Aprovechando la oportunidad de una relación transatlántica ‘a la altura de los ojos’
El equilibrio de poder geopolítico del mundo está a punto de cambiar. La ministra alemana de Asuntos Exteriores, Annalena Baerbock, afirmó el martes en la New School de Nueva York que ha llegado el momento de construir “una asociación de liderazgo entre Europa y Estados Unidos”. Baerbock explicó: “Eso significa construir una Unión Europea más estratégica, una Unión capaz de acercarse a Estados Unidos a la altura de los ojos”. Aunque a menudo ya se ha propuesto una asociación de este tipo, Europa nunca ha estado preparada para ello, hasta ahora.
En su discurso, Baerbock hizo referencia al presidente estadounidense George Bush, que en 1989 ofreció a Alemania una “asociación de liderazgo”. Pero como señala Baerbock: “En aquel entonces, no se materializó. La idea iba demasiado lejos para la situación de aquel momento. A principios de la década de 1990, mi país estaba muy ocupado en hacer realidad la reunificación para todos sus ciudadanos. Trabajando para anclar una Alemania reunificada en la UE”.
La Alemania de entonces también tenía muchos críticos. Por ejemplo, Margaret Thatcher, ex primera ministra de Gran Bretaña, dijo en 1995: “No han anclado a Alemania a Europa; han anclado a Europa a una Alemania nuevamente dominante y unificada”.
Pero hoy todo parece distinto. El mundo está centrado en Rusia, China, Irán o Turquía. Hoy apenas es noticia que un ministro de Asuntos Exteriores alemán apele a una relación transatlántica radicalmente distinta. Pero se trata de una noticia importante.
Después de la Segunda Guerra Mundial, los aliados intentaron todo lo posible para integrar a Alemania en organismos más amplios, como la Organización del Tratado del Atlántico Norte y una Europa unida. Estados Unidos, en particular, buscó una estrecha cooperación con Alemania, con la esperanza de que no volviera a sentir la necesidad de ascender como superpotencia con capacidad para dominar al mundo. Alemania, por supuesto, nunca se conformó con ser el socio menor.
El primer canciller alemán, el Dr. Konrad Adenauer, escribió en 1950: “Una Europa federalizada se convertirá en una Tercera Fuerza en el mundo”. Él sabía quién dominaría este bloque de poder. Más tarde señaló: “Nadie tiene más que ganar con la unificación de Europa que los alemanes, que son los más numerosos y más dinámicos entre las naciones al oeste de la URSS (Rusia)”.
Algunos se burlaron de la idea de una Europa unida y otros intentaron todo para evitar que sucediera. Pero en 1961 el difunto Herbert W. Armstrong profetizó “Justo en medio, entre Rusia y Occidente, se levantará un tercer bloque de poder con más gente, una fuerza militar y nuclear más poderosa que la de Estados Unidos o Rusia. Desde hace más de 27 años, le he estado diciendo al mundo que está por venir”.
Europa aún no está ahí, pero eso es esencialmente lo que significa tener una relación transatlántica “a la altura de los ojos”. El Sr. Armstrong siguió proclamando este mensaje hasta su muerte en 1986. Tres años después, Alemania se unió. Pero tuvieron que pasar unos 35 años más para que Europa se levantara como una fuerza independiente. Cada vez son más los que exigen que la UE se convierta en una fuerza militar independiente. Baerbock señaló: “La UE necesita convertirse en un proveedor de seguridad más fuerte con industrias de defensa más integradas, con misiones militares capaces de estabilizar las regiones de su vecindario”.
Mientras que prácticamente todos afirman que este proyecto europeo será para el bien del mundo, el Sr. Armstrong advirtió que no será así. De hecho, la Biblia profetiza una traición colosal. La profecía bíblica se refiere a Alemania como Asiria, a la que Dios llama la “vara” de Su ira. Dios está utilizando a Alemania para castigar a las naciones de Israel, hoy principalmente Estados Unidos y Gran Bretaña. El ascenso de Alemania es, por tanto, una advertencia. Esta verdad se explica en detalle en Alemania y el Sacro Imperio Romano por Gerald Flurry. Solicite un ejemplar gratuito.