JULIA GODDARD/TRUMPET
Australia: una advertencia para el mundo
En las últimas tres décadas, el mundo ha estado acercándose más a China. De todas las principales naciones occidentales, Australia se ha acercado más que cualquier otra. Y ahora se está dando cuenta de las terribles consecuencias de ese apego.
Puede que sea demasiado tarde para que los australianos salgan de la relación. Pero su destino es una poderosa advertencia para el resto del mundo.
Dinero, dinero, dinero
Todo comenzó con una relación de negocios.
Después de crecer a una impresionante tasa anual de alrededor del 10% por unos 30 años, China es ahora, según algunas mediciones, la economía más grande del mundo. Se necesita una gran cantidad de materias primas para impulsar tal crecimiento, convirtiendo a Australia en un socio comercial perfecto.
En 2017, un tercio de las exportaciones de Australia se dirigieron a China, y cerca de un cuarto de sus importaciones provenían de China.
Pronto la relación económica fue más allá del comercio. China comenzó a comprar grandes extensiones de territorio australiano. Compañías chinas poseen más del 1% de la superficie terrestre de Australia, incluyendo minas de carbón, compañías de energía, granjas de ganado, centros turísticos e incluso decenas de miles de casas privadas.
Para finales de 2019, China era oficialmente el noveno inversor extranjero más grande de Australia. Sin embargo, gran parte de la inversión china es además canalizada a través de Hong Kong, su quinto mayor inversor.
La floreciente relación económica afectó otras áreas de la vida australiana. En 2015, una empresa china estrechamente vinculada al gobierno comunista de China firmó un contrato de arriendo por 99 años del puerto más septentrional de Australia, en Darwin. El puerto es vital para el ejército australiano y también aloja una base militar de Estados Unidos. Las compañías chinas también firmaron contratos por 99 años de arriendo en el puerto de Newcastle, una participación en el puerto de Melbourne y un arriendo de 100 años en el aeropuerto Merriden de Australia occidental.
Todo este intercambio requería una relación política estrecha. En 2014 el gobierno australiano invitó al presidente Xi Jinping a dirigirse al Parlamento.
Encubierto
Pero esta relación política desarrolló un lado oscuro. China está siendo acusada de manera creíble de sobornar a políticos australianos e interferir en las elecciones australianas.
En 2017, la estación de televisión pública de Australia, abc, emitió un reportaje mostrando que los multimillonarios afiliados con el Partido Comunista Chino (PCCh) estaban donando millones [de dólares] a los partidos políticos australianos y formando estrechas relaciones con las élites políticas de Australia. En 2018, el profesor de ética de la Universidad Charles Sturt, Clive Hamilton, publicó un explosivo libro titulado Invasión silenciosa. En éste documenta la infiltración del gobernante PCCh en corporaciones australianas, universidades, gobiernos e incluso en religiones.
Hamilton advierte que China está convirtiendo a Australia en un Estado títere. Australia, dice él, ha recibido una ola de “multimillonarios con historias turbias y estrechos vínculos con el partido, dueños de medios de comunicación creando portavoces de Pekín, estudiantes ‘patriotas’ con el cerebro lavado desde el nacimiento, y profesionales agrupados en asociaciones pro-Pekín creadas por la embajada china”. Hamilton alega que los espías chinos coordinaron una penetración en todos los niveles de la sociedad australiana.
Posterior a estas acusaciones, el senador australiano Sam Dastyari renunció y la nación tuvo que cambiar sus reglas sobre los políticos que reciben donaciones del extranjero.
Otros políticos parecen haber recibido sobornos apenas disfrazados. El enviado especial Andrew Robb, por ejemplo, fue el hombre que firmó el contrato de arriendo del Puerto Darwin por un siglo. ¿Y qué le esperaba inmediatamente después de dejar el cargo político? Un estimado de 2 millones de dólares más gastos durante tres años, en la empresa a la que acababa de arrendar el puerto.
