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Asesinato médico

Asesinato médico

La eutanasia se ha convertido en la intervención médica favorita en Canadá.

En el año 2021, en Columbia Británica, 1 de cada 20 personas fallecidas fue asesinada por el gobierno canadiense. En todo Canadá, más de 10.000 murieron de esta forma. A juzgar por las cifras de años anteriores, esto la convertiría en la séptima causa de muerte, por delante de la diabetes y la gripe. Y lo que es más preocupante: está aumentando rápidamente.

Una enfermera financiada por el gobierno inyectará una mezcla letal de fármacos o entregará a alguien pastillas para que se las tome. Se le ha dado el nombre más suave de “Asistencia Médica para Morir”, abreviado como maid (por su siglas en inglés). Se llame como se llame, las historias de terror sobre el programa de eutanasia de Canadá son escandalosamente frecuentes.

Asistencia social a la muerte

Christine Gauthier es veterana discapacitada y ex paralímpica. Se quejó ante Asuntos de Veteranos de Canadá de lo mucho que tardaban en instalarle una salvaescaleras. Le respondieron que si no quería esperar, podían ayudarla a morir de inmediato. Otro veterano trató de obtener ayuda por su trastorno de estrés postraumático y sus pensamientos suicidas. Asuntos Veteranos de Canadá se ofreció a ayudarle a morir.




Jennyfer Hatch protagonizó un glamuroso anuncio en video de una cadena de ropa canadiense que quería celebrar la belleza de la eutanasia. Hatch, que padecía el síndrome de Ehlers-Danlos, quería vivir, pero se desesperaba porque no podía obtener ayuda del sistema de asistencia médica de Canadá. “Si no puedo acceder a la asistencia médica, ¿podré acceder entonces a la asistencia para la muerte?”, preguntó antes de morir. La “asistencia para la muerte” le pareció bastante rápida y eficaz.

El Estado ayudó a morir a Alan Nichols sin informar a su familia. ¿Su enfermedad? Perdida de audición. Su esposa dijo: “Me aterra la idea de que internen a mi marido o a otro familiar en el hospital y de alguna manera les pongan estos formularios (de eutanasia) en la mano”.

La eutanasia en Canadá se ha deslizado rápidamente por una pendiente resbaladiza. En 2015, el Tribunal Supremo dictaminó que prohibir la eutanasia a los enfermos terminales era inconstitucional. Así que al año siguiente, el Parlamento aprobó una ley que la permitía, pero sólo para adultos mentalmente saludables, con “sufrimiento duradero e intolerable” cuya muerte fuera “razonablemente previsible”.

Ese año murieron 1.018 personas. Al año siguiente, fueron más del doble. En 2019, el gobierno mató a 5.661 de esta manera.

En 2019, el Tribunal Superior de Quebec dictaminó que la cláusula de “previsibilidad razonable” tenía que desaparecer. Así que en 2021 se aprobó una nueva ley que suprimía la cláusula de enfermedad terminal y eliminaba otras salvaguardias. La mayoría de los moribundos citan la pérdida de capacidad para llevar una vida normal o el dolor como motivos para suicidarse. Más del 17% citó “el aislamiento o la soledad” como una de las razones por las que querían morir. Para el 35,7% la razón es económica, temían ser una “carga para la familia, los amigos o los cuidadores”.

Hay indicios de que se está impulsando la eutanasia como alternativa barata a mantener con vida a los discapacitados o ayudarles a seguir con sus vidas.

Morir por más dinero

En 2017, el Canadian Medical Association Journal estimó que la eutanasia podría ahorrar al sistema de salud canadiense entre 35 y 135 millones de dólares al año. El autor del informe dijo que, cuando se trata de la eutanasia, “el costo tiene que formar parte de ese debate”.

Y así es. Los medios de comunicación canadienses están llenos de historias de personas que eligen la muerte porque la vida les resulta demasiado cara. Roger Foley declaró al Parlamento canadiense: “Me han obligado a optar por la muerte asistida mediante abusos, negligencia, falta de cuidados y amenazas”. Hubo una ocasión en la que, describía él, “especialista en ética del hospital y las enfermeras intentaron coaccionarme para que optara por la muerte asistida amenazándome con cobrarme 1.800 dólares al día o darme el alta forzosa sin los cuidados que necesitaba para vivir”. Cuando siguió negándose a suicidarse, dijo que le hicieron pasar hambre y le negaron agua durante 20 días. Dijo a los legisladores: “Ustedes le han dado la espalda a los discapacitados y ancianos canadienses”.

El director del Instituto Canadiense para la Inclusión y la Ciudadanía, Tim Stainton, calificó la ley canadiense de eutanasia como “probablemente la mayor amenaza existencial para los discapacitados desde el programa de los nazis en Alemania en la década de 1930”.

Y podría empeorar aún más. Las restricciones se suavizarán en marzo, aunque el gobierno puede decidir ampliar ese plazo. Se permitirá́ morir a quienes padezcan trastornos mentales. Los “menores maduros”, lo que probablemente se interpretará como niños mayores de 12 años, también podrán optar por ella. Pronto, un adolescente canadiense podría llamar a su médico y decirle que se siente deprimido, sólo para que le pregunte: “¿Has pensado en suicidarte?”.

