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Aprenda la lección de la ‘gran multitud’
E l libro de Apocalipsis habla de un grupo de personas llamado la “gran multitud”. Este grupo es tan numeroso que nadie puede contarlo. Y contiene una poderosa lección que debemos entender hoy. ¡Su propia vida depende de ello!
Este mensaje crucial se encuentra en el corazón mismo del libro de Apocalipsis, y se relaciona directamente con los problemas que nuestro mundo actual enfrenta, que amenazan a la civilización; también le muestra lo que usted, individualmente, debe hacer para protegerse de ellos.
Este mensaje es dual. Primero, es una advertencia. Si presta atención a la advertencia, ¡ni siquiera tendrá que experimentar el tipo de tribulación que experimentará la gran multitud! En segundo lugar, este es también un mensaje con una magnífica esperanza. ¡En este mundo lleno de problemas, en un momento tan urgente, todos necesitamos ver esta esperanza!
Un ejemplo de la misericordia de Dios
Aquí está la descripción de este grupo: “Después de esto miré, y he aquí una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos y lenguas, que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos” (Apocalipsis 7:9). Esta masa de personas, que hablan diferentes idiomas, está vestida con ropas blancas. Esto indica que estas personas habían escuchado la verdad de Dios y se habían arrepentido. ¿Cómo hubieran sabido sobre arrepentirse a menos que hubieran escuchado el mensaje de arrepentimiento de Dios?
¡Ese es el momento en que vemos los verdaderos frutos de nuestra labor actual!
El contexto muestra que su arrepentimiento tiene lugar durante la Gran Tribulación; un período de 2 años y medio de sufrimiento diferente a todo lo que este mundo ha experimentado. Como resultado de su arrepentimiento durante la Tribulación, ellos escaparán del Día del Señor, el periodo de un año de la ira de Dios que sigue a la Tribulación.
¡La dolorosa verdad es que estas personas también podrían haber escapado de la Tribulación (con todo su sufrimiento), si hubieran escuchado y respondido a la Palabra de Dios hoy!
Sin embargo, este es un ejemplo del maravilloso amor y misericordia de Dios para toda la humanidad. Dios siempre envía un mensaje para advertir de una calamidad que se aproxima, dando a las personas la oportunidad de volverse de sus pecados y arrepentirse. Todos tenemos esa oportunidad, pero la mayoría no la aprovechamos.
¿Por qué las ramas de palmera?
Estas personas arrepentidas, vestidas con ropas blancas, reciben a Cristo con ramas de palma en sus manos. ¿Cuál es el significado de este detalle?
Este detalle evoca la Fiesta de los Tabernáculos, un festival anual sagrado que representa el reinado de Jesucristo en la Tierra durante 1.000 años, cuando el mundo entero experimentará paz, prosperidad y alegría.
El único otro lugar en el Nuevo Testamento con un suceso similar es en Juan 12:12-13: “El siguiente día, grandes multitudes que habían venido a la fiesta [hablando de la Fiesta de Tabernáculos], al oír que Jesús venía a Jerusalén, tomaron ramas de palmera y salieron a recibirle, y clamaban: ¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor, el Rey de Israel!”. Estas personas vinieron con ramas de palmera para recibir a Cristo en Su primera venida.
Cuando Cristo vino por primera vez, Dios comenzó a cosechar Sus primicias, la pequeña cosecha que está ocurriendo hoy. Aquellos que entienden el camino de vida de Dios se están preparando hoy para ayudar a Cristo a gobernar a todo el mundo en el Milenio. Dios está dando a estas primicias una recompensa absolutamente asombrosa.
Dios quiere que estas personas florezcan como palmeras (Éxodo 15:27; Números 33:9). El Smith’s Bible Dictionary dice esto sobre las palmeras: “[E]ran famosas en la época de los evangelios y de Josefo. El historiador judío menciona la exuberancia de estos árboles una y otra vez, no sólo en alusión a la época de Moisés (...) sino en el relato de la campaña romana bajo Pompeyo (...) los actos de Antonio y Cleopatra. Herodes el Grande hizo mucho por Jericó y se interesó por sus palmerales”.
Hubo un tiempo en que Jericó era llamada la ciudad de las palmeras (Deuteronomio 34:3; Jueces 1:16). ¡Esta ciudad estaba floreciendo de muchas maneras! Pero hoy día Jericó no tiene palmeras. Incluso el Monte de los Olivos alguna vez floreció con palmeras, pero hoy tiene muy pocas. Esto simboliza el estado degenerado de este mundo terrible. Nuestro mundo no está floreciendo; está plagado de problemas.
