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Al descubierto: La ruta de invasión de EE UU

ISAAC GUZMAN/AFP VIA GETTY IMAGES

Al descubierto: La ruta de invasión de EE UU

La crisis migratoria es una herramienta para transformar a Estados Unidos en una dictadura socialista.

Miles de extranjeros ilegales cruzan cada día la frontera sur de Estados Unidos. ¿Por qué permite esto el gobierno estadounidense?

Muchos de estos extranjeros trafican con cannabis, cocaína, fentanilo, heroína, metanfetamina y seres humanos. Y el peligro no se limita a las bandas y los carteles. Además de los violentos narcotraficantes que explotan la frontera abierta, espías chinos, terroristas islámicos, oligarcas rusos y muchos otros delincuentes también están entrando a EE UU a través de México.

Se podría pensar que sellar la frontera sería la prioridad número uno de EE UU en materia de seguridad nacional. Sin embargo, la administración Biden-Harris ha optado por ignorar esta crisis mientras los medios de comunicación encubren sus fracasos deliberados.

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La narrativa más común en los medios de comunicación es que las sangrientas guerras territoriales entre los carteles de la droga empujan a los refugiados hacia el norte. Es cierto que la mayoría de los extranjeros ilegales proceden de Brasil, Colombia, Cuba, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Nicaragua, Perú y Venezuela. Sin embargo, muchos proceden de países tan lejanos como China, India, Líbano, Rusia, el Congo y Turquía. Esta segunda categoría de inmigrantes no huye necesariamente de la violencia. Por el contrario, muchos aprovechan las brechas de la seguridad fronteriza de EE UU para cometer delitos graves en este país.

Las estadísticas oficiales de Aduanas y Protección de Fronteras de EE UU muestran que el 56% de los ilegales que cruzan la frontera son adultos solteros, y las pruebas fotográficas sugieren que la gran mayoría de estos adultos solteros son hombres en edad militar.

Esto significa que la crisis fronteriza es una invasión militar literal que ha conseguido atraer a millones de soldados potenciales a ciudades y pueblos estadounidenses repartidos desde la costa este hasta la costa oeste.

¡La crisis fronteriza es una pesadilla para la seguridad nacional!

El redactor jefe de la Trompeta, Gerald Flurry, ha señalado al ex presidente Barack Obama como responsable de utilizar activamente la inmigración ilegal y sus problemas sociales resultantes para transformar EE UU en un Estado socialista. ¿Cómo lo está haciendo? Para encontrar la respuesta, examinemos el funcionamiento interno de la crisis fronteriza.

Obama y la inmigración

Como senador estadounidense, Obama declaró en 2005: “Simplemente, no podemos permitir que la gente entre en EE UU sin ser detectada, sin documentos, sin control y eludiendo la fila de personas que esperan paciente, diligente y legalmente para convertirse en inmigrantes en este país”. Nueve años después, Obama admitió ante George Stephanopoulos que había una crisis humanitaria en la frontera. Así que al menos sabemos que Obama comprende que una frontera abierta es injusta para los inmigrantes legales y francamente peligrosa para los extranjeros ilegales.

Cuando fue presidente, Obama deportó a 3 millones de extranjeros ilegales, más personas que ningún otro presidente estadounidense en la historia. Pero también puso en marcha la iniciativa Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (daca, por sus siglas en inglés), que violaba la Constitución de EE UU por conceder una amnistía de facto a aproximadamente 590.000 extranjeros ilegales si habían llegado a EE UU siendo niños. Está claro que Obama nunca fue un halcón acérrimo de la seguridad fronteriza. Su iniciativa daca incentivó a los inmigrantes ilegales a enviar a sus hijos a través de peligrosos territorios controlados por carteles de la droga con la esperanza de que pudieran permanecer en EE UU. Fue una decisión verdaderamente ilegal que contribuyó a allanar el camino para la actual crisis migratoria.

Sin embargo, daca no permitió que millones de hombres en edad militar cruzaran la frontera, hasta hace poco. Algo ha cambiado claramente en el pensamiento de Obama desde que contraatacó a la presidencia de Trump instalando a Joe Biden como su presidente títere en la Casa Blanca.