Quizás lo más aterrador de esta historia sea la falta de conmoción. La eutanasia ha sido impuesta en Canadá por los tribunales, pero los sondeos de opinión indican que el público está abrumadoramente a favor. Una encuesta de Ipsos a 3.500 adultos canadienses reveló que el 86% aprueba la eutanasia legal. Asimismo, el 82% apoya la flexibilización de la ley para que quienes no padezcan enfermedades mortales puedan elegir morir. Una encuesta de Leger a 1.501 canadienses realizada por las mismas fechas reveló que una estrecha mayoría, 51%, apoyaba el cambio que permitirá morir a los adolescentes, con un escaso 23% en contra.

¿Cómo hemos llegado a la situación en la que un país moderno, científico y pacífico está matando a sus ciudadanos más vulnerables en lugar de protegerlos?

Con toda nuestra tecnología y prosperidad, incluso las sociedades más ricas siguen teniendo muchos enfermos. Acabar con las cardiopatías, el cáncer y otras enfermedades crónicas ha resultado mucho más difícil de lo que se esperaba hace décadas. Además, ponemos a la gente en sistemas médicos burocráticos y difíciles de manejar que a menudo carecen de compasión y aumentan la miseria de los que sufren. Confiamos a este sistema nuestra calidad de vida (o nuestra muerte).

Y ahora la mayor parte de Canadá aparentemente aprueba que este sistema asesine gente.

Por la pendiente resbaladiza

La eutanasia en Canadá es una ilustración de los peligros de rechazar la Biblia como un absoluto para nuestras normas morales y confiar en nuestro propio razonamiento.

La Biblia protege estrictamente la vida humana. El único mandamiento que se repite en los cinco primeros libros de la Biblia es que un asesino debe ser condenado a muerte. Esto se aplica incluso a quien mata a un bebé sin nacer (Éxodo 21:22-23).

Podríamos utilizar la sabiduría de la Biblia para guiarnos. En lugar de eso, nos hemos apoyado en nuestras propias ideas. Hay argumentos que suenan muy compasivos a favor de la eutanasia. Es fácil simpatizar con alguien que sufre tanto que preferiría acabar con todo. Pero la Biblia advierte que hay un gran peligro en confiar en nuestro propio razonamiento humano.

Jeremías 17:9 advierte: “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?”. Dios nos dice abiertamente que alejarnos de la Biblia y escuchar a nuestro corazón nos llevará en todo tipo de direcciones equivocadas; es una pendiente resbaladiza.

Que hay que proteger la vida humana es una verdad básica. Una vez que transigimos en ese punto, empieza el tobogán.

Vemos este tobogán en el movimiento abortista. Los argumentos a favor del aborto suelen centrarse primero en los raros casos de violación. Una vez aceptado esto, la gente hace hincapié́ en la compasión por las madres en situaciones difíciles. Dicen que el aborto debe ser “seguro, legal y poco frecuente”, como decía una vez el Partido Demócrata en su plataforma. Ahora hemos llegado a un punto en el que se asesina a unos 73 millones de bebés en todo el mundo, se descuartiza a bebés nonatos en el vientre materno con fines lucrativos, los médicos matan a los bebés que sobreviven a los abortos, y parece que a los votantes les parece bien. Incluso hay políticos que defienden los abortos “postnatales”, es decir, matar directamente a los bebés.

Incluso en esta tema tan fundamental de no matarás, con sólo empezar a inclinarnos hacia nuestro propio entendimiento, nos vemos arrastrados en direcciones horribles.

En 2 Timoteo 3:1-5, Pablo advirtió́ que “en los postreros días vendrán tiempos peligrosos”. La sociedad, dijo, tendría “apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella…”. La gente habla con rectitud. Tienen hospitales que emplean especialistas en ética. Pero niegan a Dios y a la Biblia toda autoridad sobre sus vidas. El resultado es una gente “sin afecto natural”. Proteger a los vulnerables y cuidar de los bebés son impulsos naturales y normales que no requieren educación. Sin embargo, si se empieza por esta pendiente, esos impulsos normales desaparecen.

Esta tendencia debería horrorizar a cualquier individuo sensato. Pero ¿qué hay de Dios? El Creador de la humanidad está profundamente horrorizado. De hecho, ama al hombre lo suficiente como para no quedarse de brazos cruzados y permitir que esta tendencia continúe indefinidamente. Se está preparando para intervenir y detenerla.

¿Está usted dispuesto a escuchar las instrucciones de Dios sobre este asunto? La inmensa mayoría de la gente no lo está. Muchas personas pueden estar de acuerdo en principio con la Biblia en un tema importante como el de no matar directamente a la gente. Pero Dios debería ser lo suficientemente real para nosotros como para que quisiéramos evitar apartarnos de la enseñanza bíblica en cualquier tema.

Este asunto nos enseña una lección crucial: si nos dejamos llevar por nuestro propio entendimiento, acabamos en una maldad espantosa. Miles de años de “progreso” humano nos han llevado a cometer actos que la mayoría de nuestros antepasados aborrecerían.

Dios tiene un plan para ayudar a los que han muerto a través del Programa de Asistencia Médica para Morir de Canadá. No están perdidos eternamente. Y Él está utilizando los horribles frutos de nuestras decisiones de ignorar Sus leyes para mostrarnos lo importantes que son esas leyes. Una vez que hayamos aprendido el peligro de apoyarnos en nuestro propio entendimiento y miremos hacia Dios, Él guiará a la humanidad hacia un nuevo mundo en el que los horrores de éste serán erradicados.

EL INCREÍBLE POTENCIAL HUMANO

Este es el asombroso relato del verdadero mensaje evangélico de Jesucristo—y de cómo la dimensión faltante fue retenida y el mundo entero engañado.