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Alemania: ¿Víctima de la crueldad estadounidense?
La decadencia moral de Estados Unidos se está extendiendo rápidamente por todo el mundo. Pero algunos en Alemania ven a Estados Unidos como la causa de mucho más que la decadencia moral global. Culpan a Estados Unidos del cambio climático, de la inestabilidad financiera e incluso de la guerra de Ucrania. Otros acusan a este país de cometer crímenes de guerra en la última guerra mundial y de inculcar un sentimiento de culpabilidad en Alemania.
Alemania ha asumido un nuevo papel en revistas de extrema derecha como Compact y libros como Fremdbestimmt (Dirigido por otros). En lugar de ser el perpetrador, Alemania es retratada como la víctima de la crueldad estadounidense. El efecto positivo de Estados Unidos en el mundo está disminuyendo rápidamente, pero el revisionismo histórico alemán y su cambio de opinión sobre Estados Unidos es una tendencia igualmente peligrosa.
Tomemos como ejemplo el número más reciente sobre historia de Compact: “Los campos de exterminio estadounidenses”. Mientras que todo el mundo se ha enfocado en los campos de exterminio alemanes durante la guerra, la revista afirma que se ha pasado por alto la crueldad de los estadounidenses:
La muerte masiva de prisioneros de guerra alemanes en las praderas del Rin no fue un supuesto daño colateral sino que fue provocada deliberadamente. El responsable de los campos fue el comandante en jefe de Estados Unidos y de las fuerzas aliadas, el general Dwight D. Eisenhower, quien despreciaba a nuestro pueblo sin medida.
El mensaje es claro: Estados Unidos nos odia y nos ha reprimido con intenciones maliciosas.
Olvidadas están las generosidades por parte de Estados Unidos. También se olvida el hecho de que muchos criminales de guerra alemanes quedaron impunes, que muchos industrialistas continuaron con sus negocios, que el ejército alemán se reactivó pocos años después de que terminara la guerra y que Estados Unidos protegió a Alemania Occidental de los crímenes cometidos por la Rusia soviética en Alemania Oriental.
Compact constituye lo que los principales medios de comunicación alemanes califican como “extrema derecha”. Sin embargo, tiene decenas de miles de lectores y el partido al que apoya es actualmente el segundo más popular de Alemania: la Alternativa para Alemania. El líder de este partido expresó recientemente sentimientos similares: “Me parece fundamentalmente problemático vincular siempre la conmemoración con la pregunta sobre la culpabilidad [alemana]”.
La mayoría rechaza tales sentimientos. Pero el antiamericanismo no es sólo un problema entre los partidos alemanes periféricos. Cada vez más miembros de la corriente dominante cambian de bando.
Thorsten Schulte trabajaba como banquero de inversiones y fue miembro de la corriente principal de la Unión Cristianodemócrata durante 26 años. En 2017, su libro Kontrollverlust (Pérdida de control) fue número uno en la lista de los más vendidos de Spiegel. Justo cuando alcanzó la cima de su popularidad, la corriente dominante lo rechazó porque su libro criticaba la forma en que se había manejado la crisis migratoria alemana.
Schulte pasó rápidamente de lamentarse por las decisiones internas de Alemania a culpar a Estados Unidos de los problemas alemanes. Dos años más tarde, escribió Fremdbestimmt (Dirigido por otros). “En este libro, Thorsten Schulte desenmascara la historiografía de los vencedores, expone falsedades, verdades a medias y la omisión de hechos importantes en nuestros medios de comunicación”, dice la descripción de Amazon. “Pone al descubierto la distorsionada perspectiva histórica que sigue provocando entre los alemanes un complejo de culpa de consecuencias devastadoras”.
Esto no es algo exclusivo de la escena derechista. El odio hacia Estados Unidos es tan fuerte en Alemania que une a los extremos del espectro político. Un titular de Tagesspiegel en marzo calificaba el antiamericanismo como “el pegamento que mantiene unidas [a la derecha y a la izquierda]”.
En un artículo de junio de 2022, el periódico alemán Die Welt destacaba cómo la izquierda alemana culpaba de la guerra de Ucrania al “imperialismo estadounidense” y a la cooperación entre la Organización del Tratado del Atlántico Norte, la Unión Europea y Ucrania. En otras palabras: Estados Unidos es peor que el presidente ruso Vladimir Putin. ¡Es la causa de la enemistad con Rusia!
Este es un sentimiento creciente en toda Europa. Se han olvidado los tiempos en que la cooperación alemana y rusa causó la muerte de millones de personas en Europa del Este. Se culpa a Estados Unidos. La historia está siendo reescrita.
Ciertamente, Estados Unidos no está libre de culpa; Dios Mismo responsabiliza a Estados Unidos del mal que propaga. Pero Su perspectiva sobre Estados Unidos es muy diferente.
Como el difunto Herbert W. Armstrong explicó en su libro Estados Unidos y Gran Bretaña en profecía, Estados Unidos desciende del antiguo Israel y es el centro de numerosas profecías bíblicas. (Solicite su ejemplar gratuito).
Una de esas profecías está en Isaías 10, donde Dios llama a Israel del tiempo del fin “nación hipócrita” y “pueblo de mi ira”. Dios levanta a los asirios —la Alemania moderna— para castigar a Israel porque quiere que su pueblo se arrepienta y lleve al mundo a la prosperidad y la paz.
Pero este capítulo de Isaías, junto con el libro de Nahúm y Apocalipsis 17, muestra que la ira de Alemania y la ira de Dios no son equivalentes. Alemania puede reconocer algunos de los defectos de Estados Unidos, pero resiente el gran propósito que Dios tiene para esta nación. Esto despierta la ira de Dios y hace que pregunte: “¿Se gloriará el hacha contra el que con ella corta?” (Isaías 10:15).
En otras palabras: ¿Quién eres tú para cuestionar la decisión de tu Creador? Si puedo utilizarte para castigar a mi pueblo, ¿no puedo decidir el propósito de ese castigo?
Dios tiene un plan para que toda la humanidad viva en armonía, y sólo Él puede llevarlo a cabo. Dios está haciendo a Estados Unidos responsable de su pecado. Pero también está responsabilizando a Alemania por no ver y someterse a Su gran plan. Sin embargo, la Biblia también revela que el método de enseñanza de Dios dará sus frutos. Se profetiza que Alemania y Estados Unidos vivirán en armonía.