El redactor jefe de la Trompeta Gerald Flurry, ha afirmado desde antes de la presidencia de Biden —antes de la presidencia de Trump, casi desde el comienzo de la presidencia de Obama— que quien ejerce el control sobre el gobierno federal es Barack Obama. (Lea Estados Unidos bajo ataque).

Con Obama controlando la Casa Blanca desde su mansión a dos kilómetros y medio de distancia, Biden detuvo la construcción del muro fronterizo de Trump, destruyó el acuerdo de “Permanecer en México” de Trump y nombró a radicales defensores de la apertura de fronteras para dirigir el Departamento de Seguridad Nacional, el ejército y el poder judicial de EE UU. Estas acciones crearon directamente la crisis fronteriza más grave de la historia de EE UU.

A medida que los incentivos han aumentado y las barreras han disminuido, un número total desconocido de inmigrantes ilegales han llegado al país desde que Biden llegó a la Casa Blanca. Al menos 8 millones de personas han sido detenidas en ese tiempo; de ellas, más de 3 millones han sido liberadas por el gobierno en el interior del país. Esta cifra se compara con poco más de 2 millones de detenidos durante la administración Trump (cuando estaba vigente el acuerdo de Permanecer en México).

Obama apoya los movimientos de Biden, mientras confía en sus partidarios en las Naciones Unidas para importar aún más extranjeros ilegales de todo el mundo.

Algunos de los conservadores más lúcidos, como el autor neozelandés Trevor Loudon, creen que hay “un asalto comunista orquestado contra EE UU, para destruir sus fronteras, para crear confusión, y para abrumar políticamente al sistema estadounidense” (Epoch Times, 29 de mayo de 2019). Estos conservadores suelen centrarse en los esfuerzos del Partido Demócrata por acabar con las leyes de identificación de votantes y así poder robar las elecciones con votos ilegales. Sin embargo, este fraude electoral es sólo una parte de la estrategia de la izquierda radical para transformar fundamentalmente a EE UU.

El redactor jefe de la Trompeta Gerald Flurry, ha sido más audaz y específico. Ha dicho que el plan de Obama es importar intencionalmente “soldados”, agentes que puedan sembrar división, violencia, terrorismo, guerra racial y guerra civil en EE UU.

Esta es una afirmación impactante, pero hay pruebas sólidas que la respaldan.

Programa de inmigración armada

Casi dos tercios de los estadounidenses creen que la inmigración ilegal es una crisis. Aun así, Biden no hace casi nada para detener el flujo. De hecho, personas que trabajaron para Obama están trayendo activamente a extranjeros de todo el mundo a Latinoamérica para que puedan unirse a las caravanas que llegan a la frontera.

Lo ha leído bien. Antiguos funcionarios de la administración Obama están facilitando el traslado de inmigrantes de todo el mundo a la frontera estadounidense.

El 16 de enero, el grupo de investigación Muckraker publicó un documental de 40 minutos que revela la ruta que siguen los extranjeros ilegales para llegar a EE UU. El periodista de investigación Thomas Hicks y su hermano volaron a Ecuador y recorrieron a pie toda la ruta migratoria masiva hasta EE UU. Descubrieron hoteles chinos secretos, se reunieron con empleados de la ONU, cruzaron el peligroso Tapón del Darién (que conecta Colombia con Panamá), fueron introducidos de contrabando en México por el cartel de Sinaloa, viajaron en el Tren de la Muerte mexicano e incluso fueron secuestrados por el cartel del Golfo antes de regresar a EE UU.

Este apasionante documental, United States Invasion Route Exposed (La ruta de la invasión de Estados Unidos al descubierto), muestra todo el conducto de entrada ilegal de extranjeros en EE UU tal y como es: una agenda migratoria apoyada por la Organización de las Naciones Unidas que se disfraza de crisis humanitaria natural.