Pero la influencia china en la gobernabilidad australiana ha sido incluso más agresiva que todo esto. Tres meses antes de las elecciones de 2019 en Australia, alguien ‘hackeó’ los sistemas de computadoras del Parlamento australiano y todos los principales partidos políticos del país. El primer ministro australiano, Scott Morrison, dijo en ese momento que el ataque era “sofisticado” y probablemente obra de un gobierno extranjero.
Desde entonces ha salido a la superficie que aquel gobierno sofisticado extranjero era China.
Guerra comercial
La infiltración y agresión china ha causado que los australianos cambien su postura hacia su grande y rico vecino del norte.
El cambio de rumbo comenzó gradualmente. En 2016 el gobierno australiano bloqueó la inversión china en la infraestructura energética del país por motivos de seguridad nacional. En 2018 le bloquearon a Huawei Technologies el desarrollo de la red 5G de Australia.
Pero el verdadero quiebre vino este año. Australia intentó responsabilizar a China por la propagación del covid-19, y realizó investigaciones sobre los orígenes del virus.
China reaccionó con furia. El PCCh impuso aranceles a la cebada, al trigo y el carbón australiano. Encontraron un aumento repentino de “defectos” en el cobre australiano, el algodón, las langostas [marinas], el azúcar y la madera. Bloqueó las importaciones de cordero australiano por temor a contaminación por covid, mientras que la carne de países con tasas mucho más altas de covid pasaba sin dificultad. Alrededor del 40% de las exportaciones de vino de Australia iban a China. En noviembre, el partido impuso aranceles masivos de hasta un 200% sobre ese vino. Semana tras semana, China está aumentando el daño económico con más aranceles.
Otros golpes de China han sido aún más bajos. El 30 de noviembre de 2020, una cuenta oficial de Twitter del ministerio de Relaciones Exteriores de China publicó una foto falsa que mostraba a un risueño soldado australiano sosteniendo un cuchillo ensangrentado en la garganta de un niño afgano con la frase, “¡No tengas miedo, hemos venido a traerte paz!”
Las investigaciones australianas sobre la conducta de sus tropas en Afganistán no encontraron evidencia de que soldados australianos hayan matado a niños. Pero China está esparciendo la mentira, una acusación que fácilmente podría conducir a un ataque terrorista contra Australia.
A medida que la escaramuza política y comercial ha empeorado, China ha emitido un ultimátum de 14 puntos a Australia. Los australianos pueden volver a comprar y vender con los chinos como solían hacerlo sólo si el gobierno australiano abre el país a la inversión china y deja de criticar al gobernante Partido Comunista Chino.
¿Cómo aguantará Australia bajo esta presión? La infiltración china ha sido tan profunda que la nación se embarca en una guerra comercial dividida. ¡Algunos de los propios políticos más importantes de Australia están a favor de China!
Divididos caemos
Algo de esto seguramente se debe al soborno y a otras actividades nefastas que ni siquiera conocemos. Pero mucho de esto se debe al hecho de que Australia se ha puesto en la posición donde un tercio de sus exportaciones va a un sólo país. Participar en una guerra comercial con ese país afectará a cientos de miles de trabajos, donde algunos distritos políticos enfrentarán pocas consecuencias, pero otros serán devastados.
En 2019 el Estado de Victoria firmó un acuerdo para unirse a la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China; lo que es un grupo de países que reciben inversión china en su infraestructura de transporte y comercio, a cambio de estar más cerca de la órbita de China. Hasta ahora, China ha evitado industrias que dañarían Victoria. El primer ministro Dan Andrew ha criticado la oposición del gobierno nacional a China, y Pekín parece haberlo recompensado por ponerse de su lado. Otros, como la premier de Queensland, Annastacia Palaszczuk, también han urgido al gobierno a terminar rápidamente las hostilidades con China por el bien de los empleos australianos.
La tensa relación de Australia con China es en lo que se convertirá la de EE UU, si éste continúa por ese mismo camino.
