LA TROMPETA (7)
Aumentando la esperanza
“Gracias por renovar mi fe en la humanidad”. “Ya no se encuentran niños así”. “Lo que necesitan comercializar son sus sonrisas y su felicidad”. “Esto es lo que este país necesita ahora mismo. Ustedes han encarnado el espíritu estadounidense”.
Muchas respuestas emocionales como éstas a Celtic Throne–The Royal Journey of Irish Dance [Trono celta: El viaje real de la danza irlandesa] están inspiradas por algo especial, algo que va más allá de la danza y el espectáculo e incluso de la narración. Esta producción musical y de step-dance –producida por la Iglesia de Dios de Filadelfia, editora de la Trompeta– completó su quinta gira de verano el 7 de julio con su 67ª presentación hasta la fecha. Sus docenas de intérpretes –casi en su totalidad estudiantes, desde la escuela primaria hasta la universidad– ofrecen una ventana a una hermosa forma de vida.
Con música del galardonado compositor Brian Byrne, el espectáculo retrata la historia del step-dance irlandés, remontándose a “un gran rey en Jerusalén” y avanzando a través de los siglos hasta los pueblos de Irlanda, Escocia, Inglaterra y Estados Unidos, y hasta el futuro. El rey es David de Israel, que “danzaba con toda su fuerza delante de [el Eterno]” (2 Samuel 6:14); los pueblos son descendientes del antiguo Israel y la historia es tanto bíblica como secular, como se resume en Estados Unidos y Gran Bretaña en profecía, por Herbert W. Armstrong. Y aunque los pocos que están familiarizados con esta historia ven el espectáculo bajo una luz aún más vívida, Celtic Throne transmite un mensaje no con citas de las Escrituras ni con sermones, sino con algo más, algo que ha conmovido a cientos o miles de asistentes al concierto: una experiencia.
“La respuesta al espectáculo ha superado con creces nuestras expectativas”, afirmó Brad Macdonald, codirector de Celtic Throne y colaborador de la Trompeta. “En cada presentación tenemos a numerosos miembros del público visiblemente conmovidos por la inspiración y la esperanza, por el poderoso elemento familiar. No es raro que la gente solloce de alegría”.
Algunos miembros del público y del equipo del teatro han comparado el espectáculo con Riverdance y otras producciones que han visto, muchos se decantan cándidamente por Celtic Throne, en parte por la calidad de la producción, pero sobre todo por el espíritu y la actitud que ven en el escenario, entre bastidores y en el vestíbulo cuando los jóvenes bailarines saludan a los visitantes tras la presentación.
Miembros del público, empleados del teatro y gente que los artistas conocen en los hoteles y otros lugares a lo largo del camino han dicho que se sintieron conmovidos, incluso hasta las lágrimas, no sólo por la presentación edificante y llena de energía, sino también por la camaradería y las alegres personalidades de los bailarines, desde los más veteranos y hábiles hasta los más jóvenes.
Desde la primera temporada del espectáculo en 2020, se han vendido más de 35.000 entradas y decenas de personas han asistido a una presentación de Celtic Throne en el Armstrong Auditorium o en gira por 21 Estados y Washington, D. C., y miles más lo han visto en directo por Internet. Entre los invitados de honor se han incluido el general Michael Flynn, el cineasta Dinesh D’Souza y la estrella de la danza irlandesa John Carey, que caracterizó la experiencia como “a la altura de cualquier cosa que haya visto”.
Flynn, que vio a Celtic Throne el verano pasado durante una visita de dos días al campus de la idf y dio una entrevista para el podcast Trumpet Daily, tuvo una reacción similar a la de muchos. Visitando a los bailarines entre bastidores, les dijo con emoción en la voz: “Están inspirando a esta nación, y eso es algo que necesitamos ahora mismo”.
Aunque el número de espectadores ha aumentado, Macdonald afirma: “No nos centramos en las cifras: Nuestro objetivo es conectar con el público –con cada uno de los asistentes– independientemente de su tamaño”.
La familia de Celtic Throne es literalmente familiar, ya que la mayoría del reparto y el equipo de 70 personas son hermanas, hermanos, primos, padres y madres. Un empleado del teatro dijo: “Si no hubieran dicho en la presentación que son parientes, se los habría preguntado, porque hay un elemento familiar en la presentación que captamos”. Otro dijo: “Somos parte de su familia”.
Toda la compañía procede de una familia espiritual: la Iglesia de Dios de Filadelfia. Estudiantes del Herbert W. Armstrong College y de Imperial Academy, miembros del personal de la Iglesia y otras personas colaboran en el espectáculo, que consideran parte de la misma comisión que la Trompeta: transmitir el mensaje bíblico de advertencia y esperanza; en este caso, con un énfasis poderoso y vivencial en la esperanza.
El espectáculo se ha presentado 19 veces en el Armstrong Auditorium en la sede de la Iglesia. Están previstas presentaciones adicionales, incluyendo posibles presentaciones en el extranjero, y se están llevando a cabo los preparativos para Celtic Throne II.