Este conducto comienza en Ecuador debido a la facilidad con la que chinos, congoleños, indios, libaneses, rusos, somalíes, sirios, turcomanos, ucranianos, vietnamitas, zimbabuenses y muchas otras nacionalidades pueden entrar en ese país. Una vez que estos extranjeros llegan a Ecuador, les resulta fácil dirigirse a uno de los campos de refugiados ecuatorianos que acogen a desplazados de Colombia, Haití, Perú y Venezuela. Sin embargo, los empleados de la ONU en estos campos hacen algo más que alimentar a los hambrientos.

Hicks tiene imágenes de video de la Organización Internacional para las Migraciones (oim) repartiendo comida, kits de senderismo y mapas a EE UU. Esta es una prueba impactante de que la oim está ayudando a los extranjeros ilegales a encontrar su camino hacia la frontera estadounidense. Algunos de los mapas muestran a todas las organizaciones relacionadas con la inmigración en Tulán, Ecuador, dirigiendo a los migrantes hacia territorios altamente peligrosos, como el Tapón del Darién, o zonas de México controladas por los carteles. Una verdadera organización humanitaria utilizaría sus recursos para mantener a la gente alejada de las zonas controladas por el Cartel del Golfo, el Cartel Jalisco Nueva Generación y el Cartel de Sinaloa. Esta organización está haciendo lo contrario. ¿Por qué?

La Organización Internacional para las Migraciones está facilitando y en parte creando enormes flujos migratorios hacia el norte, uniéndose a panameños, costarricenses, nicaragüenses, hondureños, salvadoreños, guatemaltecos, beliceños y mexicanos, todo ello con un propósito principal: transformar fundamentalmente EE UU.

El Plan Regional de Respuesta a Refugiados y Migrantes 2024 de la ONU dedica 1.600 millones de dólares a inmigrantes en 17 países de Latinoamérica. Sin embargo, a pesar de que se supone que este dinero es para los venezolanos desplazados, la letra pequeña del documento dice que la generosidad se destine a “todas las nacionalidades” y “otras múltiples nacionalidades”. En pocas palabras, la ONU planea repartir 372 millones de dólares en “asistencia en efectivo y vales” y “asistencia en efectivo multipropósito” a unos 624.000 inmigrantes en tránsito hacia EE UU este año.

La oim se fundó para ayudar a los refugiados tras la Segunda Guerra Mundial, pero su actual directora general, Amy Pope, ha reorientado su misión hacia el tráfico de inmigrantes del tercer mundo a países del primer mundo. Pope fue una de las asesoras adjuntas de Seguridad Nacional de Obama. Tras dejar su cargo en el gobierno, rápidamente se dedicó al tráfico de inmigrantes a EE UU.

Es probable que Obama tenga suficiente influencia sobre Pope para convencerla de que deje de ayudar la entrada al país de millones de extranjeros ilegales y sin verificación de antecedentes, pero no está utilizando esa influencia. ¿Por qué? Después de todo, él mismo dijo en 2005 que permitir que millones de extranjeros ilegales cruzaran la frontera era una mala idea. Sin embargo, ahora su gente está ayudando a crear y sostener esta amenaza muy real a la seguridad nacional de EE UU.

Diseñado para fracasar

La crisis fronteriza no es resultado de la incompetencia, sino de la traición. La ONU y varios carteles de la droga traen a los migrantes a la frontera estadounidense, pero son los funcionarios estadounidenses radicales conectados con Obama, quienes abren la frontera.

Los cruces fronterizos ilegales alcanzaron mínimos históricos durante la administración Trump debido a una política del Departamento de Seguridad Nacional que exigía a los solicitantes de asilo en la frontera sur de EE UU “Permanecer en México” hasta su cita con el tribunal. Biden puso fin a esta política poco después de asumir el cargo. Esto permitió que cientos de miles de personas cruzaran a EE UU y esperaran allí su cita con el tribunal. También alentó a más inmigrantes de todo el mundo a emprender el peligroso viaje a EE UU con la esperanza de quedarse.