Fíjese en nuestra condición financiera. Los comentaristas y analistas están expresando su preocupación por la economía mundial. Una encuesta de la National Association for Business Economics [Asociación Nacional de Economía Empresarial] realizada a principios de este año arrojó que tres cuartas partes de los economistas de negocios estadounidenses esperan que una gran recesión afecte a EE UU a fines de 2021, y la mitad espera que llegue antes. Ellos pueden ver que nuestras finanzas no están floreciendo como la palmera. ¡Y una crisis financiera en EE UU sacudiría al mundo entero!
Muchas otras crisis amenazan a nuestro mundo: una superpotencia europea en ascenso, el aumento de la agresión de Irán, la división en EE UU y la vergüenza del Brexit, por nombrar algunas. Muchos en este mundo se hacen los ciegos ante estos eventos.
¿Cuál es la causa de tales problemas? Hemos perdido gran parte de la belleza que Dios creó para nosotros, porque no somos espirituales como deberíamos ser. El hombre sigue degenerándose en carácter. Sí, hacemos avances tecnológicos, pero no apreciamos la belleza de Dios, el mundo natural que Él creó, porque no pensamos como Dios.
Dios nunca quiso que este mundo sufriera el dolor y la miseria que vemos hoy. Dios nos dio la opción entre la vida y la muerte—y elegimos la muerte (Deuteronomio 30:19). Esa fue nuestra elección. Dios ciertamente no permitiría que esto sucediera si los hombres lo siguieran.
Sin embargo, Dios dice que incluso en medio de esta turbulencia y agitación, Él protegerá a aquellos que le sean sumisos y obedientes (Apocalipsis 3:10; 12:14). Dios promete hacer eso. Y lo hará porque Él nunca miente; nunca (Tito 1:2; Hebreos 6:18). ¿Pero realmente le creemos a Dios? Si alguna vez ha habido un tiempo para creer verdaderamente en Sus promesas, es ahora. Dios protegerá a los que viven Su forma de vida hoy. Si lo hacemos, Él dice que nunca nos abandonará (Hebreos 13:5).
Cuando usted tiene esa seguridad, no necesita temer los eventos en la escena mundial. ¡Puede tener confianza y fe en el gran Dios viviente! (Para obtener información sobre el verdadero arrepentimiento de acuerdo a Dios, solicite mi folleto gratuito Cómo ser un vencedor, que le mostrará lo que Dios espera de usted).
¿Se arrepentirá?
Debemos entender la tremenda lección contenida en Apocalipsis 7: “Entonces uno de los ancianos habló, diciéndome: Estos que están vestidos de ropas blancas, ¿quiénes son, y de dónde han venido? Yo le dije: Señor, tú lo sabes. Y él me dijo: Estos son los que han salido de la gran tribulación, y han lavado sus ropas, y las han emblanquecido en la sangre del Cordero” (versículos 13-14). ¡Estas personas tuvieron que lavar sus ropas! Estaban inmundos. Y Dios quería que se limpiaran. Pueden haber pensado que estaban limpios, pero no lo estaban. Tuvieron que enfrentar la realidad en la Gran Tribulación.
Estas personas lavaron sus ropas “en la sangre del Cordero”. Esa es la preciosa sangre de Jesucristo. Él vino a la Tierra y murió por nosotros, sufriendo como nunca lo ha hecho ningún hombre, para que podamos tener Su justicia y prosperar como la palmera. Lo hizo por usted y por mí. Nunca debemos tomar ese sacrificio a la ligera. Dios en la carne, un ser sin pecado, fue desfigurado más que cualquier otro hombre y luego fue asesinado (Isaías 52 y 53). ¡Ese es el precio por nuestros pecados!
Aquellos en esa multitud se arrepentirán durante el peor sufrimiento en la historia humana. ¡Pero considere la lección! ¡Mire cuán severamente tuvo Dios que corregirlos, y qué terrible calamidad tuvo que permitir antes de que estuvieran dispuestos a volverse y buscarlo! Él no quiere tener que hacer eso. Esas personas escaparán al Día del Señor. Pero podrían haber evitado completamente el sufrimiento de la Tribulación si hubieran atendido el mensaje de advertencia de Dios hoy.
¿Qué intensidad de sufrimiento se necesita para que usted cambie? ¿Qué se necesitará para que usted reconozca el amor de Dios y busque Su camino?