Los líderes de negocios también tienen mucho que perder, y se han puesto del lado de China. Andrew Forrest, un multimillonario de la minería, llevó a uno de los principales diplomáticos de China a hablar junto a él en un evento oficial sin informarle al ministro del gobierno australiano, a quién también estaba llevando al evento. Forrest dijo: “Australia necesita caminar en esa línea donde tenemos un mejor amigo en EE UU, un mejor amigo en China, y mejores amigos en todo el suroriente asiático”.
El magnate de los medios Kerry Stokes, usó las portadas de su periódico The West Australian haciendo un llamado a terminar con el conflicto, escribiendo: “Si vamos a ir hacia la deuda más grande que hemos tenido en nuestra vida y luego simultáneamente le golpeamos en el ojo a nuestro proveedor más grande de ingresos, eso no es necesariamente la cosa más inteligente que uno puede hacer”. Él dijo que China “probablemente le deba al mundo una explicación sobre los orígenes del covid-19”, pero “tenemos que dejar de hacer acusaciones”.
Señaló correctamente el enorme costo económico que habría si continúa la confrontación con China. Entre eso y la destrucción provocada por las restricciones por el covid, la economía australiana corre el riesgo de desmoronarse.
Ésta es la elección que Australia enfrenta ahora: enfrentarse a China y ver cómo ésta usa su poder, su influencia, sus hackers y realidades económicas para devastar la economía australiana y más. O someterse a los 14 puntos del Partido Comunista Chino.
Una advertencia para EE UU
EE UU está bastante adelantado por el camino que Australia está tomando. China y EE UU son los socios comerciales principales de cada cual. EE UU también está despertando a los escándalos que involucran agentes chinos y dinero chino yendo a políticos poderosos. Las universidades estadounidenses también se han visto comprometidas. Y China también está utilizando guerras comerciales muy específicamente, eligiendo a qué le imponen aranceles basados en cuáles Estados de EE UU quieren hacer presión.
La tensa relación de Australia con China es en lo que se convertirá la de EE UU, si éste continúa por ese mismo camino. Después de muchos años de infiltración e influencia, ya está comenzando a enfrentar la misma decisión: enfrentarse al PCCh, a sus mil millones de súbditos, su economía líder en el mundo y su arrojo y habilidad de explotar la economía y sociedad abierta de EE UU, o someterse a su continua infiltración por muchos puntos que se le impongan.
De hecho, la Biblia profetiza que ahí es exactamente a donde EE UU se está dirigiendo. Isaías 23 describe un “emporio de las naciones”, una alianza comercial en la cual “Quitim” un nombre bíblico para China, juega un papel importante.
La de EE UU es una economía mucho más grande que la de Australia, y China sola no puede derrotar a los estadounidenses. Esta misma profecía muestra que China trabajará junto con otras naciones asiáticas bajo su poder, ¡y con Europa!
Esto es lo que sucede cuando se deja que una potencia rival se infiltre en su economía, su educación, su sociedad y su política. China usará todas estas palancas contra EE UU. Al igual que Australia, EE UU pronto enfrentará la destrucción económica. Las profecías son claras, al igual que la realidad actual para los australianos y los estadounidenses. ▪
LA VISIÓN DE ISAÍAS SOBRE EL TIEMPO DEL FIN
Isaías tenía una profecía para el tiempo del fin que era dual. Él entregó su mensaje a los sacerdotes del templo y al pueblo de Israel. ¿Sabía usted que la mayoría de las profecías de Isaías para el templo también son dirigidas a la Iglesia de Dios laodicena en el tiempo del fin? La rebelión de los laodicenos gira en torno al gobierno de Dios. No quieren que Dios los gobierne. Isaías tiene una visión poderosa para los laodicenos, para las naciones de Israel e incluso el mundo entero. Usted no encontrará una visión más inspiradora y de mayor alcance en toda la Biblia. Representa una Tierra hermosa y pacífica. La visión llega al universo. Este profeta también revela cómo Satanás destruye con éxito esa visión para muchos del pueblo de Dios. Aquellos que superen el engaño de Satanás serán las personas más honradas de la Tierra. ¡Se convertirán en la Esposa de Cristo!