Biden nombró a la vicepresidenta Kamala Harris su “zarina de la frontera” y a Alejandro Mayorkas su secretario de Seguridad Nacional. A medida que la crisis fronteriza se agravaba rápidamente, los estadounidenses se sorprendían y enfurecían cuando ni Biden ni Harris visitaban la frontera o abordaban el desastre de forma significativa.

Mientras tanto, Mayorkas diseñaba activamente políticas radicales de apertura de fronteras.

“Es difícil pensar en un solo funcionario designado en la historia de EE UU que haya hecho más daño a la soberanía, la integridad territorial y el Estado de derecho de este país que este hombre [Mayorkas]”, escribió Simon Hankinson para The Hill. “Primero, abandonó acuerdos con México y otros países que habían disuadido eficazmente las solicitudes de asilo fraudulentas al mantener a los solicitantes fuera del país mientras se evaluaban sus casos. En segundo lugar, paralizó las obras de las barreras físicas en la frontera que podrían controlar y canalizar la entrada ilegal” (29 de diciembre de 2023).

Estas son las acciones de un hombre que está desmembrando sistemáticamente las eficaces medidas de seguridad fronteriza que Trump puso en marcha. Mayorkas fue sometido a un proceso de destitución por la Cámara de Representantes de EE UU el 13 de febrero por fracasar deliberadamente en asegurar la frontera, pero no fue condenado y desde entonces ha seguido manteniendo la frontera muy abierta. La única explicación para esto es una intención maliciosa: Mayorkas está ayudando a diseñar el fracaso en la frontera.

Al igual que Amy Pope, Mayorkas también fue funcionario de la administración Obama. Fue director de los Servicios de Ciudadanía e Inmigración de EE UU durante el primer término de Obama y vicesecretario de Seguridad Nacional durante el segundo. Trabajó muy estrechamente con Pope durante los años en que Obama fue presidente y la felicitó efusivamente cuando se convirtió en directora general de la oim. Estos ex alumnos de Obama ahora controlan ambos lados de la frontera mexicana. Pope ayuda a los inmigrantes a ingresar a México con mapas a EE UU, y Mayorkas abre la puerta trasera.

Hace dos años, el comentarista Tucker Carlson reveló correos electrónicos en los que el teniente coronel Matthew Burrows, de la base aérea de Laughlin (Texas), informaba a sus subordinados de que utilizarían aviones de pasajeros para transportar inmigrantes ilegales a varias ciudades y pueblos de EE UU. Burrows también les dijo que tenían prohibido hacer fotografías o revelar la existencia de esta operación. El portavoz del Ejército estadounidense, Chris Mitchells, y el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EE UU confirmaron que el personal de la base de Laughlin estaba efectivamente reubicando a ciudadanos extranjeros en el interior del país.

La administración radical de Biden-Harris no sólo está haciendo la vista gorda ante los cruces fronterizos ilegales, ¡está llevando activamente a extranjeros ilegales a través de la frontera hacia el interior del país!

El senador Ted Cruz dijo en enero que en realidad extraña a Barack Obama porque hizo cumplir la ley fronteriza estadounidense mejor que Biden. Sin embargo, el hecho de que Obama no haya criticado públicamente a Biden, Harris, Mayorkas, Pope o a cualquier otro funcionario del Partido Demócrata que contrató durante su administración es una pista de que estos funcionarios en realidad están llevando a cabo la voluntad de Obama. Algo siniestro está ocurriendo.

Campaña de registro de votantes ilegales

Muchos analistas creen que los cambios demográficos provocados por la inmigración podrían convertir a Texas en un Estado demócrata en un ciclo electoral. Eso significaría que ningún republicano ganaría jamás una elección presidencial. Los demócratas podrían transformar a EE UU en un estado socialista simplemente eliminando la prueba de ciudadanía como requisito para votar, el último clavo en el ataúd del ya horrendo estado de las salvaguardias de seguridad electoral en EE UU.

