ha respondido rápidamente a las acciones de Lukashenko. Bruselas pidió que se prohibiera a las compañías aéreas con sede en la UE volar a través del espacio aéreo bielorruso. La UE también inició el proceso de prohibición de las aerolíneas bielorrusas en su espacio aéreo. Las compañías aéreas de la UE Lufthansa, Air France, klm, Scandinavian Airlines y AirBaltic, entre otras, han suspendido sus vuelos a través de Bielorrusia. British Airways hizo lo mismo.
“Esto es un ataque a la democracia”, dijo la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. “Esto es un ataque a la libertad de expresión y un ataque a la soberanía europea. Y este comportamiento escandaloso necesita una respuesta contundente”.
Muchos están centrando su atención en Lukashenko y sus acciones. Pero el secuestro aéreo no puede considerarse sólo una aventura bielorrusa. Hay que examinar de cerca la participación de Rusia.
Bielorrusia es un Estado ex soviético muy pobre, sin acceso al mar y con pocos amigos. Lo único que mantiene a flote el régimen de Lukashenko es el presidente ruso Vladimir Putin. Putin contribuyó a mantener a Lukashenko en el poder durante las protestas del año pasado. Rusia y Bielorrusia están bajo el acuerdo del Estado de la Unión: han sincronizado sus fronteras, leyes de inmigración y ejércitos de forma similar a la UE. El comercio con Rusia es el sustento de Minsk. Bielorrusia debe ser considerada poco más que un Estado satélite de Rusia.
Y es poco probable que Lukashenko hubiera intentado algo tan audaz sin el apoyo del Kremlin.
El ministro de Asuntos Exteriores británico, Dominic Raab, señala a Rusia. “Es muy difícil creer que este tipo de acción haya podido llevarse a cabo sin la aquiescencia de las autoridades de Moscú”, dijo en la Cámara de los Comunes.
Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, dijo que Minsk adoptó un “enfoque absolutamente razonable”. La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, Maria Zakharova, acusó a Occidente de hipocresía, afirmando que sus gobiernos han realizado actos similares. Leonid Kalashnikov, miembro de la Duma (el parlamento ruso), dijo que si Bielorrusia ve “una amenaza a su seguridad, entonces debe combatir tal amenaza”.
Está claro que Rusia apoya a su amiguito.
Este incidente ocurre justo cuando las relaciones rusas con Europa se están deteriorando. A principios de este año se reveló que Rusia había infiltrado dos ministerios de defensa de la UE. El ejército ruso también ha ampliado su presencia en Nagorno-Karabaj, un territorio disputado entre Armenia y Azerbaiyán en el Cáucaso. Rusia ha amenazado con intensificar la guerra en Ucrania aumentando las tropas a lo largo de la frontera ucraniana. El controvertido gasoducto Nord Stream 2, una preocupación de seguridad para muchos países de Europa del Este, está a punto de terminarse.
No hace falta decir que Rusia está poniendo muy nerviosos a muchos europeos.
La Trompeta lleva años observando las relaciones ruso-europeas. Desde que Vladimir Putin tomó el control de Moscú, Rusia ha alcanzado niveles de poder que no se habían visto en décadas.
Pero a medida que Putin aumenta su poder, también lo hace Europa. Muchos países de Europa del Este intentan integrarse lo más posible a la UE, en parte por temor a Putin. El secuestro del avión bielorruso es otro empujón hacía esa integración con la UE.
“El presidente Putin tiene el poder militar y la voluntad para usarlo”, escribe el redactor jefe de la Trompeta, Gerald Flurry, en su folleto gratuito El ‘Príncipe de Rusia’ profetizado. “EE UU tiene el poder, pero le falta la voluntad para usarlo. Por eso nos agachamos ante este ‘imperio maligno’, como el presidente Ronald Reagan alguna vez lo llamara. Ningún líder en Rusia ha igualado la maldad diabólica de Putin desde Joseph Stalin”.
“La crisis en Ucrania continúa, y mientras tanto EE UU está durmiendo. ¡Pero Europa está profundamente alarmada! ¡Los cambios que esta crisis provoca en Alemania y Europa estremecerán a las naciones!”
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EL ‘PRÍNCIPE DE RUSIA’ PROFETIZADO
Vladímir Putin está jugando un papel clave en la profecía bíblica. Todo líder mundial necesita entender cuán crítico va a ser ese papel. Estamos entrando en la peor crisis jamás en la historia del hombre. Esta profecía es ambos lamentable y sumamente inspiradora a la vez.