Por toda la Biblia Dios dice que protegerá a Su pueblo de ese terrible momento debido a que lo obedecen ahora. La gran multitud, sin embargo, no prestó atención lo suficientemente pronto. Llegaron al punto de casi perder sus vidas físicas, pero se arrepintieron a tiempo.
¿Puede usted reconocer cuando Dios está tratando de alcanzarle? ¿Conoce lo suficiente acerca de Dios para saber dónde está Él hablando? La Biblia es Jesucristo en forma impresa, y sólo hay un lugar en la Tierra donde puede escuchar el mensaje completo que Él está hablando. Usted no puede escapar de la Tribulación venidera a menos que sepa dónde está hablando Dios y luego atienda el mensaje que está entregando Su pueblo.
¡Aprenda la lección!
Hay dos grandes problemas con la gran multitud antes de su arrepentimiento. Primero, no están vestidos con ropas blancas, lo que significa que carecen de justicia. Se habían engañado a sí mismos creyendo que eran justos, como muchos cristianos lo profesan en la actualidad. Segundo, estas personas no están floreciendo como una palmera. Dios quiere que vivamos con entusiasmo y emoción. ¡Quiere que tengamos la vida abundante! (Juan 10:10). Así es como Dios quería que todos vivieran, pero el hombre ha elegido no hacerlo; ha decidido seguir su propio camino.
Esta innumerable multitud está compuesta por personas que recuerdan haber escuchado el mensaje de advertencia de Dios y, debido a eso, dan un giro. La gran multitud debe haber escuchado el mensaje de Dios antes de la Gran Tribulación. Pero no se comprometieron con ello; no se arrepintieron lavando sus ropas.
Observe una profecía para hoy en Ezequiel 33: “Y vendrán a ti como viene el pueblo, y estarán delante de ti como pueblo mío, y oirán tus palabras, y no las pondrán por obra; antes hacen halagos con sus bocas, y el corazón de ellos anda en pos de su avaricia. Y he aquí que tú eres a ellos como cantor de amores, hermoso de voz y que canta bien; y oirán tus palabras, pero no las pondrán por obra. Pero cuando ello viniere (y viene ya), sabrán que hubo profeta entre ellos” (versículos 31-33). A estas personas les encantaba escuchar la Palabra de Dios, pero no hicieron nada con lo que escucharon. Reitero que esta profecía es para hoy.
Mire las cosas terribles que suceden en el mundo actual. En este momento estamos en los bordes exteriores de la gran tormenta de la Tribulación. El tiempo es muy urgente. Sin embargo usted debe comprobar esto por sí mismo.
Ese es el mensaje que la gran multitud no atendió en el momento adecuado. Pero lo atenderá en la Gran Tribulación, ¡y luego ellos saldrán y se volverán a Dios! Lavarán sus ropas con la sangre de Cristo y llegarán a comprender esta grande y maravillosa visión. Y en el momento en que se arrepientan, Dios los sacará de la Tribulación para que no tengan que enfrentar más sufrimiento. Esto muestra cuán maravillosamente misericordioso es Dios.
“Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma” (3 Juan 2). Dios nos ama; somos Sus amados. Él es un Dios de justicia y juicio perfectos. Él nos probará, nos pondrá a prueba. Nos castigará cuando sea necesario. Pero sobre todas las cosas, Él quiere que prosperemos y tengamos buena salud, como escribió el apóstol Juan. ¡Quiere que florezcamos como la palmera! Él no quiere que vivamos con miedo como lo hace todo el mundo hoy.
La innumerable multitud escapará del peor año en la historia de este planeta. Y Dios está feliz de protegerlos. Pero Él lo habría hecho antes, si sólo hubieran hecho caso a lo que Él dice ahora, mientras aún hay tiempo.
¡Aprenda esta poderosa lección de la “gran multitud”! ¡Usted está escuchando el mensaje de Dios hoy! Simplemente no lo almacene en su memoria para actuar más tarde. ¡Actúe ahora! ¡Acuda a Dios en arrepentimiento! Aprenda a amar Su modo de vida y a amar la Biblia, porque no hay nada como ello cuando realmente lo entiende. ¡Dios nos está ofreciendo una vida llena de esperanza! Él quiere protegerle y cuidarle ahora mismo, y promete hacerlo si se vuelve y le obedece hoy. ¡Eso es algo para estar emocionado! ▪