“Este es un asalto comunista orquestado contra EE UU, para destruir las fronteras estadounidenses, para crear confusión en EE UU, para abrumar políticamente al sistema”, dijo Trevor Loudon, experto en comunismo, al Epoch Times. “Pueden ver lo que 15, 16, 20, 25 millones de nuevos votantes demócratas van a hacer a este país. Perderán Texas; perderán Florida; perderán Georgia, Arizona, Carolina del Norte. Nunca habrá, jamás, otro presidente republicano o conservador en nuestras vidas. Tendrán un Estado de partido único en EE UU” (29 de mayo de 2019).

Loudon dijo eso hace cinco años. Muchos se burlaron de la gente como él, calificándolos de tontos teóricos de la conspiración. Sin embargo, Biden dijo en un programa de radio en español a principios de este año que los inmigrantes ilegales son futuros votantes. Y un nuevo video compartido por el Proyecto de Supervisión de la Fundación Heritage y producido por Muckraker revela que un número sorprendente de extranjeros ilegales están registrados para votar. Específicamente, muestra que el 14% de los encuestados en un complejo de apartamentos en Georgia admitieron ser no ciudadanos registrados para votar.

Este complejo de apartamentos podría ser un caso atípico. El régimen de Biden admite que hay 11,4 millones de extranjeros ilegales en este país (y tienen razones para dar una cifra inferior a la real). Si el 14% de ellos votara por el candidato demócrata este noviembre, equivaldría a 1,6 millones de votos ilegales.

En el documental de Hicks, numerosos inmigrantes ilegales expresan desdén por el muro de Donald Trump y admiración por la política de fronteras abiertas de Joe Biden. ¿Podría Obama estar inundando deliberadamente la nación con potenciales votantes demócratas? Ciertamente parece que el régimen Obama-Biden-Harris está tratando de imponer a EE UU un gobierno autoritario importando millones de extranjeros acostumbrados a vivir bajo un gobierno autoritario en sus países de origen. Esto debería preocupar a cualquiera que crea en principios como el Estado de derecho, la separación de poderes, la igualdad de protección y las libertades civiles.

Veamos un ejemplo de la historia antigua: la naturaleza fundamental de la antigua República romana cambió cuando tanto arameos, armenios, caldeos, edomitas, fenicios, samaritanos y sirios se trasladaron a la península itálica, de modo que los latinos se convirtieron en minoría en su propio país. Este cambio étnico dejó a los ciudadanos de Roma indefensos ante un gobierno autoritario común en Babilonia y sus alrededores. También proporcionó a los aspirantes a autoritarios como Julio César un verdadero “ejército” de ciudadanos empobrecidos que lo apoyarían contra el Senado. Estos “nuevos romanos” votaron en masa por César y se amotinaron violentamente en su favor cuando su oponente intentó recuperar el poder.

Si Obama está pensando de esta manera, los ilegales que sus seguidores están enviando a varias partes de EE UU podrían hacer algo más que simplemente votar por los demócratas: si el Partido Republicano comienza a recuperar el país de manos de la izquierda radical, estos ilegales podrían amotinarse.

Terrorismo y guerras raciales

El redactor jefe de la Trompeta Gerald Flurry, escribió en su artículo de 2016 “La verdadera agenda detrás de Black Lives Matter” (laTrompeta.es/1/4q7f7) sobre cómo los comunistas se apoderaron de Checoslovaquia en 1948 mediante una estrategia doble. Esta estrategia requirió presión de dos direcciones simultáneamente: desde los niveles superiores del gobierno y de provocadores en las calles.

El régimen Obama-Biden-Harris está utilizando una estrategia similar para transformar a EE UU. Los liberales del mundo académico, el gobierno y los medios de comunicación llevan mucho tiempo librando batallas legales para socavar la Constitución. Ahora los activistas radicales amenazan con unirse a la lucha en las calles si es necesario.

Obama tuvo como mentor al comunista radical Frank Marshall Davis en la década de 1970, un hombre profundamente influenciado por los esfuerzos soviéticos para atraer a los afroamericanos descontentos del partido de Abraham Lincoln al partido de Vladimir Lenin. En cooperación con revolucionarios marxistas como Lovett Fort-Whiteman y Claude McKay, los funcionarios del Kremlin buscaron literalmente dividir a EE UU forjando una “República Negra” controlada por los soviéticos en el sur de EE UU.

Por supuesto, este plan soviético fracasó. Sin embargo, todavía existen grupos comunistas en EE UU. Por ejemplo, la Organización Socialista Freedom Road aboga por dividir a EE UU en una república afroamericana en el sureste, una nación hispana en el suroeste y un reino hawaiano en el océano Pacífico.

Así que la idea de exacerbar las tensiones raciales para promulgar el cambio político no es nueva. Por lo tanto, si Obama ve que no puede promulgar un cambio fundamental por la vía electoral, podría recurrir a los puntos de vista más tradicionales de la revolución marxista en los que fue adoctrinado cuando era adolescente.

Hace unos 40 años, una perspicaz columnista del Universal Press Syndicate, Georgie Anne Geyer, predijo: “Si no se contienen las guerras civiles marxistas en Centroamérica, veremos una hemorragia de centroamericanos, muchos de ellos portadores de ideologías extremistas, marxistas e irredentistas”. Esta predicción se ha cumplido.

EE UU está lleno de inmigrantes ilegales que albergan peligrosas nociones marxistas y que, si se organizan adecuadamente, podrían participar en una revolución al estilo bolchevique. Hasta hace poco, parecía poco probable que estos inmigrantes pudieran hacer mucho más que unirse a bandas y participar en disturbios raciales. Pero si las Naciones Unidas les están ayudando a venir a EE UU en primer lugar, Obama puede tener a su disposición los medios para tratar de forzar a Donald Trump a abandonar el poder en un golpe violento.

“No estamos luchando contra una sola nación en una guerra militar, sino contra un gigantesco ejército mundial, vestido de civil, disfrazado de partido político, ¡que busca conquistar el mundo con un tipo de guerra totalmente nuevo!”, escribió el difunto Herbert W. Armstrong en 1956. “Es un tipo de guerra que no entendemos, ni sabemos cómo afrontar. Utiliza todos los medios diabólicos para debilitarnos desde adentro, minando nuestra fuerza, pervirtiendo nuestra moral, saboteando nuestro sistema educativo, destrozando nuestra estructura social, destruyendo nuestra vida espiritual y religiosa, debilitando nuestro poder industrial y económico, desmoralizando nuestras fuerzas armadas, y finalmente, después de tal infiltración, ¡derrocando nuestro gobierno por la fuerza y la violencia! (…) ¡El comunismo es una guerra psicológica mundial!”.

En una revolución comunista, los soldados no tienen que marchar bajo una bandera determinada vistiendo un uniforme particular. Sólo tienen que sembrar el caos suficiente para que la gente acuda al Gran Gobierno en busca de soluciones. Sin embargo, en algunos casos concretos, los soldados luchan por un gobierno extranjero. Más de 370 personas incluidas en la lista de vigilancia terrorista han sido detenidas intentando cruzar ilegalmente la frontera sur desde el comienzo del año fiscal 2021. Está claro, pues, que muchos inmigrantes ilegales marchan bajo la bandera del islam radical. Y un número desconocido de espías del Partido Comunista Chino también están cruzando la frontera junto a refugiados chinos. Muchos muchos inmigrantes ilegales son comunistas con “C mayúscula”. Los funcionarios del gobierno Biden-Harris que están detrás de la crisis fronteriza probablemente tengan más en común con los comunistas que con los islamistas. Pero están dispuestos a permitir que ambos grupos entren en la nación si con ello debilitan la forma republicana de gobierno de EE UU.

Según el Dr. John C. Drew, politólogo que conoció a Obama en Occidental, ya en 1980 Obama predecía una revolución popular violenta contra la República estadounidense. Así que sus esfuerzos por traer a hombres insatisfechos en edad militar de todo el mundo a EE UU pueden estar motivados por un deseo verdaderamente siniestro.

Mire cuánto daño causaron unos pocos miles de alborotadores de George Floyd en 2020. Imagine cuánto peor sería si millones de extranjeros ilegales se amotinaran. EE UU ha entrado en un periodo verdaderamente peligroso en sus casi 250 años de historia.

Destrucción profetizada

Una profecía nefasta en Ezequiel 5:12 revela que un tercio de la población de EE UU y Gran Bretaña morirá a causa de la pestilencia, el hambre y la violencia que resultará de la guerra civil. Eso equivale a más de 100 millones de muertes por disturbios y guerra en EE UU. (Solicite nuestro libro gratuito Ezequiel: El profeta del tiempo final, de Gerald Flurry).

Hoy en día, el socialismo está cobrando fuerza. La gente no entiende que el “socialismo democrático” y el “socialismo dictatorial” tienen el mismo propósito: derrocar al gobierno constitucional, con violencia si es necesario. La profecía bíblica muestra que las grandes bendiciones de EE UU serán arrebatadas, no sólo porque los socialistas “superaron” a los conservadores, sino porque el pueblo estadounidense se ha alejado de Dios. Su rebelión ha abierto la puerta al comunismo y a otras fuerzas que quieren destruir a EE UU.

Muchos conservadores pueden ver la dirección en que la crisis fronteriza está llevando a la nación, pero sólo unos pocos reconocen que Obama está utilizando a Biden, Harris, Mayorkas, Pope y otros para desestabilizar la nación hasta el punto en que la izquierda pueda tomar el control absoluto. La profecía nos dice que se avecina una guerra civil, pero Dios también promete en Amos 7:8 que le dará al pueblo una última oportunidad para arrepentirse.

El libro del Sr. Flurry Estados Unidos bajo ataque explica que Dios traerá a Trump de regreso al poder como un medio para estabilizar la nación por un corto tiempo. Podría haber violencia que estropee el regreso de Trump mientras la izquierda lucha para mantenerlo fuera del cargo. Pero esta violencia será menor en comparación con el salvajismo que aguarda si la gente no aprovecha esta última oportunidad de perdón inmerecido.

“En este momento, la gran pregunta con respecto a la profecía cumplida es cómo Donald Trump recuperará el poder”, escribe el Sr. Flurry en Estados Unidos bajo ataque. “EE UU está en la agonía de un régimen de Antíoco [Obama] que está conduciendo rápidamente a la nación hacia el radicalismo, el socialismo, la amoralidad, la división de clases, la guerra civil y la destrucción total. En 2 Reyes 14:26, la aflicción de EE UU es muy amarga, ¡y la nación no tiene quien le ayude! Pero las profecías de Dios son seguras”.

De una forma u otra, Dios usará estos eventos para mostrarnos el resultado del pecado y de alejarnos de Él hacia nuestra propia forma de pensar. Los usará para llevarnos a Él (Ezequiel 12:17-20). Dios bendice a las personas por su obediencia y las maldice por su desobediencia. Sólo después de que la gente aprenda esta lección, Dios bendecirá a EE UU —y a todas las naciones— con paz, alegría y prosperidad.

Es una cuestión de vida o muerte que todo aquel que escuche este mensaje tome nota de los tiempos, evalúe su vida y se vuelva a Dios en arrepentimiento. La crisis fronteriza orquestada por Obama puede darle a la nación un anticipo de lo que es una guerra civil, ¡pero algo mucho peor nos espera si no aprendemos de esa crisis!

EZEQUIEL: EL PROFETA DEL TIEMPO FINAL

El profeta Ezequiel habrá vivido en vano, ¡si la verdadera Iglesia de Dios no proclama su mensaje hoy! Claramente, el libro de Ezequiel es un mensaje del tiempo final. Ese mensaje revela eventos proféticos específicos que están sucediendo actualmente en Estados Unidos, Gran Bretaña y muchas otras naciones de habla inglesa. Ezequiel también revela que estas naciones están dirigiéndose a la peor crisis jamás vista. Mas todo eso es parte del plan maestro de Dios para introducir el maravilloso Reino de Dios.